Los museos permanecen cerrados en Ciudad de M¨¦xico con mejores condiciones para abrir que otros negocios
Los cient¨ªficos no ven ninguna raz¨®n l¨®gica para permitir el acceso a iglesias, gimnasios y tiendas y vetarlo a las salas de exposici¨®n
Las directrices generales del sem¨¢foro pand¨¦mico se?alan que los museos en M¨¦xico pueden abrir cuando se alcance el color amarillo, algo que no ha ocurrido desde que se inici¨® el regreso a la nueva normalidad en la primavera del a?o pasado. Sin embargo, en la Ciudad de M¨¦xico, con el color naranja se les permiti¨® reanudar su actividad hace unos meses. La segunda ola los volvi¨® a cerrar, y as¨ª siguen a pesar de que los comercios, restaurantes, gimnasios, iglesias, teatros y parques tienen acceso al p¨²blico con m¨¢s o menos restricciones. ?Por qu¨¦ los museos no? ¡°Es inexplicable, tenemos mejores condiciones que muchos comercios para recibir al p¨²blico, deben dejarnos decidir. Y es grave que se nos vete el acceso a bienes culturales¡±, se queja Dolores Beistegui, directora general de Papalote Museo del Ni?o, un centro privado que est¨¢ pasando por un terrible ahogo econ¨®mico que amenaza cierre.
Cada fin de semana, uno puede ir a la iglesia (que nunca cerraron, aunque ahora se decrete su apertura), comprar una camisa o un pantal¨®n, comer en restaurantes y cumplir con la actividad deportiva. Pero no se puede alimentar el esp¨ªritu cultural. ¡°No hay ninguna l¨®gica cient¨ªfica para ello¡±, dice H¨¦ctor Ra¨²l P¨¦rez G¨®mez, director de la divisi¨®n de disciplinas cl¨ªnicas en integrante de la sala situacional por la covid en la Universidad de Guadalajara. ¡°Los museos suelen ser espacios muy grandes donde no acuden conglomerados de personas, como s¨ª ocurre en otros espacios. Adem¨¢s, se suele estar en silencio, una buena condici¨®n para no propagar el virus, y no se toca nada. Pueden programar las visitas y cumplir con un aforo. No hay raz¨®n para su cierre¡±, insiste este experto en infectolog¨ªa.
La capital mexicana es rica en espacios museogr¨¢ficos, como corresponde a una capital con una vida cultural de las m¨¢s efervescentes de Latinoam¨¦rica. Todo ello languidece desde hace meses. Los museos p¨²blicos est¨¢n cerrados a cal y canto, incluso aquellos que tienen amplios espacios al aire libre, como son los sitios arqueol¨®gicos: el Templo Mayor, en pleno coraz¨®n de la ciudad, es un buen ejemplo. Las salas universitarias tambi¨¦n permanecen en silencio: el Chopo, el Museo Universitario de Arte Contempor¨¢neo (MUAC). La Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) decidi¨® que solo con el sem¨¢foro amarillo se reanudar¨ªan estas actividades. ¡°Hemos trabajado en un protocolo anticovid, por tanto ese no es el problema¡±, sostiene la directora del MUAC, Amanda de la Garza. ¡°Estamos listos, tenemos los insumos, la se?al¨¦tica, todo¡±, a?ade. Entiende que la universidad cuide de sus trabajadores y que tome sus propias decisiones, habida cuenta de que estas ¡°nunca han sido muy claras¡± por parte de las autoridades sanitarias. ¡°Ante la situaci¨®n real de los contagios y los retrocesos que ha habido, la universidad ha tomado una posici¨®n m¨¢s conservadora¡±, dice De la Garza.
Su colega en el museo del Chopo, tambi¨¦n de la UNAM, Jos¨¦ Luis Paredes Pacho, desear¨ªa que reabrieran los museos, pero cree que cada uno tiene sus peculiaridades, a veces ascensores peque?os, escaleras estrechas y que hay que cuidar al p¨²blico y al personal. Sin embargo, reconoce que, meses atr¨¢s, cuando ya presum¨ªan que pod¨ªan abrir, hicieron un esfuerzo con los protocolos sanitarios y est¨¢n listos para ello. Mientras tanto, dice que siguen trabajando y que son muchos los desarrollos culturales que est¨¢n sacando de una forma virtual.
Los grandes museos dependientes del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia esperan la luz verde de las autoridades, sin m¨¢s declaraciones.
Las presiones por parte de los industriales y comerciantes han sido muy fuertes en la capital mexicana, con amagos de saltarse las instrucciones dictadas para frenar la pandemia. Todo ello ha influido a la hora de permitir que reabran los centros comerciales o que los restaurantes invadan el espacio p¨²blicos con sus mesas al aire libre. La cultura nunca ha tenido ese poder de presi¨®n, aun cuando sus argumentos sean, en este asunto, m¨¢s poderosos. Las personas no interact¨²an tanto entre ellas en un museo como en un restaurante. ¡°Falta di¨¢logo, que nos escuchen. Nos han impuesto sus criterios, los que sean, porque no los conocemos, para impedirnos abrir¡±, se queja Beistegui. ¡°Nos ponen en la misma bolsa que las salas de conciertos y no es lo mismo. Nuestras condiciones son mejores, y cuando hemos estado abiertos hemos tenido un saldo blanco¡±. Se refiere a que no se han detectado contactos. ¡°Dependemos de nuestra taquilla, es inexplicable. Hemos tenido unos costos alt¨ªsimos para adaptarnos a las nuevas condiciones cuando reabrimos hace unos meses¡±. Ahora, de nuevo est¨¢n cerrados.
¡°La cultura es parte de la vida del ser humano y de su bienestar. Ayuda en el estado emocional y psicol¨®gico¡±. Estas razones que invoca el m¨¦dico P¨¦rez G¨®mez, que fue director de los hospitales civiles de Guadalajara, no son nada desde?ables en estos tiempos, en los que la salud o el bienestar emocional de la poblaci¨®n se est¨¢n viendo muy resentidos por la pandemia. Quiz¨¢ sean las mismas que se han tenido en cuenta para permitir que las iglesias hayan estado abiertas. El Gobierno de la ciudad no ha contestado, hasta ahora, sobre los criterios cient¨ªficos que se han seguido para tomar esta desigual decisi¨®n entre unos espacios y otros. ¡°Ante esa l¨®gica de permisividad en la apertura de otros centros comerciales, los museos perfectamente podr¨ªan entrar en la misma din¨¢mica¡±, a?ade P¨¦rez G¨®mez.
Vista la disparidad, las razones econ¨®micas parecen ganar peso sobre las culturales o emocionales para el bienestar de los ciudadanos. ¡°Siguiendo la l¨®gica de otros lugares, los museos deber¨ªan estar abiertos con un aforo restringido. Quiz¨¢ no lo han pedido, o no han hecho las gestiones oportunas para reactivarse¡±, aventura Malaqu¨ªas L¨®pez, profesor de Salud P¨²blica en la UNAM. ¡°Quiz¨¢ son razones econ¨®micas. Los museos tienen menos repercusi¨®n en sus finanzas si est¨¢n cerrados, incluso podr¨ªan ver incrementados sus gastos si abren¡±, sugiere el cient¨ªfico.
El Jumex es uno de los grandes paquebotes del mundo cultural mexicano. Privado. ¡°Colaboramos con las autoridades en las recomendaciones, pero el a?o pasado estuvimos cinco meses cerrados y fue muy triste. Ten¨ªamos una exposici¨®n de James Turrell que nos hab¨ªa costado tiempo y trabajo¡±, dice la jefa de Comunicaci¨®n del museo, Ruth Ovseyevitz. No todos los museos est¨¢n en la misma situaci¨®n, pero el Jumex se prepara para tener un a?o, de nuevo, inestable, por lo que ha optado por recurrir a las colecciones permanentes, nada que implique mover personas, seguros de cancelaci¨®n o hacer obras en las instalaciones. El a?o pasado lo reabrieron gratis, por lo que tenerlo cerrado no les supone tanto menoscabo econ¨®mico. La desaz¨®n, en todo caso, es para el para el p¨²blico, que lleva cerca de una a?o con las actividades culturales vetadas.
Concedan o no la reapertura, en el Jumex tienen previsto esperar hasta el 27 de marzo, cuando consideran que las condiciones permitir¨¢n inaugurar la colecci¨®n de arte contempor¨¢neo mexicano que guardan en sus fondos. ¡°No sabemos qu¨¦ pasar¨¢, yo insisto con unos y con otros a ver si nos enteramos, porque la vez anterior fue una sorpresa que nos dejaran reabrir estando en naranja¡±, dice Ovseyevitz. ¡°Es muy triste ver la ciudad as¨ª¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.