El Gobierno de Ciudad de M¨¦xico defiende la ley seca pese a la reapertura de bares y restaurantes

Con el sem¨¢foro en naranja y todos los negocios abiertos, la ¨²nica restricci¨®n parece afectar a los hogares. Un fin de semana, la ciudadan¨ªa de Ciudad de M¨¦xico puede ir a un restaurante y beber alcohol, pero no puede hacerlo en su casa, resguardado del virus, porque no venden cerveza en las tiendas ni en los supermercados. Soluci¨®n, salir de casa. La ley seca decretada en diversos municipios y alcald¨ªas busca eliminar las reuniones multitudinarias en las viviendas particulares, dicen portavoces del Gobierno de Ciudad de M¨¦xico. Los cerveceros no ven esas ventajas. ¡°El consumo se vuelve clandestino y sin seguridad para la salud¡±, dice la directora general de Cerveceros de M¨¦xico, Karla Siqueiros.

Para el Gobierno de Ciudad de M¨¦xico no hay m¨¢s raz¨®n para imponer la ley seca que impedir las grandes reuniones familiares caracter¨ªsticas de la poblaci¨®n, donde entienden que se producen contagios. Y eso, dicen las fuentes consultadas, seguir¨¢ as¨ª quiz¨¢ hasta que el sem¨¢foro cambie al amarillo. En otras entidades del pa¨ªs, a decir de Siqueiros, esta medida es arbitraria. ¡°En algunas partes se dijo que si cambiaba el color del sem¨¢foro se volver¨ªa a la ley seca pero no lo han hecho. Ya se dieron cuenta de que no daba los resultados esperados¡±, afirma.

La Ciudad de M¨¦xico permite el consumo en restaurantes en interior en un 20% del aforo y siempre que se cuente con terrazas en el exterior deben priorizarse. El servicio dentro de los establecimientos concluir¨¢ a las 19.00 y en las terrazas a las 22.00 pero el alcohol dejar¨¢ de servirse una hora antes. La capital est¨¢ reportando una ca¨ªda de los contagios en los ¨²ltimos d¨ªas, pero a¨²n es pronto para cambiar el color del sem¨¢foro al amarillo despu¨¦s de pasar dos meses en la m¨¢xima alerta sanitaria.

El inicio de la pandemia fue duro para la industria cervecera del pa¨ªs. M¨¦xico es el primer exportador del mundo y ocupa el cuarto lugar en producci¨®n de cerveza. En el sector trabajan 600.000 personas, 55.000 de ellas con empleos directos. La cadena es larga hasta llegar a los hogares. ¡°Para las tiendas de la esquina la venta de cerveza representa el 40% de sus ganancias¡±, dice Siqueiros. En fin de semana, las latas y las caguamas [litronas] permanecen en el almac¨¦n. Por abril y mayo del a?o pasado hubo momentos en que no hab¨ªa cerveza en ninguna parte, la producci¨®n se par¨® y los establecimientos fueron agotando sus existencias. A esas p¨¦rdidas, los productores han tenido que afrontar las derivadas del cierre prolongado de los restaurantes. Ahora, todo est¨¢ volviendo a la normalidad, dice Siqueiros: ¡°Estamos ya en nuestras plantas funcionando pr¨¢cticamente al 100% y hemos manifestado a los Gobiernos nuestra disposici¨®n para colaborar contra la pandemia, pero tambi¨¦n nuestra preocupaci¨®n por las consecuencias de una ley seca¡±.

La directora general de los cerveceros explica que las restricciones al alcohol ¡°no tienen una correlaci¨®n con el descenso de los contagios¡±. Adem¨¢s, ¡°en M¨¦xico se ha visto c¨®mo se incrementan los mercados ilegales de alcohol, de procedencia il¨ªcita, con riesgo para la salud de los consumidores porque adulteran el producto, que no cumplen con las normas sanitarias¡±. En algunos lugares se han constatado muertes por esa raz¨®n. Pero adem¨¢s, contin¨²a Siqueiros, desproveer de alcohol a los consumidores ¡°genera movilidad, no solo entre alcald¨ªas, tambi¨¦n entre municipios y Estados, justo lo contrario de lo que se pretende¡±, que es un resguardo en casa y disminuir los traslados y los contactos. Por ¨²ltimo, cita otra desventaja de cortar el grifo a los que tienen sed: ¡°Hemos comprobado que se producen aglomeraciones en los puntos de venta cuando se anuncian los cortes de suministro¡±, asegura Siqueiros.

Los productores cerveceros dicen ser ¡°aliados¡± de los gobiernos a quienes les han transmitido su ¡°preocupaci¨®n¡± por las restricciones. Consideran que un sector que supone el 1,5% del PIB en el pa¨ªs debe compatibilizar el empleo y su potencia econ¨®mica con el cuidado de la salud. ¡°Debemos equilibrar eso¡±, afirman.

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