¡®La joven de Amajac¡¯: la historia detr¨¢s de la escultura hallada entre naranjos que sustituir¨¢ a Col¨®n en Reforma
La figura de granito, que representa a una mujer gobernante de la cultura huasteca, fue hallada a principios de a?o por unos agricultores en Veracruz
El primer d¨ªa de 2021, el se?or C¨¦sar Cabrera convoc¨® a su compadre Alejandro, a sus primos y a sus yernos: entre todos iban a mover, por fin, la piedra blancuzca que interrump¨ªa su campo de c¨ªtricos. Entre naranjas y limones estaba el bloque, de roca caliza y dos metros de largo. Cabrera hab¨ªa tratado de voltearla, pero pesaba demasiado para dos personas, tambi¨¦n para cinco. El 1 de enero, la familia se reuni¨® alrededor de la piedra, en la comunidad Hidalgo Amajac, en ?lamo de Tepamache, en el Estado de Veracruz. La palparon por debajo y notaron un relieve, as¨ª que los hijos ingenieros de Cabrera prepararon unas cintas, planas, con las que la rodearon; amarraron las tiras a un tractor y este, tirando en direcci¨®n contraria, la levant¨®. No pod¨ªan saberlo, pero hab¨ªan revelado a 300 kil¨®metros de Ciudad de M¨¦xico, la figura de La joven de Amajac, la escultura cuya r¨¦plica sustituir¨¢ a Crist¨®bal Col¨®n en el emblem¨¢tico Paseo de la Reforma.
Preocupados por no da?ar a la mujer, Cabrera y su familia pusieron paja en la batea de una camioneta y se llevaron la escultura al patio de su casa. Avisaron al Gobierno municipal y el 4 de enero de 2021 lleg¨® hasta esta localidad de la huasteca veracruzana, despu¨¦s de cinco horas de viaje, la arque¨®loga del Instituto Nacional de Arqueolog¨ªa e Historia (INAH) Mar¨ªa Eugenia Maldonado Vite. ¡°Cuando la vi, no me lo pod¨ªa creer¡±, cuenta a EL PA?S en una entrevista telef¨®nica. Era aut¨¦ntica, se encontraba en perfectas condiciones ¡ªapenas una rozadura en el tocado por la pala de la excavadora¡ª y estaba ah¨ª, en el patio de una familia de agricultores.
La joven de Amajac es una escultura erguida: de sus dos metros, un tercio corresponde a la base para lograr que se mantenga derecha. ¡°No es que la mujer sea una gigante, mide 1,3 metros con el tocado incluido¡±, apunta Vines. Tiene los brazos pegados al cuerpo y las manos sobre el vientre. Esa posici¨®n es muy representativa de la huasteca, describe la arque¨®loga, de las diosas Teem, de la fertilidad, de la tierra, de los cultivos. ¡°Tambi¨¦n la vestimenta es similar a la de estas diosas¡±, se?ala.
Sin embargo, la de Amajac tiene una diferencia que lo cambia todo, que la convierte en ¨²nica. Tiene un tocado, dos mechones, uno a cada lado de su cabeza, que no es usual en las representaciones de las diosas. Ese tocado aparece en otras im¨¢genes y esculturas, en fuentes gr¨¢ficas de cuando m¨¢s tarde llegaron los espa?oles, y distingue las clases sociales. ¡°La joven era de alto rango jer¨¢rquico, era una mujer gobernante, no una deidad¡±, concluye Maldonado.
La mujer porta un collar, unos pendientes ¡ªque salen de una especie de turbante¡ª a los lados de la sien y un adorno sobre el pecho en forma de gota, en disposici¨®n horizontal: estos ornamentos representaban a la ¨¦lite de la cultura huasteca. Tiene los ojos ahuecados, pensados para colocar dentro de la cuenca una concha ajustada y sobre ella, unas pupilas de obsidiana. ¡°Es una pr¨¢ctica que tambi¨¦n podemos ver en esculturas mexicas¡±, apunta Maldonado. La arque¨®loga ha situado la escultura en el per¨ªodo poscl¨¢sico tard¨ªo, entre el 1450 y el 1521.
La pol¨¦mica que se comi¨® a ¡®Tlali¡¯
Medio milenio despu¨¦s, y en el marco de los festejos por los 200 a?os de independencia de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum ten¨ªa un dilema. La jefa de Gobierno de Ciudad de M¨¦xico deb¨ªa elegir un monumento para colocar en el pedestal vac¨ªo que dej¨® Crist¨®bal Col¨®n en el Paseo de la Reforma. La estatua del almirante, sobre quien pesa toda la carga simb¨®lica de las consecuencias hist¨®ricas de su llegada al Caribe en 1492, fue retirada el a?o pasado en v¨ªsperas del 12 de octubre.
A principios de septiembre, Sheinbaum anunci¨® que ese hueco lo iba a ocupar un monumento a la mujer ind¨ªgena. La jefa eligi¨® al artista mexicano Pedro Reyes y su obra Tlali. Lo hizo sin consulta ni concurso p¨²blico. Reyes, habituado al talle monumental en piedra, ten¨ªa a 40 artesanos trabajando en la escultura: iba a ser el rostro de una mujer basado en las gigantes cabezas olmecas. Le dieron apenas unos meses para terminarla, porque deb¨ªa inaugurarse a finales de a?o.
Sin embargo, la pol¨¦mica se comi¨® a Sheinbaum, a Reyes y a Tlali. En los d¨ªas siguientes al anuncio, m¨¢s de 300 personalidades del mundo de la cultura mexicana enviaron una misiva a la jefa de Gobierno. ¡°Es inadmisible la elecci¨®n de Pedro Reyes, un artista hombre que no se autoidentifica como ind¨ªgena, para representar a ¡®la mujer ind¨ªgena¡¯; as¨ª, generalizada, negando con ello la diversidad de las mujeres que se autoidentifican como miembros de pueblos originarios, y poniendo su imagen en manos de la mirada de un hombre blanco¡±, escribieron. Sheinbaum, con un ojo puesto en las encuestas que sondean su posible sucesi¨®n al presidente L¨®pez Obrador, se ech¨® para atr¨¢s, dijo que iba a crear una comisi¨®n que eligiera por ella y dio las gracias a Reyes y a sus 150 bloques de piedra volc¨¢nica.
Esta semana, la jefa de Gobierno ¡ªotra vez sin comisi¨®n ni concurso p¨²blico¡ª anunci¨® su decisi¨®n salom¨®nica: una r¨¦plica de la escultura de una mujer huasteca gobernante iba a ser el monumento elegido para Reforma. La joven de Amajac entraba en escena.
A Mar¨ªa Eugenia Maldonado, la arque¨®loga que se encarg¨® de la escultura de Veracruz, nadie le avis¨® de que la figura que ella analiz¨® y cuid¨® iba a ser una estrella. Dice, entre risas, que los primeros mensajes que le llegaron con enlaces a la noticia pens¨® que eran de broma, que le estaban tomando el pelo: ¡°Me tom¨® por sorpresa, jam¨¢s me hubiera imaginado, que fuera a ser algo emblem¨¢tico¡±. ¡°La huasteca es una regi¨®n cultural que no ha sido tan trabajada como otras regiones de Mesoam¨¦rica¡±, refiere, ¡°quiz¨¢s no hay tanta gente que est¨¦ interesada en ella porque es un lugar inh¨®spito¡±. Ahora ve en la elecci¨®n de La joven de Amajac una oportunidad para que esta unidad cultural reciba su atenci¨®n.
Maldonado, que se encuentra en Tuxp¨¢n en otro proyecto del INAH, no sabe nade la r¨¦plica. De momento, los primeros datos apuntan que medir¨¢ seis metros y estar¨¢ realizada en un material especial que aguante a la intemperie. La escultura original se puede visitar en el Museo de Antropolog¨ªa de Ciudad de M¨¦xico, en la exposici¨®n gratuita La grandeza de M¨¦xico. Est¨¢ colocada al final del recorrido, entre algunas obras de Siqueiros y litograf¨ªas donde se representan mujeres.
La ¨²ltima gobernante o una historia de telenovela
Mientras se ultiman los detalles sobre la r¨¦plica, se agolpan las preguntas sobre la mujer pasada. ?C¨®mo lleg¨® a gobernar en un sistema donde el poder estaba ejercido por los hombres? ?C¨®mo lleg¨® a ese campo de c¨ªtricos? ?Por qu¨¦ est¨¢ entera, repleta?
La arque¨®loga Mar¨ªa Eugenia Maldonado contempla como hip¨®tesis principal que fuera la hija de un gobernante sin hijos varones. ¡°Las fuentes dicen que, ocasionalmente, cuando los mandatarios solo ten¨ªan puras mujeres, una de ellas pod¨ªa quedarse al frente del Gobierno a la muerte del padre. Esto es bastante particular, pero no es el ¨²nico caso¡±, apunta. Otra opci¨®n, s¨ª registrada en la cultura maya, pod¨ªa ser por el fallecimiento del esposo.
En esta zona del norte veracruzano donde predomina la agricultura intensiva, muchas veces cuando aparecen vestigios arqueol¨®gicos, los propietarios no avisan por el temor infundado de que se les fuera a expropiar el terreno. As¨ª, las esculturas que aparecen tan completas provienen de ¨¦pocas anteriores, de saqueos o del tr¨¢fico de obras de arte. No es el caso de La joven de Amajac.
¡°Est¨¢ registrado que muchas esculturas a la ca¨ªda de un Gobierno se mutilan de manera intencional, para expresar el fin del mandato de ese personaje: la nariz, un brazo¡ Es una actividad ritual cuando se acaba un ciclo¡±, explica Maldonado. Esta figura no tiene ninguna herida, apenas un despostillamento en uno de los lados del tocado. Esto que da pie a dos conjeturas: ¡°Fue una representaci¨®n tard¨ªa, quiz¨¢s de los ¨²ltimos gobernantes del lugar, o fue escondida, colocado boca abajo para evitar que fuera da?ada, esto ¨²ltimo es muy telenovelesco, pero cabr¨ªa la posibilidad. Muy pocas esculturas pueden estar en tan excelentes condiciones¡±. La arque¨®loga reconoce que no va a ser posible certificar s¨ª la mujer fue una de las ¨²ltimas en gobernar sobre la huasteca o si sus aliados la ocultaron hasta que C¨¦sar Cabrera, su compadre Alejandro, sus primos y sus yernos la rescataron cinco siglos despu¨¦s. Ambas historias, cree, dan para un guion entre naranjas y limones.
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