N?¡¯amuk. ?A qui¨¦n le sucedi¨® lo que sucedi¨® hace 500 a?os?
No podemos decir entonces que aquello que comenz¨® hace quinientos a?os le sucedi¨® solo a dos pa¨ªses que ni exist¨ªan entonces. El colonialismo europeo afect¨® al mundo entero
Ante la recurrente frase ¡°los espa?oles nos conquistaron¡±, he escuchado distintas reacciones. Hay personas que aluden tener sangre de conquistador y de conquistado, que se erigen como orgullosos descendientes de una mezcla que, aunque dolorosa, fue necesaria para la fundaci¨®n del M¨¦xico de hoy, un pa¨ªs con un destino manifiesto tan inevitable que su surgimiento amerit¨® cualquier sacrificio. Por otro lado, hay quienes identifican a M¨¦xico con los pueblos ind¨ªgenas que sufrieron los embates de las guerras de conquista y el establecimiento paulatino del orden colonial. En esa narrativa, M¨¦xico, el pa¨ªs actual, proyecta su sombra sobre la historia y resurge hace quinientos a?os convertido en Tenochtitlan, no en un se?or¨ªo mixteco, no en un se?or¨ªo mixe, no en una ciudad pur¨¦pecha de la ¨¦poca. M¨¦xico, con la silueta de su territorio actual, viaja al pasado y se transmuta en la ciudad capital de los mexicas y lo que sufri¨® esa ciudad, lo sufri¨® tambi¨¦n el M¨¦xico de hoy. Lo mismo pasa con Espa?a, en estas narraciones, el actual Estado espa?ol (e incluso la sociedad que en la actualidad tiene ciudadan¨ªa espa?ola) es catapultada a un pasado en el que chocan mexicanos y espa?oles, dos Estados, dos ciudadan¨ªas que en ese entonces ni siquiera estaban configuradas. En otras opiniones negacionistas, se evita toda responsabilidad actual europea en aquello que pas¨® hace quinientos a?os aludiendo al hecho de que las personas que en la actualidad portan la ciudadan¨ªa espa?ola (con toda la diversidad interna dentro de esta categor¨ªa) son descendientes de las personas que se quedaron en la pen¨ªnsula hisp¨¢nica y que nunca viajaron a este continente y, por lo tanto, no conquistaron nada. En resumen, estas lecturas simplistas determinan que, en todo caso, aquello que sucedi¨® hace quinientos a?os le sucedi¨® a dos pa¨ªses, fue un asunto entre M¨¦xico y Espa?a.
En la columna anterior, propuse diferenciar, al menos para facilitar la lectura de los hechos, entre la ca¨ªda de Tenochtitlan, las subsecuentes guerras de conquista y el establecimiento del orden colonial que, aunque decididamente diferentes, se hallan bastante relacionados. El establecimiento del orden colonial comenz¨®, aunque insospechadamente para los protagonistas de estas tierras, con el desembarco de Crist¨®bal Col¨®n y, posteriormente, el de Hern¨¢n Cort¨¦s. Ambos hechos comenzaron un proceso que fue estableciendo el orden colonial que sigue vigente hasta nuestros d¨ªas. Desde este punto de vista, el establecimiento del orden colonial inaugurado hace quinientos a?os no ha afectado solamente a dos pa¨ªses sino que cre¨® el actual sistema con el que funciona el mundo de hoy, un sistema compuesto por patriarcado, capitalismo y colonialismo profundamente entremezclados. Diferentes autoras, entre ellas la escritora italiana Silvia Federici y la antrop¨®loga kaqchikel Aura Cumes, han enfatizado que el patriarcado que lleg¨® a estas tierras ven¨ªa de haber implementado una cruenta represi¨®n en contra de las mujeres acusadas de brujer¨ªa y que hab¨ªa ensayado en Europa formas tempranas de acumulaci¨®n que, aunado despu¨¦s al extractivismo colonial, desarrollaron el capitalismo.
Si vemos lo sucedido hace quinientos a?os como algo que afect¨® solo a dos pa¨ªses, M¨¦xico y Espa?a, no podemos explicarnos el mundo en la actualidad. Para comenzar, las fronteras entre M¨¦xico y Guatemala no exist¨ªan y los dominios de lo que actualmente conocemos como territorio del Estado espa?ol eran mucho m¨¢s amplios que los actuales. Si algo le sucedi¨® a M¨¦xico, le sucedi¨® tambi¨¦n a lo que ahora conocemos como Guatemala u Honduras, le sucedi¨®, o le comenz¨® a suceder, al mundo entero. Si leemos lo sucedido hace quinientos a?os como el comienzo del orden colonial, podemos decir que hace cinco siglos comenz¨® la imposici¨®n de un sistema que no dej¨® impoluto a nadie, el establecimiento del orden colonial reorden¨® el sistema mundo y cre¨® las jerarqu¨ªas actuales y los sistemas de opresi¨®n vigente. En este continente, cierta tradici¨®n occidental comenz¨® procesos extractivistas y de despojo territorial que contin¨²an hasta nuestros d¨ªas, lo sucedido en 1492 y 1521 provoc¨® la jerarquizaci¨®n de los cuerpos de un modo masivo y que despu¨¦s se cristaliz¨® como racismo, ese sistema tan actual. Para mejor explotar estos territorios, el mismo impulso que provoc¨® lo sucedido hace quinientos a?os provoc¨® tambi¨¦n el secuestro de millones de personas en el continente africano que fueron tra¨ªdos en condiciones terribles para esclavizarlos en este continente.
Lo sucedido hace quinientos a?os es entonces, tambi¨¦n, profundamente significativo para la lucha y la historia de las personas afrodescendientes que en la actualidad contin¨²an combatiendo la opresi¨®n del colonialismo traducido a la vida cotidiana como racismo institucional, lo mismo que sucede con la poblaci¨®n ind¨ªgena. Adem¨¢s de todo esto, autores como Eric Williams, han explicado el papel fundamental de la esclavitud en el desarrollo del capitalismo, quienes se beneficiaron de la esclavitud fundaron despu¨¦s bancos e instituciones financieras necesarias para el desarrollo del sistema econ¨®mico actual. El colonialismo pari¨® este mundo en el que operan el racismo y el capitalismo tan actuales. La divisi¨®n que han establecido entre los llamados pa¨ªses del primer mundo y pa¨ªses en v¨ªas en de desarrollo se corresponden sospechosamente con los territorios que han sido beneficiarios hist¨®ricos del establecimiento del orden colonial inaugurado hace quinientos a?os y aquellos que fueron hist¨®ricamente despojados. El colonialismo implementado en este continente se llev¨® luego a otros territorios en otras partes del planeta y aliment¨® as¨ª al capitalismo que tiene hoy a la tierra al borde del colapso ecol¨®gico.
No podemos decir entonces que aquello que comenz¨® hace quinientos a?os le sucedi¨® solo a dos pa¨ªses que ni exist¨ªan entonces, el colonialismo europeo le sucedi¨® al mundo entero, lo reconfigur¨® para hacer de la acumulaci¨®n de unos cuantos y el despojo de muchos la norma econ¨®mica, lo reconfigur¨® para crear categor¨ªas como ind¨ªgena, oriental o afrodescendiente, lo reconfigur¨® para crear racismo y para dividirse el mundo hasta querer digerirlo completo convertido en capital. Esa me parece que es la importancia de la conmemoraci¨®n de los quinientos a?os, reconocer el inicio del establecimiento del sistema actual y de que, m¨¢s que a M¨¦xico y a Espa?a, eso que sucedi¨® hace cinco siglos, nos sucedi¨® y nos sigue sucediendo, al final, a todas las personas del mundo y nos coloca en alguna de las m¨²ltiples categor¨ªas creadas a partir de entonces, explica pues nuestros privilegios y nuestras opresiones.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.