Harris apela a las empresas y los votantes moderados con un discurso econ¨®mico para las clases medias
La vicepresidenta y Donald Trump aceleran sus intentos de posicionarse como la mejor opci¨®n para la econom¨ªa, el asunto que m¨¢s preocupa a los estadounidenses, a menos de seis semanas para las elecciones
¡°Clase media¡±. Hasta nueve veces repiti¨® estas dos palabras la candidata dem¨®crata, Kamala Harris, en un discurso de apenas 40 minutos este mi¨¦rcoles en Pittsburgh sobre su programa econ¨®mico, en el que prometi¨® ¡°un nuevo camino adelante¡± para las familias y los trabajadores de a pie y trat¨® de apelar a los votantes moderados, incluidos aquellos republicanos m¨¢s centristas que puedan no sentirse convencidos por el candidato de su partido, Donald Trump. La vicepresidenta se present¨® como una defensora de las clases medias para tratar de marcar un contraste dr¨¢stico con su rival, al que describi¨® como solo preocupado por los millonarios.
En esta campa?a, el viejo mantra ¡°Es la econom¨ªa, est¨²pido¡±, con el que Bill Clinton gan¨® la presidencia de EE UU de 1992 est¨¢ de m¨¢s actualidad que nunca. A seis semanas de las elecciones del 5 de noviembre, las encuestas apuntan a que es el asunto que m¨¢s preocupa a unos estadounidenses golpeados por tres a?os de inflaci¨®n rampante. Y los dos candidatos presidenciales batallan por coronarse como la mejor opci¨®n para devolver la tranquilidad a los bolsillos de los ciudadanos, entre se?ales de que se reduce la ventaja de que disfrutaba el republicano en este asunto de campa?a.
¡°No tenemos que vernos limitados por la ideolog¨ªa. En vez de eso, tenemos que buscar soluciones pr¨¢cticas¡±, apel¨® la vicepresidenta, que se describi¨® como ¡°capitalista¡± en su discurso m¨¢s detallado hasta el momento sobre las medidas que piensa aplicar si gana la Casa Blanca. Entre sus promesas incluye rebajar los impuestos a un tercio de los estadounidenses y ofrecer subsidios a las empresas que creen ¡°buenos puestos de trabajo¡± y permitan sindicarse a sus empleados.
¡°He prometido que desarrollar una fuerte clase media ser¨¢ la meta que defina mi presidencia¡±, aseguraba la candidata, que acentu¨® su creencia en ¡°los mercados libres¡± y en ¡°una alianza activa entre el gobierno y el sector privado¡±. Para ofrecer este discurso, Harris eligi¨® Pittsburgh, la segunda ciudad de Pensilvania, que ya ha visitado cuatro veces en su campa?a. Pensilvania se perfila como el Estado que necesita ganar a toda costa para triunfar en estas elecciones.
Pocas horas antes, Trump comparec¨ªa en un mitin en Carolina del Norte tambi¨¦n para promover sus propuestas econ¨®micas por tercera vez en 48 horas, tras intervenciones en Georgia y Pensilvania. El plan del expresidente incluye un aumento generalizado de los aranceles y medidas para incentivar que industrias extranjeras abran f¨¢bricas en Estados Unidos, mediante rebajas en los impuestos corporativos y ofertas de suelo de propiedad federal.
Hasta ahora, la econom¨ªa ha sido uno de los grandes puntos d¨¦biles de los dem¨®cratas. Mientras el presidente Joe Biden fue el candidato del partido, encuesta tras encuesta le colocaba hasta quince puntos por debajo de Donald Trump en la percepci¨®n de los votantes sobre qui¨¦n ser¨ªa el mejor gestor.
Durante el mandato de Biden la econom¨ªa ha crecido un 8,4%, se han creado 15,7 millones de puestos de trabajo y el ¨ªndice de paro se sit¨²a en torno al 4%. Pero al estadounidense medio le ha venido doliendo el efecto en sus bolsillos de una inflaci¨®n que fue galopante en los ¨²ltimos tres a?os y acumul¨® el 19% antes de quedar controlada en los ¨²ltimos meses.
La ventaja del candidato republicano ha comenzado a reducirse, no obstante. Los agregadores de los ¨²ltimos sondeos apuntan que la distancia de Trump sobre Harris como guardi¨¢n de la econom¨ªa se ha reducido a seis puntos. Algunas consultas, como las publicadas por el Financial Times, aseguran que la dem¨®crata ya ha sobrepasado a su rival como la candidata en quien los estadounidenses conf¨ªan m¨¢s como guardi¨¢n de la econom¨ªa nacional, por un 44 frente a un 42%.
Las razones son dobles para este giro de 180 grados a menos de seis semanas de la cita electoral del 5 de noviembre.
Por un lado, los precios se han estabilizado y los sueldos crecen por encima del IPC. Y, sobre todo, el gesto definitivo de que lo peor ha quedado atr¨¢s: la decisi¨®n la semana pasada de la Reserva Federal de recortar los tipos de inter¨¦s en medio punto, la primera reducci¨®n en cuatro a?os y medio y una se?al de que considera ya domada la inflaci¨®n. La medida de la Fed ya ha comenzado a trasladarse al rebajas en los tipos del sector hipotecario, estrangulado durante meses por los tipos m¨¢s altos en dos d¨¦cadas, y ha desencadenado una ola de optimismo entre los compradores de vivienda que hab¨ªan quedado fuera del mercado. Un sondeo de la Universidad de Michigan encuentra que el sentimiento de los consumidores sobre la buena marcha de la econom¨ªa ha subido 40 puntos porcentuales con respecto a su punto m¨¢s bajo, en junio de 2022.
Por otro, Harris ha adoptado una estrategia muy diferente a la de Biden. Como candidato, el presidente quiso poner el ¨¦nfasis en los datos macroecon¨®micos y en sus ambiciosas leyes para impulsar la econom¨ªa del pa¨ªs en la era pospand¨¦mica ¡ªla ley de impulso a las energ¨ªas verdes, la ley de infraestructuras, la ley CHIPS para alentar el sector nacional de semiconductores e innovaci¨®n¡ª: algo que no consegu¨ªa conectar con el estadounidense medio, que no percib¨ªa ventajas de esa legislaci¨®n abstracta en sus finanzas dom¨¦sticas.
Harris, por contra, ha optado por presentar medidas econ¨®micas con las que el estadounidense medio pueda darse por aludido. En agosto anunciaba su primer embri¨®n de programa econ¨®mico, repetido y ampliado este mi¨¦rcoles, en el que inclu¨ªa medidas para luchar contra la subida artificial de precios, adem¨¢s de prometer pasos para facilitar el acceso a la vivienda. Entre ellos, 25.000 d¨®lares para quienes comprasen casa por primera vez, o la construcci¨®n de tres millones de nuevas viviendas. O un aumento de las desgravaciones fiscales por beb¨¦. Harris tambi¨¦n ha prometido desgravar las propinas, una medida que ya hab¨ªa propuesto su rival.
Mientras tanto, Trump ha ido centrando su programa econ¨®mico en el recorte de impuestos a ciudadanos y empresas y la imposici¨®n de aranceles a las importaciones desde el extranjero. Medidas que el expresidente, que ya desat¨® una guerra comercial con China durante su mandato al decretar esos impuestos contra bienes chinos en 2018, califica como ¡°lo mejor que se ha inventado nunca¡±.
Sin aparente miedo a desencadenar, de cumplir sus promesas, una guerra comercial de dimensiones colosales, el expresidente asegura que aplicar¨¢ tasas ¡°del 100%¡± a cualquier pa¨ªs que se aleje del uso del d¨®lar. Tambi¨¦n ha prometido gravar a cualquier veh¨ªculo que entre desde M¨¦xico y elevar las tarifas a los productos chinos al 60%. Igualmente ha amenazado a la fabricante de tractores John Deere con aranceles del 200% si traslada algunas de sus plantas a M¨¦xico, algo que los expertos advierten que podr¨ªa violar el tratado norteamericano de libre comercio.
En esta batalla de programas econ¨®micos, la candidata dem¨®crata se apuntaba recientemente un tanto: cerca de 400 economistas y antiguos funcionarios econ¨®micos estadounidenses han dado su apoyo a Harris para la presidencia del pa¨ªs, seg¨²n la campa?a de la vicepresidenta. Y los c¨¢lculos de la escuela de negocios Wharton, de Penn University ¡ªel alma mater de Trump¡ª consideran que el plan del expresidente a?adir¨ªa 5,8 billones de d¨®lares al d¨¦ficit federal en la pr¨®xima d¨¦cada, cinco veces m¨¢s que los planes de Harris.. En opini¨®n de estos expertos, las medidas que promete Trump ¡°arriesgan desatar de nuevo la inflaci¨®n y amenazan tanto la estabilidad econ¨®mica interna como la posici¨®n global de Estados Unidos¡±.
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