Una Comisi¨®n Europea muy fr¨¢gil para tanta carga
Las dudas sobre el nuevo Ejecutivo cruzan todo el arco parlamentario, minando el apoyo incluso en los grupos europe¨ªstas. La gran duda es: ?c¨®mo de disruptivo ser¨¢ el segundo mandato de Trump?
Sin apenas cimientos y sobre terreno movedizo. La Comisi¨®n Europea que ha arrancado mandato este 1 de diciembre nace con una fragilidad cong¨¦nita dif¨ªcilmente compatible con la ingente tarea que tiene por delante y con un evidente riesgo de ceder si los vientos geoestrat¨¦gicos soplan demasiado fuertes.
Su reelegida presidenta, Ursula von der Leyen, ha armado una estructura con los d¨¦biles mimbres llegados desde las capitales y ha logrado darle apariencia de solidez. Pero entre los hombres y mujeres seleccionadas no ha conseguido incorporar ninguna figura de peso, salvo el de la espa?ola Teresa Ribera y el de los repetidores, Valdis Dombrovskis y Maros Sefcovic.
Von der Leyen ha optado por convertir a Ribera en su poderosa vicepresidenta, como v¨ªa para incorporar a los socialdem¨®cratas al tim¨®n de mando. Con su n¨²mero dos, la alemana tambi¨¦n busca dar coherencia, rigor y solidez a las pol¨ªticas de competitividad, energ¨ªa y medioambiente que marcar¨¢n el pr¨®ximo lustro.
Al frente de Econom¨ªa ha colocado al veterano Dombrovskis ante el previsible y temido choque con una Francia con graves dificultades para poner en orden sus cuentas p¨²blicas y cuya prima de riesgo ¡ªla olvidada pesadilla de la crisis del euro¡ª lleg¨® incluso a superar la de Grecia la pasada semana. Sefcovic, por su parte, se ocupar¨¢ de Comercio, una de las ¨¢reas m¨¢s sensibles tras la victoria electoral en EE UU de Donald Trump y sus amenazas de guerra arancelaria.
¡°Este Colegio [de comisarios] es el mejor equipo para este momento en la historia de Europa¡±, proclam¨® la alemana el pasado mi¨¦rcoles ante el Parlamento Europeo, minutos antes de la votaci¨®n de investidura de la nueva Comisi¨®n. Pero el exiguo resultado a favor de la votaci¨®n, el peor en la historia reciente de las investiduras comunitarias, dej¨® claro que las dudas sobre la efectividad de la nueva Comisi¨®n cruzan todo el arco parlamentario, minando el apoyo incluso dentro de los grupos europe¨ªstas (populares, socialistas, liberales y verdes) que, en teor¨ªa, deber¨ªan servirle de puntales.
El nuevo equipo, como le gusta a Von der Leyen llamar a sus comisarios, solo obtuvo un 54% de votos a favor y el 41% en contra, prueba de que casi la mitad de los europarlamentarios no comparten el entusiasmo de la alemana. La Comisi¨®n parte as¨ª con un escaso capital pol¨ªtico, que deber¨¢ administrar con mucha cautela si quiere sacar adelante la ambiciosa agenda que se ha fijado Von der Leyen.
La presidenta aspira a un shock de inversi¨®n que permita a Europa recortar distancias en la carrera tecnol¨®gica con EE UU y China. Y para lograrlo propone una Uni¨®n de ahorros e inversi¨®n que permita retener los 300.000 millones de euros que las familias europeas colocan cada a?o, seg¨²n la Comisi¨®n, en inversiones fuera de la UE. La alemana quiere completar su plan con dinero p¨²blico a trav¨¦s de un Fondo de Competitividad, centrado en inversiones transfronterizas, con un presupuesto de la UE reforzado, simplificado y con unos fondos estructurales que sigan el modelo del fondo de recuperaci¨®n (Next Generation).
Von der Leyen se propone tambi¨¦n mantener el apoyo a Ucrania, redoblar el gasto en defensa y triplicar el n¨²mero de agentes europeos de fronteras (hasta 30.000) para hacer frente, entre otras cosas, al uso de la migraci¨®n como arma de guerra h¨ªbrida esgrimida por el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Y todo ello combinado con reformas internas de la UE, incluida la supresi¨®n de la unanimidad en ciertas pol¨ªticas, para acondicionar el club con vistas a la llegada de otro pu?ado de socios de Europa del este y los Balcanes.
Tama?a tarea tiene dif¨ªcil encaje en el panorama pol¨ªtico europeo actual. Los primeros meses de la nueva Comisi¨®n tendr¨¢n que ser al ralent¨ª, a la espera de que se celebren las elecciones en Alemania (el pr¨®ximo 23 de febrero) y se aclare la gobernabilidad de la principal econom¨ªa del continente. Las perspectivas son a¨²n m¨¢s inciertas en el otro motor de la Uni¨®n, con una Francia expuesta a una sacudida pol¨ªtica, econ¨®mica y presupuestaria con enorme potencial desestabilizador para el continente.
Y a dos meses vista, la gran inc¨®gnita que mantiene a la Uni¨®n en una tensa espera cuyo desenlace marcar¨¢ el mandato de la nueva Comisi¨®n: ?c¨®mo de rompedor o destructivo ser¨¢ el segundo mandato de Trump a partir de su toma de posesi¨®n el pr¨®ximo 20 de enero? La consigna de Bruselas, de momento, es mantener la calma y lleva la relaci¨®n con Washington hacia el ¨¢rea econ¨®mica, donde Europa puede ofrecer al magnate estadounidense un aumento de las importaciones para reducir el d¨¦ficit comercial de EE UU, que supera los 130.000 millones de euros.
Pero analistas avezados, como Janis Emmanoulidis, director del centro de estudios EPC en Bruselas, alertan contra esa complacencia y auguran que Trump puede lanzar una embestida pol¨ªtica para socavar los fundamentos de la UE. Adem¨¢s, a diferencia de 2016, cuando la Uni¨®n respondi¨® con unidad al Brexit y a la primera victoria del populismo en EE UU, en esta ocasi¨®n Trump cuenta con un creciente n¨²mero de partidarios dentro del club, que gobiernan en socios tan esenciales como Italia o Pa¨ªses Bajos.
Esta misma semana, el Gobierno holand¨¦s ya ha iniciado por su cuenta los contactos con la futura Administraci¨®n estadounidense para intentar librarse de un posible castigo arancelario. Una iniciativa bilateral que tambi¨¦n pone en duda el otro gran objetivo que se han marcado para esta legislatura tanto Von der Leyen como el nuevo presidente del Consejo Europeo, Ant¨®nio Costa: mantener la unidad de los 27 y evitar que la Uni¨®n se deshilache por la imposibilidad de mantener la integraci¨®n y avanzar hacia una prosperidad y seguridad compartidas.
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