Un centenar de bolsonaristas acusados de asaltar Brasilia quedan libres con cargos, tobillera electr¨®nica y sin redes sociales
Unas 800 personas siguen en prisi¨®n 50 d¨ªas despu¨¦s de ser detenidas por invadir las sedes del Congreso, la Presidencia y el Supremo
Un centenar de los m¨¢s de 900 brasile?os que fueron enviados a prisi¨®n por participar en el asalto bolsonarista a los tres poderes en Brasilia ser¨¢n excarcelados por orden del juez que lleva las investigaciones. Esas 102 personas quedan libres con cargos. Podr¨¢n regresar a sus ciudades, pero tendr¨¢n que usar una tobillera electr¨®nica, sus permisos de armas quedan en suspenso y no podr¨¢n comunicarse con otros sospechosos ni utilizar redes sociales. Cincuenta d¨ªas despu¨¦s del ataque m¨¢s grave sufrido por la democracia brasile?a en d¨¦cadas, prosiguen las investigaciones y todav¨ªa se producen detenciones de acusados de incitar y financiar el ataque. Nada ha trascendido sobre los interrogatorios al antiguo ministro de Justicia de Jair Bolsonaro encarcelado por el asalto, y el expresidente brasile?o de extrema derecha contin¨²a instalado en Florida.
La decisi¨®n del juez del Tribunal Supremo que dirige las investigaciones, Alexandre de Moraes, de ordenar la puesta en libertad provisional se produjo horas despu¨¦s de que este lunes Bolsonaro y el jefe del lobby evang¨¦lico en el Congreso coincidieran en quejarse de que todav¨ªa queden en prisi¨®n cientos de los sospechosos detenidos aquel 8 de enero. Miles de bolsonaristas invadieron por la fuerza las sedes del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo disconformes con la victoria electoral del izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que hab¨ªa tomado posesi¨®n una semana antes.
El expresidente, que se fue a Florida antes de acabar su mandato, se quej¨® de que, casi dos meses despu¨¦s del ataque, hubiera ¡°900 personas presas, tratadas como terroristas¡±. A?adi¨® el expresidente de ultraderecha que ¡°cuando los detuvieron no les encontraron ni una navaja. Son cabezas de familia, se?oras, madres, abuelas¡±. Un tercio de los detenidos in fraganti que siguen en prisi¨®n son mujeres.
El presidente, cuidadoso con lo que dice y con lo que hace porque se sabe en la mira de la Justicia y de sus adversarios pol¨ªticos, volvi¨® a deslizar una t¨ªmida cr¨ªtica a los actos violentos al decir: ¡°No estamos de acuerdo con lo que all¨ª ocurri¨®¡±. La ¨²ltima pista sobre su regreso es que dijo en una entrevista que volver¨¢ en marzo para liderar la oposici¨®n. M¨¢s all¨¢ de la incertidumbre sobre si regresar¨¢ o cu¨¢ndo, es seguro que aqu¨ª le espera una avalancha de investigaciones en su contra por asuntos variados como la pandemia, el ataque golpista, las noticias falsas¡ Seg¨²n una informaci¨®n publicada por Bloomberg este martes, el Gobierno Lula quiere que Bolsonaro regrese a Brasil en los pr¨®ximos meses y est¨¢ buscando f¨®rmulas para obligarle si no lo hace por voluntad propia.
El diputado Eli Borges, jefe de la poderosa bancada parlamentaria de los evang¨¦licos, critic¨® tambi¨¦n el lunes en una entrevista que ¡°mucha gente buena siga presa por el 8 de enero¡±. El parlamentario insisti¨® a Folha de S. Paulo en una teor¨ªa conspiratoria al decir que la responsabilidad del ataque fue de una minor¨ªa de infiltrados. Es una falsedad difundida por redes sociales que desde las primeras horas cal¨® en los c¨ªrculos bolsonaristas, ahondando en los universos medi¨¢ticos paralelos en los que habitan millones de brasile?os.
El juez Moraes, considerado el gran defensor de las instituciones ante las sistem¨¢ticas agresiones del bolsonarismo, ha decidido entre las medidas cautelares contra los excarcelados dejarlos sin acceso sus cuentas en redes sociales. Es un castigo que ha aplicado antes a otros bolsonaristas acusados de difundir noticias falsas, incluidos diputados electos que suman millones de seguidores. Una controvertida medida que seg¨²n los afectados equivale a censura.
Este lunes el magistrado Moraes adopt¨® otra medida con potencial de levantar ampollas en los cuarteles. El juez ha decidido asumir para s¨ª mismo los casos judiciales contra los militares y polic¨ªas militares sospechosos de participar directa o indirectamente del asalto de Brasil, procedimientos que hasta ahora estaban siendo investigados en la Justicia militar. Sostiene en su fallo que compete al Tribunal Supremo ocuparse de delitos como la abolici¨®n del Estado democr¨¢tico de Derecho, un golpe de Estado o los actos terroristas, sean estos perpetrados por civiles o por militares.
El descontento de los uniformados con Lula es enorme. Una de las primeras medidas del nuevo presidente de Brasil fue destituir al jefe del Ej¨¦rcito por falta de confianza. En su lugar, el mandatario nombr¨® al general Tom¨¢s Paiva, que d¨ªas antes defendi¨® en un acto castrense el resultado electoral y la legitimidad de la victoria de Lula. Prueba de lo agitadas que siguen las aguas es que acaba de trascender un audio anterior a su nombramiento en el que afirma ante sus subordinados: ¡°No es posible decir con seguridad que hubo alguna irregularidad [en la elecci¨®n]. Desgraciadamente, se dio un resultado que, para la mayor¨ªa de nosotros, no era deseado¡±. El general Paiva hab¨ªa pedido al resto de los presentes que no grabaran sus palabras.
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