Lula reparte presupuesto y cargos para asegurarse apoyo parlamentario
El presidente de Brasil intenta engrasar su relaci¨®n con el Congreso porque en cinco meses no ha logrado aprobar ning¨²n gran proyecto legislativo
El Gobierno del presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva reparti¨® este mi¨¦rcoles la friolera de 700 millones de reales (140 millones de d¨®lares) entre varios partidos afines y aliados coyunturales en un intento de lubrificar la relaci¨®n y garantizarse el apoyo parlamentario que necesita para sacar adelante sus proyectos. La cuant¨ªa fue desvelada por el grupo Globo. El l¨ªder de la izquierda brasile?a necesita cada voto que pueda lograr en un Congreso de mayor¨ªa bolsonarista. Esta inyecci¨®n de dinero a proyectos que cada parlamentario puede designar (algo previsto en la ley) pretende asegurar que los partidos a los que Lula dio ministerios y los que coquetean con el Ejecutivo le dan, a la hora de la verdad, cada uno de los votos prometidos. En las ¨²ltimas semanas, el Gobierno ha sufrido dos derrotas parlamentarias que evidencian su debilidad cinco meses despu¨¦s de tomar posesi¨®n.
El Congreso de Brasil tiene fama de casi insaciable, el intercambio de favores est¨¢ a la orden del d¨ªa y ahora tiene bastante m¨¢s poder que en los primeros mandatos presidenciales de Lula (2003-2010). Las ultimas elecciones le dieron la victoria al izquierdista, pero desde el minuto uno estuvo claro que el panorama para gobernar era realmente desafiante. ¡°Ganar las elecciones es la parte f¨¢cil¡±, bromeaba Lula en campa?a. Venci¨® las presidenciales por menos de dos puntos y su adversario, Jair Bolsonaro, de extrema derecha, logr¨® para su formaci¨®n, el Partido Liberal, el mayor grupo parlamentario, seguido del Partido de los Trabajadores.
Como primera medida, el presidente Lula entreg¨® una decena de sus 37 ministerios a partidos del llamado Centr?o (el gran centro), una constelaci¨®n de siglas sin ideolog¨ªa y con una larga trayectoria de ofrecer apoyo parlamentario a cambio de cargos con presupuestos suculentos.
Pero el Gobiernos se llev¨® el disgusto de ver c¨®mo buena parte de los diputados de esos supuestos aliados le eran infieles a las primeras de cambio. La traici¨®n qued¨® patente al ver c¨®mo fracasaron lo que iban a ser los dos primeros logros parlamentarios. Los aliados del Gobierno perdieron la votaci¨®n para reformar la ley de saneamiento b¨¢sico y hubo que aplazar la votaci¨®n de una de sus normas estrella ¡ªla que combate las noticias falsas y regula las redes sociales¡ª para evitar una segunda derrota.
Lula, considerado siempre un habilidoso negociador, dio un toque de atenci¨®n en p¨²blico al ministro encargado de gestionar las siempre complicadas relaciones con el Congreso, Alexandre Padilha, del PT. Los ministros de la cuota del Centr?o han sido llamados a capitulo para que pongan orden en sus filas. Y luego est¨¢ el dineral en partidas presupuestarias repartido el mi¨¦rcoles.
Los parlamentarios tienen la potestad de designar proyectos a los que destinar un trocito de la tarta presupuestaria. Un instrumento legal que el Gobierno ¡ªeste y los anteriores¡ª usa para negociar con los grupos parlamentarios porque tiene la potestad de decidir en qu¨¦ orden y a qu¨¦ velocidad se hacen los pagos.
A finales de abril, cuando a Lula ya se le acumulaban los problemas con el Poder Legislativo, el presidente de la C¨¢mara de Diputados, Artur Lira, que apoya por el momento a Bolsonaro pero no es un aliado ideol¨®gico, explicaba en una entrevista al diario O Globo c¨®mo funciona el sistema: ¡°Siempre he dicho que el presupuesto es mucho m¨¢s democr¨¢tico si lo deciden 600 parlamentarios que diez ministros. (¡) Sabemos lo que quieren los partidos: que se favorezcan las obras y servicios p¨²blicos [en sus circunscripciones] para aumentar su alcance pol¨ªtico y servir a sus bases [electorales]. El Gobierno necesita organizarse¡±. El mensaje al Ejecutivo era evidente. Nada m¨¢s tomar posesi¨®n Lula, su partido, el PT, apoy¨® la reelecci¨®n de Lira al frente de la C¨¢mara para suavizar la relaci¨®n y cobrarse el favor m¨¢s adelante.
El Congreso de Brasil es voluble hasta l¨ªmites insospechados. Los mismos diputados que aprueban cuotas para negros y mujeres en las listas electorales al calor de protestas con eco medi¨¢tico incumplen esas mismas normas y, meses despu¨¦s, sin despeinarse pactan una amnist¨ªa. Acaba de suceder. Y tan contentos, hasta la pr¨®xima crisis.
Ahora Lula y su equipo buscan votos y calma para poder aprobar la semana que viene la regla fiscal que sustituir¨¢ al techo de gasto y deber¨ªa permitirse ampliar el gasto p¨²blico para, como repite hace 20 a?os, ¡°incluir a los pobres en el presupuesto¡±. Los afines al Gobierno tambi¨¦n quieren tener una buena cuota de poder en la comisi¨®n parlamentaria propuesta para investigar el asalto golpista de Brasilia.
Las ¨²ltimas d¨¦cadas han visto todo tipo de maniobras l¨ªcitas e il¨ªcitas para allanar la relaci¨®n con el Congreso. El anterior presidente, Bolsonaro, lleg¨® al cargo echando pestes de la vieja pol¨ªtica, llam¨® a tecn¨®cratas y militares para formar el Gobierno m¨¢s peque?o de la historia pero, en cuanto empezaron las peticiones de impeachment para apearlo del poder por la nefasta gesti¨®n de la pandemia, implant¨® un sistema para aceitar con un gran trozo la relaci¨®n con el Congreso de la tarta presupuestaria: el llamado presupuesto secreto, desvelado por el diario Estad?o, contemplaba el reparto en tres a?os de una suma gigantesca, 45.000 millones de reales (8.300 millones de euros), de los que ya se ha pagado casi la mitad. Similar en funcionamiento a las enmiendas que permiten a cada diputado decidir en qu¨¦ gastar algunas partidas presupuestarias, era un sistema con un volumen de dinero p¨²blico descomunal y cero control gracias a una opacidad que imped¨ªa la fiscalizaci¨®n. El Tribunal Supremo lo declar¨® inconstitucional.
En su primera etapa en la presidencia, el PT de Lula busc¨® un atajo: cre¨® un sistema il¨ªcito para sobornar a parlamentarios a cambio de obtener sus valiosos votos. Aquella ilegalidad, conocida como el mensal?o, fue el primer gran esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de Brasil, que result¨® un juego de ni?os con lo que vino despu¨¦s con la investigaci¨®n Lava Jato, que llev¨® a la c¨¢rcel a Lula junto a decenas de pol¨ªticos y empresarios poderos¨ªsimos. Con el tiempo los tribunales han anulado buena parte del megacaso.
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