El canciller Scholz reaparece con un parche en el ojo tras una ca¨ªda haciendo ejercicio: ¡°Espero los memes¡±

?Qui¨¦n dijo que el humor alem¨¢n no existe? El jefe de Gobierno de la mayor econom¨ªa de la UE, Olaf Scholz, ha querido adelantarse a la lluvia de bromas que ya han empezado a inundar las redes sociales y ha animado a hacer chistes con su nueva imagen, temporal, desvelada este lunes mediante una foto oficial. ¡°Parece peor de lo que es¡±, asegura el pol¨ªtico, de 65 a?os, en su cuenta de X, antes Twitter. Un parche negro, estilo pirata, le cubre el ojo derecho, y se aprecian peque?as heridas alrededor e incluso en la barbilla. ¡°Espero los memes¡±, bromea el canciller alem¨¢n.

Scholz ha reaparecido este lunes de esta guisa tras padecer un accidente mientras hac¨ªa deporte el s¨¢bado pasado. Seg¨²n relat¨® su equipo, se tropez¨® mientras hac¨ªa jogging, una actividad que practica a diario, aunque se encuentre fuera del pa¨ªs en compromisos internacionales. Las consecuencias de la ca¨ªda no fueron graves, como ¨¦l mismo ha se?alado, pero le obligaron a cancelar al menos un acto de su agenda.

Pasado el fin de semana, el canciller retoma su actividad, que no se ver¨¢ perturbada por las consecuencias de la ca¨ªda, ha explicado su equipo. ¡°Gracias por los buenos deseos¡±, dice tambi¨¦n Scholz en la red social, adelant¨¢ndose a la sorpresa que habr¨ªa causado verle con el ojo cubierto a lo Jack Sparrow, sin previo aviso, en su primera cita oficial. Este lunes por la tarde se le espera en la recepci¨®n anual que ofrece la Iglesia cat¨®lica alemana en la parroquia de San Miguel de la capital, invitado por el obispo Karl J¨¹sten.

Los usuarios de la red X, que no necesitan permiso para hacer chistes, han empezado por lo obvio: Scholz vestido de pirata en una isla paradis¨ªaca, con loro al hombro incluido. En otro, el loro tiene la cara de Angela Merkel. ¡°Nos gobierna un corsario¡±, aprovecha alguno para lanzar una cr¨ªtica. El Partido Pirata se suma al cachondeo: ¡°?Hemos llegado a canciller!¡±, exclama ante la foto de Scholz. ¡°Deber¨ªais ver al FDP¡±, bromea un usuario, en referencia al socio menor de su Gobierno tripartito, los liberales, con los que tanto los socialdem¨®cratas de Scholz como Los Verdes chocan constantemente en el seno del Ejecutivo.

Scholz se encamina al ecuador de su mandato con una de las peores valoraciones que se recuerdan en Alemania del equipo gobernante. Desde las desastrosas encuestas del excanciller Gerhard Schr?der en 2004 ¡ªque perdi¨® las elecciones en favor de Merkel al a?o siguiente¡ª no se registraba un resultado tan bajo en los sondeos peri¨®dicos que encarga la televisi¨®n p¨²blica ARD. Desde el estallido de la invasi¨®n rusa de Ucrania, la popularidad del tripartito ha ido cayendo, pero en la ¨²ltima edici¨®n de esta encuesta, de hace apenas unos d¨ªas, se ha alcanzado un nuevo m¨ªnimo: solo el 19% de los encuestados est¨¢n muy satisfechos o simplemente satisfechos con el trabajo de la coalici¨®n, conocida como sem¨¢foro por los colores de los tres partidos que la conforman (rojo de los socialdem¨®cratas, verde de los ecologistas y amarillo de los liberales).

La extrema derecha, en segunda posici¨®n

Esa falta de satisfacci¨®n se traslada a las preguntas sobre el voto. Si el domingo hubiera elecciones federales ¡ªprevistas en principio para 2025¡ª, el SPD de Scholz obtendr¨ªa un magro 16%. El dato es especialmente preocupante cuando se compara con los resultados de otras formaciones. Los democristianos de la CDU aumentar¨ªan dos puntos porcentuales respecto al mes pasado y ser¨ªan la fuerza m¨¢s votada con el 29%. Pero el segundo puesto quedar¨ªa para una formaci¨®n de extrema derecha que est¨¢ siendo vigilada por los servicios secretos internos por sospechas de anticonstitucionalidad: Alternativa para Alemania (AfD). Si hubiera elecciones hoy, este partido, que ha empezado ya a ganar poder territorial en ayuntamientos y distritos rurales, obtendr¨ªa el 22% de los votos, su mejor resultado hist¨®rico en las prestigiosas encuestas de ARD, llamadas Deutschlandtrend.

Las elecciones federales de septiembre de 2021 dejaron la imagen de una socialdemocracia triunfante y dispuesta a explorar la f¨®rmula del tripartito, desconocida en Alemania desde los a?os cincuenta del siglo pasado. El SPD gan¨® con el 25,7% de los votos. La guerra de Ucrania, la crisis energ¨¦tica y las frecuentes y ampliamente aireadas disputas entre los socios de coalici¨®n han ido minando ese apoyo hasta hacer perder a esta formaci¨®n hist¨®rica casi 10 puntos en intenci¨®n de voto. Tambi¨¦n sus socios, liberales y verdes, se han visto penalizados en las encuestas. Hoy no podr¨ªan reeditar su alianza.

Las principales preocupaciones de los alemanes son actualmente la econom¨ªa y la inmigraci¨®n, que han desplazado del podio a la guerra en Ucrania o el cambio clim¨¢tico. A principios de abril solo el 7% de los encuestados mencionaba la econom¨ªa; hoy lo hacen uno de cada cuatro. La locomotora alemana est¨¢ lejos de las espectaculares cifras de la d¨¦cada pasada. Para empezar, acaba de salir por los pelos de una recesi¨®n t¨¦cnica, pero sigue sin crecer apenas. En el segundo trimestre del a?o su producto interior bruto se mantuvo estable (0,1%) mientras el resto de grandes econom¨ªas europeas recuperan fuelle a mucho mejor ritmo. Y si hay algo que preocupe al alem¨¢n medio es la inflaci¨®n, que sigue tozudamente elevada en el pa¨ªs (6,1% en agosto), m¨¢s afectado por la crisis energ¨¦tica que la mayor¨ªa de sus socios comunitarios.

El canciller Scholz resta dramatismo a los problemas del pa¨ªs y promete ambiciosas medidas para hacerles frente, pero cada vez se cuestiona m¨¢s su capacidad de liderazgo, que en ocasiones parece reducirse a hacer de ¨¢rbitro entre las dos facciones m¨¢s ferozmente enfrentadas de su Gobierno. Las frecuentes peleas entre verdes y liberales generan r¨ªos de tinta en la prensa y los ciudadanos, hartos del espect¨¢culo, miran hacia los conservadores y, cada vez m¨¢s, hacia la ultraderecha. Aunque el canciller reste importancia a esos datos, el auge del populismo de extrema derecha ser¨¢ otra de las preocupaciones de la segunda mitad de su mandato.

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