Polonia empieza a enterrar la era del Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia
Los partidos liberales estrenan mayor¨ªa en el nuevo Parlamento, mientras el primer ministro en funciones, Mateusz Morawiecki, recibe el encargo, abocado al fracaso, de formar un Ejecutivo
Unas pocas decenas de manifestantes se presentaron ante el Parlamento de Varsovia el lunes pasado, cuando tomaron posesi¨®n los diputados y senadores elegidos en los comicios del pasado 15 de octubre en Polonia. Ordenadamente y ante la mirada impasible de la polic¨ªa, los activistas empezaron a desmantelar las vallas que el Ejecutivo ultraconservador de Ley y Justicia (PiS) hab¨ªa instalado en 2016 contra las protestas a su reforma judicial. Despu¨¦s hicieron lo mismo en el Tribunal Constitucional. Szymon Holownia, el nuevo presidente del Sejm (la C¨¢mara baja), orden¨® luego la retirada definitiva de la barrera de la acera. Arrancaba as¨ª la legislatura en la que las fuerzas liberales del pa¨ªs pretenden restablecer el Estado de derecho y los valores democr¨¢ticos.
Un mes despu¨¦s de las elecciones, el partido de Jaroslaw Kaczynski todav¨ªa ¡°est¨¢ en una especie de estado de shock¡±, seg¨²n admite Artur Wroblewski, profesor de pol¨ªtica y analista, que se present¨® en las listas de PiS sin lograr esca?o. El partido fue la fuerza m¨¢s votada, pero no logr¨® los apoyos necesarios para gobernar. En opini¨®n del polit¨®logo, porque ¡°sobrecalent¨® la campa?a y exager¨® en sus posturas¡±. ¡°Si el partido sigue como hasta ahora ¡ªmuy conservador, imponiendo normas antiaborto, cooperando estrechamente con la Iglesia, intentando asustar con la inmigraci¨®n musulmana, siendo extremadamente cr¨ªtico con la UE y obsesionado con Alemania¡ª, se extinguir¨¢¡±, advierte Wroblewski mientras fuma una cachimba en un local de la zona de rascacielos de Varsovia.
Los ocho a?os de Gobierno ultraconservador han dejado un pa¨ªs cimentado sobre esas ideas que esboza Wroblewski, con la ayuda de dos instrumentos esenciales: el poder judicial y los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Los partidos encabezados por el conservador Donald Tusk han dado los primeros pasos la semana pasada para desmantelar el sistema iliberal de PiS con la nueva mayor¨ªa parlamentaria. Cuando fracase la misi¨®n de formar Gobierno que el presidente, Andrzej Duda, ha encomendado al hasta ahora primer ministro Mateusz Morawiecki, continuar¨¢n el trabajo desde el Ejecutivo, previsiblemente en diciembre.
Preguntado sobre c¨®mo ser¨¢ la nueva Polonia, el diputado Andrzej Domanski, del partido de centroderecha Plataforma C¨ªvica (PO) de Tusk, respond¨ªa solemne la semana pasada en los pasillos del Sejm: ¡°Polonia dio un giro de 180 grados el 15 de octubre. Hemos vuelto a Europa desde el camino a Hungr¨ªa¡±. El acuerdo de coalici¨®n que presentaron las tres fuerzas liberales es un esbozo del pa¨ªs que esperan construir. Una Polonia proeuropea, respetuosa de la ley, con valores democr¨¢ticos liberales y relaciones internacionales constructivas.
Domanski, en las quinielas para ser ministro de Finanzas, avanza algunas medidas econ¨®micas del nuevo Gobierno, como un aumento ¡°sustancial¡± del sueldo de los profesores, rebajas del impuesto sobre la renta y una apuesta por las energ¨ªas renovables. El nuevo Gobierno se aplicar¨¢ en ¡°restaurar el Estado de derecho y atraer la inversi¨®n extranjera¡±, asegura.
El documento que recoge los compromisos b¨¢sicos del Gobierno habla tambi¨¦n de construir ¡°una naci¨®n moderna¡±, pero no incluye avances sociales como la legalizaci¨®n del aborto, derechos de la comunidad LGTBI como el matrimonio o la adopci¨®n, o menciones a los derechos de los refugiados. ¡°En nuestra coalici¨®n hay fuerzas conservadoras¡±, se?ala el diputado, en referencia a la alianza Tercera V¨ªa, formada por Polska 2050 y el partido agrario PSL. Como recuerda, m¨¢s del 70% de los diputados usaron la f¨®rmula religiosa al jurar el cargo.
El partido progresista de la coalici¨®n, Izquierda (Lewica), registr¨® dos leyes el primer d¨ªa de la legislatura, una para legalizar el aborto hasta la semana 12?, y otra para descriminalizarlo. La diputada Katarzyna Kotula reconoce que las propuestas tienen un futuro incierto, primero por el rechazo de Tercera V¨ªa, y segundo, por el previsible veto de Duda. Despu¨¦s de la movilizaci¨®n sin precedentes del voto femenino, clave en la victoria del bloque liberal, la diputada asegura que ¡°muchas mujeres est¨¢n indignadas¡± por la falta de acuerdo sobre el aborto en la coalici¨®n. ¡°Yo lo entiendo [el enfado]. Y espero que otros diputados lo entiendan tambi¨¦n y vean que es la forma m¨¢s f¨¢cil de que PiS regrese al poder¡±, afirmaba en el hall de un Parlamento imbuido en el frenes¨ª del inicio de la legislatura.
¡°Mecanismos de control¡±
El analista y escritor Aleksander Smolar advierte de que pese a ¡°la euforia¡± por la victoria que se respira en el campo liberal, la coalici¨®n tiene serios problemas. ¡°PiS ha introducido muchos mecanismos de control¡±, explica, y cita los m¨¢s dif¨ªciles de superar: el presidente, el Tribunal Constitucional ¡ª¡±grotesco y paralizado¡±¡ª y el Banco Central. ¡°Pueden oponerse radicalmente a cualquier pol¨ªtica e intentar destruir la mayor¨ªa parlamentaria, que es heterog¨¦nea y est¨¢ por ver c¨®mo resiste a los problemas¡±.
Duda, que hasta que lleg¨® a la presidencia era miembro de PiS, advirti¨® en la sesi¨®n constitutiva del Sejm de que tratar¨¢ de ¡°salvaguardar los logros de los ¨²ltimos ocho a?os¡± y no dudar¨¢ en vetar iniciativas legislativas, especialmente si estas limitan sus competencias. El presidente se ocupa de las relaciones internacionales, pero es tambi¨¦n coautor de la reforma judicial que enfrenta a Polonia con la UE por atacar la independencia judicial, que le ha costado al pa¨ªs el bloqueo durante meses de 35.400 millones de euros del plan de recuperaci¨®n.
En Polonia hay un intenso debate sobre c¨®mo deshacer el control de PiS de instituciones como el Tribunal Constitucional y el Consejo Nacional del Poder Judicial. Hay quien apuesta por soluciones radicales para acabar con situaciones derivadas de decisiones consideradas ilegales. Otros abogan por ir despacio, respetando escrupulosamente la Constituci¨®n, y en el peor caso, esperar a que expire el mandato de Duda a mediados de 2025. Mientras, el Sejm va dando pasos, aunque por ahora meramente simb¨®licos, como la elecci¨®n el martes pasado de cuatro diputados liberales para sustituir a los de PiS en el Consejo Nacional del Poder Judicial. El ¨®rgano, considerado ileg¨ªtimo por las principales organizaciones de jueces, est¨¢ formado principalmente por magistrados elegidos por la anterior mayor¨ªa parlamentaria de PiS (15 de sus 25 miembros).
El nuevo Gobierno tambi¨¦n abordar¨¢ la situaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Marcin Antosiewicz, periodista y polit¨®logo que trabaj¨® m¨¢s de 15 a?os en la radio y la televisi¨®n p¨²blicas, recuerda que PiS inyect¨® millones de eslotis en su presupuesto, y tom¨® el control para convertirlos ¡°en maquinarias de propaganda¡±. ¡°Tiene que haber una revisi¨®n de las responsabilidades individuales y todos los que tomaron decisiones y favorecieron la propaganda se tienen que ir¡±, afirma Antosiewicz en la cafeter¨ªa de la Universidad de V¨ªstula, donde es profesor.
El periodista dej¨® su puesto como corresponsal en Berl¨ªn cuando intentaron forzarle a establecer un v¨ªnculo que no exist¨ªa entre el autor de un atentado en M¨²nich en 2016 y la crisis de los refugiados de esa ¨¦poca. Ahora aguarda expectante a que el nuevo Gobierno aborde ¡°r¨¢pido¡± la direcci¨®n de los medios, porque ¡°es donde empiezan todos los problemas¡±. Hay varias f¨®rmulas para hacerlo, aunque algunas generan dudas legales. Le encantar¨ªa volver a la televisi¨®n, pero antes quiere ver ¡°c¨®mo entienden los medios¡± los nuevos responsables. Tusk, recuerda, es un liberal tambi¨¦n en lo econ¨®mico y ¡°ha planteado la disyuntiva populista de elegir entre financiar los medios o los tratamientos contra el c¨¢ncer¡±.
Mientras los pol¨ªticos y los expertos estudian c¨®mo construir la nueva Polonia, en la calle los votantes de la derecha y la extrema derecha, como Radek Rokita, un trabajador de la hosteler¨ªa de 51 a?os que vot¨® a Confederaci¨®n, temen que con el cambio de Gobierno se produzca ¡°una regresi¨®n en las leyes, en la econom¨ªa y las relaciones entre la gente¡±. Mar¨ªa Anna, florista de 23, tiene una esperanza contenida: ¡°Yo creo que el pa¨ªs ser¨¢ mejor, pero veremos¡±, dice mientras corta los tallos de las rosas, confiando en que la ley del aborto mejore pese al presidente. La ingeniera Brygida Kowalska, de 32, cree que para la gente corriente, ¡°todo seguir¨¢ igual¡±. ¡°La mentalidad de la gente sigue siendo la misma¡±, a?ade antes de subirse a un tranv¨ªa.
A las seis de la tarde del primer d¨ªa de la legislatura ya solo quedaban dos activistas frente al Parlamento. ¡°Yo vot¨¦ por el aborto, ahora les toca a ellos¡±, dec¨ªa enfadada Katarzyna Magyszro, directora de animaci¨®n de 32 a?os, que estaba ah¨ª para record¨¢rselo a los diputados. Su compa?ero de 22 a?os, Adam Naceur Ferdjani, trabajador en una ONG, celebraba que el desmantelamiento de la valla, ¡°s¨ªmbolo de la separaci¨®n entre el poder y el pueblo¡±, aunque auguraba movilizaciones para exigir avances sociales. ¡°Pero al menos ellos est¨¢n dispuestos a escuchar¡±, reconoc¨ªa el joven sobre los partidos liberales que espera que reconstruyan el Estado de derecho polaco, mientras a pocos metros una pareja se hac¨ªa un selfi en la acera reci¨¦n recuperada.
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