La gran ampliaci¨®n de la UE tensa las costuras del Este
El proyecto europeo deber¨¢ someterse a examen y hacer profundas reformas antes de convertirse en un club de hasta 36 miembros con una poblaci¨®n de 500 millones de personas
La Uni¨®n Europea mira ya hacia uno de sus mayores desaf¨ªos: otra gran ampliaci¨®n hacia el este que la cambiar¨ªa para siempre. Esa extensi¨®n supondr¨¢ una transformaci¨®n pol¨ªtica, geogr¨¢fica y social que alumbre un nuevo club a¨²n m¨¢s diverso, con hasta 36 Estados miembros y m¨¢s de 500 millones de habitantes.
Acoger a socios como Ucrania y los Balcanes, ahora embarcados en un proceso de cambios para adaptarse a los est¨¢ndares europeos, exige a la UE grandes reformas en su sistema presupuestario, el proceso de toma de decisiones y la libre circulaci¨®n. Bruselas y el eje franco-alem¨¢n est¨¢n pisando el acelerador para entrar a fondo en este debate en un momento turbulento. Y, sobre todo, est¨¢ empezando ya a desatar fricciones con los miembros del flanco oriental. Este asunto dominar¨¢ la agenda los pr¨®ximos a?os: qui¨¦n entrar¨¢, c¨®mo y cu¨¢ndo. Un desaf¨ªo may¨²sculo en el que el proyecto europeo se somete a examen.
La llegada de nueve miembros adicionales ¡ªsobre todo de Ucrania, el mayor de todos, que necesitar¨¢ una compleja y oce¨¢nica reconstrucci¨®n¡ª convertir¨¢ a la mayor¨ªa de los Veintisiete socios actuales en contribuyentes netos para las arcas comunes. Espa?a, que ahora tiene un saldo positivo de algo m¨¢s de 400 millones de euros, pasar¨¢ a tenerlo negativo. Y ese nuevo papel de contribuyentes de los socios puede tensar a¨²n m¨¢s las cosas con Polonia y Hungr¨ªa, que tienen una visi¨®n muy utilitarista de su pertenencia a la UE.
La perspectiva de la nueva ampliaci¨®n tensa las cuerdas del flanco oriental. La crisis del cereal ucranio, que llega a la UE sin aranceles desde el a?o pasado para combatir la crisis alimentaria global y, adem¨¢s, sostener a Kiev, lo ha puesto en evidencia. Primero fueron cinco pa¨ªses vecinos de Ucrania los que decidieron, en abril, bloquear las exportaciones del cereal llegado desde el pa¨ªs invadido. Para que la situaci¨®n (que caus¨® fisuras en la unidad del club comunitario hacia Kiev) no escalara, Bruselas maniobr¨® dando dinero a los pa¨ªses que se quejaron y permitiendo, como excepci¨®n, que algunos de esos cinco Estados mantuvieran esos bloqueos. La excepci¨®n acab¨® hace unos d¨ªas, pero Polonia (hasta hace poco uno de los m¨¢s en¨¦rgicos en favor de Ucrania por su propio temor hacia el Kremlin), Hungr¨ªa y Eslovaquia mantienen el bloqueo.
En las capitales de la Uni¨®n y tambi¨¦n en las calles de Odesa, la perla del mar Negro, una regi¨®n estrat¨¦gica foco de intensos ataques rusos los ¨²ltimos d¨ªas, se palpa el temor a que llegue el cansancio. Las tensiones son evidentes. Cuando no queda mucho para que llegue el incierto oto?o, con una contraofensiva de las tropas de Kiev que avanza despacio, las divisiones en la UE empiezan a hacerse visibles ante la idea de un nuevo reparto del pastel. En este contexto, el alto representante para Pol¨ªtica Exterior y Defensa, Josep Borrell, ha indicado este s¨¢bado en Odesa que la UE seguir¨¢ apoyando a Kiev. ¡°La UE estar¨¢ al lado de Ucrania para resistir la invasi¨®n todo el tiempo que sea necesario¡±, ha dicho en la bombardeada catedral de la ciudad ucrania. Kiev acelera los plazos para cumplir los requisitos que exige la UE para abrir conversaciones de adhesi¨®n. Borrell ha insistido en el avance en el cumplimiento de las medidas sobre el Estado de derecho.
Un debate congelado hasta la invasi¨®n rusa
La idea de la ampliaci¨®n, congelada desde hace a?os, es el debate que tendr¨¢n sobre la mesa los jefes de Estado y de Gobierno este viernes en la cumbre de Granada. Un d¨ªa antes, recibir¨¢n a los l¨ªderes de los de los pa¨ªses candidatos ¡ªjunto a otros del continente, como el Reino Unido, Armenia o Azerbaiy¨¢n¡ª en la cumbre de la Comunidad Pol¨ªtica Europea. Antes de la invasi¨®n rusa esas conversaciones no habr¨ªan sucedido. Pero la guerra a gran escala contra Ucrania ha hecho que la arquitectura de seguridad del continente se tambalee.
Ahora, la UE ve esa expansi¨®n hacia el flanco oriental ¡ªcon Moldavia, Ucrania y Georgia ocupadas en parte por tropas rusas¡ª tambi¨¦n como una cuesti¨®n de seguridad estrat¨¦gica. Y la ¡°misi¨®n¡± de la ampliaci¨®n, sostienen Luuk van Middelaar y Hans Kribbe, del Instituto de Geopol¨ªtica de Bruselas, supone un momento tan crucial para la Uni¨®n como lo fue la ca¨ªda del tel¨®n de acero, en 1989, que acab¨® conduciendo, algo m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, a la absorci¨®n de 10 nuevos miembros, ocho de los cuales estaban tras ese tel¨®n.
Para aquella gran ampliaci¨®n, la UE llev¨® a cabo importantes reformas y retoques de los tratados. Para la pr¨®xima, la necesidad de emprender cambios es enorme. Tanto que ahora que el debate despega ¡ªya no se trata de si habr¨¢ ampliaci¨®n; sino de cu¨¢ndo y c¨®mo¡ª se percibe el temor a que el apoyo a la expansi¨®n de la UE ¡ªy tambi¨¦n el sost¨¦n a Ucrania¡ª se resienta por los sacrificios necesarios, advierte una alta fuente comunitaria. Hace un mes, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, lanz¨® que la UE deber¨ªa estar lista y con los deberes hechos en 2030 para recibir a nuevos miembros. Ese horizonte tambi¨¦n aparece en el informe de un grupo de expertos, encargado por Alemania y Francia, que marca pautas de esas reformas.
Reformas necesarias
Las reformas m¨¢s urgentes incluyen una rebaja en el n¨²mero de comisarios (para que no todos los Estados miembros tengan un representante en el Ejecutivo comunitario); un reparto distinto de los esca?os del Parlamento Europeo; un nuevo sistema de votaci¨®n por mayor¨ªas cualificadas, en vez de por unanimidad, en elementos como pol¨ªtica exterior; y una reforma presupuestaria a fondo que evite no ya la par¨¢lisis de esa nueva UE ampliada sino incluso su derrumbe.
Si la UE quiere ser ese gran actor geopol¨ªtico, debe hacer transformaciones profundas, dice Arancha Gonz¨¢lez-Laya, decana de la Paris School of International Affairs, Sciences Po, que cree que Europa est¨¢ ante un nuevo momento fundacional. Gonz¨¢lez-Laya describe la ampliaci¨®n como uno de los tres grandes desaf¨ªos que la Uni¨®n debe saber jugar (junto a la solidez econ¨®mica y la seguridad y defensa).
En el flanco oriental tensar¨¢ mucho la cuerda los cambios que precise la pol¨ªtica agraria, una de las grandes banderas de enganche hist¨®ricas de la UE. Ucrania es una potencia agr¨ªcola mundial. Su adhesi¨®n afectar¨¢ tanto al mercado ¨²nico como a las pol¨ªticas agrarias. La PAC y el reparto de esos fondos, que calent¨® el debate en Francia con la adhesi¨®n de Espa?a y m¨¢s tarde volvi¨® a hacerlo cuando se uni¨® Polonia, es uno de esos grandes desaf¨ªos. A esta pol¨ªtica, que se basa en subsidios directos a los agricultores, va el 31% del presupuesto comunitario (unos 378.500 millones de euros). Con el dise?o actual, estos fondos convertir¨ªan en gran beneficiaria a Ucrania, con m¨¢s de 40 millones de hect¨¢reas de cultivo, m¨¢s que todo el territorio de Italia.
Con el presupuesto comunitario siguiendo los par¨¢metros actuales ¡ªes decir dejando fuera la reconstrucci¨®n por la guerra imperialista del Kremlin¡ª, Ucrania podr¨ªa recibir algo m¨¢s de 18.800 millones de euros, seg¨²n estimaciones de Michael Emerson, de la organizaci¨®n estonia Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad. A¨²n falta afinar mucho los n¨²meros, pero la idea general explica el trasfondo de la crisis del grano ucranio, que no deja de crecer en Polonia y Eslovaquia. Tambi¨¦n crece en Hungr¨ªa, pa¨ªs considerado en muchos casos como el submarino de Vlad¨ªmir Putin en la UE, por la relaci¨®n cercana entre el ultraconservador V¨ªktor Orban y el aut¨®crata ruso. Cuanto m¨¢s avance la perspectiva de adhesi¨®n de Ucrania, mayores van a ser las fricciones. ¡°No se va a ver un gran amor¡±, apunta el analista Jorge N¨²?ez, director de Cohesi¨®n y Presupuesto de la Conferencia para Regiones Perif¨¦ricas Mar¨ªtimas. ¡°Lo van a ver m¨¢s como un competidor y va a haber muchas discusiones¡±, remarca.
Piotr Buras, director en Varsovia del Consejo Europea de Relaciones Exteriores, cree que muchas de las tensiones vistas en Polonia en las ¨²ltimas semanas se deben a la campa?a electoral, la competencia que hay entre los partidos ultraconservadores por captar voto, especialmente en las regiones m¨¢s cercanas a Ucrania, m¨¢s agr¨ªcolas y donde estas formaciones tienen m¨¢s apoyo. Como N¨²?ez, Buras no cree que el problema sea de dinero ¡ªincluso pensando en una reforma presupuestaria¡ª, sino m¨¢s bien pol¨ªtico.
Las mayores dificultades, explica Buras por tel¨¦fono desde Varsovia, aparecer¨¢n por el Estado de derecho, un diagn¨®stico que comparten varias fuentes diplom¨¢ticas. Lo sucedido con Polonia (que pas¨® de alumno aventajado a socio d¨ªscolo) y Hungr¨ªa al erosionar la independencia de los jueces o no respetar las libertades de minor¨ªas es ¡°una pesadilla para algunos pa¨ªses¡±, detalla este experto. Los pa¨ªses n¨®rdicos, los seis fundadores (Francia, Italia, Alemania, Pa¨ªses Bajos, B¨¦lgica y Luxemburgo), los dos ib¨¦ricos y las instituciones comunitarias no quieren que vuelva a darse una situaci¨®n en la que un Estado acepte las condiciones iniciales para despu¨¦s dar pasos atr¨¢s.
De ah¨ª que en capitales como Par¨ªs, Berl¨ªn o La Haya se busquen mecanismos para reforzar las sanciones por estas actitudes y que la gran reforma presupuestaria se vincule m¨¢s los fondos para los Estados miembros con su cumplimiento del Estado de derecho, como ha destacado la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen. Algo de lo que ni Varsovia ni Budapest quieren hablar. ¡°Pretender que no son necesarias reformas ni cambios tambi¨¦n es una postura equivocada¡±, opina Buras. ¡°Es necesario un consenso m¨ªnimo sobre algunos cambios¡±, a?ade el analista.
Los candidatos plantean un prisma enormemente diverso, con antiguos problemas de corrupci¨®n y desiguales niveles econ¨®micos. Y con las lecciones aprendidas con Polonia y Hungr¨ªa, Bruselas va a incluir a los nuevos socios en los informes peri¨®dicos sobre el Estado de derecho. Esta puede ser una pista m¨¢s de esa entrada gradual, con un proceso de adaptaci¨®n. ¡°El imperativo pol¨ªtico se topa con otros igualmente imperativos, quiz¨¢ el m¨¢s importante es la necesidad de proteger el funcionamiento de la Uni¨®n, su cohesi¨®n y valores fundacionales¡±, dicen Van Middelaar y Kribbe. ¡°Bajar el list¨®n para dar cabida r¨¢pidamente a nuevos miembros supondr¨ªa el riesgo de desintegrar el tejido de la UE y tendr¨ªa un coste enorme¡±, a?aden. Con la ampliaci¨®n y la preparaci¨®n para completarla llega tambi¨¦n el momento de pensar qu¨¦ UE llegar¨¢.
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