Siete errores que te impiden conectar con tu hijo adolescente
La adolescencia es sin duda la etapa m¨¢s desafiante para la crianza. Un per¨ªodo convulso que a menudo a las familias nos desconcierta. Un per¨ªodo en el que no es f¨¢cil sintonizar con ellos
Qu¨¦ dif¨ªcil es en ocasiones comprender a nuestro hijo o hija adolescente. Entender sus salidas de tono, sus conductas arriesgadas, su apat¨ªa ante las cosas. Su falta de compromiso para cumplir con sus responsabilidades, su rebeld¨ªa y su imperiosa necesidad de probar de forma casi constante los l¨ªmites y saltarse las normas. Que complicado es acompa?arle desde la calma, hablar sin tener que discutir y dar respuesta a sus nuevas necesidades....
Qu¨¦ dif¨ªcil es en ocasiones comprender a nuestro hijo o hija adolescente. Entender sus salidas de tono, sus conductas arriesgadas, su apat¨ªa ante las cosas. Su falta de compromiso para cumplir con sus responsabilidades, su rebeld¨ªa y su imperiosa necesidad de probar de forma casi constante los l¨ªmites y saltarse las normas. Que complicado es acompa?arle desde la calma, hablar sin tener que discutir y dar respuesta a sus nuevas necesidades. Aceptar que haya crecido casi sin darnos cuenta y que necesite empezar a volar dibujando su propio camino sin ir de nuestra mano.
Recuerdo que la mayor parte de mi adolescencia sent¨ª que muy poca gente me entend¨ªa y pod¨ªa acompa?ar con serenidad todas las emociones que me recorr¨ªan por dentro. Unos sentimientos que me produc¨ªan mucha inseguridad y me hac¨ªan sentir muy vulnerable. ?nicamente en mi grupo de iguales sent¨ªa la libertad de comportarme tal y como era, de expresar aquello que me molestaba o me inquietaba y de compartir todos mis dudas o miedos.
Fueron unos a?os convulsos, repletos de meteduras de pata donde necesit¨¦ tiempo para aprender a dominar mi frustraci¨®n, para saber identificar mis emociones, ponerles nombre y gestionarlas correctamente. Mis padres siempre estuvieron a mi lado ofreci¨¦ndome su ayuda y apoyo incondicional lo mejor que supieron.
La adolescencia es sin duda la etapa m¨¢s desafiante para la crianza. Un per¨ªodo convulso que a menudo a las familias nos desconcierta y nos exige nuestra mejor versi¨®n. Un per¨ªodo en el que no es f¨¢cil sintonizar con lo que viven y sienten que nos provoca un sentimiento de culpa e impotencia y nos llena de dudas.
Ahora que soy madre de dos adolescentes, intento entender por qu¨¦ mis hijos a menudo viven entre extremos y se muestran irascibles, tristes o ausentes sin tener un motivo aparente. El carrusel de emociones y estados de ¨¢nimo por el que transitan, la intensidad con a la que sienten y la dificultad que tienen para leer correctamente todo aquello que pasa a su alrededor.
Nuestros hijos adolescentes necesitan que acompa?emos esta etapa tan importante de transformaci¨®n y reafirmaci¨®n personal desde la mayor serenidad, confianza y empat¨ªa. Que entendamos que para ellos es muy complicado hacerse mayor en esta sociedad tan cambiante y que transcurre tan deprisa. Que les mostremos la manera de controlar sus impulsos y sus conductas a menudo desajustadas e imprevisibles. Que les ayudemos a hacer frente a los numerosos cambios f¨ªsicos, psicol¨®gicos, sociales y emocionales por los que transitan, a descifrar el caos emocional que les provoca tanto malestar. Que les tendamos la mano ante sus ca¨ªdas y les demos el tiempo necesario para aprender.
?Qu¨¦ errores nos impiden conectar con nuestros hijos adolescentes?
- Esperar que sean capaces de mantener en todo momento el control de sus impulsos y emociones. Si algo caracteriza a la adolescencia es la dificultad que tienen nuestros hijos para modular correctamente todo aquello que sienten. Necesitan que les ayudemos a identificar sus sentimientos y a desarrollar estrategias para poder hacer frente. Una regulaci¨®n emocional que les permitir¨¢ controlar sus comportamientos e impulsos.
- Creer que ya no nos necesitan a su lado. Nuestros hijos siguen necesitando que estemos presentes y disponibles, que mostremos inter¨¦s por todo aquello que les pasa, sentir que estamos a su lado y no les vamos a fallar al igual que hemos hecho cuando eran peque?os.
- No respetar sus ritmos para aprender, sus espacios, su intimidad. El respeto se gana ?respetando! As¨ª que debemos darles tiempo y confiar que aprender¨¢n a hacer las cosas adecuadamente. El tiempo en soledad que pasan en su habitaci¨®n ser¨¢ esencial para que encuentren el sosiego que tanto necesitan.
- Querer que piensen o act¨²en como nosotros esperamos. La adolescencia es la etapa en la que nuestros hijos empiezan a desarrollar su esp¨ªritu ¨¦tico y cr¨ªtico, a tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de ellas. Hay que potenciar al m¨¢ximo su autonom¨ªa y aceptar que puedan reflexionar, actuar o desear cosas muy diferentes a nosotros. Es imprescindible que sientan que les queremos tal y como son.
- No entender su necesidad de independencia y libertad. Nuestros hijos adolescentes necesitan construir su propia individualidad y descubrir, experimentar y probar nuevas experiencias que les permitir¨¢n crear su visi¨®n sobre todo aquello que les rodea. Los cambios cerebrales que sufren les empujan a reivindicarse como personas aut¨®nomas y diferentes a nosotros. El proceso de individualizaci¨®n que experimentan es fundamental para su desarrollo.
- Suponer que la mejor manera de aprender es castig¨¢ndoles cuando hagan algo mal. Los castigos, al igual que cuando eran peque?os, est¨¢n carentes de aprendizaje y ¨²nicamente da?an v¨ªnculos. Los adolescentes necesitan tener unas normas y l¨ªmites claros y concisos que hayan estado consensuados en familia que les ayuden a asumir sus compromisos y tener claras las consecuencias de sus decisiones.
- Creer que ya no necesitan nuestras muestras de cari?o como cuando eran peque?os. Aunque hayan crecido tanto siguen necesitando a diario nuestros abrazos y besos, nuestras miradas c¨®mplices y nuestras palabras que les alienten. Unas muestras de afecto que les reconfortar¨¢n y les dar¨¢n mucha seguridad. Nuestra proximidad
Karen Savage afirmaba que: ¡°la adolescencia es quiz¨¢s la forma de la naturaleza de preparar a los padres para el nido vac¨ªo¡±. Seamos capaces de acompa?ar a nuestros adolescentes con ternura y amor incondicional para facilitarles empezar un nuevo vuelo.
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