Ser el mejor ejemplo, no amenazar, tener paciencia y otros trucos infalibles para acabar con las peleas entre hermanos
Que los ni?os discutan no significa que no se quieran, tengan un mal v¨ªnculo afectivo o nunca vayan a llevarse bien. Adultos y menores deben aprender a desdramatizar estas situaciones cuando se produzcan
Si hay una cosa que a las familias les pone muy nerviosas es que sus hijos no paren de pelearse entre ellos, que constantemente est¨¦n buscando motivos para molestarse. Cualquier motivo es bueno para iniciar una discusi¨®n: elegir la serie que quieren ver, querer siempre el juguete que tiene el otro o decidir a qui¨¦n le toca recoger la mesa despu¨¦s de cenar. Recuerdo que cuando mis hijos eran peque?os discut¨ªan por todo y a todas horas y eso me hac¨ªa perder en muchas ocasiones la paciencia con ellos. Su rivalidad les llevaba a re?ir por cosas insignificantes, como ser los primeros en salir del coche o por la cantidad de agua que ten¨ªan sus vasos.
La falta de rutinas, el aburrimiento o el cansancio facilitan que aparezcan estos encontronazos entre hermanos. Peque?as rencillas que llenan los hogares de mal humor, crean un ambiente crispado y hacen a padres y madres estar todo el d¨ªa mediando entre ellos.
El primer paso para conseguir que estos conflictos vayan desapareciendo en casa es saber que estas conductas son totalmente normales, naturales y necesarias en el desarrollo de los ni?os. Que son parte imprescindible del proceso socializador y se producen por muchos motivos diferentes: por la necesidad de delimitar el espacio, llamar la atenci¨®n del adulto, sentir celos, mostrar preferencias o por la falta de habilidades para gestionar correctamente emociones como la frustraci¨®n, la rabia o el enfado.
Estas peleas favorecen el crecimiento personal, social y emocional de los menores. Desarrollan las competencias ling¨¹¨ªsticas, de liderazgo y negociaci¨®n. Potencian la autonom¨ªa y el autocontrol y, a trav¨¦s de ellas, los m¨¢s peque?os aprenden a dialogar, ceder, pedir disculpas, analizar situaciones y tomar decisiones.
Las familias, a menudo, muestran dificultades para acompa?ar estas desavenencias desde la calma y la neutralidad y, de forma inconsciente, provocan discusiones entre sus hijos, haci¨¦ndoles competir entre ellos, compar¨¢ndoles a la hora de hacer una tarea o de obtener resultados acad¨¦micos o reprimiendo o corrigiendo ¨²nicamente al hermano m¨¢s mayor otorg¨¢ndole una responsabilidad para la que a¨²n no est¨¢ preparado.
Los hermanos no se pueden llevar bien siempre, es imposible, pero s¨ª que deben intentar tener una buena relaci¨®n. Dicen que quien tiene un hermano tiene un tesoro, as¨ª que se debe procurar conseguir que desde peque?os puedan convertirse en grandes confidentes, en los mejores compa?eros de viaje, compartiendo experiencias y ayud¨¢ndose siempre que lo necesiten. Que ahora se pelen no significa que no se quieran, tengan un mal v¨ªnculo afectivo o no vayan a llevarse bien nunca.
Los padres (e hijos) deben aprender a desdramatizar estas situaciones cuando se produzcan, intervenir en ellas solo cuando sea imprescindible y evitar favoritismos que hagan aumentar la rivalidad entre ellos. Cuando los progenitores intervienen para arbitrar en sus rencillas suelen decantar la balanza a favor de uno y, consecuentemente, en contra del otro de forma inconsciente.
Es evidente que no se puede permitir que se falten el respecto, se peguen o se traten mal, pero, cuando ellos discutan, hay que dejarles tiempo para que intenten solucionar sus desavenencias de forma aut¨®noma, ofreci¨¦ndoles espacios para que lo puedan hacer.
?C¨®mo ayudarles a gestionar correctamente sus conflictos?
- Explic¨¢ndoles que los conflictos entre ellos no deben solucionarse con gritos, insultos o violencia f¨ªsica. Para conseguirlo, los padres deben convertirse en el mejor ejemplo que puedan tener a la hora de solucionar sus propios problemas con otras personas.
- Ante un conflicto, los adultos deben observar la situaci¨®n sin intervenir, manteniendo la calma para poder contagiarles toda la tranquilidad y conseguir as¨ª que baje la intensidad del enfrentamiento. Si se les grita, amenaza o se les reprocha cosas ¨²nicamente empeorar¨¢ la situaci¨®n.
- Los progenitores deben intentar ser totalmente objetivos ante la disputa, d¨¢ndoles la oportunidad a cada uno de los implicados de poder explicar qu¨¦ ha pasado y qu¨¦ motivo les ha llevado al extremo de pelearse. Se debe abandonar el papel de juez y ser siempre equitativos, con cari?o y atenci¨®n hacia ellos, evitando compararlos o etiquetarlos.
- Despu¨¦s de analizar la situaci¨®n, se les animar¨¢ a que sean ellos los encargados de buscar soluciones al conflicto, llegando a acuerdos que satisfagan las necesidades por ambos lados. Mostrar confianza en ellos har¨¢ que se sientan comprendidos y fortalecer¨¢ su responsabilidad.
- Una vez hayan solucionado la pelea, lo mejor es animarles a pensar y razonar sobre c¨®mo pueden evitar que vuelva a pasar el mismo conflicto en el futuro. Ayudarles a prevenir estas situaciones reducir¨¢ la mayor¨ªa de conflictos que se dan en la convivencia.
Ante una pelea entre hermanos, los ni?os necesitan sentir que se les escucha desde la empat¨ªa, ofreci¨¦ndoles tiempo y paciencia. Sin convertirse en magistrados buscando culpables, validando sus emociones desde el cari?o y el respeto y ayud¨¢ndoles a encontrar la mejor soluci¨®n. Ense?¨¢ndoles a mostrar sus opiniones, deseos y sentimientos sin ofender a nadie. Como dec¨ªa el psicoanalista estadounidense M. Esther Harding: ¡°El conflicto es el comienzo de la conciencia¡±.
*Sonia L¨®pez es maestra, psicopedagoga y divulgadora educativa. Madre de dos adolescentes.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.