Estados Unidos lucha contra la lenta agon¨ªa de su ¡®downtown¡¯
Los centros de grandes ciudades est¨¢n lejos de recuperarse del golpe de la pandemia y la generalizaci¨®n del teletrabajo, al que se suma el aumento de la criminalidad. Washington y San Francisco se llevan la peor parte
Benson Jewelers llevaba desde 1939 en el negocio de la joyer¨ªa ¡°de gama media¡± en Washington. Hace un par de semanas, esta empresa, que Ken Stein hered¨® de su padre, ech¨® el cierre del local que ocupaba desde 2007 en la calle F, a tiro de piedra de la Casa Blanca. Fue una mezcla de cosas, dijo Stein en su ¨²ltimo d¨ªa en la tienda ya vac¨ªa: las costumbres, como tantas otras, cambiaron ¡ª¡±las mujeres prefieren gastar en viajar, no en anillos¡±¨D, pero la puntilla se la dio ¡°la pandemia, el teletrabajo y que los funcionarios a¨²n no han vuelto a la oficina¡±. Total: en la ¨²ltima campa?a de Navidad, origen de la mitad de sus ingresos, ¨²nicamente hizo 60.000 d¨®lares (unos 56.000 euros). Solo la cuenta del alquiler ascend¨ªa a 11.000 al mes por 100 metros cuadrados. Stein admiti¨® que el de Washington nunca fue un ¡°downtown vibrante¡±. ¡°Pero esto es otra cosa: y esa cosa se parece a una muerte lenta¡±.
Solo en esa manzana han desaparecido en los ¨²ltimos meses la sucursal de un banco, un restaurante, dos tiendas de ropa y unos grandes almacenes con descuentos, un negocio ciertamente dif¨ªcil de matar, porque ?a qui¨¦n le amarga una ganga? Y en el edificio de oficinas que albergaba esos almacenes, Jae, cuya tienda de conveniencia sobrevive a duras penas, cuenta que el goteo de bajas de inquilinos es constante.
Tan acuciante es la crisis que la alcaldesa dem¨®crata de la ciudad, Muriel Bowser, estren¨® su tercer mandato en enero lanzando un plan para a?adir, antes de 2028, 650.000 metros cuadrados de apartamentos, con los que atraer al downtown (centro de la ciudad) a 15.000 nuevos vecinos. Bowser se ha topado con una versi¨®n federal del castizo ¡°Vuelva usted ma?ana¡± del escritor espa?ol Mariano Jos¨¦ de Larra: muchos funcionarios, que suman la tercera parte de los empleados del centro, no quieren o¨ªr hablar de retomar completamente el trabajo presencial, la Administraci¨®n de Joe Biden no parece dispuesta a empe?ar sus cortas reservas de capital pol¨ªtico en un enfrentamiento con los sindicatos y el Partido Republicano ha empezado a perder la paciencia: la C¨¢mara de Representantes, la ¨²nica que controlan, aprob¨® en febrero una ley para ¡°atajar los problemas de improductividad derivados del teletrabajo¡±. Sus siglas en ingl¨¦s (los acr¨®nimos ingeniosos les pirran en el Capitolio) son SHOW UP. ¡°Apareced¡±, en espa?ol.
El debate sobre el futuro del downtown no es exclusivo de la capital. Tampoco es nuevo: la conversaci¨®n lleva abierta m¨¢s de seis d¨¦cadas, como saben los lectores del cl¨¢sico de Jane Jacobs Muerte y vida de las grandes ciudades (Capit¨¢n Swing). La discusi¨®n ha atravesado las m¨¢s variadas crisis: del aumento de la criminalidad a la bancarrota; de la crisis de los sintecho y los opi¨¢ceos a la desigualdad galopante o la gentrificaci¨®n y sus descontentos, y de la segregaci¨®n racial y la zonificaci¨®n urbana al auge de la cultura del mall (esos centros comerciales que son aqu¨ª, m¨¢s que un negocio, un estado mental). La pandemia aceler¨® muchos de estos procesos hace ya tres a?os, pero sobre todo dio un impulso exponencial al teletrabajo.
Las urbes estadounidenses que basaron su modelo en las oficinas est¨¢n pagando las consecuencias de esa decisi¨®n. ¡°Se organizaron despiadadamente en torno a la eficiencia, y eso las ha hecho menos resistentes¡±, opina el economista de Harvard Edward Glaeser, autor de El triunfo de las ciudades (Taurus, 2011), repaso a la historia de ¡°una de las grandes creaciones de la Humanidad¡±, que, arg¨¹¨ªa en ese exitoso ensayo, ha contribuido a su bienestar, progreso intelectual y crecimiento econ¨®mico.
Glaesser public¨® 10 a?os despu¨¦s una especie de secuela titulada Survival of the City (La supervivencia de la ciudad). Firmado junto a su compa?ero de claustro David Cutler, lleva como subt¨ªtulo ¡°Viviendo y prosperando en la era del aislamiento¡± (a¨²n sin traducci¨®n al espa?ol). Lo escribieron a partir de la idea de que el gran relato de superaci¨®n de las ciudades es tambi¨¦n el de sus victorias sobre las pandemias del pasado. En ¨¦l, se preguntaban c¨®mo se saldr¨ªa de la ¨²ltima. Y respondieron con optimismo.
¡°La epidemia del coronavirus fue un proceso doloroso¡±, admiti¨® Glaeser en una entrevista por videoconferencia con EL PA?S desde su abigarrado despacho en la universidad, al que acude regularmente desde el verano de 2021. ¡°Pero no tiene comparaci¨®n con otras: por ejemplo, la Plaga de Justiniano, que dio la puntilla al Imperio Romano. La recuperaci¨®n en algunas partes de Europa llev¨® un milenio. No ser¨¢ as¨ª esta vez. Las ciudades resisten. Y siempre vuelven¡±.
Adem¨¢s de a Glaeser y David, la b¨²squeda de respuestas tiene ocupado a un ej¨¦rcito de urbanistas, economistas, ge¨®grafos y dem¨¢s expertos que discuten si esta es una crisis en toda regla, al estilo de la de los setenta, o si supone el final del largo latigazo de la Gran Recesi¨®n de 2008.
Un grupo de esos expertos se ha juntado en el proyecto Downtown Recovery, que estudia la recuperaci¨®n de los centros de 52 ciudades estadounidenses (y 10 canadienses) de m¨¢s de 350.000 habitantes. A las m¨¦tricas habituales (porcentaje de oficinas vacantes, uso del transporte p¨²blico y gasto en comercio minorista) han sumado el an¨¢lisis de la actividad humana a partir del rastreo de tel¨¦fonos m¨®viles. De ah¨ª extraen un porcentaje que compara la vida de antes de la pandemia, cuyo est¨¢ndar marca el 100%, con la de despu¨¦s. Las urbes de tama?o medio, gracias al teletrabajo, una fiscalidad favorable y una mayor oferta de casas grandes con sitio para una oficina dom¨¦stica, lo han llevado mejor, aunque la presi¨®n inmobiliaria est¨¢ expulsando a muchos de sus antiguos vecinos.
De los downtowns estudiados, solo cuatro, todos medianos, superan el 100%. Lidera el r¨¢nking Salt Lake City, en Utah, con una recuperaci¨®n del 135% con respecto a 2019. Washington est¨¢ al 73%. Y el farolillo rojo es San Francisco (31%).
Un viaje a la capital del culto morm¨®n permiti¨® esta semana comprobar que los nuevos edificios de apartamentos est¨¢n cambiando el aire de su centro urbano, dise?ado por influjo divino con calles y manzanas inusualmente amplias por Joseph Smith, fundador de la Iglesia de Jesucristo los Santos de los ?ltimos D¨ªas. ¡°Salt Lake City se ha convertido en un cl¨²ster de tecnolog¨ªa e innovaci¨®n¡±, dice Tracy Loh, investigadora metropolitana residente en Washington del laboratorio de an¨¢lisis Brookings Institution. ¡°Esas industrias invitan a la concentraci¨®n, muchas veces en unos pocos edificios. La clave es construir domicilios cerca de esos edificios. Lo que m¨¢s empuja al teletrabajo es vivir lejos. Los an¨¢lisis indican que acortar los viajes alienta las ganas de ir a la oficina. Si la tienes cerca es muy posible que prefieras salir, y as¨ª te aireas¡±.
La mala planificaci¨®n de San Francisco
?Y Washington y San Francisco? Un dato equipara dos lugares distintos en casi todo lo dem¨¢s: ambas est¨¢n a la cola, con poco m¨¢s de un 40%, en t¨¦rminos de ocupaci¨®n de sus oficinas, seg¨²n el informe Getting America Back to Work (Haciendo que Estados Unidos vuelva al trabajo) que la firma neoyorquina de seguridad Kastle actualiza semanalmente, midiendo, entre otras ratios, el consumo de las grandes botellas azules con las que se cargan esos refrigeradores que mantienen el agua fresca. ¡°San Francisco est¨¢ pagando las consecuencias de decisiones pol¨ªticas err¨®neas. Antes de la pandemia sumaba muchos m¨¢s empleos, unos 100.000, que viviendas: en torno a cero. Es un caso muy ilustrativo del error de no construir casas al lado de las oficinas¡±, agrega Loh. ¡°En Washington el problema es que su downtown es el centro de trabajo m¨¢s importante de la regi¨®n [que incluye porciones de los estados de Maryland y Virginia]. Est¨¢ lleno de funcionarios y de empleados que viven en otra jurisdicci¨®n. Se generaliza el teletrabajo; se vac¨ªan sus calles¡±.
La alcaldesa Bowser aspira a cambiar eso: construyendo viviendas, pero tambi¨¦n convirtiendo algunos de los edificios impersonales ahora vac¨ªos en apartamentos. No ser¨¢ sencillo. ¡°Es m¨¢s f¨¢cil reasignar los m¨¢s antiguos y peque?os, de estilo europeo, para uso residencial. Los m¨¢s grandes, construidos desde los ochenta, son mucho m¨¢s caros. No tienen suficientes ventanas, ni la instalaci¨®n de ca?er¨ªas necesaria para que cada apartamento tenga su ba?o¡±, advierte en un correo electr¨®nico el profesor de Stanford Nicholas Bloom, al que sol¨ªan llamar ¡°el profeta del teletrabajo¡± hasta que un d¨ªa de marzo de 2020 lleg¨® una plaga y cumpli¨® todas sus profec¨ªas de golpe. ¡°Costar¨¢ tiempo eliminar el exceso de inventario, porque actualmente un 30% de las oficinas est¨¢n vacantes en Estados Unidos. La soluci¨®n es que una gran cantidad de espacio quede vac¨ªo, que no se construyan nuevas, y que el excedente acabe absorbi¨¦ndose¡±.
Bloom tambi¨¦n apuesta por dejar que las cosas caigan por su propio peso para los restaurantes y tiendas que daban servicio a los trabajadores que ahora solo aparecen ¡°dos o tres d¨ªas por semana¡±. ¡°El gasto ha ca¨ªdo un 50%, y se ha trasladado a los suburbios, por lo que es previsible que tenga que cerrar un 30% de esos comercios. En los pr¨®ximos cinco o diez a?os, el teletrabajo seguir¨¢ creciendo, porque la tecnolog¨ªa que lo impulsa mejorar¨¢: estoy pensando en hologramas, realidad aumentada y virtual¡. Estamos viviendo un proceso de adaptaci¨®n¡±. A corto plazo, dice Bloom, puede ser doloroso para todos esos empleos asociados, como la joyer¨ªa de Washington. ¡°Pero a la larga es un proceso natural positivo, de destrucci¨®n creativa¡±.
?Qu¨¦ hacer entretanto? Loh adelant¨® en su entrevista con EL PA?S las conclusiones de un art¨ªculo cient¨ªfico que est¨¢ a punto de publicar en el que ofrece ideas para reanimar al paciente: ¡°Construir apartamentos; invertir en seguridad, en vista de que el crimen ha aumentado desde 2019; crear espacios p¨²blicos de calidad y zonas peatonales (no todas las calles tienen necesariamente que ser alcantarillas llenas de autom¨®viles); reinventar el transporte p¨²blico, tan afectado por la covid; invertir en industrias en crecimiento capaces de ocupar las oficinas, y crear focos de atracci¨®n para los visitantes¡±.
No deja de ser parad¨®jico que el dibujo que saldr¨ªa de unir todos esos puntos se parezca bastante a una ciudad¡ europea. ?Es compatible esa receta con el ideal de la vida del suburbio residencial, indisociable del american way of life? ¡°Tendr¨¢ que serlo. Las encuestas muestran que las generaciones milenial y Z prefieren habitar comunidades transitables con acceso a servicios¡±, argumenta Glaeser. ¡°La ciudad del futuro deber¨¢ orientarse m¨¢s a la vida, al placer, que a la productividad. Lo que salvar¨¢ a los centros es que la gente quiera disfrutarlos, ir a socializar. Las ciudades europeas han estado hist¨®ricamente mejor preparadas para eso¡±.
La salvaci¨®n del ocio
La acad¨¦mica Lynne Sagalyn, experta en inmobiliaria de la Universidad de Columbia, est¨¢ de acuerdo en que el ocio ser¨¢ una parte importante del plan de reanimaci¨®n. ¡°Ya est¨¢ sucediendo. Si bajas al downtown en una ciudad como Nueva York es muy dif¨ªcil encontrar una mesa en un restaurante. Ver¨¢s a un mont¨®n de j¨®venes. Quedan all¨ª para llevar una vida social para la que no les sirve Zoom. Eso demuestra que los centros son algo m¨¢s que la salud de su mercado de oficinas¡±.
Sagalyn escribi¨® a principios de los noventa un estudio pionero en su campo titulado Downtown Inc. (algo as¨ª como Downtown S. A.), sobre c¨®mo la iniciativa privada estaba sacando a las ciudades estadounidenses del hoyo. Tambi¨¦n es optimista. Si se pudo hacer entonces, se podr¨¢ hacer ahora, dice, y recuerda que las ciudades ¡°llevan muriendo unos 10.000 a?os¡±.
Un siglo despu¨¦s de que pasara su edad dorada en Estados Unidos, de la que quedan recuerdos art dec¨® en los centros, de Tulsa a Detroit y de Los ?ngeles a Columbus, est¨¢ por ver cu¨¢nto tardar¨¢n esta vez en volver a entonar aquel retrato idealizado del centro, todo un cl¨¢sico del pop americano llamado Downtown. Un pegadizo tema en el que Petula Clark cantaba: ¡°Las luces son m¨¢s brillantes / All¨ª puedes olvidar tus problemas / olvidar tus preocupaciones. / Ve a downtown / Ser¨¢ genial cuando est¨¦s en downtown. / No hay mejor lugar posible¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.