La presidenta de Transparencia Internacional: ¡°Europa ha sido c¨®mplice de la cleptocracia rusa¡±
Delia Ferreira reclama mayores controles en Occidente para conocer qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de los capitales procedentes de Mosc¨² y Pek¨ªn
Delia Ferreira (C¨®rdoba, Argentina, 66 a?os) recibe a El PA?S en Madrid, donde estos d¨ªas trabaja con la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Interancional y Desarrollo (AECID) en programas anticorrupci¨®n en pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y Asia. La presidenta de Transparencia Internacional desde 2017 tiene previsto inaugurar esta semana en Par¨ªs la Integrity Week, el f¨®rum sobre transparencia de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) donde, por primera vez, se abordar¨¢ la corrupci¨®n en el sector privado, algo en lo que ha trabajado en los ¨²ltimos a?os la secci¨®n espa?ola de su organizaci¨®n.
La entidad colabora, adem¨¢s, con el Gobierno espa?ol en la regulaci¨®n de los lobbies, la huella legislativa y la reforma de la Ley de Transparencia. Su presidenta sostiene que la corrupci¨®n ha dado un salto cualitativo en los ¨²ltimos a?os para convertirse en un arma geoestrat¨¦gica de los pa¨ªses y los capitales m¨¢s poderosos del planeta.
Pregunta. Hemos vuelto a un mundo de bloques. De un lado, las democracias occidentales, de otro Rusia y, sobre todo, China. ?Es m¨¢s dif¨ªcil hoy luchar contra la corrupci¨®n?
Respuesta. Con la globalizaci¨®n apareci¨® la gran corrupci¨®n, que trasciende las fronteras, implica millones de euros y tiene como actores a las principales fuerzas econ¨®micas de los pa¨ªses y a sus m¨¢ximas autoridades. En los ¨²ltimos cinco a?os, vemos la aparici¨®n de la corrupci¨®n estrat¨¦gica o el uso geopol¨ªtico de la corrupci¨®n para capturar Estados, para influir en sus decisiones pol¨ªticas. Esto hace mucho m¨¢s dif¨ªcil nuestro trabajo. Adem¨¢s, tenemos un panorama de fragmentaci¨®n pol¨ªtica, de polarizaci¨®n, de decadencia de la democracia, de debilitamiento de las instituciones. Eso genera m¨¢s corrupci¨®n, instituciones m¨¢s d¨¦biles. Es lo que yo llamo una espiral viciosa.
P. Esa corrupci¨®n geoestrat¨¦gica de la que habla, ?ha tenido algo que ver en la invasi¨®n de Ucrania?
R. Claramente. Ucrania hab¨ªa hecho un gran avance en la lucha contra la corrupci¨®n, tiene instituciones que la combaten y sigue trabajando seriamente para ello en medio de los bombardeos. Hay investigaciones contra funcionarios, ha habido renuncias de ministros por compras de material de guerra, por ejemplo. El fortalecimiento de esos mecanismos anticorrupci¨®n, que antes eran d¨¦biles, cre¨® un modelo que, entendemos, no resultaba positivo para Rusia. Yo no digo que eso haya determinado la invasi¨®n, pero ha tenido influencia. El refuerzo de sus instituciones democr¨¢ticas es contradictorio con lo que sucede en Rusia.
P. Su organizaci¨®n ha sido declarada enemiga por Mosc¨². ?Qu¨¦ se puede hacer para luchar contra la corrupci¨®n sist¨¦mica del r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin?
R. Rusia es una cleptocracia. Yo dir¨ªa que se puede hacer poco desde dentro. Desde fuera, obviamente remarcar la agenda de la transparencia para poner orden en esa captura del Estado donde ciertas mafias se entronizan como parte del Gobierno. El manejo de compra de poder pol¨ªtico hacia la influencia en terceros pa¨ªses tambi¨¦n requiere transparencia y sanciones internacionales. Hay que detectar qui¨¦nes son las personas detr¨¢s de estos grandes capitales, porque el dinero que se pierde en corrupci¨®n en los pa¨ªses menos desarrollados busca protecci¨®n en Estados de derecho percibidos como transparentes. Esa protecci¨®n que ofrecen los sistemas estables favorece a los corruptos. Uno de los problemas de las sanciones a Rusia era que no exist¨ªa informaci¨®n que conectara capitales en la City de Londres, en Par¨ªs o en Nueva York con la cleptocracia rusa. Sin transparencia, es muy dif¨ªcil aplicar esas sanciones.
P. Varios Estados europeos, entre ellos Espa?a, pusieron en marcha las golden visas, ofreciendo la residencia a grandes capitales extranjeros. Ahora algunos se retractan.
R. Porque es una forma de facilitar el ingreso de estos capitales corruptos. Con el argumento comprensible de promover las inversiones, de crear desarrollo, empleo, claro... Pero cuando esos visados dan el acceso a la nacionalidad o a la residencia, facilitan la entrada de estos capitales. Ese es un tema con el que hay que terminar. Estamos trabajando con la UE para tratar de poner l¨ªmites a esos visados sin los cuidados pertinentes.
P. Entonces, Europa ha sido durante a?os c¨®mplice de la cleptocracia rusa.
R. Yo creo que s¨ª. Por eso estamos demandando que los pa¨ªses que reciben estos capitales, que son corrosivos incluso para su pol¨ªtica y su econom¨ªa, reaccionen aplicando transparencia. Necesitamos conocer los clientes de los bancos, sus abogados, contables, notarios¡ Todos los que act¨²an como facilitadores miran para otro lado y no les interesa el origen del dinero. Hay sectores que no est¨¢n regulados, como el mercado del arte en Suiza, el del lujo en Par¨ªs o el inmobiliario en Nueva York. Si uno no pone atenci¨®n en ello, est¨¢ facilitando la corrupci¨®n, est¨¢ siendo c¨®mplice.
P. Ucrania es candidata a la UE. ?Cumple ya con los est¨¢ndares democr¨¢ticos necesarios?
R. En Ucrania hab¨ªa un gran problema de corrupci¨®n. Pero se empez¨® a trabajar, por ejemplo, en la transparencia de las contrataciones p¨²blicas, lo que signific¨® un gran avance. Uno de sus problemas era que sus organismos de control no eran independientes del poder pol¨ªtico y econ¨®mico, ni ten¨ªa los recursos para hacer su trabajo o la autoridad. Se ha avanzado mucho en el nombramiento de funcionarios, con transparencia. Todas estas condiciones, a largo plazo, van a redundar en una democracia m¨¢s s¨®lida.
P. Tanto Rusia como China est¨¢n ganando en los ¨²ltimos a?os mucha influencia en zonas como ?frica o Am¨¦rica Latina. ?Son correctas sus pr¨¢cticas en esos territorios?
R. La pol¨ªtica interna en materia de corrupci¨®n en China parece absolutamente estricta, pero cuando invierte en esos territorios para ganar influencia, trabaja con otros principios y produce la compra de influencia pol¨ªtica o incluso la captura del Estado. Cuando entra en pa¨ªses donde hay corrupci¨®n, son los primeros en explotarla. Ocurre tanto con China como con Rusia. Hay que terminar con la impunidad que existe en estos territorios. Como los organismos de control no funcionan, no hay la cultura de las consecuencias. No pasa nada. Sigamos as¨ª porque el costo de invertir, de trabajar en corrupci¨®n, es cero, y la ganancia, muy alta. Hay una combinaci¨®n entre gobiernos, facilitadores y actores poderosos econ¨®micamente interesados en este tipo de influencia geopol¨ªtica. No es solo el negocio econ¨®mico en estos casos, es una combinaci¨®n realmente letal y muy dif¨ªcil de enfrentar.
P. El Qatargate, la compra de votos por parte de pa¨ªses como Catar o Marruecos en la Euroc¨¢mara, ha puesto el foco en el lobby en las instituciones europeas como una puerta abierta a la corrupci¨®n.
R. La influencia es leg¨ªtima en democracia. Lo que es problem¨¢tico es la compraventa de decisiones pol¨ªticas. La respuesta al lobby en Europa es crear un registro de lobistas, como si fuera la panacea. Anotar cuando un lobista se re¨²ne con alguien es solo una formalidad. La influencia indebida no trabaja as¨ª, sino mediante los regalos, viajes, o facilidades para decisores pol¨ªticos. Me parece mucho m¨¢s ¨²til transparentar, declarar esos regalos. Hay corporaciones que est¨¢n apostando a futuros pol¨ªticos relevantes y les ayudan a construir imagen antes de las elecciones. Hay que comprobar c¨®mo se construyen las carreras pol¨ªticas para saber si cuando un pol¨ªtico levanta la mano en un parlamento act¨²a en inter¨¦s general o devuelve un favor. La influencia indebida no se trafica en parlamentos, sino en clubes de tenis o golf, cenas, yates¡ Y no son los lobistas los que la ejercen, sino los due?os del negocio.
P. Las grandes empresas y consultoras est¨¢n llenas de pol¨ªticos y asesores que dejaron sus cargos.
R. Las puertas giratorias es uno de los temas centrales en materia de integridad. Creemos c¨®digos y leyes de ¨¦tica p¨²blicos que contemplen incompatibilidades y periodos de enfriamiento. Las incompatibilidades son f¨¢ciles de aplicar en un Estado, porque el Estado puede. Si usted quiere nombrar a este funcionario, no puede porque ha sido gerente de tal compa?¨ªa. Para que no sea la compa?¨ªa la que nombre a un exfuncionario necesitamos que las empresas lo adopten como regla en sus c¨®digos ¨¦ticos. Aunque a veces esas reglas son papel mojado.
P. La lucha contra la covid, ?ha provocado un incremento de la corrupci¨®n?
R. Cre¨® una imagen de toda la posible corrupci¨®n a nivel mundial. Nosotros advertimos de los riesgos, de que la emergencia iba a anular los controles en las compras p¨²blicas de mascarillas, vacunas o respiradores, y de que se iba a concentrar la autoridad en el Ejecutivo. Pas¨® en las democracias m¨¢s s¨®lidas. Las vacunaciones VIP, el partygate en el Reino Unido, conflictos de intereses, ministros que compraban a sus propias empresas o a sus socios, proveedores no sanitarios que en realidad eran intermediaros¡ Creo que no aprendimos c¨®mo reaccionar frente a emergencias en materia de anticorrupci¨®n. Hab¨ªa que reaccionar r¨¢pido, pero eso no significa llevarse por delante la transparencia. Si hay emergencia para la contrataci¨®n, tiene que haber emergencia para los controles.
P. ?C¨®mo conseguir transparencia en el mundo de las redes sociales, la inteligencia artificial y las fake news?
R. La transparencia supone conocer la informaci¨®n real, verificada, documentada. Las grandes corporaciones tienen medios para controlar esos nuevos canales de comunicaci¨®n y difundir informaci¨®n falsa o desinformaci¨®n. Eso genera desconfianza, uno duda de la informaci¨®n que tiene. En un marco de desinformaci¨®n hay que chequear los datos. El problema es que los que hac¨ªan el chequeo, los medios, ya no pueden. Para hacer circular una informaci¨®n basta un click en un ordenador y lo multiplico autom¨¢ticamente. Las noticias provocadoras, agresivas, circulan m¨¢s r¨¢pido y tienen m¨¢s seguidores que la informaci¨®n de los medios. La inteligencia artificial es otro gran tema. Sus creadores se han dado cuenta del peligro y ahora piden que se regule, pero la criatura ya est¨¢ fuera. Si la inteligencia artificial decide, tenemos que controlarla, porque es una nueva forma de poder. Nunca deber¨ªamos delegar las decisiones en una m¨¢quina.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.