¡®El latido de las mariposas¡¯: la iniciativa dirigida a que los ni?os tengan una educaci¨®n libre de violencia
Este movimiento solidario tiene como objetivo denunciar y mostrar el rechazo a la violencia de g¨¦nero con la elaboraci¨®n y el tejido de mariposas violetas
Itziar Prats, madre de Nerea y Martina, de seis y dos a?os respectivamente, perdi¨® el 25 de septiembre de 2018 a sus hijas, v¨ªctimas del odio de su exmarido y padre de las mismas. De ese profundo dolor naci¨® la bonita e intensa relaci¨®n de amistad con Isabel Gallardo. Esta ¨²ltima conoci¨® el tr¨¢gico suceso por los medios de comunicaci¨®n e implic¨® a Prats en una idea que le rondaba la cabeza. Juntas lograron convertir el sufrimiento en un movimiento de solidaridad, amor y lucha: El latido de las mariposas, con el objetivo de denunciar y mostrar el rechazo a la violencia de g¨¦nero con la elaboraci¨®n y el tejido de mariposas violetas: ¡°Nuestro proyecto educativo y social, dirigido a ni?os sobre todo, se construye para lograr un mundo mejor donde dar impulso a un cambio en la sociedad, y que actos violentos dejen de percibirse como normales. Ante cualquier tipo de violencia, inclu¨ªda la violencia machista, queremos concienciar y visibilizar, y por otro lado trasmitir que se debe educar desde la infancia en valores de respeto e igualdad. Debe su nombre a las hermanas Mirabal a quienes llamaban tambi¨¦n Las Mariposas y por los valores que las envolv¨ªan. Fueron asesinadas un 25 de noviembre de 1960 por oponerse a la dictadura de Rafael Le¨®nidas Trujillo. A ra¨ªz de ah¨ª se produjo en la sociedad el efecto mariposa que a¨²n contin¨²a¡±, declara Prats. Seg¨²n Gallardo, esta frase del psic¨®logo Jean Piaget, define perfectamente el origen de su plan: ¡°La destrucci¨®n como causa de un nacimiento¡±.
Tejer mariposas con hilo violeta
En el proyecto que hace m¨¢s de dos a?os y medio iniciaron Itziar Prats, psic¨®loga e Isabel Gallardo, administrativa, no se mezcla ni el dinero ni la pol¨ªtica. No reciben subvenciones, s¨ª donaciones de hilo, imperdibles y mucho amor e implicaci¨®n de la gente para tejer las mariposas con hilo color violeta (el color del feminismo), hacerlas volar y difundir su mensaje: ¡°Procuramos que todo peque?o gesto cuente. Regalamos mariposas como s¨ªmbolo de la lucha contra la violencia de g¨¦nero, para visibilizarla y que la tengamos presente a diario. Damos conferencias con universidades, recientemente sobre ¡°El cuidado y el autocuidado¡±, y alg¨²n congreso para explicar nuestro proyecto, pudiendo participar otros psic¨®logos. Realiz¨¢bamos quedadas en una mercer¨ªa -ahora, con la pandemia hemos hecho un par a modo online- con mujeres, incluso alg¨²n hombre, para tejer mariposas. ¡°Diferentes centros educativos han llevado a cabo talleres explicando nuestro proyecto y los valores que consideramos tan importantes y han colaborado profesionales de otras asociaciones de igualdad. He podido estar presente en alguno¡±, determina Gallardo.
Prats habla de diferentes comportamientos violentos como un asunto bastante silenciado y que suele resguardarse en el seno familiar. ¡°A la hora de desarrollar el proyecto y con el tejido de las mariposas, creemos que ante casos de ni?os que hayan sufrido violencia de g¨¦nero en la familia, bullying o abusos por parte de mayores, los centros educativos deber¨ªan actuar. Consideramos que estos temas deber¨ªan ser una parte obligada dentro del sistema educativo, que se integrasen en el curr¨ªculum: inclusi¨®n de valores de equidad, de igualdad de derechos y respeto. Esto nos ayudar¨ªa a identificar y no normalizar. Cada uno somos ejemplos en diversos ¨¢mbitos e influimos en el resto de la sociedad¡±, remarca Prats. El proyecto de Gallardo y Prats ha ido creciendo y han logrado dar pasos que ni se hab¨ªan imaginado alcanzar. ¡°Tenemos mucha demanda de mariposas. Nuestro proyecto ha crecido a nivel de repercusi¨®n. No nos imagin¨¢bamos salir en la televisi¨®n. La gente se muestra muy solidaria¡±, destaca Prats.
Seguir viviendo para ayudar a otros
Itziar Prats ocupa su vida con el proyecto. Su familia es otro de sus principales soportes. ¡°Me viene bien mantenerme ocupada y no pensar. Adem¨¢s, recibo mucho apoyo. Mi familia (padres, hermanos y sobrinos) me da fuerzas para seguir. No puedo quedarme encerrada en casa. Cuando siento malestar y dolor me apetecer¨ªa, pero no me lo permito. Pienso que no es la manera de solucionar nada¡±, asegura Prats. Esta mujer sigue recibiendo tratamiento profesional con una psic¨®loga y un psiquiatra. Afirma que no le gusta medicarse, pero a?ade que todav¨ªa no est¨¢ preparada para dejarlo. ¡°El tratamiento me ayuda. En la intervenci¨®n, a veces lo paso mal porque supone recordar momentos duros, pero es la ¨²nica manera de curar. Voy poco a poco con mis subidas y bajadas, d¨¢ndome tiempo y haciendo cosas¡±, resalta.
El proceso de Itziar Prats ha sido muy dif¨ªcil. Se ha hablado de fallos en diferentes organismos. Seg¨²n mantiene, y con datos publicados, nadie ha reconocido nada: ni el Ministerio del Interior, ni el Ministerio de Justicia, ni la Fiscal¨ªa, ni la alcaldesa de Castell¨®n, ni la jueza. En su primer comunicado, un mes despu¨¦s del asesinato de sus hijas, Itziar recalcaba que luchar¨ªa hasta el final para procurar dirimir responsabilidades. ¡°Me r¨ªo por no llorar o gritar. Nadie ha dicho que se ha equivocado. La alcaldesa de Castell¨®n dec¨ªa que todos ¨¦ramos responsables. Eso no es reconocer nada a nivel individual. Tampoco nadie ha contactado conmigo. El Defensor del Pueblo en Madrid me ha apoyado y es el ¨²nico que aseguraba que ning¨²n maltratador puede ser un buen padre. Pero eso no se est¨¢ teniendo en cuenta. Seguimos viendo ni?os que tienen que ir con su padre aun cuando la madre ha interpuesto una orden de alejamiento que se le ha concedido¡±, manifiesta Prats.
En el a?o 2014 se aprob¨® el Convenio de Estambul o Convenci¨®n de Estambul (es una convenci¨®n del consejo de Europa con el objetivo de luchar contra la violencia contra las mujeres y la violencia dom¨¦stica), y Espa?a lo ratific¨®. Para Prats faltaron muchas cosas en su caso: un seguimiento del caso o que sus hijas no tuviesen medidas de protecci¨®n. El cruento suceso tuvo lugar en septiembre de 2018. Es a partir de marzo de 2019 cuando en el VioG¨¦n (herramienta que se aplica para determinar el riesgo y procurar impedir m¨¢s muertes de mujeres a causa de la violencia machista, y que a Prats dio Bajo) se tiene en cuenta la letalidad de los menores independientemente de la madre. ¡°Me parece muy triste. En verano de 2019 cuando supuestamente todo estaba en vigor, en Espa?a muri¨® otro ni?o por violencia machista. Esta muerte tambi¨¦n ten¨ªa que haberse prevenido. La ley estar¨¢ muy bien, pero yo no veo que se aplique. No se tiene en cuenta a los ni?os. No se les pregunta. Los menores expresan mucho m¨¢s y no est¨¢n tan manipulados como se cree. Hay muchos estereotipos que hay que romper. Deben imperar cambios en los juzgados de violencia de g¨¦nero, empezando por la formaci¨®n de jueces, fiscales¡, y que no se formen entre ellos porque la percepci¨®n distorsionada continuar¨¢¡±, subraya Prats.
Prats quiere dejar muy clara la necesidad de protecci¨®n a los menores en situaciones de conflicto en la pareja, de igual forma que se agilicen los tr¨¢mites en separaciones y divorcios. ¡°Los ni?os tienen voz. En mi caso ni a mis hijas ni a mi exmarido ni a m¨ª se nos hizo ninguna valoraci¨®n psicosocial, y en Castell¨®n exist¨ªa esa posibilidad. La jueza no dispon¨ªa de suficiente material. Pero ah¨ª queda. Incluso a nivel judicial no se tiene en cuenta a los servicios de atenci¨®n a las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero que dependen de los ayuntamientos¡±, refiere Prats. ¡°Es dif¨ªcil que una mujer denuncie si sabe que instantes despu¨¦s debe volver con su agresor y estar bajo el mismo techo. Hay mucho trabajo por hacer y mucho en que mejorar. Volver a aprender es mucho m¨¢s dif¨ªcil que aprender una primera vez y debemos llegar a eso¡±, remata. Como bien recita la int¨¦rprete Rozal¨¦n en el que ya es un himno asociado a la lucha contra la violencia de g¨¦nero, La puerta violeta: ¡°(...) Pero dibuj¨¦ una puerta violeta en la pared, y al entrar me liber¨¦ como se despliega la vela de un barco. Despert¨¦ en un prado verde muy lejos de aqu¨ª. Corr¨ª, grit¨¦, re¨ª. S¨¦ lo que no quiero. Ahora estoy a salvo¡±.
Luc¨ªa del Prado, presidenta de la Fundaci¨®n Filia de Amparo al Menor conoce el caso de Itziar Prats por lo que han divulgado los medios de comunicaci¨®n y se une a su dolor, como madre y mujer solidaria. Comparte adem¨¢s con ella la visi¨®n de mal funcionamiento del sistema judicial. ¡°En la Fundaci¨®n, vemos casos grav¨ªsimos todos los d¨ªas y escuchamos relatos desgarradores de ni?os y j¨®venes. Trabajamos desde hace 10 a?os en la prevenci¨®n e intervenci¨®n de situaciones de riesgo del menor. Hemos conseguido grandes logros. No obstante, no son nada en comparaci¨®n con las necesidades existentes. Frecuentemente sugerimos proyectos que suponen cambios, avances y actualizaciones frente al sistema de protecci¨®n del menor, pero no recibimos ni la cuarta parte de lo que necesitamos econ¨®micamente para ponerlo en marcha. Muchos proyectos salen adelante gracias al voluntariado¡±, sostiene Del Prado.
Para Del Prado resulta l¨®gico pensar que los menores siguen sin considerarse una prioridad, ¡°ni siquiera se encuentran en la lista de deseos. La presidenta de la Fundaci¨®n Filia reclama profesionales especializados, m¨¢s juzgados de familia con recursos y capacidad de agilizar los expedientes. ¡°Soluciones alternativas para ayudar a las familias como es la coordinaci¨®n parental supone un recurso muy valioso para detectar situaciones de alto riesgo en el menor y el resto de la familia¡±, subraya Del Prado. Seg¨²n relata, en los ¨²ltimos a?os, el Servicio de Intervenci¨®n de Coordinaci¨®n Parental de la Fundaci¨®n Filia ha detectado varios casos de violencia de g¨¦nero donde las v¨ªctimas no eran conscientes.
¡°Si no alzamos la voz las entidades y fundaciones que defendemos al menor, ?qui¨¦n lo har¨¢? Casos como el de Itziar Prats no deber¨ªan ocurrir jam¨¢s, y esto exige respuestas inmediatas. Esto no tiene nada que ver con el color de partidos pol¨ªticos. Lo que es ineludible es la implicaci¨®n del Gobierno central y los Gobiernos auton¨®micos a tan urgente exigencia¡±, expresa Del Prado. Como afirma Itziar Prats con un hilo de voz impregnado en una pena ya perpetua, aunque serena: ¡°Sigo viva y he de continuar hacia adelante¡±. Su camino seguir¨¢, desplegando sus alas cual mariposa y sin temor. Lo mismo sus dos peque?as mariposas que con su vuelo encabezan la marcha imperturbable de otras frente a una lacra social que deseamos se extinga.
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