La frontera sur celebra el fin de la pesadilla de Trump
Cientos de migrantes siguen la ceremonia de investidura de Biden hacinados en hoteles en Tapachula
4.716 kil¨®metros al sur de Washington, en un hotel de Tapachula, en la frontera entre M¨¦xico y Guatemala, una decena de migrantes siguen en una pensi¨®n de seis d¨®lares la noche las palabras de Joseph Biden en el Capitolio. En el patio central, junto a un tinaco de agua turbia, paredes mugrientas, ropa tendida y cuartos sin ventilaci¨®n un grupo de haitianos, hondure?os y salvadore?os se arremolinan en torno a la pantalla de un tel¨¦fono donde se transmite en directo la toma de posesi¨®n del nuevo mandatario.
¡°Se fue, se fue, se fueeee¡ Qu¨¦ bien que ya no est¨¢ el demonio blanco¡±, dice uno de ellos cuando Joseph Biden coloca la mano sobre la Biblia y jura el cargo hasta 2025. Como si acabara de ganar un partido de f¨²tbol, Jean Claude Maurissaint, nacido en Hait¨ª hace 35 a?os, levanta los brazos y celebra el relevo en la presidencia en el pa¨ªs al que alg¨²n d¨ªa sue?a llegar. ¡°Trump ha sido malo con los inmigrantes y creo que el nuevo va a ser mejor para todos los que esperamos un cambio¡±, dice en precario espa?ol con el celular en la mano. Pegado a ¨¦l, su amigo de Puerto Pr¨ªncipe, Enold Desroches, sigue la traducci¨®n en franc¨¦s a trav¨¦s de YouTube. El fr¨ªo de Washington parece de otra galaxia en contraste con los casi 30 grados que transpira la ¨²ltima ciudad de M¨¦xico.
El hondure?o que est¨¢ a su lado, Santos Demetrio, de 57 a?os, no entiende nada cuando habla el se?or de corbata y pelo cano, pero no levanta la vista de la pantalla del celular. Sus cejas dan un brinco cuando oye espa?ol: ¡°Una naci¨®n bajo Dios, con libertad y justicia para todos¡±, acaba de reivindicar en su idioma la cantante Jennifer L¨®pez para que todos los latinos, de aqu¨ª y de all¨¢, la entiendan. ¡°No creo que haya muchos cambios, pero al menos dejar¨¢n tranquilas a las familias que est¨¢n all¨ª... Tal vez ahora podr¨¢n ayudarnos m¨¢s¡±, sue?a Demetrio.
Luis Mej¨ªa, otro hondure?o de Yoro forma parte de la torre de Babel que es Tapachula donde, a lo largo de la calle 8, barber¨ªas caribe?as se mezclan con restaurantes africanos y hoteles ocupados por cubanos y centroamericanos, a dos cuadras de la plaza principal. ¡°Biden va a ser mejor con los migrantes y abrir¨¢ la frontera de nuevo, principalmente para los latinos¡±, dice Mej¨ªa con otro tel¨¦fono en la mano. La idea de que la frontera estar¨¢ abierta para ellos es una de las ilusiones que corre de boca en boca y de albergue en albergue entre los cientos de migrantes varados en el sur. ¡°Trump era un hombre racista que nos odiaba¡±, a?ade.
Hoy es un d¨ªa especial en el hotel Madrid. El tedio habitual, las horas muertas esperando a regularizar los papeles, a que un familiar env¨ªe algo de dinero o a encontrar un trabajo, se rompi¨® este martes a las 11 de la ma?ana con una noticia que sucede a miles de kil¨®metros de aqu¨ª y que siguen por YouTube y por Facebook.
El fin de semana Joseph Biden anunci¨® que los inmigrantes en Estados Unidos podr¨¢n obtener la ciudadan¨ªa despu¨¦s de ocho a?os, pero que con cinco, tras una revisi¨®n de antecedentes y el pago de impuestos podr¨¢n tener una residencia legal. La noticia fue publicada por el diario The Washington Post el lunes y el martes. En el mugriento patio del hotel Madrid, Michael Elysee, otro haitiano de 30 a?os, ya conoce y comenta la noticia. ¡±No va a ser para todos y no va a ser la soluci¨®n, pero al menos son mejores noticias para nosotros¡±, dice.
La iniciativa de Biden, que tendr¨¢ que ser ratificada en el Senado, trata de evitar las caravanas y por eso solo podr¨¢n solicitarla aquellos que est¨¦n en el pa¨ªs desde, al menos, el 1 de enero. La legalizaci¨®n, por tanto, no es v¨¢lida para ninguno de los que hoy duermen hacinados. La sensaci¨®n, no obstante es que por primera vez en mucho tiempo de la Casa Blanca ya no saldr¨¢n insultos ni les llamar¨¢n criminales a quienes tienen las manos llenas de callos de trabajar y ampollas en los pies desde que caminan.
Con m¨¢s de 40 millones de habitantes, el tri¨¢ngulo norte de Centroam¨¦rica que conforman Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua suma varias d¨¦cadas de injusticias sociales, dictaduras, militarismo, corrupci¨®n y desastres naturales que mantienen a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n viviendo en la miseria. En caravana o movidos por polleros, los migrantes aspiran a imitar a los casi siete millones de centroamericanos que viven con o sin documentaci¨®n legal en Estados Unidos y que aportan cada a?o unos 22.000 millones de d¨®lares a la econom¨ªa de sus pa¨ªses en remesas. Esta vez desde el norte llegan noticias m¨¢s alegres y aunque pocos creen que vaya a cambiar la situaci¨®n, al menos la dial¨¦ctica ya no es agresiva y matona. Eso, que parece un detalle menor, es uno de los pocos mensajes felices que llegan a un hotel fronterizo.
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