Condenados dos bolsonaristas que colocaron una bomba en Brasilia en la primera sentencia por la agitaci¨®n golpista
Un juez les impone entre cinco y nueve a?os de prisi¨®n mientras el Tribunal Supremo avanza con los cientos de procesamientos por el asalto a los tres poderes
Brasil ya tiene a sus primeros condenados a c¨¢rcel por los movimientos golpistas que protagoniz¨® el bolsonarismo en los ¨²ltimos meses: George Washington de Oliveira y Alan Diego dos Santos fueron condenados, este jueves a ¨²ltima hora, a nueve y cinco a?os de c¨¢rcel respectivamente. Los dos est¨¢n acusados de maniobrar para colocar una bomba en un cami¨®n a las puertas del aeropuerto de Brasilia en la Nochebuena pasada, pocos d¨ªas antes de la toma de posesi¨®n del presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. El objetivo, seg¨²n la Fiscal¨ªa, era ¡°provocar una conmoci¨®n social para que hubiese una intervenci¨®n militar y se decretara el estado de sitio¡±. La bomba fall¨® y no hubo heridos, pero el intento fue parte de una escalada de agitaci¨®n golpista que empez¨® con campamentos ante los cuarteles y culmin¨® en la turba violenta que el 8 de enero irrumpi¨® en las sedes de los tres poderes.
Muchos de los m¨¢s de mil detenidos en el asalto a la Presidencia, el Tribunal Supremo y el Congreso est¨¢n ahora siendo imputados por la m¨¢xima corte. Y el exministro de Justicia de Jair Bolsonaro Anderson Torres, que aquel d¨ªa era el m¨¢ximo responsable de la seguridad de Brasilia, ha estado cuatro meses en la c¨¢rcel acusado de negligencia y complicidad con los golpistas. Fue excarcelado el jueves, aunque esperar¨¢ su juicio con una tobillera electr¨®nica, sin poder salir de la ciudad, comunicarse con otros investigados o usar las redes sociales.
Los dos condenados por el atentado frustrado en el aeropuerto se conocieron en el campamento levantado frente a la sede del Ej¨¦rcito en Brasilia, donde cientos de bolsonaristas pasaron dos meses pidiendo una intervenci¨®n militar, inconformes con el resultado de las elecciones. All¨ª fue donde ¡°decidieron unirse para practicar delitos¡±, seg¨²n la denuncia que present¨® en su d¨ªa la Fiscal¨ªa.
Oliveira viaj¨® en auto desde su ciudad natal en el estado de Par¨¢ (a m¨¢s de 1.900 kil¨®metros al norte) con armas de fuego, municiones y dinamita. El objetivo era ¡°garantizar disturbios sociales y evitar la propagaci¨®n de lo que ¨¦l denomina comunismo¡±. Con todo ese material, Oliveira mont¨® y entreg¨® el artefacto explosivo a Dos Santos, que se lo pas¨® a un tercero, Wellington Macedo (que est¨¢ pr¨®fugo y no ha sido condenado) para que lo colocara en las puertas del aeropuerto de Brasilia. El objetivo inicial era hacer explotar un poste de luz para da?ar la distribuci¨®n el¨¦ctrica en toda la ciudad, pero en el ¨²ltimo momento la bomba fue colocada en un cami¨®n cargado de queroseno de aviaci¨®n y con capacidad para 60.000 litros. El da?o podr¨ªa haber sido may¨²sculo, pero el conductor not¨® que hab¨ªa un objeto extra?o y llam¨® a la polic¨ªa.
Los condenados puede recurrir la sentencia, pero el juez ha decidido que contin¨²en encarcelados porque considera que a¨²n suponen un peligro para el orden social. Ambos fueron condenados por poner en peligro la vida de terceros, intentar causar incendio en combustible y por portar armas de fuego sin permiso (en el caso de Oliveira), pero en ning¨²n caso por terrorismo, a pesar de que desde 2016 Brasil cuenta con una ley antiterrorista que lo define como ¡°el uso o almacenaje de explosivos (¡) u otros medios capaces de causar da?os o promover destrucci¨®n en masa¡±.
Quienes pocos d¨ªas despu¨¦s participaron en el intento golpista del 8 de enero (bolsonaristas que actuaron con violencia pero sin mostrar armas) fueron inicialmente calificados por jueces, pol¨ªticos y medios locales como terroristas, pero eso ha amainado. La Fiscal¨ªa denunci¨® a 1.390 personas, y por el momento el Tribunal Supremo ha imputado a todos los sospechosos cuyos casos ha analizado, unos 550, que ya est¨¢n formalmente acusados de asociaci¨®n criminal, abolici¨®n violenta del Estado de Derecho y golpe de Estado. Ninguno, por el momento, por terrorismo.
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