La adicci¨®n a la nicotina vive un repunte entre los adolescentes
Esta sustancia es tremendamente adictiva y tiene cada vez m¨¢s puertas de entrada a los j¨®venes: cigarrillos tradicionales, electr¨®nicos y cachimbas
Cuando los hijos llegan a la adolescencia las preocupaciones de los padres se multiplican por mil. Una de las m¨¢s habituales tiene que ver con el tabaco. Parece que los chavales y chavalas que fuman suelen ser del grupo de los rebeldes y malotes. Probablemente la mala imagen que tiene el tabaco en la actualidad se deba en gran medida a la ley antitabaco que arrincon¨® a los fumadores, mand¨¢ndoles a la calle. Pero de aquello hace ya 10 a?os y la idea que se tiene del cigarro ha vuelto a cambiar. As¨ª se deduce del estudio EDADES (Programa de Encuestas sobre Alcohol y Otras Drogas en Espa?a), en el que se apunta a que en el a?o 2019 el 26% de los j¨®venes y adolescentes entre 15 y 24 a?os hab¨ªa fumado en los 30 d¨ªas anteriores a la encuesta, llegando al 28.5% en varones y al 23% en mujeres.
Entre otras cosas porque ya no nos referimos solo a los cl¨¢sicos cigarrillos, sino que ahora hay que estar atento, adem¨¢s, al tabaco de liar, los porros, las cachimbas y los cigarrillos electr¨®nicos. La cosa se complica: a mayor oferta, mayor preocupaci¨®n. Aunque en definitiva, el enemigo es el mismo: la nicotina. Y lo es porque es una sustancia tremendamente adictiva cuyos efectos llevan a cualquier padre a echarse a temblar. Lo de menos es el modo que tiene de llegar al organismo del adolescente.
Distintas formas, mismo efecto
Rodrigo C¨®rdoba, m¨¦dico de familia y portavoz del Programa de Actividades Preventivas y Promoci¨®n de la Salud de semFYC: ¡°El cigarrillo, seg¨²n documentos de la industria tabaquera, no es m¨¢s que ¡®un veh¨ªculo para suministrar dosis de nicotina¡¯. Por eso, la idea es venderla en cualquiera de sus formas porque el efecto va a ser el mismo en todas ellas. No olvidemos que se trata de un producto adictivo y t¨®xico que compromete el desarrollo cerebral normal de los adolescentes¡±. Ah¨ª es nada.
Pues hay m¨¢s: ¡°Los cambios en la estructura cerebral provocados por el tabaco afectan de manera directa al control directo del estado interno de los adolescentes o a la toma de decisiones. En una edad tan sensible como esta, el tabaco puede cambiar dr¨¢sticamente el desarrollo del cerebro de los j¨®venes y afectar de manera importante a su personalidad¡±, comenta C¨®rdoba, quien se?ala el rendimiento escolar y las relaciones familiares y sociales como principales damnificados de la nicotina.
Enfermedades cardiovasculares
Por supuesto, tambi¨¦n est¨¢n los problemas cardiorrespiratorios, como afirma Julio ?lvarez Pitti, investigador del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red-Fisiopatolog¨ªa de la Obesidad y Nutrici¨®n (CiberOBN), pediatra y miembro del Comit¨¦ promoci¨®n de la Salud de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP): ¡°La nicotina aumenta la frecuencia card¨ªaca, la tensi¨®n arterial y la contractilidad del miocardio. Adem¨¢s es un agente farmacol¨®gicamente activo que produce toxicidad aguda y que ingresa f¨¢cilmente en el cuerpo y se distribuye por el organismo. Activa m¨²ltiples v¨ªas biol¨®gicas que son relevantes para el crecimiento y desarrollo fetal, el funcionamiento inmunitario, el sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y la carcinog¨¦nesis¡±.
Lo que pasa es que los chicos no solo consumen la nicotina a trav¨¦s del tabaco. C¨®rdoba: ¡°Curiosamente, m¨¢s de la mitad de los j¨®venes comienzan fumando tabaco mezclado con cannabis (porro) y la otra mitad fumando tabaco de liar o cigarrillos convencionales.¡± Pero a¨²n hay m¨¢s puertas de entrada: ¡°La mitad de los adolescentes espa?oles reconocen haber probado el cigarrillo electr¨®nico o las cachimbas¡±, afirma el m¨¦dico de familia. Y uno de los principales problemas que suponen ambas es que el p¨²blico en general y los adolescentes en particular no asocian su consumo con ninguna clase de peligro.
Por supuesto, est¨¢n muy equivocados. ?lvarez Pitti: ¡°La utilizaci¨®n de cachimbas no es m¨¢s que fumar tabaco prensado y mezclado en melaza, que se quema. El humo se absorbe a trav¨¦s de un tubo sin ning¨²n tipo de filtro e inhalando¡±. No puede sonar peor. O s¨ª, porque atentos a los sistemas electr¨®nicos de administraci¨®n de nicotina, que adem¨¢s de esta sustancia llevan ¡°l¨ªquidos aromatizados como propilenglicol y glicerina que, al inhalarse pueden producir inflamaci¨®n de las v¨ªas respiratorias. De hecho, durante el a?o 2019 se produjo brote de lesiones pulmonares asociado al su uso¡±.
Aumenta el uso de e-cigarrillos
Pero esta informaci¨®n no les llega correctamente a los chavales. Probablemente esa es la raz¨®n de que su consumo se haya hecho tan popular entre ellos: ¡°Los datos actuales muestran que las tasas de uso de cigarrillos electr¨®nicos est¨¢n aumentando dram¨¢ticamente entre los j¨®venes. Los resultados de un gran estudio epidemiol¨®gico realizado en EEUU en el a?o 2014 detectan que el 3,9% de los estudiantes de Secundaria y el 13,4% de Bachillerato hab¨ªan hecho uso de un e-cigarrillo en los ¨²ltimos 30 d¨ªas. Este consumo se hab¨ªa incrementado en ambos grupos de edad en un 650% y 890%, respectivamente, en comparaci¨®n con los datos de 2011¡±, asegura ?lvarez Pitti.
Hay que tener claro que ninguna forma de consumir nicotina es mejor que otra porque, en cualquier caso, el peligro de la adicci¨®n siempre est¨¢ presente. ¡°Despu¨¦s de uno o dos a?os consumiendo nicotina, el cerebro se hace adicto a la sustancia y empieza un camino de retorno complicado. Basta con 100 cigarrillos consumidos en el plazo de uno o dos a?os para volverse adicto a la nicotina¡±, afirma el portavoz del Programa de Actividades Preventivas y Promoci¨®n de la Salud de semFYC. Y la cosa no acaba ah¨ª, como afirma ?lvarez Pitti: ¡°El tabaco es v¨ªa de entrada a otras drogas ilegales. Tanto porque algunas de estas drogas son fumadas como porque el tabaco induce en ocasiones a acercarse a otras drogas. Por ¨²ltimo, el efecto de recompensa que produce la nicotina hace que el cerebro desee repetir esta misma ¡®experiencia¡¯, y si es m¨¢s potente, mejor.¡±
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