Guerra comercial: instrucciones de uso
Con las crisis, en Europa se esfuman certidumbres y se violan tab¨²es, se cruzan l¨ªneas rojas y se reescriben las reglas. Trump ha tocado a rebato: se acab¨® la hipnosis, hay que despertar
![El presidente de EE UU, Donald Trump, este jueves en la Casa Blanca.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HNLNVNCBPZRRPQEQ2AN4GCJKXM.jpg?auth=df0c6fc79791703c45a72bacb1dd93233a8aa739580accc70885d3d91557f1e0&width=414)
El papanatismo europeo de los ¨²ltimos tiempos termin¨® el jueves de sopet¨®n. No, Trump no es el de su primer mandato. Y no, los planes que Bruselas ten¨ªa preparados no sirven para nada. El presidente de EE UU firm¨® un memor¨¢ndum que, b¨¢sicamente, le deja manos libres para hacer lo que quiera dentro de un par de meses. Ten¨ªa sobre la mesa imponer un arancel universal del 10%. Pero ¡°aranceles rec¨ªprocos¡± es un sintagma que suena mucho mejor. ¡°Impondremos las mismas condiciones que nos ponen nuestros enemigos y ganaremos la guerra comercial¡±, viene a decir el trumpismo con esa mezcla de econom¨ªa para dummies y el tono amenazante del primo de Zumosol. ?C¨®mo lo har¨¢? Nadie lo sabe. Trump gan¨® ayer la victoria de los titulares, y entre abril y junio tendr¨¢ aterrizada una propuesta mientras se dedica a negociar con todos los pa¨ªses. Solo una cosa es segura: para mediados de a?o los aranceles ser¨¢n m¨¢s altos. ?Cu¨¢nto? ¡°Lo m¨¢s seguro es ya veremos¡±, dice un refr¨¢n caribe?o.
Esos mayores aranceles dejar¨¢n cierto impacto en la inflaci¨®n, que depende de c¨®mo evolucionen los tipos de cambio (en el caso europeo, entre el d¨®lar y el euro) y de c¨®mo se apliquen finalmente los aranceles y c¨®mo afecten a cada sector, a cada empresa, a cada producto. Caer¨¢ el volumen del comercio mundial y habr¨¢ una ralentizaci¨®n econ¨®mica: los agentes econ¨®micos retrasar¨¢n decisiones de consumo e inversi¨®n. Y el impacto, como casi siempre, ir¨¢ por barrios: depender¨¢ del apoyo que presten las autoridades a los sectores m¨¢s afectados.
Un mes despu¨¦s de la llegada de Trump resulta que, por una vez, Macron llevaba raz¨®n: la OTAN est¨¢ zombi. Espa?a tambi¨¦n lleva raz¨®n: hace falta al menos duplicar el presupuesto europeo, hasta los dos billones de euros, para tener potencia de fuego para disparar, seg¨²n un documento que ha hecho circular el Gobierno entre los Veintisiete. Para ello, lo primero es cruzar los dedos y que las elecciones alemanas vayan bien, y el cord¨®n sanitario a los ultras siga en su sitio. Lo que vendr¨¢ inmediatamente despu¨¦s de esos comicios ser¨¢ el tradicional guirigay de la UE para alcanzar un consenso sobre el paquete de respuesta. Hay dos opciones: modelo crisis del euro o modelo covid.
Si se impone el modelo crisis del euro hay que agarrarse los machos: dos a?os de esperas y dilaciones, 24 meses de continuos errores hasta dar con una salida. Si se impone el modelo covid ser¨¢ todo m¨¢s r¨¢pido. Pero si Trump es de veras un ¡°desaf¨ªo existencial¡±, como empieza a o¨ªrse en Bruselas, habr¨¢ que empezar a poner dinero sobre la mesa, y eso nunca es f¨¢cil en la capital europea. Aqu¨ª van media docena de ideas.
Una: mantener la unidad europea es fundamental porque, de lo contrario, Trump sacar¨¢ partido en cada uno de los pa¨ªses por separado y el resultado ser¨¢ mucho peor; ya lo ha intentado con el objetivo de vender armas y gas natural.
Dos: lo m¨ªnimo que hay que sacar a la palestra es un fondo europeo de defensa, para ir a la cumbre de junio con algo s¨®lido.
Tres: Europa deber¨ªa mirar hacia China e imponer una guerra comercial h¨ªbrida, con represalias donde m¨¢s duelan en Washington, pero tambi¨¦n medidas de Competencia contra los gigantes tecnol¨®gicos, y con el bot¨®n nuclear del instrumento de coerci¨®n para la batalla estrictamente comercial.
Cuatro: Estados Unidos ha dejado de ser un aliado, y quiz¨¢ haya llegado el momento de desempolvar el acuerdo de inversiones con China, de suscribir pactos con los chinos para desarrollar una inteligencia artificial, de repensar el bloqueo europeo al 5G del gigante asi¨¢tico.
Cinco: hay que volver a las pol¨ªticas expansivas, tanto en el BCE como en la Comisi¨®n Europea, con nuevas bajadas de tipos y pol¨ªticas de apoyo a la demanda que casan mal con la melod¨ªa que suena actualmente en Fr¨¢ncfort y en Bruselas, de neutralidad tirando a pol¨ªticas restrictivas.
Y seis: los Estados miembros deber¨¢n aprobar medidas de apoyo a los sectores m¨¢s afectados, que a vuelapluma van a ser el autom¨®vil y las farmac¨¦uticas. Puede que en Espa?a tambi¨¦n el sector agrario sufra el impacto del hurac¨¢n arancelario.
El super¨¢vit comercial de la UE con Estados Unidos asciende a 235.000 millones de d¨®lares ¨Ddatos de 2024¨D, ¡°una atrocidad¡± en palabras de Donald Trump. La nueva Administraci¨®n estadounidense pretende rebajar ostensiblemente esa cifra, ingresar una buena cantidad de d¨®lares contantes y sonantes y aprovechar para negociar otros asuntos, como las citadas ventas de armas y de energ¨ªa; de paso, va a reorganizar el orden econ¨®mico global y va a tratar de reindustrializar Estados Unidos.
Washington hab¨ªa percutido hasta ahora sobre M¨¦xico y Canad¨¢, y en menor medida China. La siguiente diana estaba cantada, era Europa: el dardo ha ido directo al blanco. La UE est¨¢ ante una nueva prueba de fuego, con la incertidumbre en m¨¢ximos. Lo m¨¢s probable es que reaccione tarde, mal y poco en un primer momento. Pero si sigue siendo v¨¢lido eso de que Europa se forjar¨¢ en las crisis, cabe esperar la misma resiliencia que la Uni¨®n mostr¨® en esa crisis mutante, financiera-del euro-migratoria-Brexit-covid-Ucrania y dem¨¢s, en la que llevamos metidos los ¨²ltimos 15 a?os.
Pero lo primero es ponerse en modo crisis y dejar de parecer un boxeador sonado, medio grogui, esperando el siguiente pu?etazo en la agenda ucrania, en Oriente Pr¨®ximo o en este extra?o embrollo arancelario que no ha hecho sino comenzar. Con las crisis, en Europa se esfuman certidumbres y se violan tab¨²es, se cruzan l¨ªneas rojas y se reescriben las reglas. Trump ha tocado a rebato: se acab¨® la hipnosis, hay que despertar.
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