La guerra de Gaza lleva las relaciones entre Biden y Netanyahu a su punto m¨¢s bajo
La abstenci¨®n de EE UU en la ONU, que hizo posible la primera resoluci¨®n de alto el fuego en seis meses de guerra, tensa al extremo la relaci¨®n entre los dos aliados tradicionales
La abstenci¨®n de EE UU en la votaci¨®n de una resoluci¨®n de alto el fuego inmediato en la Franja, este lunes, en vez del veto que hab¨ªa solicitado Israel para frenar la propuesta, ha enfrentado definitivamente a los aliados tradicionales, inmersos desde hace semanas en una espiral de tensi¨®n y discordia que por el lado estadounidense ha quedado patente en los choques telef¨®nicos del presidente Joe Biden y el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu, o en las cr¨ªticas de Chuck Schumer, l¨ªder dem¨®crata en el Senado, a este ¨²ltimo, al que tild¨® de ¡°obst¨¢culo para la paz¡±. Por el lado israel¨ª, el enfado se manifest¨® este lunes con la cancelaci¨®n de la visita de una delegaci¨®n a Washington para discutir la anunciada ofensiva terrestre sobre Rafah, a la que EE UU se opone abiertamente por ¡°la anarqu¨ªa¡± que causar¨ªa.
La Casa Blanca considera que el punto de inflexi¨®n al que parece haber llegado la relaci¨®n bilateral obedece a razones pol¨ªticas internas, seg¨²n declaraciones de tres altos funcionarios estadounidenses al portal Axios, pero si el nerviosismo israel¨ª es de ¨ªndole dom¨¦stica, lo mismo podr¨ªa decirse del cambio de postura de la Casa Blanca en las ¨²ltimas semanas: la Administraci¨®n dem¨®crata ya es capaz de cuantificar en votos cu¨¢nto puede costarle un apoyo incondicional, sin fisuras, a Israel, como el mostrado en los primeros meses de la guerra. Las decenas de miles de votos de castigo que Biden ha cosechado en las primarias dem¨®cratas, de electores dispuestos a no apoyarle en noviembre si no toma distancia de Israel, han sido suficientes para dar marcha atr¨¢s, dejando pasar ¡ªcon una abstenci¨®n que fue como ponerse de perfil¡ª una resoluci¨®n que la propia ONU tild¨® de hist¨®rica, aunque se haya adoptado tras seis meses de guerra.
Ante el patente enfado israel¨ª, EE UU intent¨® matizar su postura, enred¨¢ndose en un embrollo terminol¨®gico que no ha convencido a nadie. La embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, y el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, subrayaron que la resoluci¨®n no era vinculante, frente al parecer de otros miembros del Consejo y numerosos expertos para quienes el texto s¨ª lo es (las resoluciones aprobadas por el Consejo se consideran derecho internacional y tienen un peso pol¨ªtico y jur¨ªdico considerable; otra cosa es que puedan ser aplicadas a pies juntillas). Por parte de Washington se trataba m¨¢s bien de una finta diplom¨¢tica para sostener su voto y, a la vez, no quemar todos los puentes con Israel.
Lo que ha sorprendido a Washington es el hecho de que Israel aireara este lunes las diferencias, con el sonoro portazo dado en forma de suspensi¨®n del viaje a Washington de dos de los asesores m¨¢s cercanos a Netanyahu.
Desplantes y diferencias
No es la primera vez que ambos socios difieren en cuestiones sensibles. En 2010, Joe Biden, entonces vicepresidente de Barack Obama, aterriz¨® en Tel Aviv para intentar obtener del ¡ªentonces y hoy¡ª primer ministro israel¨ª Netanyahu la paralizaci¨®n temporal de la ampliaci¨®n de los asentamientos jud¨ªos en Cisjordania, para impulsar el di¨¢logo de paz con los palestinos. Como bienvenida, se encontr¨® con una bofetada: el anuncio de la edificaci¨®n de 1.600 casas en una colonia de Jerusal¨¦n Este. Netanyahu emiti¨® un comunicado a toda prisa para aclarar que desconoc¨ªa la medida, pero el ambiente de la visita cambi¨®.
El desplante a Biden, quien suele presentarse como principal aliado de Israel ¡ªlo hizo en su visita al pa¨ªs en los primeros d¨ªas de la guerra; tambi¨¦n en su ¨²ltimo discurso sobre el estado de la uni¨®n¡ª, est¨¢ en la lista de frustraciones que dej¨® en Obama el trato con Netanyahu, con quien coincidi¨® en el poder durante sus ocho a?os en la Casa Blanca (2009-2017). La relaci¨®n era tan mala que a uno y a otro, en su ¨²ltimo encuentro bilateral, les costaba forzar la sonrisa y bromear sobre golf. M¨¢s a¨²n cuando Netanyahu hab¨ªa tenido un gesto tan provocador como aprovechar que los republicanos controlaban la C¨¢mara de Representantes para dar un discurso anim¨¢ndoles a torpedear el acuerdo nuclear con Ir¨¢n que promov¨ªa la Casa Blanca. Uno de los legisladores dem¨®cratas que se ausent¨® de aquel discurso fue precisamente Biden.
En su ¨²ltimo a?o en la Casa Blanca, 2016, Obama dej¨® un gran plan de ayuda militar a Israel para 10 a?os, pero tambi¨¦n ¡ªcuando las urnas ya hab¨ªan otorgado la victoria a Donald Trump¡ª un recado final a Netanyahu en la forma elegida ahora por Biden: la abstenci¨®n en una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU. En aquel caso, de condena de los asentamientos. ¡°Lo hemos intentado todo¡±, justific¨® entonces el viceasesor de Seguridad Nacional, Benjamin J. Rhodes.
Tras casi seis meses de guerra en los que Estados Unidos no ha dejado de vetar las resoluciones de alto el fuego y de proporcionar abundante armamento y financiaci¨®n a su gran aliado en Oriente Pr¨®ximo, con su abstenci¨®n en el Consejo de Seguridad la Casa Blanca le ha dado este lunes un simb¨®lico tir¨®n de orejas tambi¨¦n tras sentir que lo ha intentado todo. ¡°Es una acci¨®n punitiva destinada a demostrar su descontento con el Gobierno israel¨ª. Punitiva y de advertencia: los estadounidenses hicieron demasiados intentos de contener a Israel, de convencerlo de que introdujese m¨¢s ayuda humanitaria, de obligarlo a discutir el ¡®plan del d¨ªa despu¨¦s¡¯ [de la guerra]. Demasiados intentos que se toparon con un encogimiento de hombros un tanto desde?oso¡±, escribe en el medio TheMadad Shmuel Rosner, experto en las relaciones entre Israel y Estados Unidos e investigador principal del centro de an¨¢lisis Jewish People Policy Institute, con sede en Jerusal¨¦n.
La importancia del voto jud¨ªo
Estados Unidos ha usado 45 veces su derecho de veto en beneficio de Israel desde los a?os setenta hasta la guerra de Gaza, en que lo ha hecho en tres ocasiones. Biden, sin embargo, no ha llegado tan lejos como Obama en 2014, durante una ofensiva en Gaza mucho m¨¢s corta, menos sangrienta y en la que Israel no us¨® el hambre como arma de guerra. Entonces lleg¨® a frenar un suministro de misiles Hellfire para helic¨®ptero, por el n¨²mero de v¨ªctimas civiles. Tambi¨¦n administraciones previas frenaron entregas de armamento, como en los setenta, cuando Israel rechaz¨® una propuesta de paz con Egipto, o una d¨¦cada m¨¢s tarde, tras el bombardeo del reactor nuclear de Osirak, en Irak.
Entre uno y otro aliado hay un territorio com¨²n: los votantes jud¨ªos en EE UU, muchos de ellos con v¨ªnculos directos con Israel. Determinantes tanto en la recaudaci¨®n de fondos para las respectivas campa?as como en la casilla marcada en las papeletas, razones de pol¨ªtica interna colocan, por tanto, en el alambre al partido que est¨¦ en la Casa Blanca, da igual que sea el republicano o el dem¨®crata: estar¨¢ obligado a balancearse entre su tradicional apoyo a Israel y la satisfacci¨®n de votantes que reniegan de ello. Ese dif¨ªcil equilibrio vale para el presidente Biden, pero tambi¨¦n para congresistas como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, ambos de la facci¨®n m¨¢s progresista del partido, empujados por sus votantes a pronunciarse sin ambages sobre las masacres de civiles en Gaza. No fue hasta el pasado viernes cuando la representante por Nueva York calific¨® de genocidio lo que sucede en Gaza. ¡°Si quieren saber c¨®mo se ve un genocidio en directo, abran los ojos¡±, dijo Ocasio-Cortez en el pleno de la C¨¢mara. ¡°Se parece a la hambruna forzada de 1,1 millones de inocentes. Se parece a miles de ni?os comiendo hierba mientras sus cuerpos se consumen, mientras los camiones de alimentos se ralentizan y detienen a solo kil¨®metros de distancia¡±, dijo, sobre el bloqueo por parte de Israel de los cargamentos de ayuda humanitaria a las puertas del enclave.
En Israel, la indignaci¨®n de Netanyahu tiene un punto de coreograf¨ªa. Si repite casi a diario desde hace semanas (tanto en hebreo como en ingl¨¦s) que el ej¨¦rcito invadir¨¢ Rafah (¡°solos o con la ayuda de EE UU¡±, como subray¨® el viernes) es precisamente porque contribuye a cimentar su imagen de l¨ªder fuerte que se sacrifica enfrentando las presiones externas por defender su ¨²nica preocupaci¨®n: la seguridad de Israel. Es una suerte de huida hacia adelante en un momento en el que su supervivencia pol¨ªtica depende de seguir en el poder y de que la guerra se prolongue: defiende que celebrar elecciones antes ser¨ªa ¡°un regalo a Ham¨¢s¡±. De forma parecida defini¨® tambi¨¦n la traici¨®n de EE UU al abstenerse este lunes en la votaci¨®n del Consejo de Seguridad.
La controvertida reforma electoral de Netanyahu ya hab¨ªa afectado a su popularidad, pero todas las encuestas desde el ataque del 7 de octubre lo sit¨²an fuera del poder. La ¨²ltima, publicada hace dos semanas por el canal 12 de televisi¨®n, es igual de clara: su partido, el Likud, caer¨ªa de 32 a 18 diputados y el bloque que lo apoyaba antes de la guerra obtendr¨ªa apenas 44 de los de 120 esca?os de la Knesset. Mairav Sonszein, analista s¨¦nior sobre Israel del think tank International Crisis Group, apuntaba en este sentido en la red social X: ¡°Israel depende por completo de EE UU para reabastecer sus suministros de armas. No puede operar en Rafah sin la coordinaci¨®n de EE UU. Todo lo que Netanyahu est¨¢ diciendo / haciendo es fanfarronear para su propia supervivencia pol¨ªtica. Incluyendo la cancelaci¨®n ahora de la delegaci¨®n israel¨ª a Washington¡±. El titular de la edici¨®n online del diario Haaretz advert¨ªa gr¨¢ficamente a ¨²ltima hora del lunes: ¡°Netanyahu ha puesto a Israel en rumbo de colisi¨®n con EE UU. La votaci¨®n en la ONU es el terrible resultado¡±.
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