Benedicto XVI pide perd¨®n a quien haya podido da?ar en su testamento espiritual
El entorno de Ratzinger publica una breve carta donde da las gracias a su familia y alerta contra lo que considera falsos resultados de la ciencia respecto a la fe cat¨®lica
Joseph Ratzinger dej¨® escrita una breve carta de dos folios antes de morir donde repasa brevemente su trayectoria y agradece a sus padres haberle dado la vida y los recursos para llevar adelante su carrera. En la misiva, pide perd¨®n ¡°de coraz¨®n¡± a todos aquellos a los que haya podido perjudicar con sus decisiones o palabras. Adem¨¢s, seg¨²n public¨® el peri¨®dico argentino La Naci¨®n, sus ¨²ltimas palabras antes de morir fueron ¡°Jes¨²s, te amo¡±, pronunciadas en alem¨¢n.
La muerte de Benedicto XVI subraya ahora la importancia de su obra teol¨®gica, que vuelve a expresarse en su forma m¨¢s conservadora en sus ¨²ltimas palabras. ¡°Manteneos firmes en la fe, no os dej¨¦is confundir¡±, pide a sus seguidores. Una defensa de la religi¨®n frente a la filosof¨ªa y a las ciencias naturales. ¡°A menudo parece que la ciencia ¨Dlas ciencias naturales, por un lado, y la investigaci¨®n hist¨®rica, por otro¨D es capaz de ofrecer resultados inconfundibles frente a la fe cat¨®lica¡±, comienza.
Ratzinger, prosigue en su misiva, asegura que ha visto ¡°transformaciones de las ciencias naturales desde los tiempos lejanos¡± y ha podido ¡°constatar como, al contrario, se han desvanecido aparentes certezas contra la fe, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filos¨®ficas solo aparentemente vinculadas a la ciencia¡±.
En sus 60 a?os de te¨®logo, Ratzinger asegura haber visto ¡°desmoronarse tesis que parec¨ªan irreductibles, demostrando que eran solo hip¨®tesis¡±. Entre ellas, habla de la generaci¨®n liberal, con referentes como los protestantes alemanes Adolf von Harnack y Adolf J¨¹licher; la existencialista, como Rudolf Bultmann; o la ¡°generaci¨®n marxista¡±.
¡°He visto y veo c¨®mo del barullo de las hip¨®tesis ha emergido y emerge nuevamente la raz¨®n de la fe. Jesucristo es verdaderamente la v¨ªa, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es de verdad su cuerpo¡±, defiende Benedicto XVI en el texto.
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