Ciudad de M¨¦xico apuesta por la inteligencia policial para enfrentar la violencia
La lucha por disolver los c¨¢rteles ha consumido los primeros meses de Omar Garc¨ªa Harfuch al frente de la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica de la capital
Omar Garc¨ªa Harfuch est¨¢ agitado. Se levanta, camina, checa el WhatsApp, habla por el walkie, pide su libreta y da instrucciones a los tres hombres que le miran en su despacho. Son los responsables de Inteligencia, Asuntos Internos e Investigaci¨®n. La aparici¨®n este martes de cuatro cad¨¢veres ha roto la tendencia y a Harfuch, jefe de la polic¨ªa de una de las ciudades m¨¢s grandes del mundo, le disgusta que suban las cifras. A Harfuch le gustan los n¨²meros, entre otras cosas, porque su jefa se los pide todos los d¨ªas a las siete de la ma?ana. ¡°?Homicidios? ?asaltos a casa habitaci¨®n? ?veh¨ªculos robados?...¡±. Por si quedara alguna duda, Claudia Sheinbaum, al frente del gobierno de la capital, se presenta todos los s¨¢bados a las ocho de la ma?ana en su despacho para volver a preguntarle ¡°?Homicidios?, ?asaltos a casa habituaci¨®n?, ?veh¨ªculos robados?....¡±.
La Ciudad de M¨¦xico tiene 1.328 calles con el nombre Benito Ju¨¢rez, 317 con el nombre Hidalgo y 110 con un nombre como Azucena. Un monstruo de casi nueve millones de habitantes, el doble si se incluye el ¨¢rea urbana conurbada, dividida en 16 alcald¨ªas, algunas de ellas como la Cuauht¨¦moc con m¨¢s bares y museos que algunos pa¨ªses europeos.
En la capital de M¨¦xico cada d¨ªa tres personas son asesinadas, dos son heridas por armas de fuego, diez tiendas son asaltadas y se atraca un autob¨²s y a sus pasajeros. Cada d¨ªa se roban 18 coches, 29 personas son asaltadas en la calle y hay cuatro violaciones. Seg¨²n cifras oficiales de la Secretar¨ªa de Seguridad, a pesar de este rosario de calamidades, la ciudad vive uno de sus mejores momentos en d¨¦cadas. Sin ir m¨¢s lejos, hace dos a?os todo era un 30% peor, segun estas mismas cifras. A lo anterior se suma que dos carteles, La Uni¨®n Tepito y Antiuni¨®n, hab¨ªan logrado instalarse en la ciudad y se peleaban por el control sin pudor. Cuando habla de ello, el secretario muestra una foto del a?o pasado tomada con una de las c¨¢maras de la ciudad donde un capo se paseaba a plena luz del d¨ªa en una caravana de camionetas con cristales oscuros exhibiendo armas y poder¨ªo entre las tortiller¨ªas, los abarrotes y los negocios de repuestos de coche de Tlalpan. Los jefes policiales de una ciudad como esta han aprendido que el objetivo no es terminar con la delincuencia, sino que no se vea.
Y hasta el momento el balance de Garc¨ªa Harfuch es notable. De 5,8 muertos diarios a 4,6 luego a 3,9 y as¨ª hasta los 2,4 y 1,8 ha ido descendiendo mes a mes el n¨²mero fallecidos diarios desde su nombramiento como secretario de Seguridad P¨²blica en octubre de 2019.
Cuando un a?o antes, la actual alcaldesa Claudia Sheinbaum gan¨® las elecciones, se encontr¨® una ciudad que contabilizaba casi seis muertos diarios y hab¨ªa prohibido pronunciar las palabras ¡®cartel¡¯ o ¡®crimen organizado¡¯. Las autoridades hac¨ªan malabarismos dial¨¦cticos para no hablar de un problema que incendiaba el resto del pa¨ªs. El jefe de gobierno de la ciudad por aquel entonces, Miguel ?ngel Mancera (2012-2018), insist¨ªa en la idea de que la Ciudad de M¨¦xico era una burbuja al margen de lo que pasaba en el resto de M¨¦xico. Los carteles eran pandillas y los capos, cabecillas. El resultado de todo aquello es que el jefe de la polic¨ªa Raymundo Collins est¨¢ pr¨®fugo de la justicia por un caso de desfalco y el Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG), el de Sinaloa y hasta los Zetas ten¨ªan ya una pata metida en la capital. Por la Ciudad de M¨¦xico pasan las principales carreteras, est¨¢ el aeropuerto, uno de los puntos m¨¢s importantes de entrada de droga y hay un floreciente negocio de consumo local que no deja de crecer cada a?o. Un pastel demasiado grande para dejarlo en manos de la Uni¨®n Tepito, el cartel surgido en 2009 de las viejas bandas de delincuentes de la ciudad que se hab¨ªan hecho mayores, o sea m¨¢s violentas, gracias a la venta de droga, mercanc¨ªa robada y repuestos de autom¨®vil.
Despu¨¦s de probar con Jes¨²s Orta, quien dimiti¨® 10 meses despu¨¦s, y actualmente es tambi¨¦n pr¨®fugo de la justicia por un desfalco durante su etapa en la Polic¨ªa Federal, Sheinbaum eligi¨® a Harfuch, un prometedor agente que por entonces ten¨ªa 36 a?os y hab¨ªa dado buenos resultados en la Agencia de Investigaci¨®n. La ciudad que hered¨® hab¨ªa tocado fondo con un r¨¦cord de casi seis muertos diarios, la peor cifra desde que lleg¨® al poder.
Hijo y nieto de polic¨ªas, licenciado en Derecho y con estudios en Estados Unidos en lugares como la oficina de Control Drogas (DEA), la Academia del FBI o Harvard, Garc¨ªa Harfuch fue el elegido para modernizar la instituci¨®n y cambiar un modelo reactivo por otro preventivo. Uno enfocado en la investigaci¨®n, seguimientos, c¨¢maras, pinchazos telef¨®nicos y la detenci¨®n de grandes capos. ¡°Hasta entonces la polic¨ªa actuaba con un modelo en que tus detenciones solo eran v¨¢lidas si eran en flagrancia. Si quer¨ªas evitar un homicidio deb¨ªas tener un polic¨ªa en la esquina precisa y en el momento preciso en que se comete el delito y eso es imposible¡±. Seg¨²n Harfuch dejar que los grandes carteles se apoderen de la ciudad provoca que crezca la violencia y comiencen a matarse entre ellos ¡°y no luchamos contra la droga sino contra la violencia¡±, resume en entrevista con EL PA?S.
Su estrategia fue descabezar los carteles fij¨¢ndose 100 objetivos prioritarios, de los que ha detenido a 74. ¡°La Ciudad de M¨¦xico es un punto neur¨¢lgico y lugar de trasiego, entre otras lugares, por el aeropuerto¡±, explica el polic¨ªa en su despacho de la calle Liverpool. ¡°Los c¨¢rteles, Sinaloa, Jalisco o los Zetas tienen operaciones pero no est¨¢n establecidos como tal. Puedo decir que el cartel Antiuni¨®n est¨¢ desarticulado y la Uni¨®n Tepito fue descabezado y ya no hay un l¨ªder m¨¢ximo sino c¨¦lulas peque?as. Donde hay carteles fuertes se genera m¨¢s violencia, m¨¢s corrupci¨®n y tambi¨¦n m¨¢s delitos de menor impacto. Los grandes c¨¢rteles van de la mano con la delincuencia¡±, dice.
¡°El primer cambio en la gesti¨®n de Harfuch fue aceptar el problema y ponerle nombre con todas sus letras: narcotr¨¢fico y delincuencia organizada. Ha logrado identificar a los grupos criminales, c¨®mo operan, donde se esconden, como act¨²an o quienes son sus lugartenientes¡± dice Antonio Nieto, periodista y autor de El Cartel chilango (Grijalbo, 2020), el mejor libro sobre crimen organizado en la capital. El veterano periodista describe la delincuencia en Ciudad de M¨¦xico como ¡°camale¨®nica, compleja y poco detectable¡±.
El a?o 2020 fue duro para los restauranteros de colonias como Polanco o La Condesa debido a la pandemia y a algunos asesinatos de alto impacto que agitaron el sector, como el del franc¨¦s Baptiste Lormand. La hosteler¨ªa fue uno de los colectivos que m¨¢s han protestado por la inseguridad pero cinco meses despu¨¦s de aquello media docena de due?os de bares y restaurantes consultados por este peri¨®dico coinciden en se?alar ¡°que la situaci¨®n no se ha desmadrado como pens¨¢bamos. La delincuencia nos respira en la nuca pero no ha habido robos sonados, ni se cobra derecho de piso¡±, dice el due?o de un restaurante en la calle Masaryk. En el mes de diciembre, los restauranteros llevaron su indignaci¨®n al despacho de Harfuch ¡°pero tres d¨ªas despu¨¦s logramos detenciones y resolvimos el caso porque sab¨ªamos perfectamente que fue un robo, qui¨¦n lo cometi¨®, d¨®nde estaban y c¨®mo operaban¡±, defiende.
En estos 18 meses en el cargo, el jefe de la polic¨ªa se ha rodeado de un grupo de j¨®venes licenciados con quienes trabaj¨® en su etapa en la Polic¨ªa Federal y la Agencia de Investigaci¨®n y que han aprendido a base de errores sobre c¨®mo armar una carpeta de investigaci¨®n para que termine en una condena. En este tiempo Garc¨ªa Harfuch ha exprimido la sala de monitoreo de la ciudad conocido como C5. ¡±No se trata de tener a un mont¨®n de gente viendo pantallas as¨ª¡±, dice ech¨¢ndose con desgana sobre la mesa, ¡°sino hacer que la informaci¨®n obtenida se almacene, procese y termine en informaci¨®n v¨¢lida¡±. La polic¨ªa de antes, ejemplifica, cuando hab¨ªa un robo preguntaba en qu¨¦ veh¨ªculo huyeron ¡°pero la de ahora quiere saber si se llevaron alg¨²n celular para hacer el rastreo¡±.
A pesar de la espectacularidad de las detenciones de capos como el ¡®Tortas¡¯, el ¡®Jam¨®n¡¯ o el ¡®Betito¡¯, el trabajo que m¨¢s contento le pone es el que se coci¨® en los despachos del Legislativo. Gracias a una iniciativa de ley enviada a finales de 2019 se logr¨® un cambio hist¨®rico en la polic¨ªa al concederle la facultad de investigar y ayudar al Ministerio P¨²blico, una competencia reservada hasta ahora a otra unidad: la Polic¨ªa de Investigaci¨®n. ¡°Ahora podemos tener un ¨¢rea de inteligencia e investigaci¨®n. Con este cambio la mayor¨ªa de casos de alto impacto son investigados por nuestra propia polic¨ªa que trabaja codo a codo con el fiscal general. No se trat¨® solo de un relevo en las personas sino tambi¨¦n de modificaciones legales importantes que han hecho que el modelo funcionara¡±.
Estos cambios han permitido poner en marcha estrategias novedosas como la dispersi¨®n de capos a c¨¢rceles alejadas de la capital o la posibilidad de perseguir delitos mas all¨¢ de los l¨ªmites de la ciudad, algo in¨¦dito hasta ahora. La polic¨ªa de la Ciudad de M¨¦xico ha actuado en Zapopan (Jalisco) y hace dos semanas captur¨® a Fabi¨¢n de la Rosa en Acapulco. Seg¨²n Nieto, ¡°Harfuch quiere mantener a los principales generadores de violencia en prisiones lejos de la ciudad, lo que nunca hab¨ªa pasado antes, porque los l¨ªderes segu¨ªan actuando desde dentro de los centros penitenciarios¡±, explica. Para Nieto a¨²n queda trabajo por hacer ¡°porque la Uni¨®n Tepito no est¨¢ mermada porque el ¡®Betito¡¯ est¨¦ en una prisi¨®n federal, ya que sus lugartenientes siguen libres¡±, recuerda el periodista. ¡°Las estrategias son buenas e inteligentes pero nunca parecen suficientes¡±, a?ade.
Recogidos los frutos del trabajo invisible en inteligencia, la polic¨ªa de la Ciudad de M¨¦xico tiene tambi¨¦n una cara m¨¢s visible. Y lo m¨¢s visible es un agente promedio, hombre, de 1,73 metros, que gana 470 d¨®lares y tiene problemas de obesidad. La polic¨ªa de la capital es un ej¨¦rcito de 85.000 agentes, casi como el Ej¨¦rcito de Australia o de Canad¨¢ en n¨²mero de efectivos. La ciudad es el lugar m¨¢s vigilado del pa¨ªs con 4,2 polic¨ªas por cada 1.000 habitantes, mayor a la que recomienda la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas ¡ªde 2.8 polic¨ªas por cada 1.000 habitantes¡ª seg¨²n el Diagn¨®stico Nacional sobre Polic¨ªas Preventivas de 2018. Un polic¨ªa capitalino gana, en promedio, 470 d¨®lares al mes, frente a los 700 a 1.000 d¨®lares que ganan los de Sonora, Tamaulipas o Baja California, los mejor pagados.
Con estos mimbres, durante estos meses se han logrado decomisos r¨¦cord de hasta 800 kilos de coca¨ªna y se persigue el cobro de derecho de piso en bares y restaurantes. ¡°Frenamos una tendencia al alza. Sabemos que se cobra derecho de piso en el Centro Hist¨®rico pero en las colonias como Polanco, La Condesa o La Roma no hay una sola denuncia por extorsi¨®n¡±, defiende Garc¨ªa Harfuch.
Incluso entre quienes ya dejaron su puesto le reconocen avances no vistos hasta ahora. Seg¨²n Idris Rodr¨ªguez, encargado del C5 durante la gesti¨®n de Marcelo Ebrard, actual canciller, y Miguel ?ngel Mancera ¡°la actual estrategia est¨¢ funcionando. Se emplea m¨¢s y mejor tecnolog¨ªa, se han logrado facultades legales importantes y se est¨¢ haciendo un buen trabajo de inteligencia. Peque?os detalles como la mejora en el alumbrado publico ayudan mucho a disminuir la delincuencia en la ciudad¡±, explica.
Seg¨²n el cuaderno de incidencias con el que cada d¨ªa se desayuna Garc¨ªa Harfuch, los muertos que este martes le agitan y han provocado el ir y venir de funcionarios por su despacho son tres mujeres y un hombre ejecutados desde un coche en marcha en la Gustavo A. Madero. El conductor muri¨® en el acto y a las chicas las remataron en la madrugada cuando intentaban escapar del veh¨ªculo. Es la realidad que Harfuch aspira a meter en su cuaderno. El d¨ªa a d¨ªa de un monstruo urbano de m¨¢s de 25.000 calles en las que siempre suena una sirena.
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