Pedro Reyes y su escultura ¡®Tlali¡¯, m¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica de Col¨®n: ¡°Mi mayor reto es que sea hermosa¡±
El artista mexicano se aleja de las controversias sobre el reemplazo de la figura del almirante en el Paseo de la Reforma y defiende su homenaje de seis metros a las mujeres ind¨ªgenas
La casa parece una nave espacial hecha de hormig¨®n. Como si hubiera aterrizado en Coyoac¨¢n, al sur de Ciudad de M¨¦xico, y se hubiera cubierto de enredaderas, cactus y nopales, hubiera atra¨ªdo el pulular de un perro xoloescuincle y con ¨¦l, los libros, las m¨¢scaras y las pir¨¢mides de roca. El taller est¨¢ nada m¨¢s entrar, a la derecha; ah¨ª un equipo de artesanos suelta polvo y ruido mientras paramenta unos bloques de piedra. Los dejan lisos, derechos. M¨¢s tarde los convertir¨¢n en cuadrados y m¨¢s tarde ser¨¢n unos labios, un ment¨®n, quiz¨¢s un ojo. Juntos ¡ªtodos, son muchos, 150 exactamente¡ª ser¨¢n Tlali, la escultura que va a sustituir a la de Crist¨®bal Col¨®n en el Paseo de la Reforma de la capital; la obra que ha colocado, despu¨¦s de d¨¦cadas de trabajo, en la mira p¨²blica al artista mexicano Pedro Reyes.
El escultor (Ciudad de M¨¦xico, 1972) recibe a EL PA?S en su casa y aguanta estoico, casi indiferente, las preguntas sobre las controversias. Da respuestas pausadas a las cr¨ªticas furiosas de las redes sociales y se emociona al describir el proyecto. ¡°Mi reto es con la pieza misma¡±, afirma y mira a los ojos. ¡°Creo que la persona que hace la escultura no es lo importante, nadie se acuerda de qui¨¦n hizo la Estatua de la Libertad, ni el ?ngel de la Independencia. Nosotros vamos a desaparecer y nuestros nombres ser¨¢n olvidados y lo que es importante es que la obra de arte se sostenga por s¨ª sola¡±.
Tlali ¡ªque proviene del vocablo n¨¢hualt tlalli, que significa tierra¡ª naci¨® ya entre espinas. El a?o pasado, dos d¨ªas antes del 12 de octubre, el Gobierno de Claudia Sheinbaum decidi¨® retirar la estatua de Col¨®n con el pretexto de restaurarla. En un principio los trabajos iban a durar un par de meses, que la jefa de Ciudad de M¨¦xico pidi¨® para reflexionar sobre la presencia del almirante genov¨¦s en una de las avenidas principales de la ciudad. Finalmente, hace unos d¨ªas, se anunci¨® que el complejo escult¨®rico del marinero se iba a trasladar a otro parque. En su lugar en Reforma se colocar¨¢ un homenaje a las mujeres ind¨ªgenas.
El reemplazo de Col¨®n, sobre quien pesan las consecuencias hist¨®ricas de su llegada al Caribe en 1492, por una obra que represente a las grandes olvidadas del pa¨ªs ha levantado ampollas. Adem¨¢s, algunas voces se?alan que una escultura no va a solucionar los obst¨¢culos continuos a los que se enfrentan estas comunidades. ¡°Debajo de los monumentos a las mujeres ahora llamadas ind¨ªgenas se les corre a golpes de las aceras, se les niegan papeles y pasaportes, se les hace menos, se les violenta obst¨¦tricamente, se les silencia en redes, se les desaparece o asesina por defender su territorio¡±, apuntaban en este peri¨®dico la cineasta Luna Mar¨¢n y la escritora Gabriela Jauregui.
Sin embargo, Pedro Reyes considera la escultura como ¡°significativa¡± puesto que no existe en M¨¦xico un monumento a las mujeres ind¨ªgenas: ¡°Y ellas son la fuerza que ha sostenido a este pa¨ªs. Me siento honrado de tener la oportunidad de hacer este homenaje¡±. Sobre Col¨®n, el artista enmarca la decisi¨®n dentro ¡°del movimiento mundial donde han sido retiradas muchas figuras que representan al imperialismo y al colonialismo¡±. ¡°Iba a ocurrir de forma independiente: es una estatua que todos los a?os es vandalizada¡±, apunta Reyes, que alude a las costosas tareas de reparaci¨®n de la obra. ¡°Es una estatua que tiene valor art¨ªstico e hist¨®rico, y precisamente para su conservaci¨®n necesita ser cambiada a otro lugar, porque la avenida de Reforma es el manifest¨®dromo¡±.
Este cambio de s¨ªmbolos se ha decidido dentro de la celebraci¨®n de los 200 a?os del M¨¦xico independiente, de los 500 de resistencia cuando era colonia espa?ola y de los 700 desde la fundaci¨®n de Tenochtitl¨¢n. Auspiciados por su Gobierno, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha aprovechado estos centenarios para alimentar una batalla cultural entre la reivindicaci¨®n de la civilizaci¨®n mexica y la llamada conquista. Ah¨ª enredada se abre paso la nueva escultura.
Las primeras im¨¢genes de ¡®Tlali¡¯
Este jueves, el artista, emocionado por el encargo, comparti¨® unas primeras im¨¢genes de Tlali. ¡°?l ya quer¨ªa que todo el mundo la viera. Fue algo inocente¡±, apuntan desde dentro del proyecto. El v¨ªdeo circul¨® solo unos minutos, pero el eco de las cr¨ªticas todav¨ªa dura. La filtraci¨®n casi le cuesta el puesto a una persona empleada de la Secretar¨ªa de Cultura y forz¨® a Claudia Sheinbaum a apuntar que ese no era el dise?o final. Ahora las instrucciones para el escultor son claras: ya no puede mostrar ning¨²n tipo de material hasta que sea definitivo, tampoco la peque?a maqueta de 60 cent¨ªmetros de Tlali que hab¨ªa construido.
¡°Lo que vamos a hacer al final no es exactamente lo que se vio en las im¨¢genes¡±, apunta Reyes como si se excusara. ¡°Una obra de arte est¨¢ en un proceso de perfeccionamiento durante su elaboraci¨®n y eso es lo bonito de la escultura, uno va tomando decisiones ¡ªcasi con el cuerpo¡ª cuando lo est¨¢ tallando. Yo creo que hay que juzgar sobre el resultado final¡±.
S¨ª se sabe lo siguiente: la escultura va a tener 6,5 metros de alto sobre una base de otros 2,5 metros. Est¨¢ compuesta de 150 bloques ¡ªde 75 cent¨ªmetros y dos toneladas cada uno¡ª de basalto, una piedra volc¨¢nica, recogidos de una cantera a las faldas del volc¨¢n Popocat¨¦petl. La inspiraci¨®n de la obra son las gigantes cabezas que los olmecas erigieron hace m¨¢s de 3.500 a?os. ¡°El primer reto implicaba hacer el concepto de la madre tierra contenido dentro de un rostro¡±, explica Reyes. ¡°Obviamente, al estar en este continente es una mujer con rasgos ind¨ªgenas, no ser¨ªa correcto hacer una cabeza femenina con rasgos hel¨¦nicos, orientales u africanos¡±.
Pero, como si fuera una cola de lagarto, la idea genera otro debate: ?c¨®mo se representa a una mujer ind¨ªgena? El artista defiende que no se ha basado en ninguna comunidad en espec¨ªfico, sino en ¡°elementos tomados de diferentes lugares¡±: ¡°Aspiro a la creaci¨®n de una figura que si bien sea regional tambi¨¦n sea universal¡±. Se trata, insiste, de una alegor¨ªa de la tierra. ¡°Es un ejercicio de la imaginaci¨®n donde debe de haber una libertad creativa¡±.
As¨ª ha elegido la cabeza colosal y los ojos jaguar, caracter¨ªsticos de la escultura olmeca; los labios representados como un t¨¦petl, una especie de monta?a, y simbolizados como dos serpientes que se encuentran (¡°en muchas cosmogon¨ªas antiguas, entre ellas la mexicana, hay una coincidencia en representar a la diosa tierra con dos serpientes¡±); una turgencia en el p¨®mulo y el maxilar, y unas trenzas cruzadas que forman un olin, ¡°un s¨ªmbolo del movimiento de la tierra que se usaba para expresar la erupci¨®n de los volcanes, los cataclismos, los terremotos¡±.
Sobre el tocado, Reyes apunta que en un primer momento hab¨ªa pensado en un chongo, pero que el antrop¨®logo Federico Navarrete y el curador del Museo de Antropolog¨ªa Johannes Neurath le previnieron de que la forma habitual de llevar el pelo en los pueblos ind¨ªgenas era otra. Eligi¨® las trenzas. ¡°Son una soluci¨®n para la parte trasera de la cabeza, porque una escultura tiene que ser interesante desde todos sus ¨¢ngulos¡±, explica.
Terminar con ¨¦xito ¡°una empresa ¨¦pica¡±
Hace apenas dos meses que el Gobierno de Claudia Sheinbaum le propuso a Pedro Reyes encargarse del monumento. El plazo era corto: ten¨ªa que estar listo, como m¨¢ximo, a principios de 2022. ¡°Esto es una empresa ¨¦pica, que solamente se puede llevar a cabo de forma colectiva¡±, argumenta el escultor, que mantiene que ¨¦l es la cabeza del proyecto, pero que el grupo est¨¢ formado por 40 escultores, hombres y mujeres, artesanos y profesionales del trabajo en piedra.
Est¨¢n trabajando en tres puntos de la ciudad: Iztapalapa, Chimalhuac¨¢n y Coyoac¨¢n. Este ¨²ltimo taller es el que est¨¢ dentro de la nave espacial. Ah¨ª un grupo de seis artesanos danzan y preparan los bloques. Uno de ellos se?ala una piedra oscura, gris¨¢cea, donde tallar¨¢n los labios de la mujer. ?Por qu¨¦ es en esa roca y no en otra? ¡°Por el tama?o, es m¨¢s peque?a¡±, responde Alfredo L¨®pez, que trabaja la piedra desde hace 22 a?os.
Reyes compara estos talleres con los medievales, que permit¨ªan aprender un oficio de aprendiz a maestro: ¡°Hacemos cosas que ya no se hacen. Es una especie de anacronismo. Estamos trabajando con una t¨¦cnica que es una anomal¨ªa en el mundo contempor¨¢neo, es la misma forma que se us¨® para las catedrales g¨®ticas o las pir¨¢mides de Tenochtitlan¡±. El artista cree que la adjudicaci¨®n del encargo del Gobierno es una oportunidad important¨ªsima para que el oficio no desaparezca.
El escultor pone en valor su trabajo de las ¨²ltimas d¨¦cadas y la fuerza de su equipo para argumentar por qu¨¦ ha sido elegido ¨¦l y no otra persona (una mujer, por ejemplo, como reclamaron en las redes sociales) para realizar una escultura tan simb¨®lica. ¡°En los ¨²ltimos 15 o 20 a?os me he sentido muy solo, he estado trabajando la talla en piedra y pr¨¢cticamente nadie m¨¢s lo hace. No es tanto una cuesti¨®n de g¨¦nero sino una cuesti¨®n de qui¨¦n ha estado trabajando este tipo de formatos monumentales¡±.
Dentro de la dificultad del proyecto encargado, de las pol¨¦micas y la expectaci¨®n creadas, el artista tiene claro cu¨¢l ha sido el obst¨¢culo m¨¢s dif¨ªcil: ¡°Para m¨ª el mayor reto es que la pieza sea hermosa¡±. ¡°En la escultura, la forma es significado. No puedes depender de explicaciones, tiene que conmoverte o irradiar esa fuerza y belleza sin parapetos. Tiene que ser elocuente sin que nadie est¨¦ ah¨ª para justificarla¡±, apunta, ¡°adem¨¢s tiene que hablarle a todo el mundo¡±.
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