La guerra en Gaza agrava las divisiones en Ir¨¢n

El l¨ªder supremo de Ir¨¢n, el ayatol¨¢ Ali Jamenei, advert¨ªa a mediados de octubre de la imparable movilizaci¨®n de los musulmanes si continuaban los bombardeos israel¨ªes sobre Gaza. Sin duda, han sido numerosas las manifestaciones de solidaridad con los palestinos en los pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, pero significativamente una buena parte de los iran¨ªes ha tomado distancias con el conflicto, aline¨¢ndose con Israel. La complicidad de los dirigentes de la Rep¨²blica Isl¨¢mica con Ham¨¢s y otras milicias del llamado eje de resistencia est¨¢ agrandando la brecha entre el r¨¦gimen y la sociedad.

La distancia entre la pol¨ªtica oficial y la opini¨®n p¨²blica se hizo evidente de inmediato. Al d¨ªa siguiente de que Ham¨¢s lanzara su salvaje ataque contra Israel, el club de f¨²tbol Pers¨¦polis recib¨ªa en el estadio Azad¨ª de Teher¨¢n al Gol Gohar de Sirjan (provincia de Kerm¨¢n). Los responsables del evento quisieron izar la bandera palestina en se?al de apoyo al atentado. La respuesta de las gradas no se hizo esperar. Casi al un¨ªsono, los asistentes (las mujeres siguen teniendo prohibido el acceso a los estadios) corearon: ¡°Meteos la bandera palestina por el c...¡±.

La an¨¦cdota resulta pertinente porque los estadios de f¨²tbol son, junto a las mezquitas, uno de los escasos espacios p¨²blicos en los que los iran¨ªes tienen permitido congregarse. La groser¨ªa (que en persa suena a¨²n peor que en espa?ol) rechazaba la utilizaci¨®n del f¨²tbol con fines pol¨ªticos, a la vez que denunciaba la implicaci¨®n del r¨¦gimen iran¨ª en conflictos regionales a expensas de las necesidades de su poblaci¨®n. No me sorprendi¨®.

Durante mis viajes por Ir¨¢n como corresponsal de EL PA?S, o¨ª con frecuencia quejas sobre la ayuda a Palestina y al grupo liban¨¦s Hezbol¨¢, en especial por parte de las minor¨ªas ¨¦tnicas y religiosas que lo percib¨ªan como un agravio comparativo. Ahora, con el pa¨ªs sacudido por una grave crisis econ¨®mica fruto tanto de las sanciones internacionales como de la mala gesti¨®n, el desv¨ªo de fondos para aventuras b¨¦licas exteriores resulta intolerable.

Desde el d¨ªa del partido se ha hecho popular en las redes sociales la etiqueta #IraniansStandWithIsrael (los iran¨ªes est¨¢n con Israel). Bajo ese lema, los usuarios denuncian los reg¨ªmenes islamistas tanto de Ir¨¢n (chi¨ª) como de Ham¨¢s (sun¨ª), equiparando su brutalidad. No se trata de un rechazo autom¨¢tico a la causa palestina. De hecho, algunos a?aden la etiqueta #FreePalestineNow (Palestina libre ahora). Pero con mayor frecuencia expresan apoyo a Reza Pahlevi, hijo del ¨²ltimo sha, sin cuyo (improbable) regreso a Ir¨¢n consideran imposible la paz en Oriente Pr¨®ximo. De las im¨¢genes que difunden se deduce que la mayor¨ªa de las cuentas pertenecen a exiliados iran¨ªes. Aun as¨ª, sus cr¨ªticas han alarmado a los gobernantes de la Rep¨²blica Isl¨¢mica.

El fiscal general anunci¨® el pasado 31 de octubre que es delito cualquier manifestaci¨®n a favor de Israel en las redes sociales. El aviso se produjo despu¨¦s de que el comit¨¦ encargado de establecer los casos de contenido delictivo actualizara una ley de 2020 para ¡°afrontar las acciones hostiles del r¨¦gimen sionista contra la paz y la seguridad¡±. La revisi¨®n tambi¨¦n precisa que est¨¢ prohibida toda relaci¨®n con ciudadanos israel¨ªes, incluso de amistad. Ya de antes, los deportistas iran¨ªes ten¨ªan vetado competir con rivales de nacionalidad israel¨ª y al cineasta Mohsen Makhmalbaf (autoexiliado desde 2005) le castigaron por participar en un certamen en Jerusal¨¦n, retirando sus premios del Museo del Cine.

No es un paso m¨¢s en la pol¨ªtica antiisrael¨ª que los islamistas chi¨ªes implantaron al llegar al poder tras la revoluci¨®n de 1979. A diferencia de las buenas relaciones que el Ir¨¢n mon¨¢rquico mantuvo con Israel, la Rep¨²blica Isl¨¢mica rechaza su existencia como Estado y sus dirigentes hacen con frecuencia llamamientos bomb¨¢sticos a su destrucci¨®n. Sin embargo, en esta ocasi¨®n, el celo puesto en acallar la menor expresi¨®n de simpat¨ªa hacia las v¨ªctimas del atentado de Ham¨¢s rebasa el antisionismo oficial y la utilizaci¨®n interesada de la causa palestina.

El tono destila preocupaci¨®n por el impacto interno de esa pol¨ªtica, justo cuando el r¨¦gimen hace frente a una creciente contestaci¨®n social. Quienes tienen el poder quieren evitar que la campa?a de los opositores en el exterior permee al interior. ¡°Tanto miedo porque saben que la mayor¨ªa les odia¡±, interpreta un exiliado ante medida tan dr¨¢stica.

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