Trump maniobra para intentar frentar la derrota ante Biden
El dem¨®crata avanza hacia la Casa Blanca tras ganar en Michigan y Wisconsin mientras el republicano redobla sus acusaciones de fraude
Las elecciones presidenciales del martes colocan a Estados Unidos al borde de una grave crisis institucional con la amenaza del presidente, Donald Trump, de judicializar su resultado y llevarlo hasta el Tribunal Supremo. La marea de participaci¨®n, in¨¦dita desde 1900, ha demorado el escrutinio, dependiente este mi¨¦rcoles de un pu?ado de Estados clave como Michigan, Wisconsin o Pensilvania. El dem¨®crata Joe Biden avanza hacia la Casa Blanca con las victorias proyectadas en los dos primeros, pero el aumento de votos logrado por Trump, en medio de una grave crisis y tras a?os de gran contestaci¨®n en las calles, refleja una fuerza de tracci¨®n subestimada de nuevo por los sondeos. Temeroso, aun as¨ª, de perder la reelecci¨®n, el magnate quiere llevar la pelea a los tribunales.
Estados Unidos es un pueblo orgulloso de sus transiciones pac¨ªficas de poder. ¡°H¨¦roes y fil¨®sofos, hombres valientes y viles, desde Roma y Atenas han intentando que este particular traspaso de poder funcione de forma efectiva; ning¨²n pueblo lo ha hecho con m¨¢s ¨¦xito, o durante m¨¢s tiempo, que los estadounidenses¡±, escribi¨® Theodore White en The making of a president, el cl¨¢sico sobre las elecciones de 1960. Con continuas acusaciones de fraude, sin base hoy por hoy, el presidente lanza su en¨¦simo desaf¨ªo a una de las se?as de identidad del pueblo que lleva m¨¢s de 200 a?os cambiando de gobernante sin guerras.
El futuro de la presidencia sigue decidi¨¦ndose voto a voto en un pu?ado de Estados clave en un clima de gran incertidumbre. Por la ma?ana, Trump ha redoblado sus acusaciones de fraude a cuenta de los votos por correo y anticipados que se siguen contando. ¡°Anoche yo iba primero, a veces de forma s¨®lida, en muchos Estados clave, casi todos ellos gobernados y controlados por dem¨®cratas. Entonces, uno tras otro empezaron a desaparecer conforme las papeletas sorpresa locas empezaron a contarse. MUY RARO, ?y todos los encuestadores cometieron un error total e hist¨®rico¡±, ha escrito en su cuenta de Twitter.
Con los datos disponibles a las tres de la tarde (hora en la ciudad de Washington), Biden cuenta con m¨¢s opciones que Trump de ganar las elecciones. Ha mantenido todos los Estados obtenidos por la dem¨®crata Hillary Clinton en 2016, ha arrebatado Wisconsin y Michigan a Trump (seg¨²n las proyecciones de Associated Press y CNN) y acaricia el hasta ahora republicano Estado de Arizona. Adem¨¢s, estrecha la brecha con el mandatario en la conservadora Georgia. Con esta fotograf¨ªa, el candidato dem¨®crata ser¨ªa el presidente electo.
La denuncia del republicano refleja la preocupaci¨®n por una derrota. Estados Unidos, un pa¨ªs de 330 millones de habitantes en el que cada territorio sigue sus propias reglas de escrutinio, siempre se demora en terminar las cuentas de todos los votos, en los comicios presidenciales y los legislativos. Normalmente, el peso de las papeletas por correo y anticipadas no es tan importante como para alterar los resultados. Sin embargo, en estas at¨ªpicas elecciones de la pandemia, los estadounidenses se han lanzado en masa a votar antes del d¨ªa 3 y son muchas m¨¢s las papeletas pendientes, las suficientes como para decidir el vencedor.
Un total de 160 millones de estadounidenses han votado, lo que supone una participaci¨®n de casi el 67%, la mayor desde el a?o 1900, cuando lleg¨® al 73%, seg¨²n la base de datos de United States Election Project, una plataforma de referencia sobre informaci¨®n electoral. La marea de electores, buena prueba de lo trascendente de estos comicios, sit¨²a ya a Biden como el candidato con m¨¢s votos individuales de la historia de Estados Unidos -71,9 millones, frente a los 69,4 millones de Obama-. As¨ª, Trump lleva 68,3 millones de votos, cuatro millones m¨¢s que en 2016, en medio de una pandemia con m¨¢s de 230.000 muertos, con la peor crisis econ¨®mica desde la Gran Depresi¨®n y tras cuatro a?os de fuerte contestaci¨®n en las calles.
Este ascenso, aun en el caso de que acabe contrarrestado por Biden y no sirva para lograr la reelecci¨®n, revela la fuerza de tracci¨®n del republicano con sus bases, una vez m¨¢s subestimada por las encuestas. Su err¨¢tico papel en la pandemia y otros conflictos en los ¨²ltimos a?os no se han traducido en una erosi¨®n de su respaldo. De producirse, el cambio de Gobierno vendr¨¢ de la mano de una mayor movilizaci¨®n por parte de los dem¨®cratas. Trump ya no es el candidato de la protesta o el descontento, es el candidato que gusta una vez instalado en el poder, a pesar o gracias a sus histrionismos.
De madrugada, Trump se arrog¨® la victoria y avanz¨® que llevar¨ªa el caso hasta ese Tribunal Supremo de mayor¨ªa conservadora reci¨¦n reforzada por ¨¦l mismo. "Vamos a llevarlo al Supremo, queremos que todas las votaciones paren. No queremos que encuentren ning¨²n voto a las cuatro de la ma?ana. Es un momento muy triste. Ganaremos esto. En mi opini¨®n, ya hemos ganado. Quiero dar las gracias a quienes nos han apoyado¡±, recalc¨®.
Mientras, la campa?a de Biden espera que a lo largo del mi¨¦rcoles se consolidase el liderazgo del vicepresidente de la era Obama en los territorios que est¨¢n a¨²n en el aire y resultase matem¨¢ticamente ganador, con los 270 votos electorales necesarios para ello. El voto popular no elige directamente al presidente de Estados Unidos, sino a los compromisarios de cada partido en cada Estado. Estos compromisarios, que suman un total de 538, conforman el Colegio Electoral y un candidato requiere el apoyo de los mencionados 270. En la mayor¨ªa de territorios no hay repartido proporcional, sino que quien supera en papeletas al rival se lleva a todos los compromisarios. Y eso puede producir situaciones peculiares como la de 2016, cuando Clinton obtuvo cerca de tres millones de votos populares m¨¢s que Trump, pero el pinchazo de Michigan, Pensilvania y Wisconsin con m¨¢rgenes de menos del 1% le cost¨® la elecci¨®n.
Hoy, la batalla se libra en esas mismas circunscripciones. Adem¨¢s de Michigan y Wisconsin, el foco est¨¢ puesto en Pensilvania, el Estado m¨¢s poblado de esta tr¨ªada y, por tanto, el m¨¢s influyente. Las autoridades contar¨¢n todos los votos por correo que lleguen hasta tres d¨ªas despu¨¦s de la elecci¨®n, siempre y cuando est¨¦n sellados antes del 3 de noviembre. El gobernador del Estado, el dem¨®crata Tom Wolf, destac¨® que quedaban m¨¢s de un mill¨®n de votos sin contar: ¡°Promet¨ª a los ciudadanos de Pensilvania que contar¨ªamos todos los votos y eso es lo que vamos a hacer¡±, escribi¨® en Twitter. Mientras, la campa?a de Trump avanz¨® que reclamar¨¢ el recuento de Wisconsin alegando que hab¨ªa recibido informaci¨®n de ¡°irregularidades¡± en varios condados que plantean ¡°serias dudas¡± sobre la legitimidad de los resultados.
Los dispositivos de seguridad desplegados estos d¨ªas en las grandes ciudades por las autoridades y por los ciudadanos de a pie, temerosos de la violencia, dan cuenta del clima de tensi¨®n. Trump acaba de a?adir las acusaciones de fraude. La ¨²ltima vez que el Tribunal Supremo tuvo que resolver una elecci¨®n presidencial fue en 2000, a cuenta del dise?o defectuoso de unas papeletas en Palm Beach, un condado de Florida. George W. Bush fue declarado vencedor frente a Al Gore. La situaci¨®n actual es muy distinta, no hay ninguna incidencia concreta que Trump denuncie, sino el hecho de que se cuenten todos los votos hasta d¨ªas despu¨¦s de la elecci¨®n, en lo que parece un desaf¨ªo directo a la democracia.
El presidente hab¨ªa llegado a la cita con las urnas muy rezagado en las encuestas, pero ha peleado hasta el ¨²ltimo momento, con una intensa agenda de m¨ªtines por todo el pa¨ªs. Trump es el hombre que usa ¡°perdedor¡± como insulto m¨¢s recurrente y suele hablar de ¡°ganar¡± para referirse al progreso y desarrollo de Estados Unidos. Este martes, mientras los estadounidenses votaban, se expres¨® con franqueza ante un grupo de periodistas en la sede del Comit¨¦ Republicano de Virginia: ¡°Ganar siempre es f¨¢cil, perder, no. No para m¨ª¡±, dijo.
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