La larga sombra de la Turqu¨ªa de Erdogan amenaza con enterrar la carrera pol¨ªtica del alcalde de Nueva York
A la imputaci¨®n del regidor por soborno y fraude se suma la dimisi¨®n en apenas seis semanas de una decena de altos cargos del consistorio investigados por corrupci¨®n
La ambici¨®n de Turqu¨ªa de proyectar una imagen de potencia emergente en el mundo, independiente y poderosa en la regi¨®n ¡ªlo que se ha definido como diplomacia neootomana, hoy atenuada por los conflictos vecinos¡ª, amenaza con llevarse por delante al mism¨ªsimo alcalde de Nueva York, acusado de corrupci¨®n. Qu¨¦ carambola geopol¨ªtica ha cruzado los intereses de Ankara y la Gran Manzana, y los del islamista Recep Tayyip Erdogan y el dem¨®crata Eric Adams, lo explica muy bien la historia de un rascacielos de 35 plantas, ubicado justo enfrente de la sede de Naciones Unidas y que alberga el consulado de Turqu¨ªa en la llamada capital del mundo.
Ankara aspiraba a inaugurar el edificio, una torre de cristal y acero, en septiembre de 2021 durante la visita del presidente Erdogan a Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU, la semana grande de la diplomacia internacional. Pero el Departamento de Incendios de la ciudad pon¨ªa objeciones tras constatar m¨¢s de 60 fallos en el sistema contra fuegos del inmueble. La interesada intercesi¨®n del futuro alcalde Adams ¡ªentonces a¨²n candidato, pero interlocutor autorizado, dada su amplia ventaja en las primarias dem¨®cratas¡ª aceler¨® los permisos y la ceremonia de inauguraci¨®n del consulado pudo celebrarse en la fecha prevista, el 20 de septiembre de aquel a?o, con Erdogan cortando la cinta a bombo y platillo. Tres meses despu¨¦s, Adams asi¨® el bast¨®n de mando de Nueva York, al que hoy se aferra.
El edificio, que cost¨® 300 millones de d¨®lares, culminaba un sue?o acariciado durante a?os, los del acumulativo poder de Erdogan. Nada pod¨ªa impedir, en teor¨ªa, esa demostraci¨®n de fuerza que proyectaba la Casa Turca, un moderno rascacielos que sustitu¨ªa al anterior edificio consular para albergar la sede diplom¨¢tica, oficinas de empresas turcas y un centro cultural. Es decir, un monumento a la creciente influencia global del pa¨ªs euroasi¨¢tico: para Ankara era como poner una pica en Flandes, en el coraz¨®n de Occidente. Como lo fue, pocos meses despu¨¦s, lograr que la ONU cambiara oficialmente el nombre del pa¨ªs a T¨¹rkiye para evitar la homonimia de su denominaci¨®n inglesa. Pero los sue?os de grandeza se vieron empa?ados por numerosos retrasos en el proyecto ¨Dllevado a cabo por un estudio estadounidense y una constructora turca¨D y, en 2018, se chocaron con un nuevo obst¨¢culo: los requisitos del Departamento de Incendios se hicieron m¨¢s estrictos, lo que, tambi¨¦n en teor¨ªa, incrementaba todav¨ªa m¨¢s la duraci¨®n de las obras y el presupuesto previsto.
?C¨®mo orill¨® Ankara las limitaciones? Seg¨²n la acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa, recurriendo al futuro alcalde de la Gran Manzana ¨Dentonces presidente del distrito de Brooklyn¨D, que a cambio de presionar al Departamento, recibi¨® numerosas prebendas de la Administraci¨®n y de empresarios turcos (viajes en avi¨®n en clase business, estancias en hoteles de lujo y numerosos donativos para su campa?a, incluso de desconocidas universidades turcas con campus en Washington). As¨ª lo considera la imputaci¨®n, presentada el 26 de septiembre, que atribuye a Adams cinco delitos federales (fraude, soborno y cobro de dinero extranjero), tras una investigaci¨®n que ha sacudido, literalmente, los cimientos de la alcald¨ªa: desde primeros de septiembre, en poco m¨¢s de seis semanas, una decena de altos cargos del consistorio han dimitido por cuatro investigaciones por corrupci¨®n paralelas.
La implosi¨®n del Ayuntamiento de Nueva York, la que para muchos es la ciudad de las ciudades, no puede ocurrir en peor momento: el a?o que viene se celebran elecciones municipales, a las que Adams, refractario a dimitir, piensa presentarse, aunque sea sin equipo y sin presupuesto: su campa?a apenas ha logrado recaudar 190.000 d¨®lares en los ¨²ltimos tres meses, cuando las sospechas de corrupci¨®n arreciaban, mientras su fondo de defensa legal solo ha recibido tras la imputaci¨®n una ¨²nica donaci¨®n de 1.000 d¨®lares. En v¨ªsperas de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, la mancha atenaza tambi¨¦n al Partido Dem¨®crata en la mayor ciudad del pa¨ªs.
Por eso, destacados correligionarios, como la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, han pedido la dimisi¨®n inmediata de Adams, a modo de cortafuegos. Pero el regidor, el segundo de raza negra de Nueva York y el primero imputado, insiste en su intenci¨®n de probar su inocencia. Y no solo resiste, tambi¨¦n ejerce el mando, por ejemplo, nombrando sustitutos de los dimisionarios, entre ellos el importante comisionado del Departamento de Polic¨ªa, el mayor del pa¨ªs. La ¨²ltima renuncia hecha p¨²blica es la del responsable de Sanidad municipal, que abandonar¨¢ el cargo este viernes ¡°por razones personales¡±. Una de las asesoras m¨¢s fieles de Adams, con v¨ªnculos con China, renunci¨® hace d¨ªas.
Un Ayuntamiento a la deriva
Nueva York parece pol¨ªticamente un remedo del holand¨¦s errante: un barco a la deriva. Los abogados del regidor han intentado que el juez desestimara el cargo de soborno, porque ¡°ni las gratificaciones ni las cortes¨ªas a los pol¨ªticos (sic) son delitos federales¡±, se lee en el pliego de la defensa. El Ministerio de Asuntos Exteriores turco respondi¨® al esc¨¢ndalo asegurando que sus funcionarios respetan el derecho internacional y las convenciones diplom¨¢ticas. ¡°De ninguna manera interferir¨ªamos en los asuntos internos de otro pa¨ªs¡±, declar¨® el ministerio en un comunicado. El comunicado alud¨ªa en concreto a la intercesi¨®n del c¨®nsul en septiembre de 2021 ante una ayudante de Adams, para que este autorizara, como hizo, la inauguraci¨®n del edificio.
La negligencia y manga ancha de constructores y promotores en Turqu¨ªa, cabezas visibles de un urbanismo precario y desordenado, en ocasiones comprado, explica en buena parte los estragos demoledores de los terremotos en el pa¨ªs, con edificios que se desmoronan como castillos de arena. Pero las leyes de la ciudad de los rascacielos son una garant¨ªa de seguridad¡ hasta que Adams apareci¨® en escena. El suyo es un ejemplo de ca¨ªda al abismo como el del exsenador, tambi¨¦n dem¨®crata, Robert Menendez, que en julio fue declarado culpable de corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias por recibir dinero de Egipto a cambio de favores: los dos pol¨ªticos han dado un salto al vac¨ªo, de consecuencias irreparables para sus carreras.
Pero Adams, adem¨¢s, arrastra la cadena de amistades poco recomendables: una opaca red clientelar construida alrededor de su ascenso pol¨ªtico y compuesta, entre otros, por los dos hermanos Banks, a los que el alcalde se refer¨ªa como si lo fueran suyos y a quienes nombr¨® comisionado de la red de escuelas y n¨²mero dos de Seguridad P¨²blica; los dos han dimitido (uno de ellos benefici¨® a una empresa a la que estaba vinculado con contratos municipales por 1,4 millones de d¨®lares). La esposa de uno de ellos es Sheena Wright, la primera teniente alcalde, que tambi¨¦n renunci¨® hace una semana.
Aparte del escueto comunicado del Ministerio de Exteriores, el Gobierno turco ha respondido a la pol¨¦mica con el silencio. Y curiosamente ha encontrado un aliado en la oposici¨®n, normalmente presta a utilizar estos casos para atacar a Erdogan. De visita en Nueva York para asistir a un encuentro de la Internacional Socialista, el jefe de la oposici¨®n turca, ?zg¨¹r ?zel, desestim¨® las acusaciones (¡±Turqu¨ªa no es un pa¨ªs que necesite recurrir a los sobornos¡±) y dijo que la Casa Turca es un edificio del que todos los turcos est¨¢n ¡°orgullosos¡±. ¡°Si se hizo alg¨²n gesto [de favor] durante el proceso de adquisici¨®n de este edificio, seguramente nosotros hicimos m¨¢s por la magn¨ªfica zona que se le concedi¨® a la Embajada de EE UU en Ankara. Esto no es algo que deba medirse en t¨¦rminos de dinero; una alianza fuerte requiere estas cosas¡±, afirm¨®. Declaraciones que contrastan con las de su predecesor, Kemal Kili?daroglu, que lleg¨® a afirmar que la prolongada construcci¨®n de la Casa Turca escond¨ªa la sombra del ¡°lavado de dinero¡±, al que vincul¨® a fundaciones ligadas a la familia Erdogan.
Durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, Erdogan ha impulsado numerosas obras y grandes infraestructuras que han cambiado la faz del pa¨ªs y lo han modernizado, pero que, seg¨²n critican desde la oposici¨®n, tambi¨¦n han servido para repartir rentas entre grandes empresas constructoras cercanas al Gobierno que, luego, ayudan financieramente al partido en ¨¦poca electoral. Seg¨²n exdiplom¨¢ticos turcos, pocos lugares fuera de Turqu¨ªa atra¨ªan tanto el inter¨¦s del presidente como Nueva York, epicentro financiero y de la diplomacia global. En la ceremonia de inauguraci¨®n del consulado, Erdogan afirm¨® que el rascacielos reflejaba la ¡°grandeza, legado y creciente poder¡± de la naci¨®n. Hoy, justo en la esquina de enfrente, carteles en el escaparate de un enorme local comercial en obras anuncian la pr¨®xima apertura, qui¨¦n sabe si casual, de un lujoso negocio de degustaci¨®n¡ de delicias turcas.
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