Lula sufre para formar Gobierno en Brasil y contentar a todos sus socios
El presidente electo debe nombrar todav¨ªa 16 de los 37 ministros antes de asumir el poder el d¨ªa de A?o Nuevo
A punto de tomar posesi¨®n este domingo como presidente de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva todav¨ªa no ha revelado todos los nombres del Gabinete con el que gobernar¨¢ la primera econom¨ªa de Am¨¦rica Latina a partir del 1 de enero. Queda por anunciar oficialmente qui¨¦nes dirigir¨¢n 16 de los 37 ministerios del que ser¨¢ su tercer Gobierno, incluidos algunos tan relevantes como el de Medio Ambiente. El l¨ªder de la izquierda brasile?a y fundador del Partido de los Trabajadores (PT) est¨¢ sufriendo para cuadrar el puzle de nombramientos que satisfagan a la decena de partidos que, desde el centro derecha a la extrema izquierda, se aliaron con ¨¦l para derrotar al ultraderechista Jair Bolsonaro.
Si Lula logr¨® vencer en las urnas al militar que coquetea con el golpismo fue porque consigui¨® reunir en torno a su figura a un ampl¨ªsimo plantel de antiguos adversarios en defensa de la democracia y de las debilitadas instituciones. El PT jam¨¢s habr¨ªa logrado la victoria en solitario.
La situaci¨®n de Marina Silva, antigua ministra de Medio Ambiente, y de Simone Tebet, candidata presidencial que qued¨® tercera y apoy¨® a Lula en la segunda vuelta, ilustra bien lo complejo que resulta el juego de equilibrios incluso para un habilidoso negociador como el presidente electo. Ambas senadoras tuvieron un enorme protagonismo en la campa?a, se las considera cruciales para la victoria, pero a¨²n no tienen asignado oficialmente un cargo en el pr¨®ximo Gobierno.
Tebet es de centro derecha, liberal en econom¨ªa, con fuertes v¨ªnculos con el sector agr¨ªcola y buena oradora. Tanto ella como Silva aportaban el hecho de ser mujeres en un ambiente pol¨ªtico ampliamente dominado por hombres. Desde el principio se dio por hecho que su activo respaldo ser¨ªa recompensado con un ministerio. Ahora mismo Tebet acaricia el de Planificaci¨®n, seg¨²n la prensa brasile?a, que dice que el anuncio es inminente. Siete semanas han transcurrido desde las elecciones.
Tambi¨¦n sigue en el limbo Silva, la ecologista que acompa?¨® a Lula en su primer Gobierno hace dos d¨¦cadas y que rompi¨® con ¨¦l por discrepancias estrat¨¦gicas sobre Amazonia y la pol¨ªtica verde. Y en el Brasil actual ofrece el valor a?adido de ser evang¨¦lica. Su nombramiento, como ministra o como zarina del clima, era considerado uno de los m¨¢s obvios pero sigue sin ser resuelto. Y eso que Lula no dej¨® de insistir en la campa?a que la pol¨ªtica medioambiental ser¨ªa prioritaria y vertebrar¨ªa todas las pol¨ªticas de su Gobierno.
El pr¨®ximo presidente de Brasil ha dejado el n¨²cleo duro del Ejecutivo (Econom¨ªa, la Casa Civil, Trabajo, Educaci¨®n, Justicia y Desarrollo Civil) en manos de hombres del PT o de su ¨®rbita, ha colocado a un diplom¨¢tico al frente de Exteriores, a una cantante en Cultura y a un hombre de consenso en Defensa. Sanidad ha quedado en manos de una tecn¨®crata y ha incorporado potentes voces negras de la sociedad civil en Igualdad Racial y Derechos Humanos. El futuro vicepresidente, Geraldo Alckmin, dirigir¨¢ Industria despu¨¦s de que el favorito para el puesto declinara la invitaci¨®n. Lula presidir¨¢ uno de los mayores Gbinetes de la historia de Brasil; el de Bolsonaro arranc¨® con 22 ministerios y siempre incluy¨® muchos m¨¢s militares que mujeres.
Tambi¨¦n sigue vacante el Ministerio de los Pueblos Ind¨ªgenas, cuya creaci¨®n anunci¨® Lula y que prometi¨® dejar en manos de un nativo. A estas alturas no est¨¢ claro si tendr¨¢ ese rango o se quedar¨¢ en secretar¨ªa.
Cuadrar el sudoku requiere satisfacer los intereses del Partido de los Trabajadores, que siempre ha tenido af¨¢n hegem¨®nico, los de las dispares formaciones minoritarias que apoyaron a Lula y satisfacer los equilibrios territoriales. Junto a ello est¨¢ la creciente demanda de que el Consejo de Ministros refleje la enorme diversidad de la sociedad brasile?a, donde mestizos, negros, y mujeres son mayor¨ªa.
La seguridad del pr¨®ximo presidente es uno de los grandes quebraderos de cabeza de su equipo. M¨¢s todav¨ªa despu¨¦s de un atentado fallido con bomba que un bolsonarista pretend¨ªa detonar para causar el caos y que las Fuerzas Armadas intervinieran para frenar la toma de posesi¨®n del l¨ªder izquierdista.
Desde que venci¨® las elecciones el 30 de octubre, Lula ha dedicado tambi¨¦n buenas dosis de energ¨ªa a buscar apoyos parlamentarios para flexibilizar el techo de gasto y poder financiar las prometidas ayudas sociales para m¨¢s de 20 millones de los brasile?os m¨¢s pobres. El acuerdo alcanzado contempla financiaci¨®n extra para el primer a?o, no para los cuatro del mandato, como pretend¨ªan el pr¨®ximo presidente y su partido.
El derrotado Bolsonaro sigue plenamente apartado de la vida p¨²blica y ya se da por supuesto que no ser¨¢ ¨¦l quien coloque la banda presidencial a su sucesor. La toma de posesi¨®n estar¨¢ mucho m¨¢s concurrida que la de hace cuatro a?os. Est¨¢ confirmada la presencia de 17 jefes de Estado incluidos el rey de Espa?a, Felipe VI, los presidentes Alberto Fern¨¢ndez (Argentina), Gustavo Petro (Colombia), Gabriel Boric (Chile), Guillermo Lasso (Ecuador), Mario Abdo (Paraguay), Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal), Luis Lacalle Pou (Uruguay), entre otros. Tambi¨¦n se esperan representantes de M¨¦xico, de Estados Unidos o de Francia.
Lula no ha podido invitar al venezolano Nicol¨¢s Maduro, como hubiera deseado, porque el Gobierno Bolsonaro reconoce como presidente a Juan Guaid¨®. El pr¨®ximo ministro de Exteriores ya tiene el encargo de restablecer las relaciones diplom¨¢ticas con Maduro.
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