La guerra en Ucrania debilita al motor franco-alem¨¢n en Europa y tensa la relaci¨®n
Macron y Scholz intentan acercar posiciones en materia energ¨¦tica y militar mientras ven c¨®mo el centro de gravedad de la UE se desplaza hacia el este
Hay momentos en que la historia da un vuelco y todo un continente cambia: la invasi¨®n rusa de Ucrania de hace un a?o, la guerra, es uno de esos momentos. Es una fecha, seg¨²n el ensayista Luuk van Middelaar, comparable a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y el derrumbe del bloque sovi¨¦tico. ¡°Un peque?o 1989¡å, describe Van Middelaar. Y, como en 1989, los acontecimientos de 2022 y 2023 hacen temblar uno de los fundamentos de la Uni¨®n Europea (UE): la amistad franco-alemana.
La guerra en Ucrania ha tenido dos efectos para Francia y Alemania, pa¨ªses que entre 1870 y 1945 se enfrentaron en tres contiendas y cuya posterior reconciliaci¨®n impuls¨® la integraci¨®n de Europa y la paz de la posguerra. El primer efecto ha sido el desplazamiento del centro de gravedad de la UE hacia el este del continente. Pa¨ªses como Polonia o los b¨¢lticos llevaban a?os alertando del peligro que representaba la Rusia de Vlad¨ªmir Putin, frente a una Francia y una Alemania que contemporizaban con el presidente ruso. El tiempo ha dado la raz¨®n a los primeros.
La decisi¨®n alemana, la pasada semana, de autorizar el env¨ªo a Ucrania de los potentes tanques Leopard es el ¨²ltimo ejemplo de este cambio en la correlaci¨®n de fuerzas. Los pa¨ªses del flanco oriental de la UE, y Ucrania, llevaban tiempo reclamando una ayuda militar m¨¢s robusta. Hoy, la Alemania que no hace ni un a?o se resist¨ªa a cortar sus lazos con Mosc¨² y sent¨ªa alergia ante cualquier militarizaci¨®n de su pol¨ªtica exterior, suministrar¨¢ al pa¨ªs agredido un arma que puede resultar decisiva.
El segundo efecto de la invasi¨®n de Ucrania en el motor franco-alem¨¢n es que la guerra ¡°exacerba las tensiones entre ambos que ya exist¨ªan antes¡±, seg¨²n Sophie Pornschlegel, analista pol¨ªtica s¨¦nior en el laboratorio de ideas European Policy Centre en Bruselas. El pasado oto?o, el c¨²mulo de desacuerdos oblig¨® a Par¨ªs y Berl¨ªn a aplazar in extremis un consejo de ministros conjunto. El aplazamiento sac¨® a flote el malestar acumulado entre ambas capitales.
El 22 de enero, con ocasi¨®n del 60? aniversario del Tratado del El¨ªseo, el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, y el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, finalmente se reunieron con sus ministros e hicieron una exhibici¨®n de sinton¨ªa. Pero la jornada de reuniones termin¨® sin acuerdos ni propuestas ambiciosas para la UE. ¡°Entre Francia y Alemania, un acercamiento en trampantojo¡±, titul¨® el franc¨¦s Le Monde. Y el alem¨¢n Frankfurter Allgemeine Zeitung: ¡°Amistad sin dulces mimos¡±.
¡°Ambos siguen haciendo ver que son los mejores amigos, cuando claramente hay problemas¡±, analiza Pornschlegel. ¡°Es bastante hip¨®crita, sabiendo que Macron y Scholz no se llevan bien. Hay partes del Gobierno alem¨¢n claramente proeuropeas y que quieren trabajar mejor con Francia: me refiero a Los Verdes. Ha habido esfuerzos en este sentido. Pero vista la situaci¨®n pol¨ªtica en Europa y las crisis que atravesamos, es irresponsable por parte de Francia y Alemania no trabajar m¨¢s estrechamente. Hay mucho simbolismo, pero pocos avances¡±.
El debilitamiento del motor franco-alem¨¢n en Europa y, al mismo tiempo, las tensiones entre ambos abren interrogantes. ?Seguir¨¢n pesando ambos pa¨ªses en el futuro como durante los 70 a?os anteriores de construcci¨®n europea? Y, en una Europa y un mundo en acelerada transformaci¨®n, ?podr¨¢n mantener la cohesi¨®n?
Visiones distintas
No ser¨ªa la primera vez que se escribe anticipadamente el obituario del motor franco-alem¨¢n. Su historia es una historia de crisis. Precisamente porque ambos encarnan visiones distintas de Europa y el mundo, cuando se ponen de acuerdo logran impulsar Europa. Juntos, representan un 42% del PIB de la UE. Pensar que esta puede funcionar sin que el motor est¨¦ engrasado es una quimera. Pensar que con eso basta, tambi¨¦n.
¡°Cada vez es m¨¢s evidente que lo franco-alem¨¢n es necesario, pero insuficiente¡±, resume Arancha Gonz¨¢lez Laya, decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de Sciences Po, en Par¨ªs, y exministra espa?ola de Asuntos Exteriores. Como ministra, ella impuls¨® una estrategia para que Espa?a tejiera alianzas con otros socios, m¨¢s all¨¢ de la adhesi¨®n al motor franco-alem¨¢n.
Gonz¨¢lez Laya habla de una ¡°asincron¨ªa¡± entre ambos. ¡°Cada uno tiene un ritmo pol¨ªtico distinto¡±, explica. En Francia, un poder hipercentralizado con un presidente que afronta, en su ¨²ltimo mandato, una notable contestaci¨®n social. En Alemania, una coalici¨®n tripartita ¨Dsocialdem¨®cratas, ecologistas, liberales¨D con intereses electorales y visiones de Europa distintas.
Hay algo m¨¢s, un doble desconcierto franc¨¦s. Ante una Alemania que se rearma y podr¨ªa asumir su papel de potencia pol¨ªtica y militar, adem¨¢s de econ¨®mica. Y ante una Europa menos carolingia, m¨¢s eslava y b¨¢ltica. Una Europa, adem¨¢s, que mira, para su protecci¨®n, hacia Washington. Ucrania ha dejado en suspenso los planes del presidente de la Rep¨²blica para impulsar la autonom¨ªa militar europea. El diagn¨®stico de Macron en 2019 de una OTAN en estado de ¡°muerte cerebral¡± ha quedado desmentido. Tampoco logra deshacer la sospecha, entre muchos socios, de que su europe¨ªsmo es, como dice Sophie Pornschlegel, una manera de ¡°usar la UE para su inter¨¦s nacional¡±.
Mientras que en Alemania suele hablarse de ¡°motor franco-alem¨¢n¡±, en Francia se habla de couple: pareja o matrimonio. Una visi¨®n pr¨¢ctica; la otra, rom¨¢ntica. Siguiendo con la met¨¢fora, el matrimonio estar¨ªa cambiando de vivienda y sufriendo el estr¨¦s que esto conlleva. ¡°En una pareja¡±, dice Luuk van Middelaar, ¡°y en plena mudanza, como ahora, hay muchas irritaciones¡±. A?ade: ¡°Pasan por un momento dif¨ªcil desde el inicio de la guerra, porque esta guerra afecta a dos de los tres temas m¨¢s dif¨ªciles entre alemanes y franceses: la energ¨ªa y la defensa. El tercer tema ser¨ªa el dinero y el euro, pero esto ya est¨¢ m¨¢s o menos arreglado¡±.
Con la pandemia y los planes de rescate, la UE y el motor franco-alem¨¢n dieron un salto adelante. Pero la guerra ha expuesto, en materia energ¨¦tica, la distancia entre una Francia que apuesta por las centrales nucleares, y una Alemania que abandona la energ¨ªa nuclear y se replantea el modelo de las ¨²ltimas d¨¦cadas basado en la dependencia de Rusia. Tambi¨¦n afloran las diferencias en materia militar: Francia, dotada de la bomba at¨®mica, se reclama de la tradici¨®n gaullista de la ¡°potencia de equilibrio¡± entre las superpotencias; Alemania se siente m¨¢s apegada a la OTAN y EE UU.
En Par¨ªs, al abordar con responsables pol¨ªticos la relaci¨®n con Berl¨ªn, se escucha un lamento repetido: las deliberaciones dentro de la coalici¨®n alemana complican la comunicaci¨®n. Con Scholz, canciller desde diciembre de 2021, Macron no ha logrado establecer la comunicaci¨®n que ten¨ªa con su antecesora, Angela Merkel.
¡°El a?o 2022 es un peque?o 1989¡å, explica Van Middelaar, fundador del Instituto de Bruselas para la Geopol¨ªtica y uno de los intelectuales que piensa la Europa actual con m¨¢s dedicaci¨®n. ¡°Quiz¨¢ no es tanto, pero pertenece a estos grandes acontecimientos que tocan a todos los equilibrios dentro del continente, incluido el equilibrio franco-alem¨¢n. Y si recordamos todas las dificultades por las que pas¨® la pareja franco-alemana en aquella ¨¦poca, entre Helmut Kohl y Fran?ois Mitterrand, quienes, hay que recordar, eran amigos desde hac¨ªa tiempo y hab¨ªan trabajado juntos¡ El 24 de febrero pasado, Macron y Scholz pr¨¢cticamente no se conoc¨ªan. No hay ni la misma confianza ni intimidad entre ambos. Y esto hay que tenerlo en cuenta tambi¨¦n¡±.
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