El Gobierno de Sunak exige a la polic¨ªa mayor dureza contra las manifestaciones a favor de Palestina
La ministra del Interior, Suella Braverman, reclama explicaciones a Scotland Yard por haber permitido cantos a favor de la ¡®yihad¡¯ en las calles de Londres. La BBC accede a dejar de llamar ¡°militantes¡± a los miembros de Ham¨¢s
El apoyo absoluto de Rishi Sunak al Gobierno de Israel en su lucha contra Ham¨¢s ¡ª¡°hoy, ma?ana y siempre¡±, promet¨ªa el primer ministro¡ª tiene una contrapartida frustrante en las calles de Londres y de otras capitales brit¨¢nicas, donde decenas de miles de ciudadanos llevan ya dos fines de semana consecutivos expresando su apoyo a la causa palestina y denunciando el bombardeo de Gaza. La ministra del Interior, Suella Braverman, ha reclamado este lunes al comisario jefe de Scotland Yard, Mark Rowley, una respuesta m¨¢s dura frente a las protestas. ¡°No puede haber lugar para la incitaci¨®n al odio o la violencia¡±, ha dicho un portavoz de la ministra.
Downing Street ha expresado su irritaci¨®n despu¨¦s de comprobar que la polic¨ªa se absten¨ªa de reaccionar ante los gritos a favor de la yihad (guerra isl¨¢mica) proferidos el s¨¢bado frente a las embajadas londinenses de Egipto y Turqu¨ªa, en una manifestaci¨®n que concentr¨® a unos 300 seguidores de Hizb ut-Tahrir (Partido de Liberaci¨®n). Junto a los gritos, se exhibieron pancartas convocando a los ¡°ej¨¦rcitos musulmanes¡± a la guerra contra Israel.
¡°Llamadas a la yihad en nuestras calles no suponen solo una amenaza a la comunidad jud¨ªa, sino a nuestros valores democr¨¢ticos. Esperamos que la polic¨ªa adopte todas las medidas necesarias para frenar el extremismo de ra¨ªz¡±, ha dicho Sunak ante el Parlamento brit¨¢nico.
Hizb ut Tahrir es una formaci¨®n panislamista y fundamentalista creada en 1953, cuyo prop¨®sito fundamental es imponer el califato por todo el mundo. Est¨¢ prohibida en Alemania, China, Rusia, Turqu¨ªa, Indonesia y en la mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes, pero el Reino Unido permite su presencia. Los gobiernos laboristas de Tony Blair y de Gordon Brown intentaron incluir a la formaci¨®n en la lista de organizaciones terroristas prohibidas, al calor de la reacci¨®n frente al islamismo radical que surgi¨® despu¨¦s del 11-S y de los atentados en el metro de Londres de julio de 2005, pero la naturaleza ambigua de este grupo evit¨® finalmente su censura.
¡°El argumento central para evitar la prohibici¨®n de Hizb ut-Tahrir reside en que, por muy desagradables que sean sus planteamientos ¨Dpor ejemplo, su antisemitismo o su rechazo de la democracia parlamentaria¡ª, empujarlo a la clandestinidad solo radicalizar¨ªa a sus miembros, y lo convertir¨ªa en plataforma de lanzamiento de potenciales extremistas. Es preferible perseguir sus actividades con la ley actual que imponer su ilegalidad¡±, afirmaba uno de los principales documentos que manej¨® la C¨¢mara de los Comunes durante un intenso debate en torno a la lucha antiterrorista.
Braverman, y con ella gran parte del Gobierno conservador, est¨¢ convencida de que las fuerzas del orden pueden hacer m¨¢s de lo que han hecho hasta ahora para frenar expresiones y gestos que, seg¨²n la ministra, incitan al odio y a la violencia. Por ejemplo, el c¨¢ntico que se ha o¨ªdo en las dos grandes manifestaciones convocadas hasta la fecha: From the river to the sea, Palestine will be free (Desde el r¨ªo [Jord¨¢n] hasta el mar [Mediterr¨¢neo], Palestina ser¨¢ libre), que la ministra interpreta como un llamamiento a borrar Israel del mapa.
Pero ha sido sobre todo la llamada a la yihad del s¨¢bado lo que ha exacerbado el enfrentamiento entre el Gobierno de Sunak y Scotland Yard. ¡°La polic¨ªa tiene independencia operativa, pero va a tener que explicar las razones que hay detr¨¢s de las decisiones que ha tomado¡±, reclamaba en la BBC el ministro de Transportes, Mark Harper. ¡°La palabra tiene varios significados, aunque sabemos que la ciudadan¨ªa suele asociarla con el terrorismo. Nuestros especialistas han analizado el v¨ªdeo, y no son capaces de detectar en ¨¦l la comisi¨®n concreta de un delito¡±, explicaba Scotland Yard en un comunicado expreso para explicar su actuaci¨®n.
La Ley Antiterrorista del Reino Unido exige que, para acusar de un delito de incitaci¨®n al terrorismo, se demuestre que alguien ha animado a otros ¡°a cometer, preparar o instigar actos de terrorismo¡±. La Ley de Orden P¨²blico exige que cualquier delito de odio o incitaci¨®n a la violencia vaya dirigido contra una persona concreta. Scotland Yard fue incapaz de ajustar ambos supuestos a lo ocurrido el s¨¢bado.
¡°Nuestro trabajo es asegurarnos de nadie traspase la l¨ªnea de la ley, pero el trabajo del Parlamento es el de trazar esa l¨ªnea, y quiz¨¢ en algunos casos no est¨¦ situada en el lugar correcto¡±, ha dicho Rowley despu¨¦s de su encuentro con la ministra.
El t¨¦rmino yihad significa literalmente ¡°lucha¡± o ¡°esfuerzo¡±, y puede referirse tanto a la batalla interna del creyente por vivir su fe o para construir una sociedad mejor acorde con el islam, como una guerra santa contra los infieles. ¡°Reconocemos que los ciudadanos interpretan en un sentido muy concreto este lenguaje, y el efecto divisorio que genera. Por eso nuestros agentes identificaron al hombre que propon¨ªa los c¨¢nticos y le sugirieron que no los repitiera m¨¢s¡±, matizaba la Polic¨ªa Metropolitana.
La cesi¨®n de la BBC
Sunak, que se ha puesto a la cabeza, junto a Estados Unidos, del grupo de naciones m¨¢s firmemente comprometidas con Israel, se muestra incapaz de imponer su voluntad en instituciones m¨¢s obligadas en su actuaci¨®n por los matices, como la propia Polic¨ªa o la BBC. El Reino Unido es una sociedad compleja y multicultural en sus grandes ciudades, especialmente en Londres. Casi cuatro millones de musulmanes viven en un pa¨ªs de 67 millones. De ellos, 1,3 millones residen en la capital.
El Partido Conservador, m¨¢s arabista que prosionista durante d¨¦cadas, se ha ido convirtiendo en un aliado incondicional de Israel desde que impusiera este criterio Margaret Thatcher. Ya no hay alumnos en los colegios privados que educan a las ¨¦lites conservadoras del pa¨ªs que lean con entusiasmo los Siete Pilares de la Sabidur¨ªa de Lawrence de Arabia. Y el Partido Laborista, con Keir Starmer al frente, ha hecho un esfuerzo por erradicar el poso antisemita de la era de su antecesor, Jeremy Corbyn. Su respaldo a Israel, a pesar de la obligada adenda en la que exige al pa¨ªs respeto a la legalidad internacional, ha puesto nerviosa a un parte de la izquierda brit¨¢nica. Muchos cargos locales laboristas de religi¨®n musulmana han mostrado su disconformidad con la deriva de Starmer.
La tensi¨®n se ha trasladado hasta la BBC. Tanto Sunak como Starmer han reclamado a la corporaci¨®n p¨²blica que comience a llamar ¡°terroristas¡± a los miembros de Ham¨¢s, una organizaci¨®n que el propio Parlamento brit¨¢nico ya ha definido como tal a trav¨¦s de la ley. La cadena prefer¨ªa usar la palabra militantes para preservar su neutralidad. Hasta el viernes. Su director general, Tim Davie, admiti¨® ese d¨ªa ante los miembros de una comunidad jud¨ªa del Reino Unido con los que se reuni¨® que la corporaci¨®n ha decidido dejar de llamar as¨ª a los combatientes de Ham¨¢s. La BBC, aun as¨ª, se reafirmaba en su decisi¨®n de no definirlos como terroristas. ¡°Durante varios d¨ªas hemos dejado de emplear la palabra militantes como descripci¨®n est¨¢ndar de los miembros de Ham¨¢s al darnos cuenta de que, para nuestra audiencia, era una descripci¨®n muy poco exacta de la situaci¨®n que se iba produciendo sobre el terreno¡±, admit¨ªa en un comunicado la corporaci¨®n p¨²blica brit¨¢nica.
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