?Por qu¨¦ tiene China tantos problemas?
El pa¨ªs sufre la paradoja del ahorro, de modo que su econom¨ªa puede resentirse si los consumidores ahorran demasiado
El relato sobre China ha cambiado a una velocidad asombrosa, y ya no es un monstruo imparable, sino un gigante pat¨¦tico e indefenso. ?C¨®mo ha ocurrido?
Tengo la sensaci¨®n de que gran parte de lo que se escribe sobre China atribuye demasiada importancia a los acontecimientos y a la pol¨ªtica recientes. S¨ª, Xi Jinping es un l¨ªder err¨¢tico. Pero los problemas econ¨®micos de China llevan acumul¨¢ndose mucho tiempo. Y aunque la incapacidad de Xi para abordar como es debido estas complicaciones refleja sin duda sus limitaciones personales, tambi¨¦n evidencia profundos sesgos ideol¨®gicos dentro del partido gobernante en China.
Empecemos por la perspectiva a largo plazo.
Durante tres d¨¦cadas, despu¨¦s de que Deng Xiaoping llegara al poder en 1978 e introdujera reformas basadas en el mercado, China experiment¨® un enorme auge y su producto interior bruto real se multiplic¨® por m¨¢s de siete. Para ser justos, esta prosperidad fue posible solo porque China empez¨® con un gran retraso tecnol¨®gico y pudo aumentar r¨¢pidamente su productividad adoptando tecnolog¨ªas ya desarrolladas en el extranjero. Pero la velocidad de la convergencia china fue extraordinaria.
Sin embargo, desde finales de la d¨¦cada de 2000, el pa¨ªs parece haber perdido gran parte de su dinamismo. El FMI calcula que la productividad total de los factores ¡ªun indicador de la eficiencia con que se utilizan los recursos¡ª ha crecido desde 2008 la mitad de r¨¢pido que en la d¨¦cada anterior. Aunque no debemos tomar estos c¨¢lculos al pie de la letra, est¨¢ claro que el ritmo de progreso tecnol¨®gico se ha ralentizado.
Y China ya no tiene la demograf¨ªa necesaria para soportar un crecimiento vertiginoso: su poblaci¨®n en edad de trabajar toc¨® techo en torno a 2015 y ha ido disminuyendo desde entonces.
Muchos analistas atribuyen la p¨¦rdida de dinamismo de China a Xi, que asumi¨® el poder en 2012 y se ha mostrado sistem¨¢ticamente m¨¢s hostil a la empresa privada que sus predecesores. Esto me parece demasiado simplista. Desde luego, el ¨¦nfasis de Xi en el control y la arbitrariedad estatales no han ayudado, pero la desaceleraci¨®n de China comenz¨® incluso antes de que Xi llegara al poder.
Y, en general, a nadie se le da muy bien explicar las tasas de crecimiento a largo plazo. El gran economista del MIT Robert Solow, dec¨ªa en broma que los intentos de explicar por qu¨¦ unos pa¨ªses crecen m¨¢s despacio que otros siempre acaban en ¡°un derroche de sociolog¨ªa de aficionados¡±. Probablemente hab¨ªa razones profundas por las que China no pod¨ªa seguir creciendo como lo hab¨ªa hecho antes de 2008.
En cualquier caso, est¨¢ claro que China no puede mantener nada ni remotamente parecido a las altas tasas de crecimiento del pasado.
Sin embargo, un crecimiento m¨¢s lento no tiene por qu¨¦ traducirse en una crisis econ¨®mica. Como ya he se?alado, incluso Jap¨®n, a menudo considerado como el ¨²ltimo ejemplo aleccionador, ha tenido un comportamiento bastante decente desde su desaceleraci¨®n a principios de la d¨¦cada de 1990. ?Por qu¨¦ las cosas pintan tan mal en China?
En un plano b¨¢sico, China sufre la paradoja del ahorro, seg¨²n la cual una econom¨ªa puede resentirse si los consumidores intentan ahorrar demasiado. Si las empresas no est¨¢n dispuestas a solicitar pr¨¦stamos y a invertir despu¨¦s todo el dinero que los consumidores intentan ahorrar, la consecuencia es una recesi¨®n econ¨®mica. Una recesi¨®n de este tipo puede hacer que se reduzca la cantidad que las empresas est¨¢n dispuestas a invertir, por lo que un intento de ahorrar m¨¢s puede, en efecto, provocar una disminuci¨®n de la inversi¨®n.
Y China tiene una tasa de ahorro nacional incre¨ªblemente alta. ?Por qu¨¦? No hay un consenso, pero un estudio del FMI sostiene que los principales ingredientes son una baja tasa de natalidad ¡ªpor lo que la gente no cree que podr¨¢ contar con sus hijos durante la jubilaci¨®n¡ª y una red de protecci¨®n social inadecuada, por lo que tampoco cree que podr¨¢ contar con el apoyo p¨²blico.
Mientras la econom¨ªa pudo crecer a un ritmo extremadamente r¨¢pido, las empresas encontraron formas ¨²tiles de invertir todos esos ahorros. Pero ese tipo de crecimiento ya es cosa del pasado.
La consecuencia es que China dispone de una enorme cantidad de ahorros todos arregladitos y sin una buena novia. Y la historia de la pol¨ªtica china puede resumirse en unos esfuerzos cada vez m¨¢s desesperados por enmascarar este problema. Durante un tiempo, el pa¨ªs mantuvo la demanda a base de enormes super¨¢vits comerciales, pero esto implicaba el riesgo de una reacci¨®n proteccionista. M¨¢s tarde, China canaliz¨® el exceso de ahorro hacia una colosal burbuja inmobiliaria, pero esta burbuja se ha pinchado ahora.
La respuesta evidente es impulsar el gasto de los consumidores; conseguir que las empresas estatales compartan una mayor parte de sus beneficios con los trabajadores; reforzar la red de seguridad; y, a corto plazo, el Gobierno podr¨ªa simplemente dar dinero a la gente, enviando cheques, como ha hecho Estados Unidos.
?Por qu¨¦ no est¨¢ ocurriendo esto? Varios informes dan a entender que existen razones de tipo ideol¨®gico por las que China se niega a hacer lo que resulta obvio. Por lo que s¨¦, los dirigentes del pa¨ªs padecen una extra?a mezcla de hostilidad hacia el sector privado (limitarse a dar a la gente la capacidad de gastar m¨¢s diluir¨ªa el control del partido), ambici¨®n poco realista (se supone que China invierte en el futuro, no en disfrutar la vida ahora) y una especie de oposici¨®n puritana a una red de protecci¨®n social fuerte, con Xi condenando el ¡°asistencialismo¡± porque podr¨ªa erosionar la ¨¦tica del trabajo.
El resultado es la par¨¢lisis pol¨ªtica, y unos esfuerzos poco entusiastas por parte de China para impulsar el mismo tipo de est¨ªmulo basado en la inversi¨®n que utiliz¨® en el pasado.
?Debemos dar por perdida a China? Por supuesto que no. China es una superpotencia en toda regla, con una enorme capacidad para ponerse manos a la obra. Tarde o temprano, seguramente superar¨¢ los prejuicios que est¨¢n debilitando su respuesta pol¨ªtica. Pero es posible que los pr¨®ximos a?os sean bastante desagradables.
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