La frustraci¨®n por el bloqueo a regular las armas marca el primer aniversario de la matanza escolar de Uvalde
Los republicanos paralizan una iniciativa para subir a 21 a?os la edad m¨ªnima en Texas para comprar rifles de uso militar como el empleado en el tiroteo que cost¨® la vida a 21 personas. ¡°Ya nadie va al ba?o solo¡±, dice una profesora
El cementerio Hillcrest, a las afueras de Uvalde, tiene mucha actividad el d¨ªa de las madres. Adalynn Ruiz llega sobre el mediod¨ªa del domingo 14 de mayo. Viste una camiseta con la leyenda Eva strong, una frase que se convirti¨® en homenaje a su madre, Eva Mireles, una maestra de cuarto grado aficionada al monta?ismo y el crossfit. Ella fue una de las 21 v¨ªctimas del tiroteo en la escuela primaria Robb, ocurrido el 24 de mayo de 2022 en este poblado del sur de Texas. Con el paso de las horas, amigos y familiares cobijan a Ruiz frente a la tumba de su madre, decorada con fotograf¨ªas en blanco y negro, globos y coronas de flores de pl¨¢stico. La jornada se convierte en algo parecido a una fiesta. Hay pizzas y cerveza fr¨ªa que sale de una hielera para aplacar el calor. Hay incluso risas en una comunidad que lleva un a?o sumergida en el dolor m¨¢s profundo.
Sobre la superficie, todo ha cambiado. El pueblo, donde ocho de cada diez personas tienen origen hispano, se ha convertido en un homenaje a las vidas perdidas tras la irrupci¨®n de un joven de 18 a?os armado con un AR-15 el ¨²ltimo d¨ªa de clases. Los ni?os y maestras fallecidos han sido plasmados en grandes murales. Jackie Cazares, de 9 a?os, aparece junto a la torre Eiffel, pues siempre quiso conocer Par¨ªs. Roj¨¦lio Torres fue retratado rodeado de Pokemones. Junto a ¨¦l posa Elihana Garc¨ªa con un jersey del equipo de baloncesto y sus alimentos chatarra favoritos, las sopas Maruchan y los Takis fuego.
En realidad muy poco ha cambiado. La rabia y la desilusi¨®n corroe a las familias de las v¨ªctimas, que ante la p¨¦rdida se han convertido en activistas en favor de la regulaci¨®n de las armas. Naci¨® un movimiento que propone subir en Texas la edad m¨ªnima (de 18 a los 21 a?os) para comprar rifles de uso militar como el empleado. La iniciativa ha chocado con la resistencia de los republicanos, quienes controlan el Congreso local, y se oponen porque consideran la medida inconstitucional.
Ver¨®nica, originaria de M¨¦xico, pero con tres d¨¦cadas en Texas, asegura que la matanza cambi¨® todo para los educadores. Su escuela de Houston tiene ahora una ¨²nica puerta de entrada, monitoreada durante toda la jornada por un guarda. Los padres tienen prohibido volver una vez que han dejado a sus hijos. ¡°Ya nadie va al ba?o solo. Tenemos una hora programada donde toda la clase va junta¡±, cuenta, en un ejemplo de c¨®mo lo ocurrido en Uvalde ha afectado a las escuelas de todo el Estado. Adem¨¢s, las docentes realizan dos simulacros mensuales donde fingen que un tirador ha entrado en el centro. Una clave se comunica mediante el sistema de bocinas. Se cierran las cortinas de puertas y ventanas. Las maestras re¨²nen a sus alumnos en el sitio m¨¢s lejano a la puerta y guardan silencio. ¡°No hemos tenido cursos para aprender a disparar ni lo hemos hablado. No lo queremos¡±, dice antes de que se lo pregunten.
Los familiares que reclamaban una mayor regulaci¨®n en las armas encajaron un nuevo golpe a principios de este mes. La iniciativa avanz¨® en una comisi¨®n legislativa con el voto de los congresistas dem¨®cratas y el apoyo de dos conservadores, pero qued¨® fuera del calendario legislativo porque lleg¨® minutos despu¨¦s de finalizado el plazo. Este domingo, el Congreso de Texas aprob¨® una ley que hace m¨¢s estricta la vigilancia de los distritos escolares para que estos tengan planes de respuesta a situaciones de tiradores activos. Un organismo de seguridad escolar tendr¨¢ que revisar al menos una vez cada cinco a?os los protocolos de seguridad y la infraestructura de los centros.
¡°Le pusieron un freno¡ han jugado con nuestros sentimientos¡±, asegura Jesse Rizo, pariente de Jacklyn Cazares, una de las menores fallecidas. ¡°Para ser franco, los pol¨ªticos nos consideran solo una cifra. Somos una estad¨ªstica para ellos. Se venden tantas armas, los controla la Asociaci¨®n Nacional del Rifle y otros intereses. As¨ª que hacen algunos c¨¢lculos, entre los que esperan algunas muertes. Es todo un juego de n¨²meros para ellos¡±, dice Rizo. ¡°El sentido com¨²n dice que no puedes tener a ni?os e inocentes muriendo en centros comerciales, escuelas, en el Walmart. No es normal, ?verdad? Uno pensar¨ªa que la gente en el poder har¨ªa algunos cambios¡± a?ade. Frente a ¨¦l, sobre una mesa, hay una imagen de su sobrina pol¨ªtica en su primera comuni¨®n, celebrada el a?o pasado. Diez d¨ªas despu¨¦s, Jacklyn fue enterrada con el mismo vestido blanco que us¨® en su fiesta.
Los afectados han encontrado pocos apoyos clave en el Capitolio de Austin, la capital tejana. Uno de estos es el senador dem¨®crata Roland Guti¨¦rrez. Las madres y padres de Uvalde creen que se sum¨® a su causa porque ha sido de los pocos parlamentarios que ha visto completos los v¨ªdeos en manos del Departamento de Seguridad P¨²blica. El pasado jueves, en un emotivo discurso, Guti¨¦rrez admit¨ªa el fracaso de los pol¨ªticos para mejorar la seguridad en las escuelas. ¡°Me dieron un disco duro de este tama?o con dos terabytes¡±, dijo sosteniendo un m¨®vil. ¡°Lo que vi eran ni?os peque?os sin rostro. Sangre por todas partes. Vi tres pilas de cuerpos peque?os¡ Dos en un aula y una en otra¡ Para eso los entrenamos, para que se re¨²nan. Yo s¨¦ que ustedes piensan que hemos hecho algo para mejorar las escuelas, pero es apenas suficiente¡±, declar¨® con la voz quebrada.
La de Uvalde est¨¢ lejos de ser la ¨²ltima tragedia que ha sufrido Estados Unidos. El a?o pasado fue el segundo a?o m¨¢s violento, con 647 tiroteos masivos, solo superado por 2021. En 2022 unos 1.683 menores murieron por la violencia armada. En lo que va de 2023 han fallecido 675 ni?os y adolescentes. El m¨¢s reciente episodio en Texas sucedi¨® el 10 de mayo de este mes. Bastaron cuatro minutos a un hombre de ideolog¨ªa neonazi para matar a ocho personas y herir a siete en un centro comercial a las afueras de Dallas.
A la espera de la demolici¨®n
La primaria Robb se ha convertido en un deprimente punto tur¨ªstico de Uvalde. El edificio est¨¢ abandonado a la espera de una demolici¨®n que borre el d¨ªa negro que vivi¨® una escuela que acogi¨® en los a?os de la segregaci¨®n a estudiantes mexico-americanos desde los a?os cincuenta. Las ventanas est¨¢n cubiertas con tablas y el complejo est¨¢ rodeado por una malla negra. Sobre la acera hay 21 cruces blancas decoradas con girasoles y los nombres de quienes fallecieron. Cientos de rosarios cuelgan de otro gran crucifijo. El sitio, donde ser¨¢ levantado un memorial, est¨¢ custodiado por dos patrullas estatales. En el resto de escuelas del distrito se han instalado rejas de casi dos metros de altura.
¡°Se siente la tristeza¡±, afirmaba hace algunos d¨ªas Joel Mata. ?l y su familia manejaron 330 kil¨®metros desde Houston, donde viven, para acudir a una graduaci¨®n a San Antonio. Despu¨¦s hicieron dos horas m¨¢s de camino hasta Uvalde. Deseaban entender lo sucedido. Su esposa, Ver¨®nica, es maestra de segundo grado. ¡°Quer¨ªa ver d¨®nde estaban las rejas y comprender cu¨¢les pudieron ser las fallas¡±, cuenta la profesora. La matanza fue desencadenada por una puerta trasera que no ten¨ªa seguro.
Daniel Garc¨ªa, un jubilado que vive en el barrio donde est¨¢ la escuela, asegura que muchos llegan en busca de respuestas. La matanza, dice, ha unido m¨¢s a la comunidad. A excepci¨®n de un par de familias de las v¨ªctimas, la gran mayor¨ªa sigue en Uvalde. Es tab¨² hablar de Salvador Ramos, el asesino, quien fue abatido por la Patrulla Fronteriza despu¨¦s de m¨¢s de una hora de inacci¨®n de cientos de uniformados. ¡°Nadie dice su nombre, es como si jam¨¢s hubiera existido¡±, afirma. Las madres de los menores de la Robb expulsaron del pueblo a Adriana Mart¨ªnez, la madre del tirador. Lo ¨²ltimo que se supo de ella es que se hab¨ªa mudado a Oklahoma. En enero fue detenida por amenazar de muerte al hombre con el que viv¨ªa.
Ramos compr¨® su AR-15 en cuanto cumpli¨® su mayor¨ªa de edad en Oasis Outback, una tienda y restaurante de la ciudad. El negocio ha dejado de vender ¡°por el momento¡± el pol¨¦mico modelo, seg¨²n un dependiente. El rifle de guerra dispar¨® 142 balas aquella ma?ana. El diario digital Texas Tribune elabor¨® una investigaci¨®n con los audios de las c¨¢maras corporales de algunos de los casi 300 polic¨ªas que respondieron a la emergencia. Algunos uniformados mostraron reticencias a actuar porque tem¨ªan al AR-15 en manos del asesino. ¡°Es un rifle de combate¡±, comenzaba a escucharse en los radios. ¡°?Cu¨¢l es la forma m¨¢s segura de hacer esto? No quiero palmarla¡±, dijo uno de los primeros en llegar a la escuela.
El AR-15 se coloc¨® despu¨¦s de Uvalde al centro del debate de regulaci¨®n de armas en Estados Unidos. El presidente Joe Biden ha insistido en prohibir su venta en todo el pa¨ªs, algo que rechaza la oposici¨®n conservadora. La matanza, no obstante, mand¨® ondas por todo el pa¨ªs. El Estado de Washington, una progresista regi¨®n del oeste, se convirti¨® en abril en el d¨¦cimo que declar¨® ilegales las ventas de armas de asalto.
La matanza provoc¨® el despido de varios polic¨ªas, el cese de comisionados municipales y la jubilaci¨®n anticipada de funcionarios del distrito escolar. Las familias de los ni?os a¨²n piden remover a un par de funcionarios que fueron omisos el d¨ªa del tiroteo y hoy siguen en sus cargos. Saben que nada de esto les devolver¨¢ a sus hijos, pero intentan encontrar alg¨²n sentido tras la perdida. ¡°La justicia puede definirse de varias formas¡±, dice Jesse Rizo. ¡°Es lograr que alguien renuncie o que enfrente cargos en un tribunal. Pero justicia es tambi¨¦n que se nos diga la verdad. El tirador fue el ¨²nico responsable, ?no? Pero para m¨ª lo peor que pas¨® es c¨®mo todo esto fue manejado. Ese es el gran problema¡±, puntualiza.
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