De la negaci¨®n a la admisi¨®n de su incapacidad: la cronolog¨ªa de la retirada de Biden
Los 25 d¨ªas transcurridos entre su fracaso en el debate con Trump y la renuncia a la candidatura estuvieron marcados por su insistencia en continuar en la carrera
Tres semanas en el disparadero y una traca final de pesos pesados en su contra (Barack Obama y Nancy Pelosi, entre otros) han empujado finalmente a Joe Biden a abandonar la carrera hacia la reelecci¨®n. Las dudas sobre su idoneidad se convirtieron en cr¨ªticas, y estas en dardos, en un movimiento uniformemente acelerado que acab¨® de sentenciar su suerte la semana pasada, mientras los republicanos celebraban triunfalmente su convenci¨®n en Milwaukee. A los casi 40 congresistas que hab¨ªan ido pidiendo su renuncia desde su fracaso en el debate contra Donald Trump, el 27 de junio, se sum¨® este domingo el senador Joe Manchin, un dolor de cabeza durante su mandato por oponerse a importantes proyectos de ley.
Pero a Manchin no le corresponde el m¨¦rito de haber acabado con el martirio de Biden y de los dem¨®cratas; fue solo la ¨²ltima gota de un caudal que desde hace 25 d¨ªas amenazaba con desbordarse. Rodeado del n¨²cleo duro de su familia; aislado del disenso por su esposa, Jill, y su hijo Hunter, que le instaban a continuar, el presidente se resist¨ªa a ¡°pasar la antorcha a una nueva generaci¨®n¡±, como le suplic¨® Manchin de manera gr¨¢fica, pero tuvo que rendirse a la evidencia: o se retiraba o arrastraba en su ca¨ªda al partido ¡ªy a millones de estadounidenses, sus votantes¡ª en noviembre.
Biden no se lo comunic¨® a la mayor¨ªa de su equipo hasta las 13.45 del domingo, un minuto antes de anunciarlo en la red social X (antes Twitter). La vicepresidenta, Kamala Harris, tambi¨¦n se enter¨® el domingo, aunque se ignora a qu¨¦ hora. Solo dos personas al margen de su familia ¡ªSteve Ricchetti, uno de sus asesores m¨¢s pr¨®ximos, y Mike Donilon, el estratega jefe de la campa?a¡ª supieron el s¨¢bado que la decisi¨®n estaba tomada. El presidente los convoc¨® a media tarde a su casa en la playa de Rehoboth (Delaware), donde se hab¨ªa aislado el mi¨¦rcoles tras contagiarse de covid. Durante horas, los tres trabajaron con la preceptiva distancia social en la carta que este mediod¨ªa ha sacudido, de nuevo, una campa?a ya de por s¨ª convulsa. El comunicado que pon¨ªa fin a una creciente rebeli¨®n interna de congresistas, donantes, aliados y buena parte de la opini¨®n p¨²blica.
Desde media tarde y hasta bien entrada la noche, los tres trabajaron en la carta m¨¢s trascendental de su carrera. El estratega Donilon ayud¨® a redactar el mensaje, que se acab¨® de escribir el domingo, mientras Ricchetti dise?aba el cronograma del anuncio. Los miembros de la familia y sus ayudantes m¨¢s cercanos fueron informados el s¨¢bado.
En el dilatado tramo que medi¨® entre la negaci¨®n inicial, asegurando que su mal papel en el debate se hab¨ªa debido a un resfriado, al empecinamiento en seguir en la carrera, como asegur¨® este mismo viernes, el punto de inflexi¨®n de estos 25 d¨ªas turbulentos se produjo en alg¨²n momento de la semana pasada, cuando empez¨® a considerar la posibilidad de que Harris fuera una opci¨®n m¨¢s viable para frenar a Trump en las urnas. Aunque durante semanas los dem¨®cratas intentaron desviar la atenci¨®n de su debate interno ¡ªalgo que consiguieron gracias al atentado fallido contra Trump y la atenci¨®n prestada a la convenci¨®n republicana¡ª, al final el mandatario vio que ¡°no pod¨ªa ir m¨¢s all¨¢¡±, seg¨²n un funcionario amparado en el anonimato citado por el diario The New York Times.
En estos 25 d¨ªas hubo se?ales claras que abundaron en el llamamiento de muchos de sus correligionarios a renunciar. El 2 de julio, Pelosi, presidenta em¨¦rita de la C¨¢mara de Representantes, plante¨® en la cadena MSNBC la legitimidad de preguntarse si los fallos mostrados por Biden en el debate con Trump fueron un episodio aislado o la se?al de un deterioro cognitivo. Ese mismo d¨ªa pidi¨® su renuncia el primer congresista, Lloyd Doggett, de Texas. Al d¨ªa siguiente, en una reuni¨®n con gobernadores dem¨®cratas, Biden intent¨® calmar a sus interlocutores asegurando que solo necesitaba dormir m¨¢s. El 5 de julio, en una entrevista en la cadena ABC, afirm¨® que ¨²nicamente el Todopoderoso podr¨ªa convencerle de abandonar. El 8 de julio desafi¨® a sus congresistas con una carta en la que se reafirmaba en su candidatura. El 11 de julio, mientras aumentaban las defecciones dem¨®cratas, cometi¨® dos clamorosos errores en sendos momentos de la cumbre del 75? aniversario de la OTAN: llam¨® ¡°presidente Putin¡± al presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski, que estaba a su lado, y ¡°vicepresidenta Trump¡± a Kamala Harris. Ese mismo d¨ªa, Obama y Pelosi expresaron en privado ¡ªy la dirigente, tambi¨¦n en p¨²blico¡ª su preocupaci¨®n por el estado de Biden (como hiciera, tambi¨¦n p¨²blicamente, el actor George Clooney, que hab¨ªa estado con Biden en un acto de recaudaci¨®n de fondos tres semanas antes).
Los acontecimientos se precipitaron tras un en¨¦rgico mitin del candidato en Las Vegas, el martes, para pedir el voto negro, en el que no dio muestras de confusi¨®n ni cansancio. El mi¨¦rcoles, horas antes de anunciarse su diagn¨®stico de covid, el propio Biden admiti¨® que se replantear¨ªa su futuro si los m¨¦dicos se lo indicasen por un problema de salud. Mediaron unas pocas horas entre este comentario y el anuncio del contagio, que a diferencia de otros anteriores, decidi¨® pasar aislado en Rehoboth, y no en la Casa Blanca. Fue el primer indicio de una escenificaci¨®n de la renuncia. Ese mismo d¨ªa, el influyente congresista Adam Schiff, muy pr¨®ximo a Pelosi, utiliz¨® la misma frase que Manchin este domingo: ¡°Es hora de pasar la antorcha¡±.
Intento de nominaci¨®n virtual
Hasta el confinamiento, el dem¨®crata trat¨® de demostrar su idoneidad multiplicando los m¨ªtines y las entrevistas. El alarde, sin embargo, no tranquiliz¨® a los dem¨®cratas. ¡°Cualquiera que piense que esto se ha acabado se equivoca¡±, dijo un dem¨®crata de la C¨¢mara de Representantes, amparado en el anonimato. ¡°Est¨¢ siendo receptivo, no tan desafiante como en p¨²blico. Ha pasado de decir: ¡®Kamala no puede ganar¡¯, a ¡®?Crees que Kamala puede ganar?¡±, explic¨®. ¡°Todav¨ªa no est¨¢ claro d¨®nde va a aterrizar, pero parece que est¨¢ escuchando¡±. La amenaza de bloquear fondos por parte de importantes donantes pes¨® tambi¨¦n sobre la decisi¨®n final.
Aunque el escenario de la retirada cobraba forma por minutos, sus fieles intentaron evitar lo que ya parec¨ªa inevitable, presionando discretamente al Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata para que acelerara el proceso de nominaci¨®n virtual del candidato, con la esperanza de votar esta semana y cerrar definitivamente el debate. Otros, como el influyente senador Chuck Schumer y el l¨ªder de la minor¨ªa en la C¨¢mara, Hakeem Jeffries, ganaron tiempo convenciendo al comit¨¦ de que no adelantara los plazos para, mientras tanto, intentar resolver la crisis.
Biden insist¨ªa en privado en que ten¨ªa m¨¢s posibilidades de vencer a Trump que Harris, pero pocos le otorgaban ya cr¨¦dito. El 18 de julio, el senador Jon Tester le inst¨® a abandonar. El representante Jamie Raskin le envi¨® una carta, fechada el 6 de julio pero conocida el 18, compar¨¢ndolo con un cansado bateador. El presentador Joe Scarborough, un aliado suyo que presenta Morning Joe, sugiri¨® que sus asesores deber¨ªan empujarlo a abandonar. En total, casi 40 dem¨®cratas del Congreso le ense?aron la puerta de salida, todo un desaire para Biden, a¨²n resentido por el rechazo sufrido en 2016 cuando las ¨¦lites del partido prefirieron a Hillary Clinton para batirse con Trump. Entre los pocos apoyos que recibi¨®, destaca el de la progresista Alexandria Ocasio-Cortez, que la semana pasada advirti¨® del ¡°enorme peligro¡± que corre el partido si se abre un proceso urgente de primarias.
A las 13.45 horas del domingo ¡ªun minuto antes de que se publicara su carta de retirada¡ª, el presidente se lo comunic¨® a varios de sus asesores, entre ellos la responsable de comunicaci¨®n. Les ley¨® el comunicado y agradeci¨® los servicios prestados, adem¨¢s de instarles a acabar el trabajo en una jornada exigente como ninguna otra. La publicaci¨®n en X se lanz¨® a las 13.46, hora local (seis m¨¢s en la Espa?a peninsular). Anunciar el final de su candidatura en la red social le dio la posibilidad de hacerlo ¡°a su manera¡±, seg¨²n la fuente citada por el Times, evitando las intrigas y filtraciones que han minado su campa?a ¡ªy su candidatura¡ª en las ¨²ltimas semanas. Hubo conmoci¨®n, l¨¢grimas y, para muchos, sobre todo alivio.
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