Una obra con maquinaria pesada amenaza la zona arqueol¨®gica de las pir¨¢mides de Teotihuacan
Expertos y vecinos alertan de una construcci¨®n en una de las joyas hist¨®ricas m¨¢s importantes de M¨¦xico
A pocos metros de las pir¨¢mides de Teotihuacan, joya de la arqueolog¨ªa mexicana, m¨¢quinas y alba?iles trabajan a destajo desde hace meses en un proyecto desconocido. Una barda enorme oculta el predio, de siete hect¨¢reas, parte de la zona arqueol¨®gica. Por ley, nadie puede hacer lo que est¨¢n haciendo. Pero ellos siguen y no hay autoridad que se preste a detenerlos. ¡°Solo nos queda confiar en las autoridades de la Fiscal¨ªa y apurarlas para que nos ayuden a frenar esta destrucci¨®n¡±, afirma con tono m¨¢s bien pesimista, el director del complejo hist¨®rico, Rogelio Rivero Chong.
Vecinos y especialistas dieron la voz de alarma a principios de a?o. Protegida desde 1988 por decreto presidencial, la Zona Arqueol¨®gica de Teotihuacan (ZAT) es una de las m¨¢s extensas de M¨¦xico, aspecto que complica su resguardo. Eso explica que un grupo de operarios construyera una barda alrededor del predio e introdujera maquinaria pesada sin demasiados problemas. Pese a ello, los vecinos acabaron por darse cuenta. Lo que encontraron los dej¨® sin habla: tractores, cimentaciones, ladrillos, un revoltijo ajeno al esp¨ªritu de conservaci¨®n que deber¨ªa de imperar en la zona. Jane Kadala, historiadora y gu¨ªa tur¨ªstica en Teotihuac¨¢n, recuerda que all¨¢ antes ¡°hab¨ªa tres mont¨ªculos sin explorar y los alba?iles destruyeron uno por lo menos¡±.
El Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH) escuch¨® las primeras acusaciones en marzo pasado. A principios de ese mes las autoridades de la ZAT acudieron al predio para suspender las obras, no una sino dos veces. El INAH coloc¨® sellos y los due?os los retiraron. Trabajadores del instituto los volvieron a colocar, pero los trabajos continuaron. El arque¨®logo Rivero Chong recuerda que se estaban haciendo excavaciones para cimentaci¨®n y dentro de la alta barda perimetral hab¨ªan limpiado los predios con maquinaria pesada. ¡°Eso nos hac¨ªa presuponer que se hab¨ªa hecho un da?o importante en el ¨¢rea¡±, a?ade el experto.
Finalmente, el 20 de abril el instituto present¨® una denuncia ante el Ministerio P¨²blico Federal por presunto da?o al patrimonio arqueol¨®gico. Despu¨¦s de la denuncia, el arque¨®logo hizo una visita a la obra acompa?ado de personal de la Fiscal¨ªa. ¡°Los trabajadores que estaban ah¨ª se portaron muy agresivos y amedrentaron con tubos, piedras y palos a los polic¨ªas de investigaci¨®n y los corrieron¡±, denuncia el especialista.
Las autoridades locales, gu¨ªas de Teotihuac¨¢n y los vecinos de Oztoyahualco se?alan como propietario o copropietario del terreno al pol¨ªtico Ren¨¦ Monterrubio, expresidente municipal del cercano pueblo de San Juan Teotihuacan y jefe de la polic¨ªa de Ciudad de M¨¦xico en la d¨¦cada de los noventa. ¡°Sabemos que ¨¦l se presenta como propietario, le tocar¨¢ a la fiscal¨ªa confirmar si el predio privado es propiedad de Monterrubio¡±, explica Rivero Chong.
¡°Los trabajadores que estaban ah¨ª se portaron muy agresivos y amedrentaron con tubos, piedras y palos a los polic¨ªas de investigaci¨®n y los corrieron¡±Rogelio Rivero Chong, director de la Zona Arqueol¨®gica de Teotihuacan
Las autoridades y arque¨®logos est¨¢n preocupados por la posible construcci¨®n de alg¨²n centro recreativo en la zona. No en vano, una de las promesas de campa?a que hizo en su d¨ªa Monterrubio fue colocar una gran noria en la zona. El INAH ya hab¨ªa recibido alguna solicitud para su construcci¨®n cuando el pol¨ªtico era alcalde, pero le fue negado el permiso por ir en contra de los lineamientos de la UNESCO al declarar la zona patrimonio mundial. Este diario intent¨® comunicarse con los responsables de la construcci¨®n sin que hasta el momento se haya obtenido respuesta.
La ley que protege Teotihuac¨¢n impide las construcciones, sin embargo, existen predios de propiedad comunal y privada, que no est¨¢n regulados en su totalidad por el municipio. Para proteger los vestigios arqueol¨®gicos de esta zona en particular, el INAH adquiri¨® hace una d¨¦cada unas 15 parcelas, parte de las cuales colindan con los terrenos de la construcci¨®n ilegal. Rivero Chong dice que el instituto no ha recibido respuesta del due?o acerca de sus intenciones. ¡°No ha hecho caso a las suspensiones de obra que se le han realizado, no acudi¨® a tratar de regularizar su obra o por lo menos a decir lo que va a hacer. Ya est¨¢n vencidos todos los plazos¡±.
Oztoyahualco, ciudad conejo
Como explica la arque¨®loga Linda Manzanilla en su libro Teotihuacan, ciudad excepcional de Mesoam¨¦rica, la urbe ¡°surgi¨® como el primer desarrollo de gran magnitud en el centro de M¨¦xico¡±. Anterior a Tenochtitlan y los aztecas, Teotihuacan alcanz¨® 20 kil¨®metros de extensi¨®n y en su esplendor cont¨® 100.000 habitantes. Las grandes pir¨¢mides del Sol y la Luna y el Templo de Quetzalcoatl dan fe de aquello. Pero antes de todo aquel esplendor, de que los pobladores se atrevieran a emular a las monta?as con sus pir¨¢mides, el valle tuvo peque?os asentamientos. Los arque¨®logos han llamado a uno de esos asentamientos primitivos Oztoyahualco.
En el libro, Linda Manzanilla explica que los primeros colonos del valle llegaron all¨¢ hacia el 400 antes de Cristo, seis siglos antes de su ¨¦poca dorada. Muchos eligieron la parte noreste del Valle. Poco se sabe de los vecinos de Oztoyahualco, aunque los investigadores han podido averiguar que algunos criaron conejos. Para algunas de las familias del barrio, el animal ocup¨® un papel rector: era su dios y sus cr¨ªas acompa?aban en sus tumbas a los ni?os que mor¨ªan al nacer.
Es precisamente la ciudad conejo la que ahora preocupa a los arque¨®logos: all¨ª trabajan m¨¢quinas y alba?iles. Manzanilla y otros especialistas, como Rene Mill¨®n, se?alan que all¨ª existen probablemente una veintena de estructuras arqueol¨®gicas, que pueden ser dom¨¦sticos o altares, tres mont¨ªculos piramidales ¡ªahora dos¡ª y una caverna. La obra no solo ha da?ado mont¨ªculos antiqu¨ªsimos, sino tambi¨¦n el paisaje del primer desarrollo urbano del Centro de M¨¦xico y una de las ciudades preindustriales m¨¢s grandes del mundo antiguo, declarada Patrimonio cultural de la Humanidad.
¡°Yo siento que el nuevo turismo en Teotihuacan es destructivo. No est¨¢ regulado, ni respeta la zona arqueol¨®gicaGuillermo Garc¨ªa, vecino de Teotihuacan desde ni?o
Para algunos vecinos de la zona, el problema de fondo no es la construcci¨®n, sino el tipo de turismo que la zona atrae desde hace tiempo. ¡°Yo siento que el nuevo turismo en Teotihuacan es destructivo. No est¨¢ regulado, ni sigue las normas, ni respeta la zona arqueol¨®gica. Hay tours en motos que se pasean sobre los mont¨ªculos de Oztoyahualco, sin conocer la riqueza del sitio, solo por diversi¨®n¡±, cuenta Guillermo Garc¨ªa, vecino de Teotihuacan desde ni?o. De padre campesino, Garc¨ªa ha visto c¨®mo el paisaje cambiaba y los visitantes de sombrero y bloqueador solar han dejado espacio al turista de globo aerost¨¢tico. ¡°La pandemia afect¨® much¨ªsimo¡±, a?ade Garc¨ªa. ¡°La pandemia deton¨® en Oztoyahualco lo de vender, lo de construir, el turismo irregular, desordenado. Yo creo que si fuera due?o de este terreno, pondr¨ªa un restaurante, tal vez, pero como la gente no conoce las estructuras que hay en el subsuelo, se les hace f¨¢cil meter una m¨¢quina, o alguna herramienta destructiva. Y no hay un plan para construir que no afecte¡±.
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