El Gobierno portugu¨¦s, en el invierno del descontento: profesores, sanitarios y ferroviarios en huelga
Las reivindicaciones salariales chocan contra la pol¨ªtica de control presupuestario que el primer ministro, Ant¨®nio Costa, quiere preservar
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Hace dos meses, mientras la pol¨ªtica portuguesa estaba pendiente de la sucesi¨®n de dimisiones en el Gobierno de Ant¨®nio Costa, profesores como Manuela Silveira comenzaron a hacer huelgas intermitentes en los colegios del pa¨ªs. Entonces no causaron mucho ruido, hasta que a mediados de enero miles de docentes participaron en una multitudinaria manifestaci¨®n en Lisboa, que tienen previsto repetir este s¨¢bado. Sanitarios y ferroviarios tambi¨¦n han mostrado su malestar y han recurrido a las protestas.
En el caj¨®n de peticiones de los docentes hab¨ªa una lista con reivindicaciones antiguas, como el fin de la precariedad de los profesores contratados o la descongelaci¨®n de la carrera, con sus consiguientes mejoras salariales para los fijos. Pero tambi¨¦n algunas quejas nuevas sobre la reordenaci¨®n del profesorado. Y sobre todo ello planeaba algo dif¨ªcil de solucionar con un solo decreto: la dignificaci¨®n de la escuela. ¡°Lo que m¨¢s me motiva de estas protestas es la denuncia del descalabro de la ense?anza, que ha sido vaciada de sus verdaderas funciones y se ha convertido en una escuela asistencialista, donde el Estado trata de resolver problemas que no son de la escuela¡±, explica Silveira, una profesora de Filosof¨ªa con 36 a?os de servicio y 1.800 euros de salario neto al mes.
Como ella, muchos profesores fijos no alcanzar¨¢n la cima de la carrera profesional cuando se jubilen a los 66 a?os por el restrictivo modelo de promoci¨®n, que contempla un n¨²mero limitado de ascensos cada a?o y que deja fuera a docentes que tambi¨¦n cumplen los requisitos de antig¨¹edad y calidad educativa para subir en el escalaf¨®n. Esta es una de las demandas de los docentes fijos, pero Manuela Silveira se siente ¡°una privilegiada¡± cuando se compara con alguno de sus compa?eros contratados. ¡°Su situaci¨®n es grav¨ªsima. Ganan mal, trabajan mucho y van con la casa a cuestas, lo que cobran solo les da para pagar gasolina y alojamiento¡±, critica esta profesora del instituto Rafael Bordalo Pinheiro de Caldas da Rainha, a unos 90 kil¨®metros de Lisboa. La situaci¨®n de los docentes contratados lusos ha alarmado incluso en la Comisi¨®n Europea, que tiene en marcha un procedimiento sancionador contra Portugal por considerar que les discrimina respecto a los que tienen plaza fija en aspectos como los salarios o la antig¨¹edad.
Portugal es un pa¨ªs de bajos salarios y altos precios inmobiliarios. El pluriempleo es una salida para muchos portugueses, pero la inflaci¨®n de los ¨²ltimos meses ha acabado por movilizar a diversos colectivos del sector p¨²blico ante la dr¨¢stica p¨¦rdida de poder adquisitivo. Este mi¨¦rcoles comenzaron las protestas en Comboios de Portugal, la empresa p¨²blica ferroviaria, que durar¨¢n hasta el martes 21 de febrero. Durante la huelga total del jueves, que se realiz¨® sin servicios m¨ªnimos, se suspendieron casi todas las operaciones del pa¨ªs (m¨¢s de un millar). Los trabajadores reclaman una subida salarial ajustada al aumento de la inflaci¨®n para no perder poder de compra.
Despu¨¦s de dos meses de concentraciones, paros y marchas, no parece que el pulso de los profesores vaya a concluir pronto, a pesar de la divisi¨®n entre las organizaciones sindicales. La aparici¨®n en escena del Sindicato de Todos los Profesionales de la Educaci¨®n (Stop), con su naturaleza asamblearia y sus nuevas formas de presi¨®n, ha conectado con miles de trabajadores que acumulan a?os de descontentos y dificultades. El ¨¦xito de Stop ha arrastrado tambi¨¦n a las organizaciones tradicionales a elevar sus presiones al Gobierno. En estos d¨ªas se desarrollan cinco convocatorias diferentes de paros que alteran la vida escolar y dificultan en algunos centros la vida de las familias que deben ocuparse de los hijos en horario laboral. En algunas jornadas han llegado a cerrarse un centenar de centros, lo que desat¨® las quejas de los padres de alumnos y llev¨® a la imposici¨®n de servicios m¨ªnimos.
Las cinco rondas de negociaciones con la Administraci¨®n han servido de poco hasta el momento, porque la llave del conflicto depende tanto del Ministerio de Educaci¨®n como del de Finanzas. Todo lo que piden cuesta dinero al Estado, justo lo que Costa trata de tener bajo control. Su pol¨ªtica de contenci¨®n presupuestaria para reducir la deuda y el d¨¦ficit p¨²blicos, considerada una da?ina austeridad desde la izquierda, maniata las concesiones que puede realizar Educaci¨®n en la mesa de di¨¢logo. Las recientes declaraciones del ministro de Finanzas, Fernando Medina, muestran que las prioridades del Gobierno siguen anteponiendo el control del gasto p¨²blico sobre lo dem¨¢s. ¡°Cuando hablamos de los profesores y de las reivindicaciones, hay que tener en cuenta la situaci¨®n general del pa¨ªs: no solo los profesores, sino tambi¨¦n los enfermeros y los m¨¦dicos¡±, dijo en una entrevista a la cadena de televisi¨®n TVI, donde volvi¨® a defender el ¡°equilibrio¡± de las cuentas p¨²blicas.
El bloqueo de la carrera profesional de los profesores es una herencia de los duros a?os del rescate del pa¨ªs entre 2011 y 2014. Fue una de aquellas medidas impuestas por la troika (Comisi¨®n Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) y ejecutadas en medio de una gran contestaci¨®n por el Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho. Aunque el Gobierno socialista alivi¨® algo todo esto, siguen pendiente de reconocimiento seis a?os y seis meses despu¨¦s. El coste de integrarlos en las n¨®minas ser¨ªa de 331 millones de euros al a?o, seg¨²n datos del Ministerio de Finanzas publicados por el semanario Expresso.
Huelga de m¨¦dicos
La sanidad lleva protagonizando protestas desde hace meses por el deterioro tanto del servicio como de las condiciones laborales. Ha habido dimisiones de equipos, concentraciones y paros. El personal sanitario lleva a?os quej¨¢ndose de su sobrecarga laboral y de su escasa remuneraci¨®n. Este mes se desarrollan protestas en enfermer¨ªa, mientras que uno de los sindicatos de m¨¦dicos ha convocado una huelga los d¨ªas 6 y 7 de marzo. Los enfermeros portugueses est¨¢n a la cola en remuneraci¨®n de los pa¨ªses de la OCDE, mientras que los m¨¦dicos asumen una gran sobrecarga laboral por la falta de personal. Para los sindicatos, tanto la precariedad laboral como los bajos sueldos contribuyen al d¨¦ficit de mano de obra sanitaria en el pa¨ªs y a la emigraci¨®n de los profesionales formados en Portugal hacia pa¨ªses con mejores contratos.
La falta de personal comienza tambi¨¦n a ocurrir en las aulas, que necesitar¨¢ contratar a m¨¢s de 34.000 profesores en la pr¨®xima d¨¦cada para cubrir las bajas por jubilaciones, seg¨²n un estudio de la Universidad Nova de Lisboa presentado a finales de 2021. ¡°En dos o tres a?os no tendremos profesores para sustituir las jubilaciones porque nadie quiere estudiar para dedicarse a una profesi¨®n que ha sido desvalorizada y maltratada¡±, concluye Manuela Silveira, que desde diciembre suma ya nueve jornadas de huelga.
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