Los incidentes violentos empa?an el ¨¦xito de las protestas pac¨ªficas contra la reforma de Macron
El incendio en la Alcald¨ªa de Burdeos, el asalto a edificios institucionales y los disturbios de Par¨ªs y otras ciudades marcan la nueva jornada de huelgas y manifestaciones en Francia
La protesta por la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron ha entrado este jueves en una nueva fase, tan multitudinaria como hasta ahora, pero m¨¢s reivindicativa todav¨ªa y con momentos de tensi¨®n e im¨¢genes de violencia. Y ha quedado claro que ni los sindicatos ni la oposici¨®n, a los que se han sumado otras reivindicaciones como las estudiantiles, levantar¨¢n la presi¨®n sobre el presidente franc¨¦s para que retire la ley que aumentar¨¢ la edad de jubilaci¨®n de los 62 a los 64 a?os.
Los choques entre algunos manifestantes y la polic¨ªa en Par¨ªs y otras ciudades, y episodios como el incendio en la entrada del Ayuntamiento de Burdeos o el asalto a edificios institucionales de ciudades como Lorient y Nantes empa?an el car¨¢cter pac¨ªfico del movimiento. Los incidentes, obra de una minor¨ªa, hacen un flaco favor a los sindicatos, que durante meses se han esforzado por mantener la paz en las marchas y lo han logrado.
El ministro del Interior, G¨¦rald Darmanin, denunci¨® que las fuerzas del orden hab¨ªan sido v¨ªctimas de ataques violentos. Seg¨²n el ¨²ltimo balance, facilitado este viernes, 441 polic¨ªas y gendarmes resultaron heridos, algunos de gravedad, y las fuerzas del orden detuvieron a 457 personas. Solo en Par¨ªs se produjeron 903 fuegos en el mobiliario urbano o en la basura, seg¨²n Darmanin.
Aunque las cifras del Ministerio del Interior y las del sindicato CGT sobre el n¨²mero de manifestantes son muy distantes, ambas coinciden en un punto: la protesta fue un ¨¦xito de afluencia, de las mayores desde que el Gobierno present¨® la ley en enero. El ministerio contabiliz¨® 1,08 millones de manifestantes de toda Francia, la cuarta mayor convocatoria de las nueve ¨²ltimas. La CGT cifr¨® la asistencia en 3,5 millones, la mayor junto a las del 7 de marzo.
Nadie flaquea. Ni Macron ni el movimiento, que cuenta con la simpat¨ªa del 70% de franceses. Nadie cede. Tras la accidentada adopci¨®n este lunes de la reforma, Macron dej¨® claro que no piensa retirarla. La respuesta, en m¨¢s de 300 manifestaciones, fue la misma: sus detractores tampoco tienen la intenci¨®n de plegar las pancartas e irse a casa. Los sindicatos ya han convocado otra jornada de protesta, la d¨¦cima, para el pr¨®ximo d¨ªa 28.
Adem¨¢s de las manifestaciones, se han declarado en huelga sectores clave como la energ¨ªa, los transportes o la educaci¨®n. La jornada de paros y manifestaciones y coincide con la presencia de Macron en el Consejo Europeo de Bruselas. Las ocho anteriores no lograron disuadir al presidente franc¨¦s en su empe?o por reformar el sistema de pensiones. Pero la del jueves ten¨ªa algo distinto. Era la primera despu¨¦s de unos d¨ªas en los que las manifestaciones han abocado a Francia a una crisis pol¨ªtica y social cuyo ¨²nico antecedente reciente es la revuelta de los chalecos amarillos en 2018. Y, m¨¢s que en los d¨ªas anteriores, sobrevolaba las protestas un aire de chalecos amarillos: los choques con los antidisturbios, los gases lacrim¨®genos, los incendios de mobiliario urbano y de las basuras que estos d¨ªas inundan las esquinas de Par¨ªs por la huelga en la limpieza p¨²blica.
¡°Macron, prepara el helic¨®ptero: llegamos¡±. ¡°Nos has metido 64, nosotros te meteremos un mayo del 68¡å. ¡°Muerte al rey¡±. ¡°Me duele esta democracia¡±. Estas eran algunas de las pancartas que pod¨ªan verse en la multitudinaria manifestaci¨®n de Par¨ªs, entre la plaza de la Bastilla, s¨ªmbolo de la Revoluci¨®n francesa, y la plaza de la ?pera.
Ha sido una manifestaci¨®n festiva, donde se han unido sindicalistas, chalecos amarillos, pol¨ªticos de la oposici¨®n, ciudadanos de a pie y muchos, muchos j¨®venes.¡±No toques mis pensiones¡± o ¡°Nada que perder¡±, se le¨ªa en las pancartas de un grupo de estudiantes. ¡°El presidente de la Rep¨²blica, si es que podemos llamarle presidente, no nos quiere escuchar¡±, dec¨ªa una adolescente de 15 a?os que asist¨ªa a la marcha con un grupo de amigas. Otra a?adi¨®: ¡°Con la reforma no tendremos pensi¨®n, nos moriremos antes¡±. Y otra: ¡°Nunca hay que resignarse, porque si nos resignamos acabaremos como en China¡±. Cantaban La Internacional.
La presencia masiva de estudiantes era una novedad. Tambi¨¦n la ampliaci¨®n del campo de las reivindicaciones. Ya no ata?en solo a la reforma de las pensiones. Hay una reclamaci¨®n de mayor democracia en respuesta a la v¨ªa expeditiva que Macron ha usado para soslayar el bloqueo parlamentario y adoptar la reforma.
El d¨ªa 16, tras constatar que carec¨ªa de los votos suficientes en la Asamblea Nacional para aprobar la ley, Macron recurri¨® al art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n. Este art¨ªculo permite imponer una ley sin voto. A cambio, la oposici¨®n puede presentar una moci¨®n de censura y, al mismo tiempo, hacer caer al Gobierno y anular el texto. Las dos mociones de censura presentadas el lunes fracasaron, aunque una qued¨® a solo nueve votos de la mayor¨ªa. La ley result¨® aprobada. Ahora est¨¢ pendiente del dictamen del Tribunal Constitucional.
La esperanza de los manifestantes es que Macron retire la norma, como hizo el presidente Jacques Chirac en 2006 al renunciar al proyecto de contrato de empleo juvenil tras meses de manifestaciones. Fue la ¨²ltima victoria de la calle ante una reforma del Gobierno.
¡°Que retire la reforma de las pensiones, o seguiremos en la calle¡±, dijo Didier, un chaleco amarillo de 45 a?os. ¡°Si no lo ha entendido, ya lo entender¨¢¡±. Seg¨²n este empleado administrativo que dice llevar cuatro a?os saliendo cada s¨¢bado a protestar, el presidente ¡°est¨¢ fuera de ¨®rbita, vive en su torre de marfil, no sabe qu¨¦ pasa en la calle, no sabe qu¨¦ es el pueblo, de hecho odia al pueblo¡±.
El final del proceso legislativo podr¨ªa significar el principio del fin del movimiento social, por agotamiento o por resignaci¨®n. Pero podr¨ªa ser el proleg¨®meno de un desaf¨ªo todav¨ªa mayor y prolongado en la calle. Es pronto para saberlo.
Aunque las movilizaciones son significativas, la huelga ha tenido un seguimiento desigual. En la educaci¨®n p¨²blica pararon un 21,4% de docentes, un nivel inferior a otras jornadas este invierno. La mitad de los trenes de alta velocidad y un tercio de los de cercan¨ªas no funcionaban. Los paros afectaron al metro de la capital. Los manifestantes bloquearon la entrada a una de las terminales del aeropuerto Charles de Gaulle e invadieron las v¨ªas en la Gare de Lyon en Par¨ªs.
¡°Nos manifestaremos tanto como sea necesario¡±, comentaba, al inicio de la protesta, el diputado socialista J¨¦r?me Guedj. El diputado considera que Macron conf¨ªa en la resignaci¨®n de los manifestantes y que esto exige a la oposici¨®n y los sindicatos mantener lo que llama la ¡°correlaci¨®n de fuerzas¡±. ¡°[Macron] sue?a con la radicalizaci¨®n [del movimiento] para poder agitar el miedo¡±, afirmaba.
La entrevista televisiva de Macron el mi¨¦rcoles no sirvi¨® para calmar los ¨¢nimos. El presidente no hizo ninguna cesi¨®n a las reivindicaciones. Dijo que hay que escuchar la ¡°c¨®lera leg¨ªtima¡± que se expresa en las manifestaciones pac¨ªficas, pero a?adi¨®: ¡°No toleraremos ning¨²n desbordamiento¡±. Tambi¨¦n equipar¨® las acciones violentas con el asalto trumpista al Capitolio de Washington en enero de 2021 o a la irrupci¨®n de una muchedumbre en el Congreso en Brasilia el pasado enero. ¡°Cuando Estados Unidos ha vivido todo lo que ha vivido en el Capitolio, cuando Brasil ha vivido lo que ha vivido¡±, dijo, ¡°hay que decirlo claramente: respetamos, escuchamos, intentamos avanzar por el pa¨ªs, pero no podemos aceptar ni a los facciosos ni las facciones¡±.
Las palabras del presidente eran un aviso a los protagonistas de altercados en Par¨ªs y otras ciudades desde la aplicaci¨®n del art¨ªculo 49.3 la semana pasada. La ONG Amnist¨ªa Internacional ha alertado sobre ¡°el recurso excesivo a la fuerza [por parte de la polic¨ªa francesa] y las detenciones abusivas¡±.
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