China abraza una nueva vida sin la pol¨ªtica de covid cero
La reapertura forzada por las protestas sociales mezcla la sensaci¨®n de alivio con una cierta preocupaci¨®n: no hay celebraciones, crecen los contagios y las calles se vac¨ªan
El giro en la pol¨ªtica antipand¨¦mica en China ha sido tan repentino que a la actual ola de covid, que golpea fuerte en ciudades como Pek¨ªn, se le une otra de humor y memes en redes sociales que, de alg¨²n modo, contribuyen a amortiguar el golpe del virus. Circulan todo tipo de chistes. Uno dice: ¡°Si vives en Pek¨ªn y no tienes al menos 10 amigos con covid¡ ?Acaso tienes amigos?¡±. En otro, el pueblo chino, como si fuera un coro griego, le inquiere al Gobierno cu¨¢ndo pondr¨¢ punto final a la ya difunta pol¨ªtica de cero covid:
¡ªEl pueblo: ?Cu¨¢ndo abriremos?
¡ªEl Gobierno: Diez
¡ªEl pueblo: ?Diez meses? ?Diez semanas?
¡ªEl Gobierno: Nueve, ocho, siete...
La cuenta atr¨¢s ha sido vertiginosa. Tras el grito de los manifestantes que reclamaban el punto final a la f¨¦rrea estrategia antipand¨¦mica a finales de noviembre ¡ªlas mayores protestas sociales en la era del presidente Xi Jinping, acalladas de inmediato con un contundente despliegue policial¡ª, Pek¨ªn ha ejecutado un viraje sin contemplaciones y ha puesto el nav¨ªo rumbo a tierra inc¨®gnita, pasando de la covid cero a una nueva dimensi¨®n espaciotemporal que recuerda bastante a la Europa de finales de 2021: vuelan los contagios y muchos, antes de quedar, se hacen una prueba de ant¨ªgenos por si acaso.
Las cosas han cambiado casi de la noche a la ma?ana. El mi¨¦rcoles, el Consejo de Estado (el equivalente al Gobierno) daba por muerto el andamiaje de la pol¨ªtica de covid cero al aprobar un dec¨¢logo de medidas que incluyen la posibilidad de recuperarse del virus en casa, siempre que sea leve, la reducci¨®n dr¨¢stica de los testeos masivos de la poblaci¨®n mediante PCR, la generalizaci¨®n de las pruebas de ant¨ªgenos y la desaparici¨®n de la obligaci¨®n de presentar PCR negativas y de escanear el c¨®digo QR de salud en un buen n¨²mero de espacios p¨²blicos, firmando la sentencia de muerte de esta f¨®rmula de hipercontrol sanitario contra la que clamaban los manifestantes: ¡°?Que le follen a los QR!¡±.
La felicidad, si uno hace un sondeo sin demasiado criterio cient¨ªfico entre la poblaci¨®n, resulta evidente. Pero el resultado no es el ¨¦xtasis ciudadano que cabr¨ªa esperar despu¨¦s de casi tres a?os, sino un extra?o anticl¨ªmax: en la capital se ven calles semivac¨ªas, restaurantes cerrados, colegios clausurados, comercios a medio gas o incluso desabastecidos y todo tipo de planes y eventos penden de un hilo o se cancelan porque alguien ¡ªy esta es la verdadera novedad¡ª ha dado positivo o ha estado en contacto con uno.
P¨¢nico por hacerse con medicamentos
Algunos medios han reportados momentos de ¡°p¨¢nico¡± en Pek¨ªn por hacerse con medicamentos, escasez de f¨¢rmacos para la fiebre y esperas para ser atendidos en hospitales. Los precios de algunas medicinas se han disparado y la Administraci¨®n Estatal para la Regulaci¨®n del Mercado de China, el organismo de vigilancia del mercado del pa¨ªs, que ya investiga alzas irregulares en los importes, emiti¨® el viernes una advertencia con l¨ªneas rojas para asegurar la estabilidad, seg¨²n The Global Times. En el ambiente flota una confusa mezcla de dicha por la reapertura y reclusi¨®n autoimpuesta, al menos hasta que pase el azote v¨ªrico de esta reci¨¦n inaugurada convivencia con la covid-19.
¡°Es una gran noticia. Creo que el Gobierno ha tomado una buena decisi¨®n¡±, cuenta Huiqin Ma, de 52 a?os, profesora de la Universidad de Agricultura de China, en Pek¨ªn, y especialista en vinos. Dice que no esperaba un giro tan r¨¢pido. Pero a la vez lo ha visto de un modo natural. ¡°La gente a duras penas aguantaba m¨¢s y la situaci¨®n econ¨®mica no soportaba m¨¢s tiempo las estrictas regulaciones¡±. Reconoce que habr¨¢ costes: ¡°Ser¨¢ doloroso, morir¨¢n personas, una peque?a proporci¨®n, porque ha bajado la letalidad. Pero la mayor parte estar¨¢ aliviada¡±. Y tras esta ¡°gran ola de ¨®micron¡±, que pronto acabar¨¢, estar¨¢n haciendo las maletas para ¡°el a?o de la postpandemia¡±, dice esta viajera consumada, que echa de menos el contacto con el exterior.
Giro en el relato oficial
Huiqin habla al tel¨¦fono mientras da su rutinario paseo estos d¨ªas de teletrabajo generalizado en la capital. Reconoce que hay muchas personas que a¨²n miran con respeto a la enfermedad despu¨¦s de a?os en que los medios oficiales han expuesto una versi¨®n especialmente cruda. La prensa estatal ha orquestado un giro dr¨¢stico en el relato en las ¨²ltimas semanas, se?alando a la ¨®micron como una variante poco da?ina. Y ella cree que a medida que vaya extendi¨¦ndose la covid tambi¨¦n se transmitir¨¢ mediante el boca a boca una versi¨®n m¨¢s suave.
En la provincia de Hebei vive su madre, que acaba de pasar el coronavirus con un ligero dolor de garganta. Seg¨²n ella, en esa zona la actitud ha pasado del temor a la expectaci¨®n, despu¨¦s de ver a muchos a su alrededor recuperarse sin problemas. Est¨¢n ¡°relajados¡±, asegura, y a la vez ¡°un poco nerviosos¡±. ¡°Est¨¢n esperando a su infecci¨®n, porque para todos es algo nuevo. Es como la primera vez que te casas¡±, cuenta.
Estad¨ªsticas que no reflejan los contagios
Las cifras oficiales en Pek¨ªn rondaron el viernes los 3.400 contagios, unos 16.800 en el pa¨ªs, menos de la mitad que hace dos semanas. Pero muchos creen que las estad¨ªsticas han dejado de reflejar la realidad porque ha desaparecido la obligaci¨®n de hacer PCR y lo habitual ahora es echar mano de la prueba de ant¨ªgenos. De alg¨²n modo, se ha pasado del f¨¦rreo control del Estado a la autogesti¨®n sanitaria.
¡°Solo en Pek¨ªn, el n¨²mero de nuevas infecciones en un solo d¨ªa ha superado los m¨¢s de 20.000 casos anunciados por la Comisi¨®n Nacional de Salud [para toda China]¡±, estim¨® el viernes en un mensaje en redes sociales Hu Xijin, un analista pr¨®ximo al Gobierno reconvertido en adalid del fin de la covid cero. Hu incluso ha abogado por que el Ejecutivo deje de notificar el dato de contagios ¡ª¡°que obviamente no es cierto¡±¡ª si no explica mejor la divergencia.
Si uno se hubiera quedado dormido dos semanas, ser¨ªa casi imposible reconocer Pek¨ªn. En picos m¨¢ximos de infecciones se desmantelan las vallas de los bloques confinados y se retiran quioscos donde uno acud¨ªa religiosamente a diario a hacerse una PCR. Se perciben tambi¨¦n desajustes propios del impacto v¨ªrico, pero de momento no parece llegar a mayores: se ven colas en farmacias y, debido a los contagios, hay escasez de repartidores en un pa¨ªs muy acostumbrado a pedir de todo a domicilio, provocando retrasos y cancelaciones en un momento sensible.
¡°Es bueno que levanten las restricciones y permitan a las personas cuidar de su propia salud¡±, cuenta una pequinesa veintea?era, que no parece muy preocupada, a punto de tomar un vuelo para ir a esquiar a otra provincia. Otro joven, empleado en una multinacional, asume lo inevitable. Entre sus colegas, dice, ya hay muchos infectados. ¡°Finalmente veo que voy a tener covid tambi¨¦n, es cuesti¨®n de tiempo. El 80% o 90% de la gente lo va a coger¡±.
El martes, cuando Pek¨ªn estaba fraguando el volantazo, Feng Zijan, un asesor de pol¨ªtica sanitaria y exdirector del Centro de Control y Prevenci¨®n de Enfermedades de China, sostuvo en una conferencia en la Universidad de Tsinghua, en Pek¨ªn, que una primera ola masiva afectar¨ªa a cerca del 60% de la poblaci¨®n china (casi 850 millones de personas) y, finalmente, cerca del 90% de los chinos acabar¨¢n infectados, seg¨²n sus predicciones.
Algunos ven con temor un posible colapso del sistema hospitalario chino. Un estudio de Wigram Capital Advisors, citado esta semana por Financial Times, habla de una posible ola sin precedentes que podr¨ªa provocar para marzo, tras los desplazamientos de las vacaciones del a?o nuevo chino, cerca de 20.000 muertes diarias y sumar hasta un mill¨®n de fallecidos. China ha registrado hasta la fecha poco m¨¢s de 5.200 muertes por covid, seg¨²n cifras oficiales. Parte de la estrategia de Pek¨ªn pasa por una fuerte campa?a de inmunizaci¨®n entre las personas mayores, uno de los puntos flacos hasta ahora.
¡°Creo que mucha gente est¨¢ contenta, pero tambi¨¦n hay muchos muy preocupados por lo que vendr¨¢ despu¨¦s¡±, se?ala Xinran Andy Chen, analista de Trivium China radicado en Shangh¨¢i. En su opini¨®n, Pek¨ªn ha orquestado una estrategia de salida ¡°ca¨®tica y desordenada¡±, que no lleg¨® antes porque el presidente Xi se enfrentaba a finales de octubre a la gran cita pol¨ªtica quinquenal, el 20? Congreso del Partido Comunista, en el que recogi¨® la batuta para un tercer mandato. Ante el c¨®nclave, Pek¨ªn prioriz¨® ¡°la estabilidad social por encima de todo¡±.
Este analista cree que si el recuento de casos y v¨ªctimas aumenta, una parte de la poblaci¨®n podr¨ªa asustarse y poner en duda la reapertura. ¡°Cuando salgan a la luz historias de pacientes no afectados por la covid que mueren porque los hospitales est¨¢n saturados es probable que tambi¨¦n se hagan llamamientos para ralentizar el proceso de reapertura y que algunos incluso cuestionen el compromiso previo del Gobierno de poner la vida y la salud de las personas por encima de todo¡±. Chen cree que el partido ya ten¨ªa en mente el punto final de la covid cero y las protestas lo aceleraron. Pero hubo otros factores clave, como el coste inasumible de hacer cuarentenas centralizadas ante la ola de contagios.
Muchos creen que el cambio ha llegado tarde, pero lo celebran en cualquier caso y miran con optimismo el futuro. ¡°Es bueno para la sociedad, para la gente y para la econom¨ªa¡±, subraya al tel¨¦fono un inversor chino que prefiere guardar anonimato. Por extensi¨®n, a?ade, ser¨¢ ¡°beneficioso para Europa y Estados Unidos¡±, pues implica el regreso de China en el mundo. Este hombre, que ha estado en los cuadros directivos de empresas tecnol¨®gicas de primera fila, calcula que en dos o tres semanas se alcanzar¨¢ un pico de infecciones. Y a partir de ese momento las cosas ir¨¢n mejorando. Reconoce que habr¨¢ fallecidos, pero se deber¨ªan poner los n¨²meros en el contexto de un pa¨ªs de 1.400 millones de habitantes. Propone guardar las botellas unas semanas, hasta que pase la sacudida. Y ya luego celebrar como corresponde.
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