El ¡®caso Ayotzinapa¡¯ atraviesa una semana clave ante el resultado de los an¨¢lisis de los restos enviados a Austria
Tras la identificaci¨®n el a?o pasado de uno de los 43 normalistas desaparecidos, las familias aguardan noticias de la ¨²ltima ronda de env¨ªos al laboratorio de la Universidad de Innsbruck
El caso Ayotzinapa enfrenta una semana clave a la espera del resultado de los an¨¢lisis de los 16 fragmentos ¨®seos enviados en febrero a Austria. Previstos para mayo, los investigadores los esperan de manera inminente. Ha pasado casi un a?o desde que la Fiscal¨ªa anunciara la identificaci¨®n de unos de los 43 estudiantes normalistas, desaparecidos en 2014 en Iguala, Guerrero. Era el primero desde hac¨ªa seis a?os, el segundo en total. Ahora, las expectativas son enormes. Los restos mandados al laboratorio de la Universidad de Innsbruck en febrero se recogieron en el mismo lugar donde apareci¨® el resto ¨®seo que en vida perteneci¨® a Christian Rodr¨ªguez, el estudiante identificado el a?o pasado.
Impulsados por el hallazgo, los investigadores han pasado el ¨²ltimo a?o y parte del anterior haciendo b¨²squedas en el lugar, un paraje aislado, alejado de la cabecera municipal de Iguala. El rastreo de fragmentos de hueso, las peleas por el acceso a informaci¨®n que el Ej¨¦rcito pudiera tener sobre el caso y la presi¨®n diplom¨¢tica para conseguir la extradici¨®n de Tom¨¢s Zer¨®n, investigador principal del ataque durante los primeros a?os, han dominado las pesquisas en este tiempo. Un nuevo positivo en el laboratorio ser¨ªa un ¨¦xito, sobre todo para el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, cuyo compromiso con las familias fue una de sus promesas de campa?a.
A falta de una hip¨®tesis que incorpore todas las piezas del puzzle, el caso Ayotzinapa cambi¨® definitivamente en julio de 2020, con el hallazgo del hueso de Rodr¨ªguez. Ubicado en la barranca de la Carnicer¨ªa, aquel trocito de pie desmontaba finalmente la versi¨®n oficial de lo ocurrido, impulsada por el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018). Seg¨²n esta hip¨®tesis, un contubernio delincuencial integrado por polic¨ªas de Iguala y Cocula e integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos hab¨ªan atacado a los estudiantes en Iguala. Se los hab¨ªan llevado al basurero de Cocula, donde luego los hab¨ªan matado y hab¨ªan quemado sus restos, para luego arrojarlos a un r¨ªo.
Cuestionada desde el principio, la versi¨®n del basurero choca de frente con el hallazgo del hueso de Rodr¨ªguez en la Carnicer¨ªa, situada a casi un kil¨®metro de all¨ª. Si el laboratorio identificara huesos de m¨¢s estudiantes en los restos enviados en febrero, las preguntas que se han hecho sus familias desde hace un a?o cobrar¨ªan si cabe m¨¢s relevancia: ?c¨®mo llegaron restos de los muchachos all¨ª? ?por qu¨¦ la Carnicer¨ªa nunca apareci¨® en el mapa de posibilidades de la Administraci¨®n de Pe?a Nieto?
No es solo la parte del basurero la que ha quedado obsoleta, tambi¨¦n la l¨®gica criminal que plantearon los investigadores, encabezados por el propio Tom¨¢s Zer¨®n, hoy pr¨®fugo de la justicia, acusado de tortura y desfalco. Adem¨¢s de las polic¨ªas de Iguala y Cocula, otros cuerpos de seguridad estuvieron involucrados en el ataque contra los estudiantes o el intento de esconder lo ocurrido, algunos de manera activa, otros por omisi¨®n. La polic¨ªa del municipio de Huitzuco forma parte del primer grupo, asunto se?alado en su d¨ªa por la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH). El Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa Federal, del segundo.
El Ej¨¦rcito, en el punto de mira
En el caso del Ej¨¦rcito, la situaci¨®n ha sido especialmente delicada. Como inform¨® EL PA?S en diciembre, tanto la Fiscal¨ªa como el grupo de expertos comandado por la Organizaci¨®n de Estados Americanos a M¨¦xico para investigar el caso protestaban por la falta de colaboraci¨®n de los militares. Entonces, fuentes cercanas a la investigaci¨®n consultadas por este diario se?alaban que las peticiones de informaci¨®n que hab¨ªa hecho la Fiscal¨ªa a la Secretar¨ªa de la Defensa hab¨ªan recibido indistintamente el silencio por respuesta. Sobre todo, ¡°peticiones de acceso a documentos que ayudar¨ªa a acceder a la cadena de mando¡±, explicaban estas fuentes.
Seg¨²n otras dos fuentes cercanas a la investigaci¨®n consultadas en el ¨²ltimo mes, la situaci¨®n ha cambiado. Por petici¨®n de L¨®pez Obrador, los investigadores han tenido acceso a documentos de los batallones de Iguala y Teloloapan, as¨ª como a los archivos de la zona y la regi¨®n militar. Los documentos hallados all¨ª podr¨ªan ayudar a esclarecer su papel en la noche del ataque y los d¨ªas posteriores.
Hasta la fecha se ten¨ªa la idea de que los militares hab¨ªan intervenido marginalmente en la noche de los hechos. Un convoy patrull¨® por Iguala durante el ataque y las horas posteriores. Aparecieron cerca de uno de los escenarios de la agresi¨®n, la esquina de Perif¨¦rico y Juan N. ?lvarez del municipio. Los militares llegaron a un hospital donde se refugiaron parte de los muchachos. Varios estudiantes sobrevivientes denunciaron amedrentamiento por parte de ellos.
El mismo convoy acudi¨® posteriormente, entre las 23.00 y medianoche, a Barandilla, un peque?o centro de detenci¨®n de la Polic¨ªa de Iguala. Fueron supuestamente a recoger una moto, decomisada a otro militar que durante la tarde hab¨ªa realizado tareas de inteligencia en el municipio. Ese militar habr¨ªa presenciado el otro escenario del ataque, el puente del Chipote, frente al Palacio de Justicia.
A falta de saber qu¨¦ documentos han consultado los investigadores, cualquier informaci¨®n podr¨ªa ayudar a detallar el papel de la cadena de mando durante el d¨ªa de los hechos y las jornadas posteriores, los militares a cargo del batall¨®n de Iguala, la zona y la regi¨®n militar.
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