S¨ªndrome de alienaci¨®n parental, un t¨¦rmino sin base cient¨ªfica que oculta el maltrato infantil
Delia Rodr¨ªguez, abogada de familia, asegura que no se puede ignorar que hay contextos familiares en los que se producen continuas interferencias parentales que acaban por destruir el v¨ªnculo afectivo entre un progenitor y su descendencia
Son muchas las voces que critican o defienden el s¨ªndrome de alienaci¨®n parental (SAP), y casi siempre, surge la misma duda: ?este t¨¦rmino existe, o no? La nomenclatura como tal la acu?¨® el psiquiatra Richard Gardner en 1985 para referirse a un desorden psicopatol¨®gico en el cual un ni?o, de forma permanente, denigra e insulta sin justificaci¨®n a uno de sus progenitores, generalmente el padre, y se niega a tener contacto con ¨¦l. Con los a?os, el SAP comenz¨® a ver la luz a trav¨¦s de otra denominaci¨®n: s¨ªndrome de la madre maliciosa, por el cual se se?alaba a las progenitoras como quienes influ¨ªan a los hijos en contra de su expareja. Si bien, esta expresi¨®n qued¨® en el pasado, todav¨ªa hoy son algunas voces las que lo defienden como verdad, a pesar de que en la actualidad este s¨ªndrome no est¨¢ reconocido ni por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud ni la Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa y, por ende, su rigor cient¨ªfico est¨¢ m¨¢s que cuestionado.
¡°Es una realidad que estas situaciones que alcanzan, en muchas ocasiones, la categor¨ªa de maltrato a la infancia, se dan con independencia del g¨¦nero del progenitor. En cualquiera de los casos, el da?o psicol¨®gico infligido a los ni?os es devastador y, en muchas ocasiones, de dif¨ªcil reparaci¨®n¡±, explica Delia Mar¨ªa Rodr¨ªguez, abogada en Vestalia Abogados de Familia. Rodr¨ªguez asegura que la aparici¨®n del SAP no ha pasado desapercibida a las cr¨ªticas: ¡°Y al debate entre expertos multidisciplinares consiguiendo, a pesar de ello, sobrevivir al tiempo hasta convertirse en un concepto que no nos es ajeno a los abogados de familia dentro del marco de los procedimientos de guarda y custodia, especialmente los m¨¢s b¨¦licos y conflictivos¡±.
Seg¨²n mantiene, esto tiene una explicaci¨®n sencilla: este fen¨®meno es altamente da?ino para la infancia con independencia de qui¨¦n y c¨®mo se haya bautizado, o si gusta m¨¢s o menos su denominaci¨®n, tiene entidad propia, existe. ¡°Ser¨ªa hip¨®crita ignorar que hay contextos familiares en los que se producen continuas interferencias parentales que, seg¨²n su intensidad y gravedad, acaban por destruir el v¨ªnculo afectivo entre el otro progenitor y su descendencia. Sin embargo, parece existir tambi¨¦n un siniestro inter¨¦s por parte de algunos colectivos a la hora de invisibilizar este tipo de abuso infantil¡±.
La Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa ha manifestado que ¡°el SAP supone un grave intento de medicalizar lo que en realidad es una lucha de poder por la custodia de un hijo¡±, a?ade Rodr¨ªguez. ¡°No puedo menos que coincidir con estas declaraciones que definen a la perfecci¨®n el origen de este tipo de maltrato¡±, prosigue, ¡°dejando a un lado la terminolog¨ªa, debemos partir de la premisa de que este tipo de vejaciones no son una enfermedad, sino unos hechos que son innegables, y que vulneran los derechos m¨¢s fundamentales de los ni?os por parte de quienes m¨¢s deber¨ªan protegerles, conllevando unas devastadoras consecuencias psicol¨®gicas¡±.
Sin embargo, en vez de avanzar parece que vamos hacia atr¨¢s. Recientemente el Congreso de los Diputados ha aprobado un Proyecto de Ley Org¨¢nica de protecci¨®n integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, que, si bien supone un ¨¦xito en algunos puntos, en otros deja mucho que desear. Concretamente en su nuevo art¨ªculo 10 bis III se lee: Los poderes p¨²blicos tomar¨¢n las medidas necesarias para evitar que planteamientos te¨®ricos o criterios sin aval cient¨ªfico que presuman interferencia o manipulaci¨®n adulta, como el llamado s¨ªndrome de alienaci¨®n parental, puedan ser tomados en consideraci¨®n. ¡°Francamente, este nuevo articulado me parece una peligrosa arma a favor de los progenitores que llevan a cabo este tipo de manipulaciones contra los ni?os; la excusa perfecta para continuar sus maliciosas actuaciones. El primer paso para visibilizar este abuso infantil parte de superar el ¡°buenismo social¡± que lleva a pensar que no hay progenitores (tanto madres como padres) capaces de llevar a cabo tan atroces conductas en perjuicio de sus hijos¡±, sostiene.
Toda separaci¨®n afectiva denota un fuerte impacto para los hijos
Para la experta, el siguiente objetivo es analizar la problem¨¢tica, la estad¨ªstica de padres y madres que se han visto y se ven en esta terrible situaci¨®n tras una separaci¨®n, y que se sienten completamente abandonados por el sistema judicial: ¡°Escucharles no les devolver¨¢ a sus hijos ni el tiempo perdido, pero s¨ª permitir¨¢ que otros ni?os no se vean obligados a crecer sin la compa?¨ªa de uno de sus padres. Es prioritario alcanzar un consenso nacional en cuanto a c¨®mo denominar este fen¨®meno, asumiendo su existencia, y legislando las medidas oportunas para garantizar una correcta protecci¨®n de la infancia¡±.
El derecho de los menores a ser escuchados puede ser un arma de doble filo en situaciones de manipulaci¨®n infantil. ¡°Sin duda alguna, el progenitor que interfiere en la relaci¨®n con el otro siempre solicita la exploraci¨®n judicial de los ni?os (durante la cual el Juez y el Ministerio Fiscal se entrevistan con ellos a solas), pues conf¨ªan en que el menor ser¨¢ un aliado para conseguir sus fines (evitar la custodia compartida, suspender las visitas, etc.). Pero no es sencillo para el Tribunal detectar en una simple exploraci¨®n judicial cu¨¢ndo un ni?o se encuentra manipulado por uno de sus padres, o si no se siente libre a la hora de expresar sus opiniones¡±.
Seg¨²n mantiene, ¡°toda separaci¨®n afectiva denota un fuerte impacto en los hijos en com¨²n y, por ello, resulta esperable que exista un resentimiento sobre alguno de los progenitores, resolvi¨¦ndose este luto con el paso del tiempo¡±. ¡°Sin embargo¡±, prosigue, ¡°en algunos contextos familiares este tr¨¢nsito natural se estanca por diversos motivos, provoc¨¢ndose distintas situaciones en las que los menores se ven directamente implicados (y perjudicados). Desemboca en una aut¨¦ntica pesadilla para los ni?os quienes se ven atrapados, por voluntad de uno o de ambos progenitores, en crueles conflictos de lealtades. Esto, y no la separaci¨®n afectiva de sus progenitores en s¨ª, es lo verdaderamente traum¨¢tico para los ni?os, pong¨¢mosle el nombre que le pongamos¡±. Para la experta, es esencial actuar con la mayor brevedad, para intentar tomar las medidas oportunas, pues las dilaciones judiciales no juegan a favor de los ni?os ni de los padres perjudicados.
Cambio de conducta de padres e hijos en separaciones conflictivas
En cuanto a la actitud de los progenitores, ¡°estos cambian radicalmente frente al otro, instrumentalizando al menor para sus propios fines e intereses personales (revancha, econ¨®micos, posesi¨®n con respecto al menor). Para ello, adoptan un comportamiento por el que insultan y desvalorizan continuamente al otro (aludiendo a cuestiones de pareja que no conciernen a los ni?os), impiden el derecho de visitas con el otro, implican al entorno familiar y amigos en los ataques a la expareja, subestiman o ridiculizan los sentimientos del menor hacia el otro progenitor, e incentivan o premian la conducta despectiva hacia el padre o la madre¡±.
Seg¨²n explica Rodr¨ªguez, en cuanto a los hijos, ¡°el maltrato puede detectarse cuando percibimos una serie de comportamientos en ellos, tales como el rechazo irracional hacia la figura del otro progenitor, el deseo repentino e injustificado de no querer ver a su padre o madre, la repetici¨®n de argumentos propios de adultos para justificar lo anterior, o la creaci¨®n de recuerdos de infancia, entre otros¡±.
¡°Pese a que lo deseable ser¨ªa decir lo contrario, como abogados de familia estamos m¨¢s que acostumbrados a ver este tipo de comportamientos en los menores. Lamentablemente, los servicios p¨²blicos como el Punto de Encuentro Familiar o el Centro de Atenci¨®n a la Infancia resultan, en la pr¨¢ctica, insuficientes para abordar el conflicto y, con el tiempo, la forma y la intensidad que requieren situaciones familiares tan cr¨ªticas como las que atestiguamos como profesionales y que, en muchas ocasiones, tienen un desenlace fatal e irreversible¡±, concluye.
Acreditar el mal trato a los ni?os en un juzgado
Seg¨²n mantiene Delia Rodr¨ªguez, abogada familiar, es muy complicado acreditar este tipo de situaciones de malos tratos a los ni?os, ¡°pues la conducta de quien los ejercen es sutil, medida y sibilina, lo que hace que el acto en s¨ª sea a¨²n m¨¢s cruel¡±. La experta critica la falta de especializaci¨®n de todos los juzgados dedicados al derecho de familia. ¡°Tampoco ayuda que los poderes p¨²blicos miren hacia otro lado, as¨ª como tampoco las dilaciones a causa de la falta de recursos humanos suficientes como para garantizar una adecuada protecci¨®n de la infancia. Dentro de los procesos de familia contamos con la pr¨¢ctica del informe pericial de la unidad familiar, si bien las listas de espera no permiten obtener respuestas ¨¢giles a esta problem¨¢tica que representa una aut¨¦ntica lacra social. Adem¨¢s, las entrevistas de los profesionales peritos con los progenitores, y con los propios menores, tampoco permiten en ocasiones, por su corta duraci¨®n, detectar este tipo de comportamientos en los progenitores, ni las terribles consecuencias que conllevan para los hijos en com¨²n. Otras veces se detectan y recogen, pero no tienen consecuencias sobre el progenitor que act¨²a perjudicando al menor".
Ante la falta de recursos en Justicia, y la ausencia de una jurisdicci¨®n especializada en familia, ¡°los abogados nos vemos obligados a recurrir a la desesperada b¨²squeda de otro tipo de pruebas¡±: ¡°En nuestra experiencia profesional hemos conseguido acreditar situaciones de manipulaci¨®n infantil cr¨ªticas mediante grabaciones espont¨¢neas, diarios, dibujos, confidencias a profesores de los ni?os, siendo estos los ¨²ltimos recursos a emplear por ser una intromisi¨®n en su intimidad¡±. ¡°En casos en los que el menor se encuentre en riesgo objetivo y real¡±, contin¨²a, ¡°podr¨ªa realizarse una pericial psicol¨®gica de parte. Cuando no queda otra opci¨®n para hacer saber al Tribunal que un ni?o o una ni?a est¨¢ siendo literalmente machacado por uno de sus padres, el aportar este tipo de pruebas puede resultar muy relevante¡±.
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