Radiograf¨ªa de una ¨¦poca peligrosa: c¨®mo el cambio en los equilibrios de poder agita el mundo
El giro en las relaciones de fuerzas y la revoluci¨®n tecnol¨®gica son factores clave en la desestabilizaci¨®n de un planeta marcado por nuevas guerras devastadoras y peligrosos pulsos de potencia
Guerras devastadoras, pulsos peligrosos, cambios disruptivos. El mundo atraviesa una fase de relaciones internacionales turbulentas, como evidencian la invasi¨®n de Ucrania, el conflicto entre Ham¨¢s e Israel o la descarnada competici¨®n entre Estados Unidos y China, cuyos l¨ªderes ¡ªJoe Biden y Xi Jinping¡ª se disponen a reunirse este mi¨¦rcoles en California. Pese a las se?ales alentadoras con las que se inici¨®, el siglo se ha ido torciendo. ?Qu¨¦ ocurri¨®?
Conflictos clave
Gasto en defensa de los principales
pa¨ªses implicados.
En millones de d¨®lares (a?o 2022).
Invasi¨®n
de Ucrania
Guerra en
Oriente Pr¨®ximo
Independencia
de Taiw¨¢n
Ucrania
Ir¨¢n
China
43.997
6.846
291.958
Israel
23.406
Rusia
86.373
EE UU
876.943
Fuente: SIPRI.
PATRICIA SAN JUAN / EL PA?S
Conflictos clave
Gasto en defensa de los principales
pa¨ªses implicados.
En millones de d¨®lares (a?o 2022).
Invasi¨®n
de Ucrania
Guerra en
Oriente Pr¨®ximo
Independencia
de Taiw¨¢n
Ir¨¢n
China
Ucrania
291.958
43.997
6.846
Israel
23.406
Rusia
86.373
EE UU
876.943
Fuente: SIPRI.
PATRICIA SAN JUAN / EL PA?S
Conflictos clave
Gasto en defensa de los principales pa¨ªses implicados.
En millones de d¨®lares (a?o 2022).
Invasi¨®n de Ucrania
Guerra en Oriente Pr¨®ximo
Independencia de Taiw¨¢n
Ucrania
Ir¨¢n
China
6.846
291.958
43.997
Israel
23.406
Rusia
86.373
EE UU
Fuente: SIPRI.
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876.943
Varios factores contribuyen a esta gran desestabilizaci¨®n. Uno esencial para entenderla es el profundo y r¨¢pido cambio en los equilibrios de poder internacional, con el ascenso vertiginoso de China, una Rusia que se sinti¨® m¨¢s fuerte despu¨¦s del colapso de los a?os noventa, pa¨ªses emergentes que avanzan, un Occidente que pierde peso relativo.
Esta reconfiguraci¨®n de equilibrios tan veloz como todo en nuestro tiempo espolea nuevas afirmaciones de los intereses nacionales, reivindicaciones de cambio del orden mundial a trav¨¦s de la potencia ¡ªmilitar, pol¨ªtica o econ¨®mica¡ª y contundentes reacciones.
En paralelo discurren otros fen¨®menos desestabilizadores globales, como la asombrosa revoluci¨®n tecnol¨®gica ¡ªa la vez terreno de competici¨®n muy dura e instrumento de alboroto y polarizaci¨®n, a trav¨¦s de las redes sociales y, ahora, m¨¢s a¨²n, a trav¨¦s de la inteligencia artificial¡ª o el cambio clim¨¢tico, que agudiza reproches, exigencias.
Por otra parte, hay cuestiones espec¨ªficas relevantes, como las tribulaciones de las democracias, que sufren problemas de populismo e ineficacia, encumbrando a l¨ªderes que contribuyen al alboroto global como Donald Trump.
Ante este escenario turbulento, las instituciones internacionales que deber¨ªan gestionar las contiendas muestran grav¨ªsimos l¨ªmites y son a su vez objeto de reivindicaciones de cambio.
Tendencias globales
de conflictos de Estado
Coloniales
Civiles
Entre naciones
Civiles
internacionalizados
Muertos
Muertes
(miles)
N¨²mero de
conflictos
60
600
50
500
40
400
30
300
20
200
10
100
0
1950
2000
2020
1970
Fuente: PRIO.
PATRICIA SAN JUAN / EL PA?S
Tendencias globales
de conflictos de Estado
Coloniales
Civiles
Entre naciones
Civiles
internacionalizados
Muertos
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Fuente: PRIO.
PATRICIA SAN JUAN / EL PA?S
Tendencias globales de conflictos de Estado
Coloniales
Civiles
Entre naciones
Civiles internacionalizados
Muertos
N¨²mero de
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Fuente: PRIO.
PATRICIA SAN JUAN / EL PA?S
El panorama es sombr¨ªo, pero no todos los elementos clave de nuestro tiempo conducen al abismo. Hay otro que compensa al menos en parte: un nivel de interdependencia desconocido anteriormente. La guerra lanzada por Rusia demuestra que no necesariamente esto puede impedir acciones disruptivas. Pero sin duda es un elemento de contenci¨®n, y la reuni¨®n entre Biden y Xi es un s¨ªmbolo de c¨®mo esa interdependencia es un est¨ªmulo poderoso al entendimiento.
A continuaci¨®n, una mirada sobre este momento geopol¨ªtico marcado por nuevas, grandes guerras, a trav¨¦s de los puntos de vista de algunos expertos. Algunos, como Ivo Daalder, director ejecutivo del Chicago Council on Global Affairs y exembajador de EE UU ante la OTAN (con la administraci¨®n Obama), creen que ¡°este es el momento m¨¢s peligroso desde el fin de la Guerra Fr¨ªa, posiblemente desde la crisis de los misiles de Cuba¡±. Otros evitan definir comparaciones temporales, pero coinciden en la inquietud ante el alto potencial de riesgo en este momento de inestabilidad.
El cambio en el equilibrio de poder
El mundo entr¨® en el siglo XXI con la democracia en expansi¨®n global, con un entendimiento entre la OTAN y Rusia firmado en 1997, con China que se dispon¨ªa a entrar en la OMC, con los acuerdos de Oslo sobre el conflicto israel¨ª-palestino firmados en los noventa.
Pero una serie de abruptos giros ha ido tensionando y cambiando el panorama global a lo largo de lo que va de siglo: la reacci¨®n de Bush hijo al 11-S meti¨® a EE UU en dos prolongadas guerras ¡ªla de Afganist¨¢n y la, ilegal, de Irak¡ª que desgastaron a sus Fuerzas Armadas y dirigieron su desarrollo m¨¢s hacia ese tipo de operaciones que hacia la perspectiva de choques entre potencias; la crisis de 2008 propin¨® un terrible golpe a las econom¨ªas europeas; China ha ido creciendo a ritmos desorbitados, Rusia se consolid¨® r¨¢pidamente despu¨¦s del colapso de los noventa, Ir¨¢n se fue reafirmando en una senda antag¨®nica, la India acelera, Israel dio la espalda a cualquier intento negociador con los palestinos ante un mundo que se desinteresaba cada vez m¨¢s de la cuesti¨®n. Una serie de acontecimientos que ha provocado una transici¨®n de un escenario unipolar ¡ªcon EE UU superpotencia indiscutida y con preeminencia de sus aliados occidentales¡ª a uno multipolar agitado, asertivo.
¡°Sin duda asistimos a un punto de inflexi¨®n en las relaciones internacionales¡±, comenta Harsh V. Pant, vicepresidente del centro de estudios indio Observer Research Foundation. ¡°Hay mucha corriente en el sistema, una falta de claridad acerca de la direcci¨®n en la cual evoluciona el orden mundial. El equilibrio de poder cambia muy r¨¢pidamente, casi en directo. Varios conflictos que estaban latentes han aflorado. Todo se convierte en menos predecible y por tanto emerge el miedo, porque cuando hay incertidumbre acerca del futuro la gente se asusta¡±, dice el experto.
¡°Nos hallamos en un momento de reafirmaci¨®n de las potencias y del poder¡±, reflexiona Pol Morillas, director del centro de estudios CIDOB, con sede en Barcelona. ¡°Potencias grandes o medianas entienden que hemos entrado en una nueva fase del orden internacional en la que hay que impulsar una decidida salvaguarda del inter¨¦s nacional, con las m¨¢ximas cuotas de poder duro o blando¡±.
¡°Por primera vez desde el fin de la Guerra Fr¨ªa, quiz¨¢ desde la crisis de los misiles de Cuba, hay una creciente desconfianza entre las mayores potencias ¡ªespecialmente entre China y EE UU¡ª¡±, dice Daalder. ¡°Asistimos a una competici¨®n estrat¨¦gica entre un EE UU que busca mantener y fortalecer un orden internacional basado en reglas y una China que ha crecido en poder y busca desafiar la visi¨®n estadounidense y crear un orden m¨¢s adapto a sus intereses. Hay pues una competici¨®n entre dos potencias que no se entienden, no hablan la una con la otra como lo hicieron EE UU y la URSS y esto crea posibilidades de malentendidos, incidentes, escaladas¡±.
¡°En paralelo, el estallido de dos guerras complica las cosas¡±, prosigue Daalder. ¡°La de Ucrania opone a EE UU y Occidente a China, ya que Pek¨ªn ha decidido respaldar a Rusia. No lo hace suministrando armas, que sepamos, pero s¨ª sosteniendo la capacidad de combate rusa apoyando su econom¨ªa, limitando los da?os de las sanciones. Y la guerra en Oriente Pr¨®ximo, a diferencia de la de Ucrania, es una donde EE UU puede verse involucrado directamente. En conjunto, las dos guerras son distracciones para EE UU que abren un espacio que China puede usar para profundizar en la proyecci¨®n de sus intereses en el sureste asi¨¢tico¡±. Taiw¨¢n es el mayor foco de riesgo.
Todo esto estar¨¢ sobre la mesa en la reuni¨®n en California entre los l¨ªderes de las dos mayores potencias. Otro encuentro entre los dos, al margen de la cumbre del G-20 de Bali, hace un a?o, dio esperanzas de que la relaci¨®n pudiese estabilizarse, pero no fue as¨ª.
Mosc¨², por su parte, ha lanzado una campa?a frontal de subversi¨®n del orden. Empez¨® en Georgia en 2008, sigui¨® en Ucrania desde 2014, y en Siria, en 2015. Ante la blanda reacci¨®n de Occidente se envalenton¨® para el gigantesco paso de la invasi¨®n a gran escala de Ucrania en 2022.
China, que ha prosperado mucho en el vigente orden, es m¨¢s prudente, pero su actitud ha cambiado. Xi Jinping ha abandonado la doctrina de Deng Xiaoping, seg¨²n la que conven¨ªa fortalecerse en la sombra sin llamar la atenci¨®n, y adopta un perfil mucho m¨¢s asertivo. Pek¨ªn construye redes internacionales, desarrolla a gran ritmo sus arsenales, habla abiertamente ¡ªde la mano de Rusia¡ª de su voluntad de buscar un nuevo orden internacional que relativice los valores de democracia y derechos humanos y da ox¨ªgeno a aquellos que lo intentan con la disrupci¨®n como Mosc¨², Teher¨¢n o Pyongyang. Seg¨²n reconoce Washington en su ¨²ltima Estrategia Nacional de Seguridad, China no solo tiene la intenci¨®n, sino cada vez m¨¢s la capacidad de reconfigurar el orden global en su favor.
Tecnolog¨ªa y democracia
Junto al cambio de los equilibrios de fuerza, hay otros factores que alborotan el escenario. Uno de ello es la tecnolog¨ªa.
¡°El avance tecnol¨®gico es fuente de progreso, pero sus caracter¨ªsticas de disrupci¨®n parecen tener cada vez m¨¢s protagonismo¡±, opina Pant. ¡°Es evidente su poder¨ªo, puede plasmar las sociedades, sobre todo en las democracias. Crea divisiones, polariza y puede ser usado para guerra de informaci¨®n. Esta tambi¨¦n exist¨ªa antes, pero la dimensi¨®n ahora es mucho mayor¡±.
El factor tecnol¨®gico es sin duda uno de los elementos que explica las dificultades que azotan el modelo democr¨¢tico. Los principales centros de estudio coinciden en observar que, despu¨¦s de una fase expansiva posterior a la ca¨ªda del Muro, la democracia en el mundo sufre una erosi¨®n, y el n¨²mero de pa¨ªses que dispone de un modelo democr¨¢tico s¨®lido, pleno, encoge.
Esto tiene a que ver con factores estructurales socioecon¨®micos, de funcionalidad pol¨ªtica, pero tambi¨¦n con un entorno tecnol¨®gico que ha facilitado el avance de ciertos tipos de discursos, a trav¨¦s de las redes sociales, la recolecci¨®n y compraventa de datos individuales y ahora, de forma m¨¢s amenazante a¨²n, con las poderosas herramientas de la inteligencia artificial. Esta base ha facilitado la llegada al poder de un l¨ªder como Trump, cuyas pol¨ªticas han sido uno de los elementos que han contribuido a la agitaci¨®n global.
¡°Sin duda hay una erosi¨®n democr¨¢tica¡±, apunta Daalder. ¡°Hay una fuga de los electores hacia los extremos. Hay problemas que complican la capacidad de actuar. Pero no debe olvidarse que las mismas democracias que afrontan estos desaf¨ªos han sido capaces de responder a la agresi¨®n rusa en Ucrania con un considerable nivel de fuerza. Putin no se lo esperaba¡±.
La relevancia de la tecnolog¨ªa como factor clave de potencia es antigua, pero los extraordinarios desarrollos recientes, la aceleraci¨®n de los procesos y la multiplicaci¨®n de las capacidades ha otorgado una renovada intensidad a la competici¨®n en la materia. EE UU busca ahora con contundencia defender sus ventajas, cortando el acceso a productos estrat¨¦gicos de Pek¨ªn, que considera la maniobra un descarnado intento de impedir su desarrollo mientras replica con otras medidas. La tecnolog¨ªa es un foco de tensi¨®n.
Daalder apunta a otro factor que es un fuerte elemento de cambio en los equilibrios de poder. ¡°La tecnolog¨ªa es terreno de competencia, causa disrupci¨®n; pero para m¨ª el aspecto m¨¢s relevante es c¨®mo el poder est¨¢ traslad¨¢ndose hacia actores no estatales, las grandes compa?¨ªas tecnol¨®gicas, que ya son determinantes en la percepci¨®n del mundo por parte de las personas¡±.
Hay pues un cambio de equilibrio de poder no solo entre Estados, sino entre sector p¨²blico y privado.
Instituciones globales
Mientras factores como la modificaci¨®n de los equilibrios de fuerza, la revoluci¨®n tecnol¨®gica o el cambio clim¨¢tico agitan y causan tensi¨®n, el mundo asiste a la impotencia de las instituciones internacionales disponibles para gestionar estos problemas.
¡°El orden internacional se resquebraja. La l¨®gica multilateral, el juego de suma positiva, es inexistente. Todas las principales instituciones internacionales muestran se?ales de agotamiento. Hay un cuestionamiento de estructuras dise?adas en otro tiempo, y por tanto son m¨¢s endebles¡±, resume Morillas.
La ineficacia de la ONU queda patente ante conflictos como aquellos entre Rusia y Ucrania, Ham¨¢s e Israel o la ofensiva de Azerbaiy¨¢n en el enclave armenio de Nagorno Karabaj. La tensi¨®n geopol¨ªtica repercute incluso en instituciones que no tienen mucho a que ver, como la OMS, que se encontr¨® con enormes dificultades para esclarecer lo ocurrido en China en la pandemia, adem¨¢s de mostrar muy escasa eficacia. Las instituciones econ¨®micas, en concreto, son objeto de una vibrante campa?a por parte de los pa¨ªses emergentes para reconfigurar sus equilibrios de poder y conceptos de funcionamiento. El cuestionamiento es total. ¡°Hay un colapso del orden global, que es m¨¢s bien un desorden global¡±, dice Pant.
Interdependencia
Si los anteriores vectores propios del tiempo moderno representan corrientes que crean peligrosos remolinos, tambi¨¦n hay factores de contenci¨®n.
¡°Vivimos en un momento de alta interdependencia, por el volumen de intercambios comerciales, tecnol¨®gicos, de mano de obra, inmigraci¨®n, cultural, energ¨¦tico¡ Es una l¨®gica que sigue vigente y representa un factor de contenci¨®n¡±, apunta Morillas.
El comercio mundial ha experimentado un enorme crecimiento en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Incluso aquel entre EE UU y China, pese a las guerras de aranceles y sanciones, ha seguido creciendo. En el sector tecnol¨®gico hay muchas interdependencias. Nadie es capaz de fabricar por s¨ª solo microchips de alto rendimiento.
Esto es un elemento importante. La fuerte conexi¨®n de Rusia con Europa por la v¨ªa energ¨¦tica, que le reportaba grandes beneficios, no ha sido suficiente para inhibir su agresi¨®n. Pero el caso de China, el pa¨ªs decisivo para decantar el dilema entre cambio reformista o conflictivo del orden mundial, es diferente. Pek¨ªn est¨¢ mucho m¨¢s imbricado en el sistema, y de su continuidad depende en enorme medida su capacidad de seguir creciendo.
¡°La buena noticia es que todav¨ªa hay m¨¢s vectores de conexi¨®n que de desconexi¨®n entre China y Occidente¡±, dice Philippe Rheault, director del China Institute de la Universidad de Alberta, en Canad¨¢.
El exdiplom¨¢tico canadiense se?ala otro factor esperanzador. ¡°China afronta una fase de ralentizaci¨®n econ¨®mica. La esencia de la legitimad interna del r¨¦gimen descansa sobre la habilidad de proporcionar prosperidad, crecimiento econ¨®mico a sus ciudadanos. Creo que un tiempo de ralentizaci¨®n no es el momento de ser particularmente asertivos, pienso que China evitar¨¢ asumir riesgos. Varias se?ales apuntan a que Xi est¨¢ buscando afianzar un suelo en las relaciones con EE UU¡±, comentaba Rheault hace dos semanas, antes de que se conociera la noticia del encuentro con Biden, anunciado el pasado viernes.
Ante el riesgo de que, en alg¨²n momento, m¨¢s adelante, el r¨¦gimen pueda tener la tentaci¨®n de recurrir al nacionalismo para desviar la atenci¨®n de eventuales fallos en la gesti¨®n econ¨®mica, Rheault cree que, si bien este tipo de t¨¢cticas ha sido parte del manual del r¨¦gimen en el pasado, es improbable que se use en el medio y corto plazo para jugar con el fuego en la cuesti¨®n m¨¢s explosiva, la de Taiw¨¢n.
As¨ª se configura el cuadro geopol¨ªtico general. El devenir de algunos factores de riesgo de corto plazo podr¨¢ tener consecuencias importantes. De entrada, el incierto desarrollo del conflicto entre Israel y Ham¨¢s. Pero el plano pol¨ªtico tambi¨¦n contempla dos desenlaces importantes: el a?o que viene est¨¢n previstas elecciones de peso, en la UE, en la India y precisamente en Taiw¨¢n o en EE UU. ?C¨®mo se desarrollar¨ªa esta fase de especial turbulencia con un regreso de Trump a la Casa Blanca?
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