Tener un perro o gato en una casa con ni?os: cuatro consejos sencillos a tener en cuenta

?Pensando en tener un perro o gato en casa con ni?os? Es una decisi¨®n que puede enriquecer la vida familiar y favorecer que los peque?os desarrollen la responsabilidad y la empat¨ªa. No obstante, si no se introduce al animal de forma adecuada puede generar problemas de convivencia. Por ello conviene tener presente que la elecci¨®n de un perro o un gato para vivir con los m¨¢s peque?os de la casa depende siempre de los adultos y de su responsabilidad ¡°y hay que valorar aspectos relacionados con la econom¨ªa, el tiempo y el espacio disponibles¡±, explica Susana Pumarega, vocal de la Asociaci¨®n Espa?ola de Veterinarios. ¡°No es lo mismo un piso que una casa con jard¨ªn si se tiene un perro, o trabajar todo el d¨ªa fuera de casa que tener cierto tiempo disponible, as¨ª como poder destinar m¨¢s o menos recursos econ¨®micos a cuidar de un animal, que incluye gastos para su atenci¨®n sanitaria, alimentaci¨®n o accesorios¡±.

Otras cuestiones a tener en cuenta para acertar con la elecci¨®n del animal que compartir¨¢ la vida con la familia son, seg¨²n la veterinaria, la actitud o el car¨¢cter de los ni?os: ¡°Si son muy inquietos no es recomendable una raza muy activa, como en el caso de cualquier perro de raza terrier. Hay que tener en cuenta que, en general, los canes de tama?o peque?o son m¨¢s activos que los medianos o grandes y que las hembras suelen tener un comportamiento m¨¢s protector y paciente que los machos¡±.

En cuanto a los gatos, son animales con comportamiento y necesidades diferentes a las de los perros. De cara a su convivencia con los ni?os, conviene tener en cuenta aspectos como que, en general, no son tan interactivos como los canes, ¡°ni tendr¨¢n tanta complicidad con los peque?os¡±, a?ade la veterinaria. Sin embargo, requieren menor tiempo de atenci¨®n, ¡°ya que no bajan a la calle y, desde el principio, aprenden por s¨ª solos a utilizar el arenero para hacer sus necesidades¡±. ¡°En general, los ni?os prefieren tener un perro, porque son m¨¢s participativos y mejores para jugar que los gatos, que tambi¨¦n son estupendos compa?eros, pero son m¨¢s independientes y menos tolerantes con la invasi¨®n de su espacio personal¡±, sostiene Pumarega.

En casa por muchos a?os

Una cuesti¨®n importante a tener en cuenta cuando se quiere tener un perro o un gato es que va a formar parte de la familia durante mucho tiempo: ¡°La media de esperanza de vida de estos animales ronda los 15 a?os. Es decir, que cuando el ni?o tenga 18 o m¨¢s, el animal todav¨ªa seguir¨¢ en casa¡±. Asimismo, prosigue, ¡°es imprescindible educar al animal y al peque?o para que exista un respeto mutuo. La idea de adquirir un perro o un gato para educar a un ni?o con la finalidad de inculcarle el sentido de la responsabilidad es un error frecuente, ya que con su corta edad no puede hacerse cargo de una vida¡±.

La decisi¨®n de a?adir un nuevo miembro m¨¢s a la familia va m¨¢s all¨¢ de la elecci¨®n de un can o un felino, porque la clave es que ¡°cada perro y gato tiene su propio car¨¢cter y temperamento y, aunque en general, se tiende a pensar que es mejor la convivencia con el perro, porque acepta un mayor contacto f¨ªsico que el gato, lo importante sea cual sea la elecci¨®n de la especie, es que los adultos supervisen la interacci¨®n del ni?o con el animal para ayudarle a construir una relaci¨®n sana, desde donde pueda haber una buena convivencia tanto con una mascota como con la otra¡±, explica Jaume Fatj¨®, veterinario especialista en comportamiento animal y director de la c¨¢tedra Animales y Salud del departamento de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, que, adem¨¢s, menciona varias pautas b¨¢sicas para conseguirla. Estas son las siguientes:

1. Evitar plantear la llegada del animal desde el punto de vista de ¡°quiero un perro o un gato para mi hijo¡±. Un animal es un miembro m¨¢s de la familia y es responsabilidad de todos.
2. Mantener una supervisi¨®n exhaustiva hasta los dos o tres a?os de edad del ni?o con respecto a su interacci¨®n con el animal. Ense?arle a acariciar al perro o gato con suavidad y vigilar para que no le trate con brusquedad.
3. Seguir vigilando a partir de los tres a?os la convivencia del ni?o con el perro o el gato para guiarle sobre c¨®mo establecer con el animal una relaci¨®n sana y que resulte satisfactoria para las dos partes.
4. Estar pendientes de las se?ales de alarma, como que el animal muestre incomodidad o rechazo con el ni?o. En estos casos, conviene buscar asesoramiento veterinario.

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