El intento de asesinato de Fico eleva el temor en la UE a que la polarizaci¨®n derive en una ola de violencia pol¨ªtica
El clima de divisi¨®n amenaza la democracia y supone un caldo de cultivo para la injerencia extranjera
La polarizaci¨®n azota Europa, donde asoma el fantasma de la violencia pol¨ªtica. El intento de asesinato el mi¨¦rcoles del primer ministro eslovaco, Robert Fico, que ha sacudido al pa¨ªs centroeuropeo y a toda Europa, aviva los temores de que el actual ambiente inflamado en un buen n¨²mero de Estados miembros tenga resultados catastr¨®ficos. El ataque contra Fico, a pocas semanas de unas elecciones clave para el futuro de la UE, es el ¨²ltimo y m¨¢s extremo cap¨ªtulo de una oleada de agresiones a pol¨ªticos en Occidente que ha hecho saltar todas las alarmas sobre el aumento del discurso de odio, los populismos y divisi¨®n social. Esta realidad, que se vio ahondada tras el aislamiento de la pandemia de coronavirus y las diversas crisis que golpean el continente, amenaza la democracia y supone un caldo de cultivo para la injerencia extranjera, advierten expertos y l¨ªderes de la UE.
En los ¨²ltimos meses, la violencia pol¨ªtica ha dejado un rastro de casos en toda Europa, como la agresi¨®n hace dos semanas al eurodiputado socialdem¨®crata alem¨¢n Matthias Ecke ¡ªque se investiga como perpetrada por j¨®venes afines a la ultraderecha¡ª. Este preocupante fen¨®meno coincide con un momento turbulento en la UE, con la guerra de Rusia contra Ucrania muy caliente, la crisis en Oriente Pr¨®ximo sin visos de remitir y una din¨¢mica que apunta al ascenso de los partidos de ultraderecha, que beben de la divisi¨®n social.
¡°Debemos tener tolerancia cero ante cualquier tipo de violencia o discurso de odio de cualquier tipo en Europa¡±, advierte a EL PA?S el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. ¡°Fuerzas externas invisibles y antidemocr¨¢ticas aprovechar¨¢n cualquier ocasi¨®n para incitar m¨¢s discordia y desinformaci¨®n en nuestra sociedad. Es responsabilidad de cada uno de nosotros dar un paso atr¨¢s para reflexionar y recordar lo que nos une. Debemos aprovechar lo que nos mantiene unidos, no lo que nos divide¡±, a?ade el pol¨ªtico belga.
Michel vivi¨® a principios de a?o una de esas oleadas de furia ¡ªverbal¡ª cuando anunci¨® que dejar¨ªa su cargo para presentarse a las elecciones europeas de junio. Los ataques y el discurso de odio contra ¨¦l y contra su familia le hicieron renunciar a sus planes, cont¨®. La bronca pol¨ªtica se ha trasladado al terreno social en muchos pa¨ªses. Hace unas semanas, el presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez, habl¨® de ese encanallamiento al tomarse unos d¨ªas de reflexi¨®n sobre su futuro. Antes que ¨¦l, Sigrid Kaag, ministra de Finanzas de Pa¨ªses Bajos, renunci¨® ante las intimidaciones que ya hab¨ªan derivado en una mayor protecci¨®n policial.
En la misma Eslovaquia, Zuzana Caputov¨¢, presidenta entre 2019 y 2024, anunci¨® el a?o pasado que no se presentar¨ªa a la reelecci¨®n tras recibir numerosas amenazas contra ella y su familia; tambi¨¦n por parte de Smer, el partido de Fico.
Vientos iliberales en el este de Europa
Un informe de 2023 de la Universidad Goethe de Fr¨¢ncfort, coordinado por la investigadora Anna Pless, analiza cu¨¢n polarizada est¨¢ Europa y diferencia entre la polarizaci¨®n sociopol¨ªtica y de actitudes hacia asuntos como la inmigraci¨®n, el medio ambiente o temas relacionados con el g¨¦nero. Su an¨¢lisis, que se basa en encuestas en los Estados miembros, concluye que la polarizaci¨®n es mayor en el sur y este de Europa, donde campa una oleada de iliberalismo en pa¨ªses como Hungr¨ªa.
De hecho, ha sido moneda corriente en Eslovaquia (pa¨ªs con 5,4 millones de habitantes, miembro de la UE desde 2004), donde el pa¨ªs ya vivi¨® con conmoci¨®n el asesinato del periodista Jan Kuciak ¡ªque hab¨ªa investigado las conexiones del Gobierno con la mafia italiana y deriv¨® en la dimisi¨®n de Fico, entonces tambi¨¦n primer ministro¡ª y su prometida en 2018. El presidente entrante eslovaco, Peter Pellegrini, ha reclamado este jueves a los partidos que suspendan la campa?a preelectoral.
Pero la polarizaci¨®n, la furia social y el descontento fluyen tambi¨¦n en otros lugares tras el trauma de la pandemia de covid-19, las crisis econ¨®micas que avivaron la desigualdad social y que todav¨ªa reverberan. En este clima, que facilita la radicalizaci¨®n, fluyen las teor¨ªas de la conspiraci¨®n, antivacunas y el odio contra quien piensa diferente.
Un fen¨®meno, se?ala Vassilis Ntousas, analista del German Marshall Fund, motivado tambi¨¦n por ¡°actores maliciosos que no buscan necesariamente crear divisiones sino ampliarlas, alentarlas para crear m¨¢s polarizaci¨®n¡± que podr¨ªa haber comenzado mucho antes de la pandemia. El experto recuerda las campa?as que ya trataron de influir y desinformar las elecciones estadounidenses de 2016, de las que se acus¨® a Rusia.
La inminencia de los comicios europeos en un a?o electoralmente muy cargado, est¨¢ exacerbando la situaci¨®n. ¡°Las elecciones generalmente son un punto de inflexi¨®n, aumentan las pasiones. Y hay un miedo genuino, no espec¨ªfico de un pa¨ªs, sino a nivel europeo, de que la polarizaci¨®n de la pol¨ªtica est¨¦ derivando en violencia¡±, constata por tel¨¦fono Ntousas.
El intento de asesinato de este mi¨¦rcoles de Fico sube muchos grados la tensi¨®n en Europa y la amenaza de la violencia en un club poco acostumbrado a ella pese a que el continente no haya sido totalmente ajeno a los magnicidios en los ¨²ltimos 50 a?os. El caso eslovaco lleva a expertos y l¨ªderes europeos a hacer balance de la situaci¨®n.
El eslovaco Fico, un pol¨ªtico nacionalpopulista y con posturas afines a Mosc¨², es uno de los 27 l¨ªderes que se sientan en el Consejo Europeo. Nunca un miembro en ejercicio del sanedr¨ªn que dirige la UE ha sido asesinado. Ha habido asesinatos de primeros ministros en Europa mientras ostentaban el cargo: el del espa?ol Luis Carrero Blanco en 1973, presidente del Gobierno en la dictadura franquista (que muri¨® v¨ªctima de un fen¨®meno totalmente distinto: el terrorismo, en este caso de ETA); el del carism¨¢tico socialdem¨®crata sueco Olof Palme en 1986; o el del primer ministro serbio Zoran Djindjic en 2003. Ninguno era miembro del Consejo Europeo. Espa?a y Suecia no formaban parte de la Uni¨®n en esos momentos; Serbia sigue siendo candidato a la adhesi¨®n.
Ignacio Molina, analista del Instituto Elcano, recuerda que los magnicidios son un fen¨®meno que, salvo algunos casos m¨¢s recientes ¡ªcomo el asesinato de Djindjic en 2003¡ª parec¨ªa, m¨¢s bien, cosa del pasado.
Momento convulso
La oleada de asesinatos de l¨ªderes pol¨ªticos fue especialmente intensa entre finales del siglo XIX y principios del XX, especialmente por ataques del entorno anarquista. La ¨²ltima gran oleada abarc¨® desde la d¨¦cada de 1960, con el asesinato de John F. Kennedy y, en Europa, un intento de matar al general franc¨¦s Charles de Gaulle, hasta mediados de los a?os 1980, con el magnicidio del sueco Olof Palme. Fue un periodo convulso en el que se multiplicaron los magnicidios o intentos de asesinato de l¨ªderes pol¨ªticos, entre otros al papa Juan Pablo II o Ronald Reagan.
¡°En t¨¦rminos hist¨®ricos estamos claramente en un momento mejor. Pero no deja de ser muy preocupante, sin dramatizar¡±, se?ala por tel¨¦fono Molina. ¡°?Estamos peor que nunca? No, probablemente estamos mejor que nunca, pero precisamente por eso, y sabiendo que en el pasado ha habido mucha violencia pol¨ªtica, cuando hay un caldo de cultivo de radicalizaci¨®n es peligroso entrar en estas din¨¢micas¡±, advierte el experto.
La temperatura de la vida p¨²blica es, a veces, ¡°demasiado alta¡±, acota Ntousas. Un caldeamiento excesivo de la opini¨®n p¨²blica azotada por una confluencia de fen¨®menos, sobre todo a trav¨¦s de plataformas y redes sociales que act¨²an como una ¡°c¨¢mara de eco que sirven de base para la confirmaci¨®n de los prejuicios propios¡± e incrementan la certeza absoluta de los individuos sobre determinados temas, dificultando el debate que es clave para el funcionamiento de las sociedades democr¨¢ticas. Todo ello en una era en la que, adem¨¢s, hay un cambio, no precisamente positivo, respecto a ¡°lo que es permisible decir y hacer en pol¨ªtica¡±.
La polarizaci¨®n, subraya Ntousas, es un fen¨®meno ¡°sim¨¦trico¡± a lo largo del espectro pol¨ªtico, tanto en la izquierda como en la derecha aunque, se?ala, en este momento hist¨®rico (que no en otros), ¡°la violencia es m¨¢s probable que llegue desde la derecha¡±. ¡°Pero una vez se saca el genio de la botella, todas las fuerzas pol¨ªticas pueden ser v¨ªctimas de ello. Por eso todas deber¨ªan tener m¨¢s cuidado¡±, advierte el investigador del German Marshall Fund.
Un magnicidio, precisamente, marc¨® el inicio de la gran guerra civil europea que asol¨® el continente en dos partes entre 1914 y 1945: el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo en julio de 1914. Hubo otros, como el del primer ministro alem¨¢n Walter Rathenau en 1922. Pero luego se inaugur¨® la ¨¦poca de paz, la gran ¨¦poca moderada en la que naci¨® la Uni¨®n Europea, un proyecto que buscaba ser garant¨ªa de paz en un continente sacudido por las dos guerras mundiales. Ahora, se encuentra en plena transformaci¨®n ante un nuevo panorama geopol¨ªtico marcado por la amenaza de nuevas guerras.
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