Los reg¨ªmenes militares del Sahel trasladan a ?frica la pugna entre Rusia y Occidente
Mal¨ª, N¨ªger y Burkina Faso se retiran de la Cedeao, el bloque econ¨®mico occidental, tras expulsar a los soldados franceses de sus territorios y estrechar sus relaciones con Mosc¨²
Mal¨ª, N¨ªger y Burkina Faso, tres pa¨ªses del Sahel gobernados por reg¨ªmenes militares tras los golpes de Estado de los ¨²ltimos a?os, han anunciado este domingo su decisi¨®n conjunta de retirarse, con efecto inmediato, de la Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental (Cedeao), organismo regional formado por 15 naciones y creado en 1975. Los tres pa¨ªses hab¨ªan sido suspendidos provisionalmente de la Cedeao y Mal¨ª y N¨ªger fueron castigadas con sanciones econ¨®micas, lo que hab¨ªa provocado un deterioro de las relaciones con este organismo, al que acusan de estar instrumentalizado por Occidente. Al mismo tiempo, tras expulsar a los soldados franceses de su territorio, estos reg¨ªmenes se han aproximado a Rusia como su nuevo gran aliado militar.
La decisi¨®n se hizo p¨²blica este domingo al mediod¨ªa mediante un comunicado conjunto firmado en las tres capitales, Uagadug¨², Bamako y Niamey, por los portavoces de los tres gobiernos en nombre de sus respectivos jefes de Estado, el capit¨¢n Ibrahim Traor¨¦ (Burkina Faso), el coronel Assimi Go?ta (Mal¨ª) y el general Abdourahamane Tiani (N¨ªger). ¡°La Cedeao, bajo la influencia de potencias extranjeras y traicionando sus principios fundacionales¡±, asegura el comunicado, ¡°se ha convertido en una amenaza para sus estados miembros y sus poblaciones, cuya felicidad se supone debe garantizar¡±.
La nota oficial acusa a la Cedeao de falta de sost¨¦n en la lucha antiterrorista en el Sahel, uno de los principales desaf¨ªos a los que se enfrentan, y de imponer sanciones dur¨ªsimas tras los golpes de Estado: ¡°Esta organizaci¨®n no brind¨® asistencia a nuestros Estados en el marco de nuestra lucha existencial contra el terrorismo y la inseguridad; peor a¨²n, cuando nuestros Estados decidieron tomar su destino en sus propias manos, [la Cedeao] adopt¨® una postura irracional e inaceptable imponiendo sanciones ilegales, ileg¨ªtimas, inhumanas e irresponsables en violaci¨®n de sus propias normas, lo cual ha fragilizado a poblaciones ya golpeadas por a?os de violencia impuesta por hordas terroristas instrumentalizadas y teledirigidas¡±.
Dos bloques muy divididos
La hist¨®rica decisi¨®n tiene repercusiones que van desde la pol¨ªtica monetaria, pues usan una moneda com¨²n con pa¨ªses vecinos, hasta l¨ªmites a los movimientos de poblaci¨®n intrarregionales. Pero, sobre todo, configura un escenario geopol¨ªtico radicalmente diferente al actual. A partir de ahora ?frica occidental cuenta con dos bloques profundamente divididos: por un lado, una Cedeao capitaneada en este momento por el presidente de Nigeria, Bola Tinubu, integrada por otros pesos pesados como Senegal, Costa de Marfil o Ghana y con excelentes relaciones con Occidente; por el otro, los tres pa¨ªses gobernados por reg¨ªmenes militares que en septiembre pasado crearon un organismo de defensa mutua, la Alianza del Estado del Sahel, hicieron saltar por los aires el G5 del Sahel y que han estrechado sus v¨ªnculos con Rusia en los ¨²ltimos tres a?os, sobre todo en el terreno de la seguridad.
El art¨ªculo 91 de la Cedeao contempla la posibilidad de la retirada voluntaria de alguno de sus Estados miembros, pero establece un plazo de un a?o para que dicha decisi¨®n se haga efectiva a partir del momento de su notificaci¨®n oficial. De facto, los tres pa¨ªses del Sahel estaban temporalmente suspendidos tras los golpes de Estado, pero sus diplom¨¢ticos segu¨ªan acudiendo a las reuniones y manten¨ªan encuentros paralelos con sus hom¨®logos, sobre todo destinados a hacer presi¨®n para la reducci¨®n o eliminaci¨®n de las sanciones aprobadas por el organismo regional. Hasta ahora, la Cedeao, que insist¨ªa sobre la celebraci¨®n de elecciones para devolver el poder a los civiles, tan solo hab¨ªa aliviado una parte del castigo que pesaba sobre Mal¨ª.
Mal¨ª, que vivi¨® el ascenso al poder de los militares en 2020, tendr¨ªa que celebrar comicios en el presente a?o 2024, seg¨²n el propio plan de transici¨®n trazado por los golpistas. Sin embargo, la cita con las urnas fue aplazada sine die por las autoridades. En Burkina Faso, cuando el capit¨¢n Ibrahim Traor¨¦ se hizo con el poder en 2022 declar¨® que iba a respetar el compromiso de su predecesor, el general Damiba, de organizar elecciones este a?o. Pero posteriormente asegur¨® que su prioridad era acabar con el terrorismo y restablecer la integridad territorial, aplazando tambi¨¦n los comicios. Por su parte, el general Tiani en N¨ªger, l¨ªder del golpe de julio de 2023, anunci¨® una transici¨®n de unos tres a?os, pero manifest¨® que la duraci¨®n exacta de la misma deb¨ªa ser fijada mediante un proceso de di¨¢logo nacional que ni siquiera ha comenzado.
Uno de los momentos de mayor tensi¨®n entre la Cedeao y los tres pa¨ªses se vivi¨® el verano pasado tras el golpe de Estado en N¨ªger. El organismo regional plane¨® y prepar¨® una intervenci¨®n militar liderada por Nigeria y con el apoyo expl¨ªcito de Senegal, Ben¨ªn y Costa de Marfil, entre otros, para desalojar a los golpistas y devolver al presidente Mohamed Bazoum a la Presidencia del pa¨ªs. La Cedeao lleg¨® a pedir apoyo econ¨®mico a la Uni¨®n Europea para dicha intervenci¨®n. Sin embargo, las nuevas autoridades nigerinas obtuvieron el apoyo inmediato de las juntas militares de Burkina Faso y Mal¨ª y el temor a un conflicto regional enfri¨® dicha posibilidad.
El anuncio de la retirada de los tres paises de la Cedeao llega en un momento de especial intensidad de la contraofensiva de los tres ej¨¦rcitos contra el yihadismo de las ramas locales de Al Qaeda y Estado Isl¨¢mico, sobre todo en Burkina Faso y Mal¨ª, donde se libran combates y se sufren ataques pr¨¢cticamente a diario. Al mismo tiempo, el ej¨¦rcito de Mal¨ª se enfrenta tambi¨¦n, con el apoyo de los mercenarios rusos de Wagner, a los grupos separatistas tuaregs en el norte del pa¨ªs. El pasado 25 de enero, la junta militar maliense dio definitivamente por enterrado el acuerdo de paz de Argel que hab¨ªa puesto fin al conflicto de 2012-2013. Los independentistas consideran dicha ruptura como una declaraci¨®n de guerra de facto.
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