Los presos reclutados para la guerra por el grupo Wagner: h¨¦roes para Mosc¨², criminales para sus v¨ªctimas
Miles de condenados aceptan combatir en Ucrania de la mano de la empresa de mercenarios para salir de la c¨¢rcel. El entierro de un antiguo reo divide al pueblo de Zhireken, donde mat¨® a un vecino en 2020
Nikita Kasatkin muri¨® con apenas 23 a?os en Ucrania. Proced¨ªa de un peque?o pueblo del este de Rusia, Zhireken, donde no era muy querido. En 2020 hab¨ªa sido condenado por asesinato tras asestar a un pastor nueve pu?aladas y seis golpes en la cabeza con una tuber¨ªa de hierro. Su futuro era una d¨¦cada en prisi¨®n y el repudio de muchos de sus vecinos, pero la compa?¨ªa de mercenarios Wagner, con permiso de Mosc¨², le ofreci¨® el indulto a cambio de combatir unos meses en el frente de Ucrania. No sobrevivi¨®, como otros muchos compa?eros de celda, y su pueblo opt¨® por un entierro discreto. Aquello soliviant¨® a las autoridades rusas: para ellas, merec¨ªa el funeral de un h¨¦roe.
Zhireken se encuentra en la regi¨®n siberiana de Transbaikal, junto a las fronteras de Mongolia y China. La localidad, de unos 4.000 habitantes, supo de la muerte de su vecino el 8 de febrero, cuando una persona an¨®nima public¨® en los chats locales que el Consistorio se negaba a celebrar el funeral en la Casa de la Cultura, un pomposo nombre para una vieja tienda.
El Gobierno del distrito en el que se ubica el pueblo tom¨® cartas en el asunto y presion¨® al Consistorio. ¡°Todos son iguales para nosotros. Las personas llamadas a la movilizaci¨®n, los voluntarios y los miembros de compa?¨ªas privadas. Todos los fallecidos son personas que dieron sus vidas en defensa de nuestros intereses y de los intereses del Estado¡±, advirti¨® p¨²blicamente V¨ªktor Nadeliaiev, el jefe del distrito de Chernishevski, la administraci¨®n de la que depende Zhireken.
El entierro de Kasatkin hab¨ªa dividido al pueblo y la ¨²ltima palabra la tuvo su familia. Finalmente, sus dos hermanas y una t¨ªa abuela decidieron que el velatorio tuviese lugar en su casa y que se celebrase una misa en la iglesia local en honor del fallecido. ¡°Esta situaci¨®n ha sido muy dolorosa¡±, confes¨® la alcaldesa de Zhireken, Aliona Kogodeieva, al diario Sibir Reali. ¡°La condena [por asesinato] fue hace solo dos o tres a?os y la gente todav¨ªa se acuerda. La mayor¨ªa de los vecinos est¨¢n indignados. Unos se preguntan si vamos a convertir a los asesinos en h¨¦roes. Otros creen que [los reos] exp¨ªan sus pecados con su sangre en la operaci¨®n militar. No puedo tomar partido. Creo que esa persona merece ser despedida, pero sin hacer un espect¨¢culo¡±, agregaba la primera edil.
El Consistorio y las autoridades regionales han rechazado dar su versi¨®n de los hechos a este peri¨®dico. Tanto el uso de los presos como carne de ca?¨®n en el frente, como su puesta en libertad sin cumplir las penas en prisi¨®n, son un tema tab¨² en Rusia. Mientras algunas figuras p¨²blicas insisten en tratarlos como h¨¦roes redimidos, otras no dejan de remarcar que eran violadores, asesinos o traficantes de drogas. En ambos casos, su deshumanizaci¨®n facilita que sean empleados en t¨¢cticas casi suicidas impensables con otras unidades de las fuerzas armadas rusas.
El ejemplo m¨¢s claro es el de la batalla por Bajmut, en el este de Ucrania. La ocupaci¨®n de las c¨¢rceles rusas se redujo en 23.000 personas entre octubre y noviembre de 2022, justo un mes antes de la ofensiva que lider¨® el grupo de mercenarios de Wagner en las inmediaciones de aquella ciudad. Seg¨²n Kiev, oleadas y oleadas de combatientes de la empresa de Yevgueni Prigozhin fueron enviados a pecho descubierto contra sus posiciones hasta que lograron la ca¨ªda de la vecina Soledar. Miles de ellos murieron en el intento.
Entre entradas y salidas, la cifra total de presos se redujo en 32.900 en 2022, seg¨²n el balance anual del Servicio Penitenciario Federal. El organismo asegura que son cifras similares a las de los a?os previos a la pandemia porque ¡°ahora se conceden otras penas alternativas¡±. Sin embargo, la ONG Rus Sidi¨¢shchaia (Rusia tras las rejas, declarada agente extranjero por las autoridades) cifra en unos 50.000 los presos reclutados en total por Wagner, de los que solo quedar¨ªan vivos unos 10.000, seg¨²n sus c¨¢lculos.
El activista Vitali Votanovski recopila en su canal de Telegram los entierros que hace Wagner en un cementerio privado en Krasnodar y los coteja con los expedientes judiciales. Entre otros casos, identific¨® el de Alex¨¢nder Korjalev, un hombre que falleci¨® en la guerra con 51 a?os. Hab¨ªa sido condenado a 12 a?os de c¨¢rcel por homicidio involuntario: seg¨²n el auto judicial, apu?al¨® ebrio a su madre porque se neg¨® a darle dinero de su pensi¨®n para comprar cigarrillos, y tras salir de casa se olvid¨® de ella.
El entierro de Kasatkin no es el primero que provoca rechazo. El Ayuntamiento de Kamishlov, en la regi¨®n de Sverdlovsk, junto a los Urales, neg¨® en enero a los padres del exrecluso Iv¨¢n Savkin un funeral p¨²blico porque estaba condenado por robo. ¡°No sab¨ªa que en aquel Ayuntamiento hab¨ªan decidido actuar como animales. Nos ocuparemos de esa escoria y arrastraremos a sus hijos por las fosas nasales hasta la operaci¨®n militar¡±, amenaz¨® Prigozhin a trav¨¦s de un comunicado de su empresa Concord.
Conocido como el Chef de Putin, Prigozhin ha recibido la bula del Kremlin para conceder indultos a los presos a cambio de combatir seis meses en el frente, y Mosc¨² incluso ha mirado a otro lado cuando ha ejecutado a alguno de ellos p¨²blicamente y sin juicio previo por supuestamente fallar al grupo Wagner. Sin embargo, su posici¨®n dentro de las fuerzas armadas produce fricciones con el alto mando. Enfrentado con el ministro de Defensa, Sergu¨¦i Shoig¨², sus rencillas terminaron por explotar esta semana y Prigozhin hizo trizas la regla no escrita por Vlad¨ªmir Putin de que sus facciones deben evitar cualquier confrontaci¨®n en p¨²blico.
Ning¨²n medio ruso publica im¨¢genes violentas para evitar concienciar a la opini¨®n p¨²blica de las consecuencias de la guerra, pero el jefe de Wagner se atrevi¨® a difundir una fotograf¨ªa con los cuerpos de m¨¢s de medio centenar de mercenarios suyos tirados a la intemperie junto a un mensaje demoledor: ¡°El culpable es aquel que no resuelve el suministro de munici¨®n. Al final de la lista [de suministros] deber¨ªa aparecer la firma de [el jefe del Estado Mayor ruso] Valeri Ger¨¢simov, o de Shoig¨²¡±. ¡°No quieren que Wagner exista¡±, sentenci¨® en un audio que fue publicado justo al arrancar la fiesta masiva por la guerra que celebr¨® Putin el 23 de febrero por el D¨ªa del Defensor de la Patria. Horas despu¨¦s, borr¨® la foto.
El propio Putin, observador en la distancia de estas rivalidades, no tiene inconveniente en que se env¨ªe a presos al frente. La semana pasada, durante un encuentro con la defensora del menor de Rusia, Maria Lvova-Belova, el mandatario abog¨® por conceder el mismo estatus a los mercenarios que a los soldados profesionales, independientemente de su pasado. ¡°Todos cumplen un deber sagrado con su tierra natal. Y por ello, ante la patria, todos son iguales¡±, afirm¨® el presidente ruso tras apuntar que as¨ª tambi¨¦n pueden lavar el apellido de sus hijos.
Sin embargo, en Rusia existe el debate sobre la conveniencia del indulto a los delincuentes. En diciembre fue detenido un exmiembro de Wagner en la regi¨®n fronteriza de Rostov. El hombre, de 38 a?os, se enfrent¨® a la polic¨ªa con disparos de un Kal¨¢shnikov. Seg¨²n Wagner, era un desertor que hab¨ªa sido condenado a la c¨¢rcel por robo. Prigozhin, que anteriormente hab¨ªa dicho a los presos de una prisi¨®n que una huida se paga con la muerte, exigi¨® una investigaci¨®n sobre la filtraci¨®n a la prensa de este incidente.
La revelaci¨®n del pasado escabroso de algunos miembros de Wagner apunta a fines propagand¨ªsticos. A diferencia de los miembros de las fuerzas armadas, especialmente de los movilizados a filas, la muerte de los antiguos presos tiene una cobertura menor en los medios rusos. Muchos de ellos son solo delincuentes comunes.
Wagner tambi¨¦n ha puesto el ojo en uno de los colectivos m¨¢s vulnerables en las c¨¢rceles, el de los presos de otros pa¨ªses. ¡°Las autoridades de Kirguist¨¢n est¨¢n intentando repatriar a casa urgentemente a sus ciudadanos condenados en Rusia¡±, advierte Asel Doolotkeldieva, profesora de la Academia de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) en Bishkek, la capital de aquella naci¨®n centroasi¨¢tica.
En Rusia hay 1.077 kirguisos presos, seg¨²n el Ministerio de Exteriores. Uno de ellos es Amanbol, de 30 a?os. Hace tres meses se alist¨® en Wagner, desesperado por su situaci¨®n. Hab¨ªa cumplido entre rejas la mitad de sus nueve a?os de condena por una violaci¨®n que, seg¨²n su madre, cometi¨® otra persona semanas antes de que ¨¦l llegase a Rusia. ¡°Has gastado demasiado dinero ya en recurrir. Si estoy destinado a morir, morir¨¦. Si no, volver¨¦, no sufras m¨¢s¡±, le dijo a su madre en una de sus ¨²ltimas conversaciones por mediaci¨®n de la ONG Rus Sidi¨¢shchaia.
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