La inseguridad azota M¨¦xico a dos a?os de la creaci¨®n de la Guardia Nacional
Consagrada en la Constituci¨®n, la corporaci¨®n consolida su viraje castrense ante las cr¨ªticas y la preocupaci¨®n de expertos y organizaciones de la sociedad civil
Superada la vor¨¢gine electoral, M¨¦xico dirige ahora sus pasos a la siguiente estaci¨®n del espect¨¢culo pol¨ªtico: los actos conmemorativos de mitad de mandato del presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. En diciembre, la Cuarta Transformaci¨®n alcanza el cenit, su particular solsticio veraniego. Despu¨¦s iniciar¨¢ la cuenta atr¨¢s, tres a?os para concretar apuestas y superar desaf¨ªos, ninguno tan urgente y lacerante como la inseguridad.
Promesa de campa?a del mandatario, la reducci¨®n de los ¨ªndices delictivos aparece de momento como un problema sin resolver. Antes de su toma de posesi¨®n, L¨®pez Obrador se refer¨ªa a la inseguridad como una cuesti¨®n solventable, pendiente ¨²nicamente de que el Gobierno empleara las herramientas adecuadas. Para ello, el presidente impuls¨® la creaci¨®n de la Guardia Nacional, corporaci¨®n de envoltorio civil y esp¨ªritu castrense que llegar¨ªa a sustituir a la Polic¨ªa Federal, considerada insalvable, por corrupta.
Despu¨¦s de un proceso de gestaci¨®n tan complicado como criticado, modificaciones a la Constituci¨®n de por medio, la Guardia Nacional empez¨® a operar hace ahora dos a?os. Vistos los resultados, el optimismo ha desaparecido del discurso de L¨®pez Obrador, espacio que ahora ocupan llamados a la paciencia y aseveraciones cuestionables sobre los diferentes grados de paz que vive el pa¨ªs.
La realidad se empe?a en apurar al mandatario. Lejos de bajar, el registro de asesinatos se mantiene al nivel de los ¨²ltimos a?os del Gobierno anterior y en varios estados, caso de Guanajuato o Zacatecas, ha aumentado. En los ¨²ltimos meses, el crimen parece haber despertado en regiones que parec¨ªan tranquilas, al menos comparado con los Gobiernos anteriores, caso de Tamaulipas. Hasta finales de mayo, M¨¦xico cont¨® m¨¢s de 12.000 asesinatos, en la media de los dos a?os anteriores. Los tres a?os de L¨®pez Obrador en el poder han sido los m¨¢s violentos desde que existe el registro.
Para Alejandro Hope, experto en pol¨ªticas de seguridad, el problema de la guardia es de dise?o. ¡°Tienen una cobertura amplia pero delgada, y eso hace muy r¨ªgida su operaci¨®n¡±, argumenta. ¡°Como est¨¢n distribuidos en m¨¢s de 200 bases, cubren mucho territorio, pero la presencia es muy delgada y en ning¨²n lugar cambian la ecuaci¨®n. Si agarras lo que pas¨® en el arco norte hace unos d¨ªas, el asalto masivo a 40 veh¨ªculos a una hora de Ciudad de M¨¦xico en una carretera federal¡ ?Se tardaron dos horas en llegar!¡±, a?ade.
Hasta el momento, el Gobierno ha desplegado algo m¨¢s de 100.000 agentes de la corporaci¨®n en el pa¨ªs. La idea es alcanzar los 150.000. Hope explica que uno de los motivos de que no haya cambiado nada es justo que la diferencia entre las fuerzas desplegadas por el anterior Gobierno y este es pr¨¢cticamente nula. ¡°Son las mismas personas haciendo lo mismo, con el mismo equipo. Solo el uniforme es distinto. Si t¨² ves lo que hab¨ªa desplegado en el sexenio de Pe?a Nieto con militares, marinos y polic¨ªas federales, te da lo mismo ahora con la Guardia Nacional¡±.
El riesgo de la militarizaci¨®n
Desde que el Congreso empez¨® a discutir los cambios constituciones necesarios para crear la Guardia Nacional a finales de 2018, las cr¨ªticas de expertos y organizaciones de la sociedad civil han sido una constante. El motivo siempre ha sido el mismo, los riesgos de que su aparici¨®n condensara un temor antiguo, la militarizaci¨®n de la seguridad p¨²blica. Dos a?os y medio despu¨¦s parece que las sospechas estaban fundadas. No hace a¨²n dos semanas, L¨®pez Obrador revel¨® que su intenci¨®n es que la Guardia Nacional deje de depender de la Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana, civil, y se acomode bajo el paraguas de la Secretar¨ªa de la Defensa Nacional, el Ej¨¦rcito.
En un informe presentado este mi¨¦rcoles titulado Poder Militar. La Guardia Nacional y los riesgos del renovado protagonismo castrense, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agust¨ªn Pro se?ala que si bien la reforma de la Constituci¨®n consagraba el car¨¢cter civil de la Guardia Nacional, los reglamentos y leyes secundarias han provocado un viraje castrense preocupante. ¡°En el dise?o de las leyes que acompa?aron la creaci¨®n de la guardia es posible encontrar una n¨ªtida l¨ªnea de continuidad entre lo que las Fuerzas Armadas exig¨ªan en el pasado y lo que se les ha otorgado en el presente¡±, se?ala el informe.
Convencidos de la utilidad de los militares en tareas de seguridad, los Gobiernos de Felipe Calder¨®n (2006-2012) y Enrique Pe?a Nieto (2012-2018) trataron de regular su presencia en las calles. Ante las dudas que dejaba la Constituci¨®n, la Suprema Corte dijo en 1996 que las Fuerzas Armadas podr¨ªan auxiliar a las autoridades civiles de manera ¡°puntual, a solicitud expresa (...) subordin¨¢ndose a ellas¡±. El informe del Centro Pro se?ala que la realidad acab¨® por superar ese supuesto. Ya con Calder¨®n, su apoyo no fue puntual, sino constante y la subordinaci¨®n al mando civil qued¨® en mera an¨¦cdota.
Las cr¨ªticas a la presencia del Ej¨¦rcito en las calles, realizando labores policiales, apuntan a la cantidad de episodios de uso excesivo de la fuerza empleada por los militares, un eufemismo que se?ala casos de ejecuciones extrajudiciales, desaparici¨®n forzada y torturas, entre otras violaciones a derechos humanos. En el caso de la Guardia Nacional, con su estructura y composici¨®n castrense -m¨¢s del 75% de sus integrantes son marinos o militares-, la preocupaci¨®n es la misma.
El Centro Pro se?ala que en poco m¨¢s de dos a?os, la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos ha abierto 451 expedientes por quejas contra la Guardia Nacional. De ellas, solo en un caso elabor¨® un informe, denunciando mala praxis. La opacidad del actuar de la Guardia, se?ala el documento de la organizaci¨®n, es enorme, igual que ha ocurrido con el Ej¨¦rcito o la Armada. A petici¨®n de los abogados del Centro Pro, la Guardia Nacional inform¨® que desde agosto de 2019 a abril de este a?o, elementos de la corporaci¨®n han participado en 63 enfrentamientos con ¡°agresores¡±. En esos enfrentamientos, 14 agentes murieron por 89 civiles, al menos cinco de ellos ajenos a cualquier grupo armado.
Lejos de funcionar como balance, los datos anteriores muestran que estos enfrentamientos apenas generaron investigaci¨®n alguna. No hay pesquisas abiertas sobre las balaceras y la ¨²nica fuente de informaci¨®n es la propia Guardia Nacional, que dice qui¨¦n es civil ajeno baleado y qui¨¦n agresor. Profundizar la militarizaci¨®n de la corporaci¨®n, como plantea el presidente, supondr¨¢ un reto a su jefatura, siembre bajo el escrutinio de la oposici¨®n, la sociedad civil y los colectivos de v¨ªctimas, conocedores de los malos manejos de los militares estos a?os.
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