Signos de alerta temprana en el desarrollo infantil: qu¨¦ deber¨ªan hacer los ni?os entre los 0 y los 6 a?os
Existen una serie de hitos evolutivos que son comunes a todos los humanos: conocer los signos de alerta puede facilitar un mejor pron¨®stico cuando se presenta alguna dificultad en el ni?o
El desarrollo normal en los seis primeros a?os es una preocupaci¨®n frecuente en las familias. Sin duda, este es el per¨ªodo de la vida del ser humano en el que se producen los mayores cambios. Elena Mat¨ªas, maestra de pedagog¨ªa terap¨¦utica del Equipo de Atenci¨®n Temprana de Torrelodones, en la Comunidad de Madrid, aclara que debemos entender este periodo como un continuo en el que cada individuo, en funci¨®n de diversas variables de tipo gen¨¦tico y ambiental, evoluciona y se desarrolla a un ritmo personal. Ning¨²n menor se desarrolla exactamente igual a otro. Sin embargo, existen una serie de hitos evolutivos universales que son comunes a toda la raza humana y no dependen de variables externas, y se ha comprobado que van apareciendo de manera consecutiva a lo largo de estos primeros seis a?os de vida.
Cuando se habla de se?ales de alerta los expertos se refieren a una serie de manifestaciones que indican que algo no es habitual en el desarrollo del hijo y de las que se debe estar pendiente. Es importante tener en cuenta que no todas las se?ales de alerta indican un retraso en el desarrollo del menor y que algunas pueden ser pasajeras.
A continuaci¨®n se presentan las se?ales a las que debemos prestar atenci¨®n, seg¨²n el protocolo de Atenci¨®n Temprana.
En los 0-6 meses, si se observa que el peque?o no:
- Sujeta la cabeza, se mueve o succiona.
- Mira sus manos, coge lo que est¨¢ cerca de ellas.
- Reacciona ante los sonidos.
- Sigue con los ojos a los objetos y a las personas, establece contacto visual para comunicarse.
- Sonr¨ªe, distingue a su madre de otras personas.
- Llega a establecer unos ritmos en su vida diaria.
De los 6 a los 12 meses, si se observa que el ni?o no:
- Se cambia de postura, se desplaza, se sienta, se interesa por los objetos, los coge, los busca, los explora o los mueve.
- R¨ªe a carcajadas, balbucea y grita, trata de influir en las otras personas.
- Mantiene relaciones de apego con sus figuras parentales o sustitutos.
- Participa en los juegos como el ¡°cuc¨² tras¡± y otros juegos de interacci¨®n.
- Imita las palmitas, adi¨®s u otros gestos que le han repetido o le han hecho gracia.
- Dice s¨ªlabas diferenciadas refiri¨¦ndose a alguien o algo.
- Distingue su nombre, comprenden un ¡°no¡± o un gesto de disgusto.
De los 12 a los 18 meses, si se observa que el menor no:
- Se desplaza, tiene inter¨¦s en poner a prueba sus posibilidades motoras.
- Conoce alguna parte de su cuerpo.
- Manipula y explora los objetos para producir efectos como apilar, llenar, arrastrar o empujar, sabe d¨®nde buscarlos, se entretiene un rato con ellos.
- Muestra al adulto lo que le llama la atenci¨®n, lo se?ala con el dedo, intercambian miradas.
- Mantiene intercambios afectivos con sus figuras de apego.
- Atiende cuando se le se?ala o muestra algo, se interesa por lo que hace el adulto.
- Aprende las primeras palabras, entre ellas el ¡°no¡±.
- Sigue indicaciones sencillas, participa y colabora en las comidas o al vestirle.
De los 18 meses a los 2 a?os, si se observa que el peque?o no:
- Anda bien.
- En sus juegos le interesa investigar relaciones variadas entre los objetos, utilizar utensilios, hacer y deshacer.
- Utiliza juguetes figurativos como mu?ecos animales y coches para representar acciones.
- Le interesan los otros ni?os.
- Participa adecuadamente en juegos interactivos, los reconoce y los pide o inicia.
- Imita acciones en la vida diaria espont¨¢neamente.
- Le interesan las im¨¢genes, las se?ala.
- Nombra objetos familiares. Utiliza estas palabras para pedir o comunicar algo, acompa?¨¢ndose de gestos y miradas.
- Sigue instrucciones sencillas, responde a la comunicaci¨®n.
De los 2 a los 3 a?os, si se observa que el menor no:
- Corre y se mueve, con soltura, sin miedos.
- Manipula y garabatea con control (puede hacer construcciones sencillas, cerrar c¨ªrculos).
- Su juego es predominantemente simb¨®lico, de representaci¨®n y con cierta organizaci¨®n en las acciones.
- Le interesan los cuentos y lo relacionado con la expresi¨®n verbal y la imitaci¨®n.
- Combina dos o m¨¢s palabras y su vocabulario aumenta.
- Se adapta a las normas de la vida diaria. Hace algunas cosas solo, como quitarse la ropa, comer o recoger.
A partir de los 3 a?os, si se observa que el ni?o no:
- Es aut¨®nomo desde el punto de vista motor.
- Le interesa investigar y poner a prueba sus habilidades corporales, manipulativas o expresivas para obtener un producto.
- Tiene cierto conocimiento organizado sobre el mundo que le rodea, sabe contar, nombrar dos o tres colores y alg¨²n concepto de tama?o, forma o lugar.
- Comprende relatos sencillos, los aprende. F¨®rmula preguntas. Utiliza frases. Conversa.
- Su juego simb¨®lico es complejo y variado.
- Comunica experiencias y necesidades a las personas conocidas.
Y adem¨¢s manifiesta:
- Tristeza, inexpresividad, llanto excesivo.
- Pasividad, falta de inter¨¦s por aprender o jugar.
- Retroceso importante o falta continuada de progresi¨®n en el desarrollo sin causa evidente.
- Movimientos repetitivos o estereotipados frecuentes.
?Qu¨¦ deben hacer las familias en caso de detectar alguna o varias de las se?ales indicadas?
La primera tarea y esencial en la familia, propone Elena Mat¨ªas, es comprender estos procesos individuales de desarrollo y aceptar, con naturalidad, que los hijos pueden experimentar, en determinados momentos de su desarrollo, peque?as dificultades. Si observamos alguna dificultad en ellos o tenemos alguna inquietud, es fundamental hablar con los profesionales de la educaci¨®n, los cuales velan a diario (con enorme profesionalidad y conocimiento de causa) por el desarrollo de nuestros hijos, para as¨ª poner en marcha los mecanismos oportunos. Apoyarnos es esencial, entendiendo que todos (familias y profesionales de la educaci¨®n) tenemos un prop¨®sito com¨²n: el bienestar de los menores a los que acompa?amos.
En caso de que el menor no est¨¦ escolarizado, ante la duda, lo recomendable es consultar a su pediatra.
La Atenci¨®n Temprana es primordial por su car¨¢cter preventivo. Cuanto antes se realice la detecci¨®n de posibles alteraciones mayores ser¨¢n las garant¨ªas de prevenir patolog¨ªas, lograr mejoras y permitir que el ni?o se adapte mejor a su entorno.
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