Espa?a aspira a seguir ganando altura en Europa
El pa¨ªs ha conseguido ampliar la presencia en la c¨²pula comunitaria e impulsar el fondo de recuperaci¨®n y el tope al gas, pero el ascenso de la extrema derecha puede frenar sus pretensiones
Espa?a ha ganado altura en las instituciones europeas en los ¨²ltimos cinco a?os. Tras una d¨¦cada en la que los gobiernos de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Mariano Rajoy se encogieron al gastar casi todo su capital pol¨ªtico en el rescate bancario y la crisis catalana, el Gobierno de Pedro S¨¢nchez logr¨® en la pasada legislatura copar puestos clave en la c¨²pula de las principales instituciones comunitarias e impulsar grandes paquetes legislativos, en especial el fondo de recuperaci¨®n sufragado con deuda comunitaria. La presidencia europea le dio todav¨ªa m¨¢s visibilidad y capacidad de marcar agenda, si bien la mediaci¨®n de Bruselas para la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acab¨® por empa?ar el tramo final de la legislatura. Estas elecciones del pr¨®ximo 9 de junio, sin embargo, pueden truncar las aspiraciones espa?olas para ganar influencia si el centro de gravedad en la Euroc¨¢mara gira hacia la derecha mediante alianzas entre los populares y los partidos de ultraderecha.
S¨¢nchez se apunt¨® en julio de 2020 su primera gran victoria en Europa. Para ello, hab¨ªa tenido que plantarse tres leer el borrador con el que iba a cerrarse el Consejo Europeo de finales de marzo. ¡°As¨ª es inaceptable¡±, zanj¨®. Bruselas ofrec¨ªa vagas buenas intenciones en un momento en el que los hospitales espa?oles acusaban la falta de personal y material sanitario ante la emergencia de la pandemia. El norte, liderado por Berl¨ªn, se resist¨ªa todav¨ªa a ir m¨¢s all¨¢. ¡°Si lo que est¨¢s esperando son los coronabonos, no van a llegar nunca¡±, le advirti¨® la entonces canciller alemana, Angela Merkel. Espa?a, junto a Italia y Francia, puso en marcha una alianza para lograr una suerte de plan Marshall para la reconstrucci¨®n y transformaci¨®n de una Europa que sufr¨ªa el mayor batacazo econ¨®mico desde la Segunda Guerra Mundial. En julio, y tras una reuni¨®n de cuatro intensas noches, los jefes de Estado y de gobierno acordaban crear un fondo de recuperaci¨®n de hasta 750.000 millones de euros apuntalado por la emisi¨®n de eurobonos, de los que Espa?a recibir¨¢ hasta 163.000 millones.
Espa?a se anotaba ese tanto al ver c¨®mo su apuesta ¡ªque al principio solo secundaban nueve pa¨ªses¡ª se plasmaba en el fondo Next Generation EU. Antes hab¨ªa cosechado ya alg¨²n peque?o logro, como el pacto para un min¨²sculo presupuesto anticrisis. Y alguna derrota, entre otras, la p¨¦rdida de la presidencia del Eurogrupo para Nadia Calvi?o. Sin embargo, Espa?a hab¨ªa conseguido lanzar el mensaje de que estaba de vuelta. ¡°Hasta entonces, era la voz de Berl¨ªn¡±, dice un veterano alto cargo comunitario. S¨¢nchez logr¨® disipar los temores de algunos sectores de Bruselas sobre su alianza con Podemos con sus planes fiscales y la incorporaci¨®n en el Gobierno de rostros muy conocidos en Bruselas, como Calvi?o, Josep Borrell, Teresa Ribera o Luis Planas. Adem¨¢s, despu¨¦s de que se desinflara el proc¨¦s independentista catal¨¢n, S¨¢nchez pudo dedicarse a ganar la ansiada influencia en la capital comunitaria. ¡°La imagen de Espa?a en Bruselas lleg¨® a ser una obsesi¨®n. Y cinco a?os despu¨¦s se puede decir que su imagen, en general, es buena. Lo ha hecho bien¡±, explica Karel Lannoo, director del Centro Europeo de Estudios Pol¨ªticos (CEPS).
La gran asignatura pendiente de Espa?a al comienzo de la legislatura era su presencia en la c¨²pula comunitaria. ¡°Espa?a consideraba que estaba infrarrepresentada. Y eso ha cambiado¡±, afirma Lannoo. S¨¢nchez no logr¨® su prop¨®sito de romper el fatalismo de que la presidencia de la Comisi¨®n Europea recaiga desde hace un cuarto de siglo en manos conservadoras. En su lugar, consigui¨® la jefatura de la diplomacia comunitaria para Josep Borrell, con rango de vicepresidente. ¡°Se trata de un puesto que ha tenido visibilidad porque ha sido una legislatura muy geoestrat¨¦gica¡±, sostiene Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano. Aun as¨ª, ha sido en la esfera financiera donde Espa?a ha logrado un inusitado protagonismo. A la vicepresidencia del BCE de Luis de Guindos ¡ªlograda por Rajoy¡ª se unieron la presidencia de la Autoridad Bancaria Europa para Jos¨¦ Manuel Campa y, recientemente, la del Banco Europeo de Inversiones para Nadia Calvi?o.
M¨¢s all¨¢ de los nombramientos, el presidente ha encajado en el puzle europeo, algo a lo que ha ayudado su dominio del ingl¨¦s, del que carec¨ªan sus dos antecesores, y las buenas relaciones con la c¨²pula de las instituciones comunitarias. Ignacio Molina, que destaca que S¨¢nchez ha sido uno de los pocos jefes de Gobierno en mantenerse en el cargo durante toda la legislatura, considera que Espa?a supo ocupar parte del hueco que dej¨® el Reino Unido en el Consejo tras el Brexit. Un antiguo diplom¨¢tico cree que tambi¨¦n el de una Italia que arranc¨® la legislatura desafiando a Bruselas. Y eso le ha permitido una mayor proactividad a la hora de impulsar pol¨ªticas.
El l¨ªder socialista ha ido forjando alianzas para lograr el tope al precio del gas (Portugal, Italia, B¨¦lgica); impulsar el acuerdo comercial con Mercosur (Pa¨ªses Bajos, Suecia o Lituania); o tratar de impedir que las nucleares y el gas fueran consideradas energ¨ªas verdes (Austria, Dinamarca, Luxemburgo). No siempre le fue bien: sali¨® airoso con el l¨ªmite al gas o la excepci¨®n ib¨¦rica; logr¨® que la UE cerrase un acuerdo con el bloque econ¨®mico sudamericano, aunque luego Bruselas no logr¨® rematarlo, y fracas¨® en la taxonom¨ªa verde (la clasificaci¨®n de energ¨ªas en funci¨®n de su grado de sostenibilidad).
Puente entre Par¨ªs y Berl¨ªn
Con Italia entrando y saliendo del tablero de juego, Espa?a tambi¨¦n hizo de puente entre Par¨ªs y Berl¨ªn. Sobre todo durante la presidencia del Consejo de la UE, cuando logr¨® cerrar la reforma de las reglas fiscales y la del mercado el¨¦ctrico acercando las posiciones de ambas capitales. Tambi¨¦n Espa?a se apunt¨® el tanto de culminar el acuerdo final para el pacto migratorio y de asilo tras vencer algunas reticencias de ¨²ltima hora de Francia. A la vez, el Gobierno de S¨¢nchez ha buscado frenar los intentos de Alemania y Francia por arrebatar a la Comisi¨®n Europea su poderosa cartera de Competencia, pese a no poder evitar que Berl¨ªn diera ayudas millonarias a su industria durante las crisis sanitaria y energ¨¦tica.
Los expertos consultados coinciden en que Espa?a puede aspirar a m¨¢s. La salud de las finanzas p¨²blicas sigue siendo el tal¨®n de Aquiles espa?ol, aunque ahora el foco est¨¢ en Francia e Italia. Tambi¨¦n creen que es crucial que el PSOE y el PP resuelvan la renovaci¨®n del CGPJ, el ¨®rgano de gobierno de los jueces.
Pero estas elecciones pueden dejar una correlaci¨®n de fuerzas compleja para Espa?a. En el pasado, S¨¢nchez fue visto como el complemento socialista al t¨¢ndem del liberal Macron y la conservadora Merkel. Y como el contrapunto a los ultras de Italia y Hungr¨ªa. Entonces, el Parlamento Europeo se basaba en la gran coalici¨®n de populares, socialistas y liberales. Ahora existe la posibilidad de que esos tres grupos no alcancen la mayor¨ªa absoluta y la Euroc¨¢mara vire hacia la derecha, lo cual amenaza las grandes prioridades espa?olas, desde las renovables a la agenda social.
¡°En el Parlamento actual, una coalici¨®n de centro izquierda ha tendido a ganar en cuestiones de pol¨ªtica ambiental, pero muchos de estos votos se han obtenido por m¨¢rgenes muy peque?os¡±, recuerda un informe del think tank (laboratorio de pensamiento) European Council on Foreign Relations. Y eso podr¨ªa tener m¨¢s consecuencias en Espa?a. ¡°La gran coalici¨®n en Europa beneficia a Espa?a, porque, a pesar de la gran polarizaci¨®n que se percibe en Madrid, en Bruselas votan en com¨²n en asuntos como pol¨ªtica econ¨®mica o exterior. Si eso deja de ser as¨ª, perdemos ese gran contrapeso¡±, sostiene Molina. La soluci¨®n a ese rompecabezas, en apenas dos semanas.
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