EE UU provoca una pol¨¦mica en la ONU por considerar la resoluci¨®n de alto el fuego en Gaza ¡°no vinculante¡±
La mayor¨ªa de miembros del Consejo de Seguridad y numerosos expertos rechazan esa lectura y creen que el texto obliga a las partes, aunque la organizaci¨®n no tiene facultad coercitiva para hacer que Israel y Ham¨¢s lo apliquen
Con su abstenci¨®n en la votaci¨®n de una resoluci¨®n de alto el fuego inmediato en Gaza, la 2728, la primera en seis meses de guerra, EE UU provoc¨® el lunes no solo el enfado de Israel, que le hab¨ªa pedido que vetara el texto, sino tambi¨¦n una ruidosa pol¨¦mica, entre jur¨ªdica y diplom¨¢tica, al minimizar la decisi¨®n consider¨¢ndola ¡°no vinculante¡±. Para Washington era una finta ret¨®rica para que el varapalo propinado p¨²blicamente a su gran aliado en Oriente Pr¨®ximo pasase m¨¢s desapercibido: una resoluci¨®n no vinculante no obliga por principio a nada, y mucho menos a ese cese de las hostilidades que Israel viene rechazando de manera tajante desde el inicio de la guerra.
¡°Una proposici¨®n no vinculante¡±, la definieron el lunes al un¨ªsono la embajadora de EE UU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, y el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, que dijo: ¡±No tiene impacto en Israel, ni en su capacidad de ir contra Ham¨¢s¡±. Las palabras de ambos sonaron como un torpedo impactando en la l¨ªnea de flotaci¨®n del m¨¢ximo ¨®rgano ejecutivo de la ONU, encargado de velar por la paz y la seguridad mundiales: ?Son o no sus resoluciones vinculantes? Es m¨¢s, ?acaso unas lo son y otras no? Representantes diplom¨¢ticos y expertos en la materia salieron en tromba a refutar el punto de vista de Washington. Ant¨®nio Guterres, secretario general de la ONU, dej¨® clara su opini¨®n: son vinculantes. As¨ª lo afirma el art¨ªculo 25 de la Carta fundacional: ¡°Los miembros de las Naciones Unidas convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad de acuerdo con esta Carta¡±.
Varios representantes del Consejo de Seguridad, con Mozambique y Sierra Leona a la cabeza, recurrieron a la jurisprudencia para apuntalar la vinculaci¨®n. Los dos diplom¨¢ticos africanos, ambos con formaci¨®n jur¨ªdica, afirmaron que la resoluci¨®n 2728 es vinculante, descartando que la abstenci¨®n de uno de los cinco miembros permanentes en la adopci¨®n de la iniciativa (la de EE UU) modificase la naturaleza vinculante de la misma. Ambos se apoyaron en la opini¨®n consultiva de 1971 del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), que estableci¨® que todas las del Consejo lo son. El embajador de Argelia lo resumi¨® de manera a¨²n m¨¢s categ¨®rica: ¡°Las resoluciones del Consejo de Seguridad son vinculantes. No casi. No parcialmente. No tal vez¡±.
Unanimidad jur¨ªdica
EE UU se adentr¨® en aguas cenagosas el lunes, no solo frente a Israel, tambi¨¦n ante el ¨²nico ¨¢rbitro de la comunidad internacional, con su estridente interpretaci¨®n del texto, y de remate desvi¨® casi por completo la atenci¨®n del tard¨ªo logro del Consejo. Adil Haque, profesor de Derecho Internacional en Rutgers y editor ejecutivo de Just Security, no tiene dudas al respecto: ¡°La resoluci¨®n es vinculante. Seg¨²n la Carta de la ONU, todas las decisiones del Consejo de Seguridad lo son para todos los Estados miembros. El Tribunal Internacional de Justicia ha dictaminado que no es necesario que una resoluci¨®n mencione el Cap¨ªtulo VII de la Carta [acci¨®n en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresi¨®n], se refiera a la paz y la seguridad internacionales o utilice la palabra decide para que tenga efecto vinculante. Cualquier resoluci¨®n que utilice un ¡®lenguaje obligatorio¡¯ crea obligaciones, y esto incluye el t¨¦rmino exige utilizado en la resoluci¨®n sobre Gaza¡±, explica Haque, que subraya tambi¨¦n la ¡°intenci¨®n determinante¡± de los miembros del Consejo que redactaron y votaron a favor de la resoluci¨®n de alto el fuego; solo el representante de Corea del Sur se mostr¨® dubitativo al principio. ¡°Pretend¨ªan que tuviera un efecto vinculante¡±.
?En qu¨¦ se basa Washington para sostener una opini¨®n discordante? ?Obedece m¨¢s a un c¨¢lculo pol¨ªtico que a una objeci¨®n jur¨ªdica? ¡°Por ahora, no parece que EE UU tenga un argumento jur¨ªdico coherente¡±, explica Adil Haque. ¡°Inicialmente, aleg¨® que la resoluci¨®n no utilizaba el lenguaje adecuado para tener efecto vinculante. El TIJ ha dictaminado que las resoluciones no necesitan utilizar ninguna ¡®palabra m¨¢gica¡¯ en particular y que un t¨¦rmino obligatorio como exigencias es suficiente para crear obligaciones. Posteriormente, EE UU aleg¨® que la resoluci¨®n no creaba ninguna obligaci¨®n nueva. Pero la resoluci¨®n exige ¡®un alto el fuego inmediato durante el mes de Ramad¨¢n¡¯, que es una nueva obligaci¨®n¡±. Haque advierte contra la tentaci¨®n de ver precedentes en la actual objeci¨®n de Washington: ¡°Su postura [sobre la resoluci¨®n 2728] puede socavar otras resoluciones importantes que el propio pa¨ªs defendi¨®, incluida la reciente que pide un alto el fuego en Sud¨¢n¡±.
Richard Gowan, durante d¨¦cadas alto cargo de la ONU y hoy en la ONG International Crisis Group, especializada en la prevenci¨®n de conflictos, considera que la pol¨¦mica obedece a una diferencia sustancial de interpretaciones. ¡°Los distintos Estados interpretan la Carta de maneras diferentes y siguen tradiciones de interpretaci¨®n distintas. Existen diferencias genuinas e importantes en la manera de leer este texto por parte de EE UU y de otros miembros del Consejo. Los juristas estadounidenses opinar¨¢n que el hecho de que el texto exija un alto el fuego significa que no es jur¨ªdicamente vinculante¡±, explica el experto, en l¨ªnea con lo manifestado por Haque. ¡°Desde el punto de vista estadounidense, el texto tendr¨ªa que haber decidido un alto el fuego para ser legalmente vinculante¡±. Exigir o decidir: el alambicado lenguaje de la diplomacia, elevado a una sutileza florentina. ¡°Puede parecer una distinci¨®n muy peque?a¡±, explica Gowan, ¡°pero tiene su origen en el art¨ªculo 25 de la Carta de la ONU, que dice que los Estados deben aceptar y cumplir las decisiones del Consejo, pero no se refiere a sus exigencias¡±.
¡°Importante se?al diplom¨¢tica, pero con poca fuerza¡±
Pese a la pol¨¦mica generada por la interpretaci¨®n de Washington, la confusi¨®n, se?ala Gowan, pudo resultar muy ¨²til el lunes. ¡°Las diferentes interpretaciones del texto (que seguramente conoc¨ªan los embajadores y sus equipos jur¨ªdicos) permitieron a EE UU abstenerse ante una resoluci¨®n que considera no vinculante, y esto pudo ser ventajoso, porque de haberla visto como jur¨ªdicamente vinculante podr¨ªa haberse sentido obligado a vetarla¡±. A la inversa, subraya, ¡°otros miembros del Consejo podr¨ªan haber estado disconformes con un texto que consideraban simplemente ret¨®rico¡±.
Un compromiso final satisfactorio ¨Dla aprobaci¨®n de la primera resoluci¨®n desde que empez¨® la guerra¨D derivado de la ambig¨¹edad en torno a un par de t¨¦rminos, as¨ª resume Gowan el resultado de la votaci¨®n del lunes. Pero con un reverso potencialmente negativo: ¡°Por supuesto, puede ser fuente de confusi¨®n si Israel declara que no se siente vinculado por el texto¡ Eso podr¨ªa dar lugar a m¨¢s discusiones en el Consejo en breve. Las felices vibraciones de hoy [por el lunes] en Nueva York podr¨ªan evaporarse pronto¡±.
La embajadora de EE UU en la ONU cit¨® el lunes el car¨¢cter no vinculante de la resoluci¨®n, al no inscribirse en el Cap¨ªtulo VII, que autorizar¨ªa el uso de la fuerza para implementarla. Gowan apunta a lo peliagudo de su aplicaci¨®n, independientemente del modo elegido. ¡°Est¨¢ claro que la resoluci¨®n no contiene ning¨²n mecanismo de aplicaci¨®n propio, y si otros miembros del Consejo propusieran sanciones contra Israel por incumplimiento, EE UU las vetar¨ªa. As¨ª que, en ¨²ltima instancia, la resoluci¨®n es una importante se?al diplom¨¢tica sobre la necesidad de un alto el fuego, pero tiene poca fuerza¡±.
No son pocos quienes, en la ONU y fuera de ella, consideran que la prolongada negociaci¨®n (casi un mes) del proyecto de resoluci¨®n de alto el fuego vinculado a la liberaci¨®n de los rehenes presentado por EE UU, y vetado el viernes anterior por Rusia y China, no fue sino una maniobra diplom¨¢tica destinada a ganar tiempo (o m¨¢s bien a perderlo) mientras Washington apostaba todas sus cartas a las negociaciones entre Israel y Ham¨¢s que copatrocina con Egipto y Qatar (y mientras Israel, en contra de la opini¨®n de Washington, persevera en sus planes de ofensiva terrestre sobre Rafah). Es decir, a dejar hacer a la ONU, pero no demasiado ¨Dpara eso dispone del derecho de veto, como demostr¨® al rechazar antes tres propuestas de alto el fuego del Consejo¨D, mientras el partido se juega de verdad sobre el terreno.
El ba?o de realidad que plantea Gowan, la resoluci¨®n como se?al diplom¨¢tica importante, pero carente de fuerza, dibuja un escenario de esgrima ret¨®rica, donde la diferencia entre ¡°exigir¡± y ¡°decidir¡± se le escapar¨ªa incluso a un ling¨¹ista, mientras otro ba?o, pero de sangre, se desarrolla en Gaza.
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