Los juegos no son solo para divertirse: tambi¨¦n sirven para aprender, explorar y mejorar la comunicaci¨®n

La fiesta de los pat¨®genos ha comenzado. Cinco estudiantes del instituto Joaquim Rubi¨® i Ors de Sant Boi del Llobregat, en Barcelona, est¨¢n infestados. Puede que por herpes o por virus, o puede que les toque alg¨²n hongo que les destroce el aparato respiratorio o, quiz¨¢, dependiendo de la mano y de la suerte, tendr¨¢n que hacer frente a un protozoo. La profesora de Biolog¨ªa Silvia Fern¨¢ndez Toir¨¢n mira atentamente esta ronda de ataque y las armas que cada jugador tiene en su defensa. Uno de ellos tiene la carta de la difteria, y ella aprovecha: ¡°Es una infecci¨®n bacteriana grave que suele afectar a las membranas mucosas de la nariz y la garganta¡±, explica. Est¨¢n en clase Ciencias, el juego se llama Micro-Combat y es un viaje pr¨¢ctico por las infecciones.

?Es el juego la mejor forma de aprender? Fern¨¢ndez no tiene duda: ¡°Empec¨¦ a observar hace a?os que los chicos se mostraban m¨¢s interesados cuando juegan, y sin darse cuenta incorporan los conceptos y el vocabulario cient¨ªfico que utilizamos¡±. La profesora cuenta que tambi¨¦n lo prueba con su hijo: ¡°Utilizo los juegos de mesa con ¨¦l desde peque?o. Le gustan mucho y cuando trae amigos a casa siempre sacamos alguno. A la hora de escogerlos intentamos que sean divertidos, adem¨¢s de did¨¢cticos¡±. He ah¨ª la clave. Fern¨¢ndez defiende que, cuando se juega, el aumento de la motivaci¨®n y el inter¨¦s por participar es un hecho. Adem¨¢s del Micro-Combat, emplea varios sobre el cuerpo humano y su funcionamiento, as¨ª como sobre la historia de la tierra o juegos de divulgaci¨®n que incluso parchean las ausencias de los libros: es el caso del Women in Science, que consiste en divulgar el trabajo de mujeres cient¨ªficas.

Iv¨¢n Baena tiene tres hijos y unos 400 juegos de mesa en casa. Empez¨® jugando con su mujer, hasta que el mayor (que ten¨ªa unos cinco a?os) se sent¨® con ellos y este les ganaba con bastante facilidad: ¡°Primero fue El Laberinto M¨¢gico, con el que el ni?o desarroll¨® mucha memoria especial. Luego seguimos con el Dobble, que trabaja la agudeza visual y de agilidad mental. Y ah¨ª nos dimos cuenta de las posibilidades que ten¨ªan los juegos de mesa desarrollando las capacidades cognitivas de los ni?os¡±. La memoria, la agudeza visual, el razonamiento l¨®gico o la flexibilidad cognitiva son algunas de ellas. M¨¢s all¨¢ de la diversi¨®n y el tiempo de calidad compartido en familia, Baena opina que los v¨ªnculos afectivos se fortalecen cuando madres y padres e hijos se sientan a una mesa a jugar. Los cinco, aunque sea una partidita r¨¢pida, procuran jugar y juntarse y charlar cada d¨ªa.

Baena lleva nueve a?os dando talleres de juegos de mesa en colegios de M¨¢laga: ¡°Yo veo en mis chicos, y despu¨¦s en los centros, que jugando se desarrollan las habilidades sociales. Aprenden a tolerar la frustraci¨®n, a ganar y a perder, y esto no es cosa f¨¢cil¡±. Cuando se piensa en jugar puede que se crea que solo consiste en competir, pero, seg¨²n ¨¦l, cada vez hay m¨¢s juegos cooperativos: ¡°Si no se llegan a acuerdos y se habla, se trabaja en equipo y hacia una misma direcci¨®n... todos pierden¡±. Para Baena, si hay alg¨²n tipo de conflicto de convivencia en el aula o en las familias una de las mejores formas de coser rotos y remendar heridas es mediante este tipo de din¨¢micas l¨²dicas.

?lex Caram¨¨ es soci¨®logo y profesor de la facultad de Educaci¨®n de la Universidad de Barcelona. Defiende el m¨¦todo l¨²dico para aprender, divertirse, explorar y relacionarse: ¡°Los juegos emocionan y, como nos dicen desde la neurociencia, para que se produzca el aprendizaje debemos emocionar. Es dif¨ªcil aprender algo abstracto si no tenemos un inter¨¦s, una motivaci¨®n¡±. Caram¨¨ considera que el juego convierte el aprendizaje en algo vivencial, significativo, participativo. Y el rol del ni?o pasa a ser el de protagonista: ¡°Los ni?os y las ni?as tienen que estar activos, mientras que las clases con planteamientos m¨¢s convencionales permiten desconectarse¡±. Desde la Escola Catal¨°nia, en Barcelona, la profesora J¨²lia Cabarrocas asegura que hay ciertos aprendizajes que est¨¢n presentes cuando se juega y que se trabajan de forma transversal. Son las actitudes como la tolerancia a la frustraci¨®n, la comunicaci¨®n asertiva, la empat¨ªa y el respeto. Dice que con los juegos de mesa se desarrollan estrategias, se adquieren nuevos conocimientos y se establecen v¨ªnculos fuertes con los miembros de la familia.

?Es lo mismo aprender jugando que la gamificaci¨®n?

El maestro Manu S¨¢nchez Montero trabaja en la escuela p¨²blica Maestra ?ngeles Cuesta, en la localidad sevillana de Marchena. Es padre y juega principalmente con su hijo. En clase s¨ª se juega (Paid¨®s Educaci¨®n, 2021) es una gu¨ªa pr¨¢ctica que ha escrito para que familias y el profesorado se animen a jugar (educando) o educar jugando. Dice que gamificar no es jugar. ¡°Un aula o casa gamificada no es jugar en el aula o en casa, es m¨¢s bien convertir la clase en un mecanismo (con sinergias) de juego¡±. ¡°Para ello tendremos que sacar la esencia de los juegos, sus din¨¢micas y mec¨¢nicas¡±, prosigue el docente, ¡°pedir prestados sus elementos para crear un ambiente que haga memorable el proceso de ense?anza¡±. En el libro da a conocer el trabajo de algunos colegas que est¨¢n desarrollando proyectos de gamificaci¨®n interesantes en los centros escolares. Es el caso de Class of Clans, de Jaione Pozuelo, Javier Espinosa y Caros Mata: ¡°Es un proyecto en el que los ni?os se convierten en seres del Paleol¨ªtico que tienen que sobrevivir y avanzar como civilizaci¨®n, pasando por diversas ¨¦pocas. Para ello, se organizan en clanes y tienen que superar tareas y eventos semanales¡±.

S¨¢nchez Montero defiende que los juegos de mesa en casa y en la escuela educan en el trabajo cooperativo y en la resoluci¨®n de problemas basados en situaciones reales. No hay justificaci¨®n para dejar de jugar, tengan nuestros hijos 3 o 23 a?os. Cuenta que en muchos centros escolares, como en el del suyo, las familias est¨¢n formando ludotecas en las que aportan juegos, que los ni?os pueden disfrutar durante la jornada escolar. Y se anima a recordar unas palabras del dramaturgo Bernard Shaw: ¡°El hombre no deja de jugar porque se vuelve viejo. Se vuelve viejo porque deja de jugar¡±.

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