Por qu¨¦ no hay que castigar a los ni?os sin recreo
Aplicar una medida correctiva para decir a un menor que su comportamiento no es el adecuado es bastante b¨¢sico y no fomenta que aprenda de su error. Adem¨¢s, este tiempo de asueto no se puede entender como un privilegio o un premio, pues es fundamental para su desarrollo
Hay ni?os que a veces se quedan sin recreo porque se portan mal en el aula o no llevan los deberes hechos, entre otras razones. Esta medida punitiva, que no es nueva, s¨ª que est¨¢ empezando a producir cierto recelo entre algunos padres y madres. ¡°Diversas asociaciones de progenitores han denunciado la pr¨¢ctica de castigar sin patio o sin un rato de patio las conductas inadecuadas de los menores¡±, explicaba la semana pasada en un comunicado el Observatorio del Juego Infantil, instrumento cuyo fin es el seguimiento, vigilancia y control de la aplicaci¨®n de uno de los derechos de los ni?os. ?Eso es efectivo? ?El ni?o aprende algo si se queda sin recreo? ?Y, sobre todo, cu¨¢les son las consecuencias para el alumno?
¡°El tiempo de asueto de los ni?os en el colegio es el recreo, sobre todo, el de la ma?ana. Es el rato en el que aprovechan para desahogarse, jugar y relacionarse con sus iguales. Un descanso que permite que puedan continuar prestando atenci¨®n el resto de la jornada escolar¡±, asegura Silvia ?lava, doctora en Psicolog¨ªa Cl¨ªnica y de la Salud, escritora y miembro de dicho observatorio. ¡°En ning¨²n caso se deber¨ªa usar el recreo como castigo, porque el tiempo que pasan en el patio es clave para su bienestar emocional y f¨ªsico¡±, apunta Ruth Alfonso Arias, maestra de Infantil desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Y a?ade: ¡°Los momentos de esparcimiento y juego son imprescindibles para liberar tensiones, reducir el estr¨¦s y aprender de manera m¨¢s eficaz¡±. ¡°Adem¨¢s, castigar, en s¨ª, no tiene ninguna ventaja, m¨¢s si hace como primera medida correctiva¡±, incide ?lava. ¡°Dejarle sin recreo se suele usar porque esta medida correctiva puede ser una respuesta c¨®moda y f¨¢cil. Pero el problema principal es que el menor reaccionar¨¢ movido por la acci¨®n punitiva, pero en ning¨²n caso reflexionar¨¢ acerca de si lo que ha hecho est¨¢ bien o mal. Con el castigo se busca que el ni?o pague por el error cometido, no que aprenda de ¨¦l¡±, incide Alfonso Arias.
Alejandra Mel¨²s, maestra de Educaci¨®n Especial y experta en Atenci¨®n Temprana e Intervenci¨®n Psicomotriz, agrega que dejar sin recreo a un chaval lo que demuestra tambi¨¦n es la falta de recursos por parte del adulto para comprender cu¨¢les son las consecuencias naturales de un acto: ¡°Si yo no hago los deberes, la consecuencia natural es poder hacerlos o llevarse m¨¢s tarea otro d¨ªa o tener que terminarlos en casa o cuando se vea conveniente, pero el recreo no deber¨ªa contemplarse como un privilegio o como un premio en el horario del ni?o. No es un hito m¨¢s o una actividad m¨¢s, hay que entender que es imprescindible para el desarrollo del ser humano¡±. ¡°Es vital tanto desde los dos-tres a?itos, cuando van a Infantil, como con 18 y est¨¢n Bachillerato¡±, puntualiza esta maestra.
Para Mel¨²s el recreo es necesario porque proporciona un tiempo que a los menores les permite recalcular, refrescarse, descansar el cerebro y as¨ª asimilar todos los procesos de aprendizaje: ¡°Es vital que se desfoguen, que corran, que conecten, que interaccionen con otros. Y hay grandes enriquecimientos, aprendizajes, que se adquieren solo en la actividad del patio. ?Entonces, castigar? ?Para qu¨¦? Creo que se hace por desconocimiento de todo esto. No somos conscientes sobre lo que implica el recreo y sobre lo que significa para un menor¡±.
Las consecuencias de castigar
Como consecuencia de la reprimenda, en el menor puede aparecer la frustraci¨®n, la rabia y debilitar el v¨ªnculo con el adulto, en este caso con el maestro o maestra, seg¨²n explica Alfonso Arias. ¡°Tras el recreo, en el que ha estado solo y sentado mientras sus compa?eros jugaban, lo normal es que est¨¦ enfadado¡±, sostiene por su parte ?lava. Para esta psic¨®loga, en estas medidas correctivas los inconvenientes ganar¨ªan de largo a las ¡°hipot¨¦ticas ventajas¡±: ¡°Dejar sin patio no garantiza que el ni?o aprenda nada. Adem¨¢s, desde la psicolog¨ªa estamos insistiendo mucho en la importancia que tiene cuidar la salud mental de la infancia. Y sabemos que uno de los mejores protectores es tener una buena red social y una red de apoyo. Y esta se construye desde la infancia, haciendo sus amiguitos en el colegio y se hacen en el recreo, cuando estamos jugando. Si se deja sin ¨¦l, se pierde la oportunidad de construir esta red y de relacionarse jugando. Por lo que hay que proteger ese tiempo¡±. A este respecto, desde el Observatorio del Juego Infantil recuerdan en su comunicado que el juego es un derecho para la infancia reconocido por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, al igual que la educaci¨®n, la alimentaci¨®n o la sanidad, y tan necesario para el desarrollo saludable infantil como los anteriores.
¡°Hay que tener en cuenta que si a un menor se le castiga habitualmente a la primera, sin recreo u otra cosa, puede sentir miedo, sentirse desubicado porque quiz¨¢s no comprende la reprimenda o s¨ª lo comprende, pero se ve amenazado o incluso esto le haga estar m¨¢s a la defensiva¡±, se?ala Mel¨²s. Esto puede llegar a provocar, seg¨²n esta maestra, que el menor conecte menos con sus emociones, que sienta que siempre es el malo, el que se salta las normas o el disruptivo dentro del aula. ¡°Hay ni?os que llevan consigo estas etiquetas desde los 3 a?os y no se las quitan hasta los 18¡±, prosigue Mel¨²s, ¡°y somos nosotros, los adultos, los que favorecemos este comportamiento¡±. Para la maestra de Educaci¨®n Especial es necesario que haya un adulto que ¡°le rescate de ah¨ª y que busque c¨®mo encontrar su sentido de pertenencia funcional; que indague por qu¨¦ se comporta mal y siempre est¨¢ castigado¡±. ¡°Y, sobre todo, que pueda hacerle entender que ¨¦l es importante por lo que es, no por su comportamiento¡±, agrega.
Las alternativas al castigo
¡°Como posibles alternativas al castigo, en primer lugar, habr¨ªa que considerar el error como una oportunidad de aprendizaje, permitir que los ni?os tengan cierta movilidad en el aula, motivar el respeto, prevenir, observar, ofrecer alternativas y l¨ªmites claros. La comunicaci¨®n entre familia y escuela, la confianza y el respeto son clave¡±, explica Alfonso Arias. Para ?lava, las alternativas ser¨ªan acompa?ar a los ni?os en sus emociones y, sobre todo, proponer consecuencias naturales a sus actos. ¡°Funciona much¨ªsimo mejor cuando se explica, aunque no siempre es f¨¢cil¡±. ¡°Por ejemplo, si ha habido un comportamiento disruptivo en el aula y lo que ha pasado es que se ha peleado con un compa?ero, a lo mejor habr¨¢ que pensar c¨®mo se puede solucionar, haciendo preguntas sobre c¨®mo se ha sentido ¨¦l y el compa?ero, por qu¨¦ ha pasado y que consiga reflexionar sobre qu¨¦ puede hacer para solucionarlo y que no vuelva a pasar¡±.
?lava puntualiza que reflexionar no significa solo pedir perd¨®n para conseguir ir al patio: ¡°Si sucede esto, no ha habido una reflexi¨®n sobre qu¨¦ es lo que he hecho. Si por ejemplo el ni?o irrumpe la clase, ¨¦l debe entender que no solo ¨¦l no est¨¢ aprendiendo, sino que sus compa?eros tampoco. Y ah¨ª es donde deber¨ªa llegar el ni?o. Y lo ideal es que esa labor de reflexi¨®n parta del alumno, y que sean los profesores quienes le puedan guiar. ?Qu¨¦ es lo que ocurre? Que no es f¨¢cil. Muchos alumnos y poco tiempo¡±, se lamenta.
¡°Si un ni?o muerde a otro, el menor tiene que saber subsanar este error, porque si solo se le castiga, separa o a¨ªsla, lo que se consigue es que se sienta mal y no aprenda nada. Aplicar una medida correctiva para decirle que su comportamiento no es adecuado es bastante b¨¢sico¡±, sostiene Mel¨²s. ¡°Es lo m¨¢s visible y lo m¨¢s sencillo, pero no soluciona el problema¡±, prosigue, ¡°lo que necesita aqu¨ª es que nosotros como adultos nos formemos en inteligencia emocional, que sepamos el porqu¨¦ de estos comportamientos, hagamos una observaci¨®n, aunque entiendo que dentro de los centros es muy dif¨ªcil hacerlo¡±. Tambi¨¦n apunta a que muchas veces los chavales no tienen tampoco un conocimiento de la importancia y el valor que tiene el recreo en su desarrollo: ¡°Es una asignatura pendiente del entorno escolar¡±. ¡°?Alternativas al castigo? Pues cualquiera ser¨ªa beneficiosa¡±, agrega Mel¨²s, ¡°lo importante es que se deber¨ªa eliminar el castigo de nuestra sociedad porque los ni?os no nos pertenecen por ser menores de edad. No podemos hacerles cumplir con requisitos o normas que no le har¨ªamos cumplir a un adulto¡±.